Partida Rol por web

El delegado de Khazalid Ungol explotó en un ataque de enfado caracteristico de los enanos. Botán negó con la cabeza ante las preguntas del delegado tarsino. El aguila humanoide de aspecto imponente se situó junto a la rana.

- No pudimos acercarnos mucho, pero podemos asegurar que tardaran al menos un mes y medio o dos meses en llegar, algo menos si quisieran forzar las marchas. Tampoco tuvimos la oportunidad de rodear su ejercito, por su extensión, ni de adentrarnos ya que fuimos recibidos con fuego, como ha dicho el delegado, y con flechas. Así que no sabemos de sus rutas de avituallamiento. Sufrimos demasiadas bajas como para arriesgarnos a que no volviera la información.

Botán le hizo un gesto para que el capitán volviera a su puesto, este asintió y dió un paso atrás.

- Con respecto a las patrullas -continuó la rana- como sabrá usted, Animalia no tiene fronteras en el continente, asi que nuestros guardias no saben nada. Aunque creo que el delegado de Khazalid puede tener un punto, como dije, hará falta un esfuerzo conjunto para detenerlos.

El rebote ocasionado por el delegado de Ungol sorprendió en demasia a Cid. Siempre pudo tener algún que otro problema con Ray en el pasado frente a otros delegados, pero jamás un rebote tan amplio. Esperó pues a que todos los delegados terminasen de hablar, en especial el de los enanos - Como ya he dicho su comportamiento es debido a razones de peso, y ya he pedido disculpas previas a que se desmadrara todo, no es necesario alzar la voz de dicha manera - Intentó aplacar Cid tal enfado proveniente de su congenere de raza. - El es un sabio, como el resto del consejo de Maxener, por tener el mayor conocimiento militar de todo el reino. Es el que mejores diseños puede crear para realizar armas de distinto calibre que puedan rivalizar con esa invencibilidad que puede poseer el Orco lider, además de por otros muchos logros. No se le puede juzgar por una sola reunión en la cual expresa su deseo por salvar vidas - Y pues su rabia venía a causa de eso, es más hizo un gesto de afección en cuanto Cid lo mencionó.

Pero pasando al asunto importante que cabía por resolver, fue, de Maxener, Ray el primero que dirigió el pesame hacia el reino de Animalia - Lamento que hayais perdido a tantas gentes de vuestro reino. Siento haber insinuado que no queriais a vuestras gentes. Ha sido un error mio el precipitarme al no haber escuchado más que silencio... Tampoco sabía que la situación era tan grave, pero eso no es una excusa. 

Acabara como acabara la disculpa dada por Ray hacia Animalia principalmente, Alya aportó más ideas a las ya dadas - Maxener podría mejorar las defensas contra el norte, no solo del reino, sino de los soldados. No serán las mejores probablemente, pero sin duda añadirás más resistencia al imperio y a la entrada de cualquier Orco al continente. Además, usando algún ingenio aereo como ha sugerido Khazalid Ungol, o incluso subacuatico por el rio, podriamos intentar no solo ganar información, sino realizar infiltrarnos en sus tierras. Como habeis dicho delegado Botan, el enemigo os atacó con fuego, en dicho caso en el agua no funcionará, y si los orcos intentasen atacar a algo bajo el agua, dudo que sus armas hicieran tanto efecto como en tierra, aunque temo que en eso tendrá más experiencia su reino - sugirió pues al lider de Animalia. - Si llegasemos a rodearlos, podriamos sorprenderlos e incluso desbaratar sus fuerzas como ha sugerido la lider de Tarsi.

Edés escuchó con atención las intervenciones, inclusive los ataques personales. Todo era información. Mientras tanto, tras ella los otros dos tarsinos mascullaban, intercambiando opiniones.

- Insisto, una horda tan grande no surge de la nada. Y para nada.¿Por qué se unen ahora? ¿Y por qué contra las Nueve Lunas? Lo del demonio es más un asustaviejas que una realidad.

- Galain, Theneul, ¿Qué han informado vuestras patrullas fronterizas en estos meses?

- Todos, los orcos no se unen entre sí sin disputas. Seguro que algún caudillo no es afín a ese nuevo líder... O cree que la horda estaría mejor con él al frente. Debemos dar con esos rebeldes, y hacerles obra en nuestro favor. Al tiempo, es primordial comenzar a hostigar a ese ejército. Que no pueda avituallarse o avanzar. - Edés lanzó una mirada se soslayo a los gnomos... Con lo ruidosos que eran siempre, estaban relativamente tranquilos.

 En su momento, Arkham destacó por su silencio mientras el resto aportaba sus conocimientos u opiniones, algunas más brutas e innecesarias que otras, provocando un visible enarcamiento de ceja por parte del albino al escuchar a uno de los representantes de Maxener quejarse del silencio del resto, así como la dura respuesta de Ungol.

 -Y luego yo soy el salvaje... -pensó en sus adentros el hombre, sin intenciones de intervenir en aquel choque que, si bien Maxener parecía tener intenciones de no continuar, como era de esperarse, los enanos seguramente serian toro caso: eran duros y orgullosos por naturaleza, un "lo lamento" tal vez no seria suficiente, no si les hicieron perder la compostura de esa manera...

 Por otro lado, la presencia de aquel representante de Isolde dibujó una expresión de disgusto en el rostro del usualmente inmutable comandante: ya daba por hecho que Isolde no dejaría pasar la oportunidad de demostrar su apoyo ciego al imperio y sus líderes, pero incluso hablando de ellos le parecía descarada la manera en la que el representante solo había abierto la boca para dejar en claro su apoyo... Porque claro, cuando se ganase la guerra se podría decir que estuvieron con el imperio todo el tiempo.

 Regresando a los temas de importancia, en la mesa se empezaba a contar con información de valor respecto al enemigo en común que tenían los reinos: era poca, sin embargo, suficiente, y por lo menos todos parecían tener uno o dos planes para aportar de alguna manera.

 -Ciertamente, el evento de tantos orcos reunidos en algo inusual, sin embargo, la idea de que cuenten con apoyo externo no me parece novedosa... -confesó el comandante, con su tono neutral característico. -. Cuando las personas escuchan que alguien apoya a una amenaza piensan que lo hace para acabar con alguien, pero muchas veces esto es solo una manera de conseguir reconocimiento: cualquiera puede "crear" una amenaza, participar en su solución, y ganar reconocimiento por ello -explicó, confiando en sus palabras. -. Por supuesto, si ese fuera el caso y realmente existiese alguien que apoya a los orcos con el fin de obtener reconocimiento, también tendrá preparado un plan secreto para acabar con la amenaza, llevándose parte del crédito pero sin destacar demasiado... Las otras opciones es que sea un idiota y creyera que el resto se haría cargo del problema sin posibilidades de fallo, o que simplemente quiere la destrucción de las naciones...

  Dada su opinión respecto a la posibilidad de alguien dando una mano a los orcos, el representante de Doragon fijaría su atención en Ungol y su propuesta.

 -Hacer escasear sus recursos es un buen plan, pero el problema está en llegar a ellos: con todo lo que se ha dicho, me sorprendería que realmente fuesen a ir de frente a la batalla descuidando sus suministros... Pero en el que caso se lleva a cabo ese plan, hay que considerar la naturaleza de los orcos.: Si se quedan sin recursos no se quedarán de brazos cruzados muriendo de hambre o sembrando trigo, se lanzarán con todo a por las tierras más cercanas para saquearlas y reabastecerse -declaró Arkham. -. Si les forzaremos a avanzar, deberemos hacerlo cuando sepamos que seremos capaces de enfrentarlos, o al menos retenerlos lo suficiente hasta que la escasez de recursos haga el trabajo...

  Por otro lado, estaba la idea de rebeldes entre los orcos comentada por Edés, una que haría al hombre llevarse una mano a la barbilla, pensativo.

 -El problema es que, si están tan bien organizados como lo imagino, seria muy complicado dar y contactar con esos rebeldes entre los orcos... Lo más fácil seria capturar a algunos en los enfrentamientos, y persuadirlos para cambiarse de bando... Y aun así seria arriesgado si no hay manera de verificar sin dudas que el orco esté de nuestro lado -concluyó.

Al parecer los ánimos estaban bastante crispados por la presencia de la horda de orcos, pues pronto la reunión se convirtió en un cruce de gritos y acusaciones, empezando por Ray de Maxener, quien increpó al resto de naciones su pasividad. El normalmente adusto representante de Khazalid Ungol no pudo soportarlo esta vez, y explotó en una diatriba contra los “niñatos” de Maxener.

Galain parecía ciertamente complacido con la situación, pues no pudo evitar una sonrisa cuando el enano puso en evidencia a la delegación de Maxener, con los que él mismo no estaba en buenos términos. Sin embargo, dio una respuesta algo más diplomática.

- Calma, por favor. Entiendo que estamos todos muy nerviosos por esta terrible amenaza, pero intentemos serenarnos. Todas aquellas naciones que estén de acuerdo en suscribir el pacto de la Alianza son bienvenidas a expresar cómo quieren ayudar a la causa.- dijo, y entonces se dirigió en concreto a lord Feldegast.- Agradezco a Nueva Isolde su buena disposición, sin duda su Majestad Imperial estará agradecido con el Gran Duque.- dijo, con una inclinación de cabeza.

Después hubo tiempo también para las cuestiones más tácticas, donde todos empezaron a intercambiar ideas sobre posibles estrategias para atacar el problema.

- Un ejército así no surge de la nada. ¿Qué han ido informando vuestras patrullas fronterizas en los meses previos? Los orcos son salvajes y belicosos por naturaleza... Pero algo deben querer o anhelar como sociedad para marchar a la guerra unidos. ¿Buscan algo aquí?- preguntó la delegación tarsina.

Galain repuso impertérrito, sin que al parecer le afectara que alguien pusiera en duda las capacidades del Imperio.

- Los territorios del norte son inhóspitos y no se patrullan tan a menudo como quisiéramos. De todas maneras, por lo que sabemos esta horda se ha reunido en un tiempo récord, estamos hablando de semanas quizá, no meses. Lo cual es otro indicativo de lo peligrosos que son, si se han sabido organizar tan bien.

- En cuanto a la segunda pregunta, ¿qué quieren los orcos, sino destruir, violar y saquear? No hay que subestimar el enemigo, pero tampoco sobrestimarlo, no son más que bestias sedientas de sangre, por muy organizados que estén.- dijo, quitándole importancia con un gesto de la mano.

Los acompañantes de Edés tiraron de su ropa disimuladamente. No debía intervenir más. La mujer arrugó el gesto, le gustaba el protagonismo. Pero los estrategas habían decidido.

- De acuerdo, Galain. Prepararé un informe para Tarsi. Os haré saber la postura de mi país a la mayor brevedad posible. Comprended que no todas las gentes nos pronunciamos a viva voz sobre asuntos delicados... Mi pueblo debe consensuar ir a la guerra.

Al ver su proclama totalmente ignorada Dagnar se levantó claramente agraviado señalando con dedo acusador a Galain y hablando con un claro tono reprobatorio.-Esto me parece inaudito, Maxener ha metido la pata no en uno sino en dos ocasiones y ahora somos el resto los que estamos "nerviosos". Hemos venido a honrar una muerte y una coronación con un excelso trabajo, bien pues, aquí termina nuestro cometido. No tengo el por qué soportar majaderías de un mocoso, lunático malcriado.

Nos marchamos y dad gracias a que un enano siempre cumple sus promesas. Recibiréis los cañones cuando estén listos, pero ni un solo guerrero de nuestro pueblo acudirá a vuestra llamada. Esta afrenta no será olvidada.-el consejero de Khazalid Ungol abandonó ese mismo día el Imperio de la Nueve Lunas con su séquito al completo sin mirar atrás, ni atender audiencia o suplica alguna. El orgullo enano era una cuestión muy delicada para ellos, y bien seguro ya no iban a participar de un trabajo común.

Al cabo de unas semanas el mismísimo Tolgur Stonekeeper enviaría una misiva de su puño y letra junto a los cañones que viajaban en el ferry de los gnomos.

Habéis faltado al honor de mi pueblo y al de mi hermano. Al no haber apoyado su proclama de exilio os considero a todos cómplices de dicha traición. No atenderemos ningún comunicado que no venga acompañado de la cabeza de Ray de Maxener, en cambio el reino que nos la brinde gozará de nuestro favor.

Con aquella explícita carta Khazalid Ungol volvía a cerrar sus enormes puertas de piedra a los extranjeros, encerrándose en las profundas cámaras de la vieja montaña.

Botán se llevó una mano al pecho solemne.

- Yo no puedo dar una respuesta de este calibre pero transmitiré la intención a la sacerdotisa.

Sorprendidos frente a la respuesta salida de tono de Ungol ante una disculpa dada apropiadamente por Ray y apoyada por Cid, Maxener no dijo más mientras una de las naciones más solitarias dejaba el lugar.

No obstante por el resto de opiniones, asintió Cid, en especial a Galain - Como ya os he indicado consejero Galain, Maxener apoyará al imperio de las Nueve Lunas, en parte por amistad y en parte por deber personal. Hablaremos con el resto de consejeros de Maxener, pero apoyaremos a la defensa del imperio y sus soldados.

Carta a Theneul:

Mi querido Theneul

Os envío esta misiva debido a la dificultad que estos días he tenido para acercarme a vos. Quería poder tener una reunión en privado con vos, algo más informal, para daros la enhorabuena de manera más cercana. Conocí a vuestro padre, y a su padre antes. Ambos tres sois seres únicos y os tengo en muy alta estima, tanto que me gustaría seguir manteniendo una cierta cercanía lejos de la política.

La verdad, veo la grandeza en vos. Si bien es cierto que adoraba a vuestro padre por ser mucho más protector para con su reino y sus seres queridos, es posible que seáis la mejor persona que pueda dirigir este reino, y por supuesto, no me gustaría que os faltase una mano amiga.

Siento si me pasé con vuestro consejero, pero realmente me preocupo por vos, y por el futuro de vuestro imperio en vuestras manos.

Si llegaseis a necesitar una voz amiga, no dudéis en hacédmelo saber, pues al igual que ayudé en el pasado a vuestro padre, estoy dispuesto a ayudaros a vos.

Un amistoso saludo.

Cid Nishati