Partida Rol por web

-De acuerdo, llévanos hasta Goban Suur.- Exigió el ex-oficial al droide. Parecía que su vena imperial había aparecido de repente.

-Estoy muy cerca de mi objetivo, y no voy a dejar que nada lo retrase.-

A medida que el B-1 y Kemlo se iban acercando al resto del grupo, aquel droide de particular apariencia fue viendose mejor. B-1 no contaba con practicamente ninguna base de datos que estuviesen más allá de los conocimientos técnicos como mécanica, astronavegación e informatica... por lo cual no era muy capaz de realizar comparaciones entre orgánicos o entre modelos de droide, pero lo que si podía apreciar era cuando una pieza de tecnología era, o al menos lucía, hecho con componentes obsoletos.

— Oh... y pensaba que mi módelo ya era viejo. — Le dijo al bith mientras aun se iban acercando. — Al lado de ese droide de ahí, me veo como de última géneración.

Entonces se reunieron con el resto y empezaron a intercambiarse algunas palabras entre si. B-1 se quedó allí escuchando sin decir nada, observando al otro droide, hasta que pareció darse cuenta de algo.

— ¡¿"Disfuncional"?! — Dijo, luciendo muy ofendido.

Dompa, tras decirle al nuevo droide que los llevara hasta Goban Suur, miró a Petch y a Kemlo, con ciertos nervios. Que ahora, de pronto, tan cerca, alguien les oyera hablar de detonadores, podría ser un problema, y podría poner inquietud en Suur o en algunos de los que estuvieran cerca de él. El droide le daba mala espina, pero era la mejor oportunidad que tenía para su Plan. Así que no quería que se asustara y que esa pista se perdiera. ¿No podían dejar de hablar de explotar gente?

Seguís al droide mientras este se interna cada vez más entre las callejuelas de la ciudad, donde cada vez hay menos gente. El sentimiento de amenaza y emboscada es casi insoportable hasta que finalmente el droide se para delante de una puerta.

-Aquí es.- Llama con su metálica mano tres veces y de un agujero redondo sale un brazo mecánico que en su punta tiene una bola metálica. Esta se abre revelando un droide guardián que habla una conocida lengua de comercio.

-<<¿Qué queréis?>>-.

-<<Dile a mi amo que los viajeros del último carguero vienen a hablar con él>>-.

Rápidamente el droide guardián se introduce de nuevo en su refugio y no vuelve a salir. La puerta se abre al cabo de pocos segundos mostrando un pasillo de unos diez metros iluminado unicamente con una sola luz anaranjada. 
Al fondo, una puerta metálica igual a la de la calle permanece cerrada.

-Temo que no puedo acompañaros. Mi amo me ha dado instrucciones para seguir "cotilleando por ahí", como me dijo-. Si no fuera poor que todo parece muy amenazador y se erizan los pelos de la nuca, la interpretación sarcástica del viejo y raro droide hubiera sido bastante cómica. 

-Buena suerte-.

Kemlo mira a la lata con patas y luego a Pittien.

- Quien se supone que esta dentro.-

Dice obviando por completo al droide de…, lo que fuera. Y preguntando directamente a su compañero, pues no tiene muy claro a quién se supone que van a ir a ver. Pero si algo tiene claro es que aunque siniestro, tiene una pésima seguridad.

Aquel lugar de entrada o salida es fácilmente  emboscable. Y todo la situación apesta desde qué llegaron.

- Dentro hay alguien con información. Ahora mismo me interesa información. No voy a dejarlo tan cerca. Y no valemos tanto para ellos como para que nos tiendan una emboscada... - Esperaba, al menos, Pittien. Este se daba cuenta de que las cosas estaban bastante amenazantes por aquella zona, pero a la par, estaba tenso y expectante de que pudiera localizar la información. 

Así que, sencillamente, comenzó a adentrarse. ¿Qué era lo peor que podían pedirle a cambio de la información? ¿Otro trabajo? ¿Realizar otro robo? Miró a sus compañeros - ¿Vamos? - Dijo con seguridad. Y temeridad. Por si acaso, tenía la mano en el bláster.  

— Según mi programación básica de estrategia, este lugar parece ofrecer una buena defensa. — Dijo el B-1 modificado cuando el otro droide se hubo marchado. — Una sola entrada. Una sola salida. Además esta bastante bien escondido, entre tantas callejuelas, y si tiene algún otro droide por el camino podrían informarle con bastante antelación de cualquier ataque por lo que si el dueño de este edificio posee una salida secreta, como un túnel, fácilmente podría escapar.

Kemlo miro a Pittien, quien obvio el nombre del supuesto contacto. Pero se imagino que seria algún capo de la mafia local. Y Primo empezó a soltar cháchara aburrida así que no se lo pensó y entró primero en la estructura caminando con firmeza.

Mientras paseaba por el pasillo camino del final, su mano estaba de nuevo en el interior de su zurrón algo normal en él. Y se preguntaba nada metafóricamente cuánta Detonita hacía falta para aislar ese pasillo y luego para crear un boquete hacia el edificio más cercano. Negó con la cabeza dándose cuenta de que las estructuras combarían sobre sí mismas si colocaba una carga en medio del pasillo.

Sin duda era mejor dos cargas, una en cada extremo del pasillo, y luego…. Y termino de pensar en sus cosas cuando llego hasta la otra puerta.

En cuanto Kemlo se decidió, todos fuísteis detrás de él por aquél oscuro pasillo. La puerta se cerró a vuestra espalda, dejando fuera al raro androide.

Antes de llegar al final la puerta se abrió, dejándoos ver una sala grande que debía de haber sido un almacén en su día. Con forma rectangular alargada, unas quince personas de distintas razas aunque casi todos humanos, se alineaban a ambos lados dejando un pasillo libre hasta donde se encontraba un Iktotchi de cara seria. Todos iban armados, algunos con rifles de caza, otros con fusiles del imperio o partes de armaduras de los soldados de asalto personalizadas.

-Soy Goban Suur, ¿Sois vosotros los que entrasteis al planeta pasando por el medio de la batalla?-. Preguntó sin reparos en cuanto os acercasteis. Su mano permanecía posada sobre su pistola blaster, a modo de precaución o amenaza. 

Pittien no se dejó impresionar por los diferentes rifles que veía. Muchos de ellos eran reglamentarios imperiales, y los reconocía incluso un poco descuidados, y otros eran sencillamente armamento "civil", de una capacidad variable. No le impresionótampoco la actitud del Goban Suur, que marcaba claramente territorio, aunque discretamente relajó la postura para indicar que no venían como amenaza. 

- Yo soy Pittien Dompa. Si, nosotros fuimos, gracias a ellos dos - Señalando a Kemlo y B-1- excelentes y hábiles pilotos. Vamos sin problemas a dónde hay que ir. Y sabemos que tú eres quien mueve las cosas aquí ahora mismo. Por eso hemos venido. -Dijo, intentando halagarlo y a la par esperar a que diera él el primer paso.  

-Tengo entendido que buscáis información. Yo también.- Goban Suur avanzó unos pasos acortando la distancia y se cruzó de brazos, por lo que su mano ya no estaba tan cerca del arma. -La cuestión es qué tipo de información buscáis y si la que vais a darme compensará la que os de yo.- Si el cruzarse de brazos era un signo de confianza hacia vosotros, los que estaban a su lado no parecieron percatarse de ello, preparados para lo que hiciera falta. 

Como muchas otras veces, si el Bith hubiera podido parpadear lo hubiera echo, pero se limitó a mirar la habitación y la gente que había dentro con manifiesto desprecio.

Mientras el humano y el Iktotchi habían empezado a hablar, o a medirse las gónadas, aun no le quedaba claro el se dedico a fantasear con imaginarse a cuantos de los presentes podría hacer explotar en mil pedazos y rostizar contra las paredes antes de que abrieran fuego.

Y según sus cálculos, eran una buena cantidad. Lo que tenia claro es que aquel extraño club social estaba lleno a rabiar de desarrapados. Gente que muy presumiblemente no tuviera donde caerse muerta, y que solo se mantenían a flote siguiendo al líder en cuestión. Aunque en verdad, cualquier líder con media docena de neuronas conectadas seria suficiente.

B-1, cuando Pittien lo mencionó, estuvo a punto de presentarse diciendo su modelo y fabricante, tal como hiciera cuando se presentó al grupo de posibles clientes con el que ahora seguía estando, pero recalculó la conveniencia de ello justo a tiempo... ya que estando con su dueño había tenido que mantener la discreción mientras aun existía el Imperio y sus prohibiciones, había considerado que tras su caída ya no tendría que preocuparse, pero haber sido objetivo de un grupo de asaltantes recientemente, cuando habían otros droides visiblemente más fáciles, lo pusieron en alerta sobre el valor que posiblemente su modelo allí tenía.

— ... Mmm... Droide de cuarto grado modificado, saludos. — Dijo entonces a modo de presentación. Tras esto prefirió limitarse a observar la situación, dejando a los organicos entenderse entre ellos.

Pittien dio un par de pasos hacia Goban Suur, pero no se cruzó de brazos, sencillamente los abrió, mostrando las palmas mientras hablaba, indicando que no tenía nada que esconder, pero que estaban en la misma posición. Y así se lo dijo: 

- Efectivamente, estamos abiertos a intercambiar información... si ambas valen lo que cada uno desea, imagino. Efectivamente. - Se dio unos toques en la cabeza como razonando y pensando. - Quizás sea un poco impertinente pedirte nosotros la información que deseamos, sin saber si podemos ayudarte antes, ya que sabemos que tú si puedes ayudarnos. Eres quien sabe esas cosas a ti. -Respiró un instante, inclinando la cabeza reconociendole cómo el líder que Goban mostraba ser- Pero decírtelo antes sería hacerte perder el tiempo, que debe ser muy valioso para alguien cómo tu, en un momento de oportunidades, con esos restos imperiales y  esos rebeldes peleando contra ellos. -Expresó, dando a entender que le darían la información que supieran, porque estaban seguros de que él tenía la que venían a buscar. 

- Si nos indicas la información que deseas, estoy convencido de que habrá trato, si podemos dártela. -Concluyó. Sabía que sus compañeros lo estaban dejando hablar, y esperaba haber convencido adecuadamente en su forma de hablar al jefecillo. 

El iktotchi permaneció unos segundos callado, sopesando si le convenía y si sería fiable la información.

-¿Qué ocurrió ahí arriba, mientras cruzábais la batalla?¿Quién iba ganando?.-

No había nada que hacer salvo esperar a que Pittien empezara a sacarle información al iktotchi, pero no dejo de mirar a la guardia con la que contaba, algo me decía que si no sentía simpatía, por lo menos se aprovechaba del imperio para poder conseguir equipo, o lo robaba, pero lo que estaba claro es que quería saber quien ganaba la batalla para así lamer su culo antes de que lo puedan atacar, o por lo menos eso creía, pues la verdad es mejor que Pittien hable mientras espero a que pase algo interesante.

B-1, al escuchar una solicitud de información precisa y puntual que poseía claramente almacenada en su memoria, tuvo que hacer un esfuerzo consiente para evitar empezar a soltar la información solicitada. Miró a Pittien esperando a que él le respondiese, pero al ver que este escuchó a Goban y enseguida pareció empezar a dudar B-1 no pudo contenerse más.

— Batalla espacial, orbita del planeta Ord Mantell. Dos Cruceros Imperiales, Clase Victoria. Tres Cruceros Mon Calamari. Multiples naves caza Ala-x y TIE. Uso de misiles de impacto detectado. Curso de acción tomado: mantener curso directo, acelerando hacia el planeta, esquivando posibles colisiones. Cazas Ala-x visiblemente más presionados, mayor número de daños. Cazas Ala-x son naves bastante más viejas, con tecnología casi obsoleta. — Soltó rápidamente de forma mecanica, claramente sin mediar pensamiento en lo que decía. Luego hizo una breve pausa y continuó hablando de forma normal. — Atravezamos la atmosfera de Ord Mantell y aterrizamos. Ningún tripulante abandonó la nave hasta luego de unas pocas horas debido a la necesidad de realizar cierto mantenimiento, tras lo cual todos salieron al exterior. Dentro de la hora siguiente nos dirigimos hasta este edificio.

Que bien se sentía seguir una orden sin tener que pasar por mayores complicaciones. B-1 no tenía un procesador capaz de mucha más autonomia, cada vez que tenía que pensar o decidir por si mismo podía percibir como este empezaba a sobrecalentarsele.