Partida Rol por web

La magus tiefling con siguió moverse al fin, tras forcejear con la resina. Su cuerpo estaba pringoso, pero no podía dejar a Vors e Isobel luchando contra aquella terrible osgo. Llena de coraje, alzó su estoque y lanzó una punzada que nuevamente alcanzó a Inoklar. Por su parte, Isobel comprobó que Hatake todavía respiraba y que sus heridas, aunque graves, parecían haber dejado de sangrar...

- ¡¡Vamos chicos!! ¡¡Podemos con ella!!- animó al andorano y la mestiza infernal. No tenía demasiado claro si vencerían a aquella rival, pero debían tener fe.

Annis por fin se libró de aquella asquerosidad de sustancia, asi que dió un paso atrás y lanzó de nuevo el conjuro que, a su juicio, más le costaría resistir a la osgo. Sacó un puñado de arena multicolor y la arrojó hacia la osgo mientras canturreaba. De repente, un abanico de luz de colores surgió de sus manos envolviendo a su enemigo.

Annis, a pesar de encontrarse demasiado cerca de Inoklar, comprobó como el arma de la osgo era demasiado larga como para amenazarla e impedir su conjuro. Tras dar un paso y situarse en posición, realizó una secuencia de ligeros gestos, mientras  un cono multicolor se desprendía de su mano.

Inoklar quedó cegada y aturdida, con lo que no pudo actuar. Vors respiró de alivio, pues no tenía muy claro cómo detener los poderosos embates de la goblinoide. La fortuna había vuelto a sonreír al espadachín.

Casi como si de una sombra se tratara, Ekkie, la goblin loca y adolescente apareció justo en posición de flanqueo. Las palabras de Vors habían surtido efecto y ahora, los pathfinders disponían de una aliada más. Ekkie lanzó un tajo de su retorcida arma, que rajó la musculosa pierna de la guerrera ...

El espadachin, que acababa de ver como la alabarda se dirigia con toda su furia hacia el, para en el ultimo momento caer mientras la osgo se llevaba las manos a los ojos, no desaprovecho la ocasion y lanzo una estocada directa al cuello de su adversaria.

Annis, luchando contra el estremecimiento que le provocaba la intimidante guerrera, se tiró a muerte a por la osgo al ver que su hechizo funcionaba. 

-CAE, MALDITA!

Tanto el estoque del espadachín como el de la magus se hundieron con precisión quirúrgica en el cuerpo de la fiera y terrible guerrera osgo. Inoklar poco pudo hacer para evitar que las afiladas puntas de ambas agujas, se adentraran en sus entrañas como si de mantequilla se tratara. Mientras notaba como la vida le abandonaba, la líder de aquella banda de trasgos rufianes, dejó escapar una siseante carcajada, al tiempo que un hilo de sangre caía como un delicado borbotón entre la comisura de su acolmillada boca. Había sido derrotada.

- ¡¡Vosotros pagar pathfinders!! ¡¡Tarde o temprano pagaaaaaargh!!...- y entre estertores y espasmos, el brillo de sus amarillentos ojos mudó a una tonalidad glauca y perdida. Estaba muriendo. Lo sabía. Cayó de rodillas en una grotesca postura, la cual se asimilaba a la de un devoto fiel que pide clemencia a los dioses de Golarion.

Una vez muerta la guerrera trasgoide, Vors y Annis se dejaron vencer por el cansancio. Los combates y toda la travesía por aquellos túneles había sido demasiado exigente, y una vez cumplida la misión, el agotamiento se hizo dueño de los cuerpos. Se sentaron en el suelo, mientras Isobel registraba las pertenencias de Inoklar.

La bruja revisó todo lo que la guerrera poseía, pues tal vez guardara algún remedio para restañar las heridas de Hatake, y así fue. En una bolsa lateral, la mujer halló un vial con un líquido azulado y dulce sospechoso de ser un remedio curativo. Pidió ayuda y Vors le ayudó a incorporar al joven ninja. Tan sólo pasó un mínimo intervalo de tiempo tras ingerir el líquido y apreciarse su efecto. Las heridas se comenzaron a cerrar por el potente efecto mágico y Hatake recuperó la consciencia.

Todo había acabado y con un gran resultado. La sucursal de la Logia en Magnimar podría estar contenta del trabajo desempeñado. Habían desarticulado una banda de trasgos carroñeros que amilanaban a los mercaderes de aquella bella ciudad.

Ekkie, por su parte, gozaba de su libertad. La goblin adolescente también había cumplido su parte y por fin volvería a su casa en los pantanos de las Mushfen. Allí le aguardaba su tribu. La goblin sabía que la mirarían mal, pues odiaba maltratar animales -aunque se tratara de perros y caballos- pero ella era así, y prefería quedarse soltera a ser la esclava de alguna mente depravada.

Contenta por la ayuda del grupo, los condujo de vuelta a la superficie. Se despidió de todos menos Annis. La mujer de los cuernos no le caía demasiado bien, según Ekkie, la tiefling le tenía celos por ser tan molona y verde. Con el que más tiempo perdió, fue con Vors, el espadachín andorano le parecía muy buena persona... Si hubiera sido un goblin le hubiera pedido que la acompañara de viaje al pantano. Allí podría heberle presentado a sus padres y a sus diecisiete hermanos... ¡¡Quizás se hubieran podido casar y tener una decena de goblincitos cabezones y sanos!!

Cuando el grupo estuvo a salvo, Ekkie alzó su mano y se despidió. Ahora tendría una buena historia que contar. 

Desperté entre Vors e Isobel. Oh, otra vez... Me llevé la mano a la terrible herida. y vi que estaba casi sanada. Tambien vi a la terrible osgo muerta en el suelo y a mis compañeros, cansados ayudandome. Incluso Ekkie estaba alli, orgullosa al parecer. Les agradecí a todos por volver a salvarme. 

Tal vez me habia dado demasiada prisa en irme de mi tierra, sin entrenamiento apenas. Habia estado a punto de morir mas veces de las que era posible sobrevivir. Y todo gracias a Vors, Annis e Isobel. Tal vez volveria a Tian, a netrenar duro y volverme mas util, y con el tiempo volveria a buscar a los Pathfinders. Pero de momento tocaba entregar el informe. 

- Ekkie, puede que fueras una buena Pathfinder. Si te gusta la idea podriamos hablar con los superiores. Que os parece? - Les pregunté a todos cuando nos despediamos de la goblin. Habia demostrado ser mas util y tener mas recursos de los que creiamos todos nosotros. 

Todo pasó, por fin. La osgo cayó y consiguieron salvar a Hatake. Misión cunplida. Annis estaba satisfecha, habían cumplido la misión y demostrado su valía. Además, Annis había aprendido mucho. Se consideraba afortunada de haber contado con aquellos compañeros, incluso, al final, la pequeña alimaña había resultado útil.

-Señores, ha sido un verdadero placer. Deseo que nuestros caminos vuelvan a cruzarse. Tened cuidado ahí fuera.

Ya estaba. La tiefling era mujer de pocas palabras. Se dió la vuelta, se zambulló en su capucha y puso rumbo a su próximo desafío.

Vors contemplo con fria determinacion el cuerpo de la osgo. Hnia estado muy cerca.

Con ternura toco la cabeza de Ekkie. 

- Si chica, creo que tienes lo que hay que tener. Has sabido enfretarte a tus miedos y hacer lo correcto. Eres valiente y no me da ningun apuro considerarte mi amiga.

Al oir las palabras de Hatake le dio un abrazo.

- Por un momento pense ...¡pero eres un hombre duro!  Ahora tienes cicatrices, eso les encanta a las damas.

Le guiñó un ojo al ninja.

Por ultimo se giró ante Isobel y Annis, ante las que ejecuto una aparatosa reverencia.

- Debo reconocer que no soy amigo de la magia, pero ambas habeis sido un excelentes compañeras y vuestros poderes me han impresionado. No habría tenido opciones sin ellos. Vuestros poderes ... y vuestra abrumadora belleza. Si alguna vez deseais tomar una copa en buena compañia, podeis contar conmigo.

Volvamos a la logia, la capitana esperara nuestro informe.