Partida Rol por web

¡Y el pomo giró!

Parecía que la nueva llave que encontrasteis era para esta puerta.

La abristeis con cuidado y os adentrasteis en una nueva sala, aparentemente parecía pequeña pero cuando os fijasteis bien era mucho más grande de lo que se dejaba ver; se trataba de un lugar repleto de sillas que miraban directamente a un gran cristal, era el lugar asignado para los familiares de las víctimas de alguien que iba a ser ejecutado con la silla eléctrica.

Tras la enorme cristalera que dividía la gran habitación pudisteis ver que yacía el cadáver de un prisionero en la silla ejecutora, la imagen era bastante horripilante. Os llamó la atención que frente a la silla había un pequeño altar con un libro abierto, teniendo en cuenta la situación seguramente sería la biblia.

Os dais cuenta de que si quieres llegar al otro lugar tienes dos opciones, o intentar romper el cristal que divide la estancia o dar un rodeo por la prisión hasta llegar a esa puerta. Al menos podíais tomar la decisión con calma puesto que no parecía que hubiera alguna amenaza allí.

-Creo que ahora mismo podemos tomarnos la situación con un poco de relax y dar un rodeo, ¿no te parece? -le comenté a mi compañera, dubitativa. Mis ojos se clavaron con horror en el cuerpo del prisionero que había sido ejecutado-. Romper el cristal provocará mucho ruido, aunque al menos tenemos la seguridad de que, desde este lado, no nos hemos encontrado con ninguna amenaza. ¿Qué prefieres hacer?

Mientras le hago la pregunta a mi compañera para saber qué piensa al respecto, decido echar un vistazo a la sala para comprobar si en ella encontramos algo de utilidad.

Asenti ante afirmacion de Terri sin desclavar los ojos del cadaver. Aunque en la sala de radio habia un cadaver muerto por bala, no me fiaba ya de ninguno sin poder examinarlo al detalle - Si. Daremos un rodeo, pero antes miremos si hay algo de provecho que podamos llevarnos de este lado. - aconseje antes de salir por la puerta, para ir mirando los alrededores

Decidisteis dar un rodeo hasta llegar a la puerta que estaba al lado contrario; ahora podías echar un vistazo a todo más de cerca, cualquier barrera ha sido ahora evadida.

Decido hacerle un gesto a Chambers, señalándole la Biblia para que se acerque a examinarla. Entretanto, armada con mi Beretta, decido aproximarme hasta el cadáver y examinarlo con detenimiento. Siendo un prisionero, lo más probable es que no llevase nada de utilidad encima, pero más valía asegurarse.

Entré apuntando al cadaver. Ya no me fiaba, no obstante Terri me hizo un gesto para que comprobara la biblia... Tras un segundo de duda, asentí con algo de preocupación, y mientras iba hacia esta, me fijé donde estaba la palanca que hacía funcionar la silla. En caso de que ese cadaver se levantara, iría corriendo hacia ella, pero por el momento, la biblia esperaba.

Examinaste con detenimiento el cadáver lo suficiente para darte cuenta que se trataba de un hombre realmente corpulento y que tuvo que necesitar una descarga de gran potencia para acabar con su vida.

Después de las experiencias vividas en la prisión temías porque una aberración así se levantase de su asiento, por fortuna seguía inmóvil tal y como debería ser.

Al echar un vistazo al libro comprobarás que la Biblia está abierta, justamente en mitad de la hoja aparece subrayado:

“Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.”

                                                                                                                      Mateo 18:34 (pag 278)

Y justo en el instante que dejaste de leer, como si el destino quisiera jugarte una mala pasada, el cadáver que estaba sentado en la silla eléctrica alzó el brazo intentando agarrarte, no tardó en deshacerse de los cinturones de seguridad con su sobrenatural fuerza ¡debíais hacer algo!

En el instante que Chambers dejó de leer la Biblia, como si el destino quisiera jugaros una mala pasada, el cadáver que estaba sentado en la silla eléctrica alzó el brazo intentando agarrarla; no tardó en deshacerse de los cinturones de seguridad con su sobrenatural fuerza ¡debíais hacer algo!

Al ver que aquel corpulento zombi se incorporaba con intenciones más que obvias, le apunté a la cabeza con mi Beretta. Era un ser bastante recio y probablemente nos costasen muchas más balas abatirlo, pero tenía la esperanza de que entre Chambers y yo podríamos abatirlo.

-¡Traga plomo, hijo de perra! -exclamé, abriendo fuego sobre el antiguo recluso.

Al sorprenderme por el cadaver, el cual también esperaba que se levantase, extendi mis manos armada con la Beretta y comence a disparar

Cuando ese ser me agarró, me pilló por sorpresa, una bastante enorme. Yo iba a ser la siguiente, lo podía ver a la legua... Ya no podía hacer nada, salvo ayudar a mi amiga a vivir. Agarré el brazo del cadaver agitando las piernas una y otra vez - T-Terri.... L-la... elec... - Apenas podía hablar pero apunté con la pistola a donde pude para tratar de disparar, e incluso si pudiera vaciar el cargador.

Cuando ese ser me agarró, me pilló por sorpresa, una bastante enorme. Yo iba a ser la siguiente, lo podía ver a la legua... Ya no podía hacer nada, salvo ayudar a mi amiga a vivir. Agarré el brazo del cadaver agitando las piernas una y otra vez - T-Terri.... L-la... elec... - Apenas podía hablar pero apunté con la pistola a donde pude para tratar de disparar, e incluso si pudiera vaciar el cargador para que mi amiga tuviera una oportunidad y redimiendome por no ir a rescatarla