Partida Rol por web

Sin bajar el arma, continúo con mis compañeros dirigiéndome hacia la puerta que da al siguiente pasillo.

Esta prisión de verdad me da muy mala espina - digo mientras un escalofrío recorre mi espalda.

Se puso en posición en la puerta seis, apuntando para así no poder errar el tiro cuando Aokishi la abriera. En el supuesto caso de que los estuviera esperando algún prisionero armado o algún presunto atacante. 

Agarro el pomo de la puerta y veo a mis dos compañeros para confirmar que estamos listos para entrar.

Recorristeis el camino que llevaba a la puerta de la izquierda [6], tras unos cuantos segundos de organización abristeis con velocidad para así estar preparados ante cualquier tipo de encuentro hostil, pero aún no estabais preparados para asimilar lo que vuestros ojos acababan de captar.

Ante vosotros estaba el comedor de la prisión, era una zona muy amplia y repleta de mesas y sillas, todo sería normal de no ser por la treintena de presos muertos que yacían sobre sus respectivos platos, todos ellos con sus uniformes de reos color naranja brillante. La sala estaba invadida por un olor a muerte y putrefacción bastante desagradable, pero la indignación de no saber qué es lo que había pasado allí era peor.

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De repente, cuando uno de ustedes dio un par de pasos para adelantarse, tres de los cuerpos fallecidos que reposaban junto a sus platos se levantaron de manera espasmódica y llamativa, ¡aquello era una pesadilla!

Los hombres no reaccionaban ante cualquier tipo de proclamación, para colmo se podía ver que su piel estaba en un estado de descomposición que les daba un aspecto terrorífico. Sus manos estaban alzadas, como si quisieran abalanzarse contra vosotros de manera agresiva. No eran precisamente rápidos, pero podrían alcanzaros en pocos segundos si no reaccionabais.

- ¿Pero qué?- Es lo primero, la primera pregunta que viene a mi mente al notar los cadáveres inmóviles en las mesas llevándome una mano a la nariz debido a la podredumbre. -¿Se habrán dividido en bandos?- Ojeando toda la habitación, - No, son demasiados... Algo más siniestro se esconde tras esto qu- Antes de terminar la oración, tres muertos se levantan repentinamente, sus heridas mortales eran obvias. Apunté hacia uno de ellos, -¡Deténganse o disparamos! - Pero estos no parecían obedecer. -¿Qué son estas- cosas? Muchachos ¡atentos!- Disparé el arma...

Tapo mi nariz y digo - El olor que desprenden en totalmente desagradable, cuanto llevaran muertos para oler así? - Al ver los 3 cuerpos levantandose, me pongo en posición de ataque, al ver que no responden ante las advertencias de Copperson, me decido a atacar, espero a que Copperson termine de disparar y avanzo en dirección del otro. 

Entraron en la sala seis pero... ¿qué coño era eso? En el comedor había una treintena de presos todos muertos con sus cabezas volcadas sobre los platos. Escuchó las palabras del capitán mientras apuntaba con su escopeta a los cuerpos inertes, de las palabras del Capitán solo se quedó con que estuvieran atentos. Las palabras de Aokishi sobre la pestilencia de los cuerpos no le hicieron perder la concentración. Algo raro estaba pasando y lo sabía desde que sucedió el extraño suceso de la sala cuatro. 

Esperó a que el capitán indicara que abrieran fuego o él empezara... después vio a Aokishi moverse con su cuchillo hacia otro de los zombis, vio claro su objetivo y apuntó al único que quedaba. El hecho de disparar con la escopeta le ayudaba a que el tiro fuera más fácil que un cuchillazo en el rostro, y eso es lo que hizo el disparo de escopeta... Sonó... el humo salió junto a la bala y le dio tiempo a recargar una de las dos balas de la escopeta por si aquel ser con rostro humano no moría con su primera descarga.

Mientras me fijaba en el extraño ser que he abatido, Joestar atacaba a otro de estos monstruos con el cuchillo y me dirijo a asistirlo pero este ya se había encargado del asunto, - ¿Dónde está el otro?- Dije, cuando volteo al escuchar un disparo de escopeta, se trataba de Buckton quien se veía abrumado por uno de estos seres, algo había ido mal con la escopeta. -¡Buckton cuidado!- Grité mientras disparaba con el arma.

- ¿Están todos bien?- Preguntaba mientras revisaba el arma que esté recargada. - ¿Qué mierda está pasando aquí? Los prisioneros no respondían a cualquier palabra que les decía... ¿Creen que tiene que ver con las instalaciones debajo del recinto? Algo extraño está pasando. - Saqué el mapa y lo actualicé escribiendo "comedor" - Echen un vistazo a los alrededores por si encontramos algo que nos pueda servir.- Me fijé en ambas puertas como si decidiera por cuál ir primero, - ¿Les parece si probamos aquí?.- Mientras señalaba a la puerta de la habitación 5.

Sí, estoy bien. - digo mientras me aseguro que ninguno más este levantado. Tal vez tenga algo que ver, por como van las cosas tal vez nos toque bajar y confirmarlo. - Me puse a revisar las mesas y alrededores buscando algo útil mientras Copperson miraba el mapa. - Sí, vayamos a esa así limpiamos de izquierda a derecha y luego regresamos.

Antes de que pudiera disparar la escopeta... uno de esos seres se había abalanzado sobre él y le había arañado. En su brazo izquierdo presentaba la marca de aquel ser que con movimiento espasmódico se había acercado y le había atacado. Se debía ahora de enzarzar en un combate que sin esperarlo había dificultado su acción. Pero gracias a su Capitán y a su precisa puntería abatió a aquel ser antes de que le diera tiempo a seguir arañándole con aquellas putrefactas manos. - Gra-ci-as Capitán pero están muertos... ¿Cómo es que se mueven?, dijo todavía aturdido por lo que habían visto sus ojos. 

Ante la nueva propuesta del Capitán asintió: - Sí, de acuerdo. - Respondió con rapidez ya que cualquier lugar era mejor que estar ahí oliendo aquellos cuerpos muertos, podridos y que por alguna razón se habían levantado. - Estoy algo magullado por no habérmelo podido quitar de encima a tiempo pero sigamos.

Con discreción, evitasteis los cadáveres para ir a la primera puerta de aquella sala. Por suerte no tenía ningún tipo de seguridad de modo que fue tan sencillo como girar el pomo.

La siguiente habitación os mostraba la cocina, repleta de personas muertas tiradas en el suelo entre los fogones y las ollas, había gran cantidad de platos servidos, todos con muy buen aspecto (aunque quizás algo fríos): Carnes, ensaladas, pasta, algo que hizo a vuestras tripas sonar, no sabías cuanto tiempo llevabais dentro de aquella prisión sin llevaros algo a la boca...