Partida Rol por web

El Bith hacia todo lo que podía para esquivar a derecha e izquierda, y sabia que tenia pocas posibilidades de sobrevivir a una nueva andanada de laseres en su cola.

Sin embargo, sabía que cuanto más tiempo se pegara al suelo, mejor blanco tendrían los rebeldes, y eso era lo mejor que podía hacer.

Así que de manera temeraria, pego mas la nave al suelo, apenas una docena de metros los separaban de la roca, la nieve y algunos arboles sueltos.

Arboles, esa era la opción más segura, y al mismo tiempo la mas temeraria.

Redujo la potencia un 30% al tiempo que empezaba a balancear la nave entre las copas de los arboles, y procuro que las alas laterales de la lanzadera fueran moviendo las copas, lanzado tras de sí nieve sobre las naves enemigas.

Por todos los dioses Bith que jamas existieron, nunca una maniobra fue tan temeraria, pero era eso, o levantarse y no tener a dónde huir.

Un TIE se había retirado a causa de mis disparos.

- ¡Chúpate esa pedazo de escoria! - exclamé sentando en mi asiento manejando los cañones.

Pero todavía tenía a otros dos cazas imperiales detrás de nuestra Lambda. Apunté y apreté los controles para abrir fuego, con toda la intención de acertar contra uno de ellos.

B-1 comenzó a trastear los controles de la pantalla redirigiendo eficientemente energía hacia los escudos. 

Petch volvió a usar su habilidad natural para demostrar que era el mejor en lo que hacía.

El impacto en el Tie obligó al piloto a hacer una serie de maniobras evasivas mientras salían chispas del fuselaje donde habian impactado los haces láser.

Pero los verdes rayos del otro Tie convergieron acertadamente y las luces de la lanzadera se interrumpieron un segundo. La sacudida había sido fuerte y la estructura emitió una serie de crujidos, quejándose del daño recibido mientras la consola donde tecleaba B-1 dejaba de funcionar emitiendo chispas y pequeñas explosiones debido a la sobrecarga. 

El droide, con su tono de voz neutral y sin emoción, os verificó que los escudos habían sido eliminados y el generador dañado.

En la cabina, los pitidos de los diferentes sensores dando a entender que el transporte que nos habíamos agenciado estaba mal, muy mal, nos avisaba de que no tendríamos mucho tiempo para huir.

- ¡Venga hombre! ¿Llegan ya, o tenemos que hacer nosotros todo el trabajo? - dije quejándome de la mala coordinación de los rebeldes.

Me apresuré a seleccionar al TIE restante mientras intentaba concentrarme rodeado de tanto ruido de caos. Aunque no fuera algo sencillo, ¿el campo de batalla no consistía en eso?

Suspiré tranquilamente, mientras mantenía el pulso para apuntar correctamente mientras el TIE intentaba evitar los disparos yendo de un lado para otro a la vez que murmuraba un "venga venga venga" constante antes de apretar el botón de disparo.

Vi por la pantalla el haz de luz a la vez que este se aproximaba al caza imperial y daba de lleno en su estructura.

- ¡BOOM SHAKALAKA! - exclamé cuando vi saltar parte del fuselaje.

Si los fuegos de la consola al casi reventar, hubiera podido quemar una cejas, las hubiera quemado, o que ocasiono fue que el Bith girara la cabeza durante varios segundos. 

Sin embargo, a pesar del caos, dentro y fuera de la nave, el mercenario, uso sus cuatro lóbulos frontales para calcular y trazar movimientos incluso sin mirar. 

En cuanto volvió la vista adelante decidió que un quiebro brusco ahora era factible, para incomodar a los perseguidores, que afortunadamente cada vez eran menos. Desafortunadamente, uno solo podía acabar con aquel rescate, su vida, y seguramente la explosión de su maravilloso macuto. Eso sí que seria un verdadero desperdicio. 

Un solo booom... Meh.

Aunque su mente fuera a toda velocidad su boca no lo hacia, y no olvido, sino que obvio la necesidad de informar a los ocupantes que se agarraran donde pudieran, en cuanto el radar indico una mancha menos, la nave escoro a izquierda de una forma tan pronunciada, que las copas de los arboles y las rocas bien podían limpiar el interior de la lanzadera, porque el que era el exterior estaba quedando limpisimo. 

Enderezo la nave, y sabiendo que no había escudos a los desviar nada apretó el acelerador de la nave hasta casi partir la palanca. 

Cuando estallaron chispas por toda la consola de mando, producto del masivo cortocircuito, el bith a su lado reaccionó rápido para evitar que la carne de su cara se quemara... mientras que el droide se quedó tiezo como si no diera credito a lo que acababa de pasar, o quizás no estaba en tan buen estado como para igualar los reflejos de Kemlo. 

— Oh, no... — Dijo entonces, simplemente, el droide viendo como la pantalla se apagaba y con una de sus manos mecánicas  de tres dedos se quitó de encima algunas chispas y trozos de consola quemados. — Advertencia: El generador a sido dañado. Escudos incapacitados. — B-1 entonces se levanta de su asiento, aprovechando los electroimanes de sus pies modificados para no caer al suelo por la turbulencia y caoticos movimientos por el plotaje evasivo de Kemlo. — Intentaré realizar reparaciones de emergencia al generador. Quizás forzar su reactivación hasta que se dañe por completo, ya que esta nave es cada vez más prescindible.

Los haces láser volaban a vuestro alrrededor mientras el Bith pilotaba endiabladamente cerca del suelo. De hecho, tan cerca que una de las alas del transporte se llevó por delante un pino solitario que apareció de la nada tras un cambio de rasante en el terreno. 

El choque contra el pino hizo que los disparos del rodiano no acertaran en el "ojo" del caza Tie que os perseguía, pero si que le desmanteló parte del fuselaje al igual que a su compañero, pero este en cambio no desistió en la persecución. Los mandos imperiales debían haber intimidado a sus pilotos para que volvieran con al menos el transporte derribado, o que no volvieran. Y eso pensaba hacer.

El fuego de láser verde evaporó la nieve en una explosión de agua y vapor calcinando la roca debajo de ella justo cuando Kemlo viró para evitar los mortales rayos. Las rocas chocaron contra los débiles escudos que el azaroso droide B-1 se afanaba por levantar redirigiendo energías y algoritmos de fluctuación para que la nave se mantuviera correctamente ensamblada y no saltara por los aires.

Pittien daba órdenes según el radar y el equipo funcionaba esquivando los constantes disparos que se les venían encima, pero un caza era mucho más rápido, y la suerte tiene un límite. Un disparo impactó de lleno en el motor izquierdo. La sacudida hizo que el hijo de Pittien saliera volando por el suelo de la lanzadera mientras esta dejaba una estela de humo tras de sí con un Tie fijando el transporte de nuevo en su objetivo...

¡BOOM!

Los rojos haces de un ala-x salido de la nada justo enfrente vuestro acabaron con el caza Tie, y una de sus alas que salió despedida, os pasó rozando la cabina como un mortal shuriken que acabó estrellándose entre la nieve. Los cazas "rebeldes" os pusieron a salvo de otros perseguidores y aunque renqueando con un solo motor, pudisteis llegar a la ciudad y aterrizar.

La situación se había vuelto tensa, el TIE no reculaba a pesar de haberle saltado parte de su fuselaje y nosotros no aguantaríamos mucho más, lo sentía en el ambiente, Kemlo realizaba maniobras un poco a lo loco, B-1 tocaba teclas y botones de forma todavía más alocada y Pittien no dejaba de organizar la estrategia. Todo aquello más que cuando todavía teníamos a tres TIE en nuestra cola. Incluso yo sentía los efectos del estrés en los mandos de los cañones.

Y entonces, uno de los ala X apareció como de la nada para golpear con sus armas al TIE que nos perseguía para derribarlo.

- Fiuuu - dije dejándome caer sobre el asiento y soltando los controles.

El resto del camino pasó sin pena ni gloria. El sonido del motor estropeado intentando encenderse cada poco, petardeando de lo lindo, y el motor funcional trabajando al doble de su capacidad habitual podrían destrozar el viaje de cualquiera, pero estaríamos tranquilos.

- Ya podemos dejar esta chatarra - comenté en cuanto llegamos a la ciudad -. Menos mal de los rebeldes, aunque les ha costado, la verdad, hemos tenido que hacer todo el maldito trabajo - dije mientras me desabrochaba el cinturón que todavía no me había quitado para levantarme de mi asiento.

Kemlo cuando la situación se “normalizo” solo un Yeeeeja. Uno sin chispa ninguna, y algo monótono. Eso era todo lo que podía emocionarse el mercenaria cuando algo explotaba y lo había echo saltar el por los aires.

La nave, o mejor dicho, lo que quedaba de ella, renqueo cómo pudo hasta la ciudad, y fue a terminar cerca del barrio de su contacto.

Iban a dejar chatarra, que al menos alguien la aprovechara.

Cuando todos los sistemas, uno por uno, se fueron apagando, por error critico o porque B1 los había apagado se giro en su asiento, y se desabrochó.

- Pittien, la parte fácil del plan esta terminada. Hemos recorrido media galaxia, y tu familia ya no esta presa. Me gustaría saber vamos a hacer ahora.-

A pesar de que el Bith era de los que no sentía apego por las cosas, o por los compañeros de trabajo, sí que tenia ganas de ver cuál era la siguiente y alocada propuesta del humano.

Sinceramente si no fuera por su culpa, se habría aburrido mucho este ultimo tiempo, y le iba a dar pena dejarlo irse con su familia.

Se puso en pie, y el primo hizo lo propio. Cierto, habían prometido buscar a su “Piloto”, el dueño del droide, eso bien podía ser una nueva aventura.

-Bueno...- comenzó a decir Pittien después de hablar el bith. -..la verdad es que ahora que he recuperado a mi familia, querría estar con ella. Acomodarme, tal vez incluso ir a vivir a una granja lejos de la gente.-

Pittien miró a su mujer e hijo y no había mucho más de que hablar. El imperio los había separado y el imperio los había vuelto a unir. 

-B-1 debe esperar a su dueño.- Dijo el droide con su habitual falta de emociones. 

- Bueno Pittien, es tu decisión, cuando te aburras ya sabes donde encontrarnos - le dije sin miramientos por su familia - ¿Y tu B-1, se supone que esperarás hasta que tu dueño regrese? ¿No será mejor que salgas a buscarlo?

La perspectiva de futuro de nuestros dos compañeros era realmente un rollo. Miré a Kemlo.

- Al final nos quedamos tu y yo solos, tendremos que ver si hay algún trabajo, seguro que en una cantina de mala muerte en el borde exterior encontramos quien necesite protección - le comenté al bith.

- De cantina en cantina y tiro explosivo por qué me toca....- 

Dijo el mercenario a media voz. 
Sin duda habían sido semanas intensas, una con mucho redito económico, que termino en una fuga con la pasta en forma de nave. 

Y otra con un ¿final feliz?, el Bith tenia la sensación de que la mujer de Pittien no iba a aguantarlo mucho, y el hijo menos. Pero allá ellos. El caso es que habían cubierto la promesa, los habían rescatado. Era mucho más de lo que realmente esperaba conseguir de esta misión. 

Su único problema, era que había pocas cosas que hubieran echo pum a causar de sus artefactos. Pero mientras hubiera un mañana, habría cosas que explotar. 

Las despedidas vinieron después. Os habíais conocido en una luna apestosa llena de delincuentes, en una pelea de bar, y habeis acabado ayudando a un ex agente imperial a recuperar a su familia. De seguro que os estará agradecido toda la vida, y quien sabe, tal vez podais ocultaros en esa granja suya si las cosas se complican.

Tras dar las pertinentes explicaciones a los oficiales rebeldes, y celebrar en el bar de esos piratas que seguiais vivos, pittien y su familia optaron por irse en un transporte publico, posiblemente a un planeta cercano como Dantooine, donde montar una granja desde cero.

Vosotros os quedasteis con el droide, intentando convencerlo de ir a buscar a su dueño, y por el camino seguir buscando trabajos para mantener la nave y que no se desmorone, a lo que accedió tras computarlo durante minutos.

Con un plan de futuro os tomasteis la ultima ronda juntos, antes de comenzar un nuevo camino.

Me gustaba como se encaminaba la cosa. Sabía que no podría soportar demasiado tiempo estando parado y que B-1 se mantuviera con Kemlo y conmigo nos daba margen para no aburrirnos demasiado estando varados en un solo planeta.

- Ha sido un placer Pittien - dije al despedirme del ex-imperial.

Sabía que lo echaría de menos a la vez que no lo haría a partes iguales, pero no me daba pena, aquellas despedidas no eran más que eso despedidas. Levanté la copa para brindar por nosotros y esperé que todo el mundo siguiera mi ejemplo.

- Por nosotros - dije.

- No me llames si no pretendes que algo explote.-  Le dijo el Bith a Pittien al estrechar su mano por ultima vez. Había pasado de tolerarlo a ser algo así como camaradas. Lo que significaba que perro viejo podía aprender nuevos trucos. 

Levanto su copa durante el brindis. Pero claramente se notaba en su mirada, que estaba calculando cómo tirar abajo el local, una vez más. Así era su cabeza. 

Tras apurar la copa, y sin dejar un minuto desde que la familia Dompa abandonara el garito Kemlo se giro a sus compañeros. 

- Moviendonos, Primo, creo que hacemos mejor si yo piloto y tu coordinas. Petch, ya puedes empezar a hibernar de nuevo. Volvemos al espacio. Tengo entendido que hay un asteroide cercano con problemas para sacar beneficios, y al parecer los mineros están a punto de sublevarse. Es claramente una buena oportunidad de negocio.- 

Si el alien pudiera haber levantado las cejas, lo hubiera echo, pero en vez de eso, por primera vez en mucho tiempo, torció sus labios en lo que los demás interpretaron como una sonrisa.