Continué observando la extraña visión, pero para mi frustración fallé una y otra vez al intentar localizar su procedencia. Transcurridas algunas semanas, me cansé de utilizar la Piedra con tal insistencia, y me vi obligado a abandonar la tarea por el bien de mi salud. La emoción dentro de la Corte fue desapareciendo y, al estar ocupado en tantos otros asuntos, el Rey aceptó desengañado que la cuestión de la palantir debería esperar a un momento menos ajetreado. Pero pasaron menos de diez días antes de que se realizara otro gran descubrimiento, y de nuevo la emoción se extendió por toda la Corte.
Asistido por mi ayudante, Elegar, reinicié la aparentemente interminable tarea de reorganizar los libros y pergaminos de la Torre Blanca. Se habían guardado en un estado tan lamentable que incluso Gandalf había tenido dificultades a la hora de realizar pesquisas con ellos. Durante el trabajo de restauración que llevamos a cabo en las estanterías, se encontraron varios escritos y registros que habían caído en nichos que había detrás de las repisas. Parece ser que muchos de dichos escritos recuperados entonces habían sido perdidos poco tiempo después de la construcción de la Torre, en el año 1900. Aparentemente, cuando la Torre fue reconstruida en el año 2698, las estanterías no fueron reemplazadas por otras nuevas, y por lo tanto los pergaminos no fueron hallados. La mayoría de los escritos eran de naturaleza mundana, pero descubrimos un par de obras fascinantes e importantes cuya importancia había sido olvidada hacia largo tiempo.
El primero de ellos era un pequeño libro forrado de cuero rojo que describe un método para "ocultar"" las palantiri. Se trata de un método olvidado por el cual se cubren las Piedras para evitar su uso por parte de observadores no autorizados.
El segundo resultó ser más valioso de lo que su título sugería. Se llamaba "Diario de Mistan: Consejero Real de Valendur de Arnor", y contenía una detallada descripción de la vida de un Consejero Real que vivió durante los primeros años de la Tercera Edad. Dentro de las páginas meticulosamente escritas y cuidadosamente conservadas, me tropecé con una referencia a un antiguo sortilegio de vidente situado en el texto del Terindasam i Rynd Permaith Aran (S. "Salón Oval de la Biblioteca Real"). Asombrado, me di cuenta de que el diario afirmaba que se podía utilizar el sortilegio para localizar objetos de gran poder.
Fue entonces cuando me di cuenta de que aquella podía ser la clave para la recuperación de las palantiri que se habían perdido en el norte, y que explicaría las visiones que se habían aparecido a todos aquellos que habían utilizado la Piedra de Minas Tirith.
Vuestra misión consiste en viajar hasta las antiguas ruinas de Annúminas en el antiguo Arthedain.
Tarquillan cree que las ruinas de la biblioteca de la antigua capital son el sitio más probable en el que se pueda encontrar el tomo de sortilegios perdido. Existe una posibilidad menor de que el tomo descanse en una repisa en Fornost Erain, o incluso una posibilidad remota de que se pueda encontrar el libro entre los escombros de Osgiliath. Sin embargo, creemos que deberíais registrar Annúminas primero.
En Annúminas, deberéis entrar en el Rynd Permaith Aran, la Biblioteca Real, y buscar el sortilegio arcano del vidente situado dentro de un texto titulado "Tratado Sobre la Magia Sutil", que era guardado en la Sala Oval.
Con el pergamino, deberéis volver sobre vuestros pasos hasta Tharbad para informar de vuestros hallazgos y adquirir ayuda humana o material, según lo necesitéis. Una vez equipados debidamente, la tarea es sencilla: recuperar la palantir y traerla hasta Minas Tirith.
Mmmm... Se mesa la perilla. -Suena demasiado bien para ser una simple misión de búsqueda. Cual es la trampa? -Refiriendose a las dificultades que podran encontrarse durante su viaje. -Espero que haya una merecida y sustanciosa recompensa detras de todo esto.
¡Annúminas! Esa ciudad hace tiempo que yace en silencio. A saber la clase de criaturas que la habitan. El plan contado por Tarquillan y Lord Carondor parecía demasiado fácil, pero la mágia que tenía detrás hacia que el enano no las tuviese todas consigo.
- ¡Tarea fácil! - Brama Grond sin dudarlo. - Ir a por algo en una ruinas y volver. No hay de que preocuparse, ¡Grond está aquí! - Y al momento, pregunta - ¿Cuando partimos?
Se le ve mucho más tranquilo que antes, ya que sus compañeros llevan la delantera hablando, y decide lanzarse.
- Perdonad, Lord Carondor, pero, ¿hay algún vidente en Tharbad? porque creo no equivocarme al afirmar que ninguno de nosotros lo es, con lo que no podríamos usar el sortilegio para saber de la Palantir.
Las recompensas las otorgará el propio rey a vuestro retorno. Y nadie ha dicho nunca que el rey no sea generoso y justo con los que prestan sus servicios. Tanto si lo que ansiáis son riquezas, tierras, títulos u otras recompensas, no quedaréis decepcionados. Los servicios al Reino siempre son bien recompensados.
Para vuestra misión, recibiréis el equipo necesario. En Tharbad también recibiréis ayuda para recuperar la Palantir tras descubrir su paradero.
Y en cuanto a la peligrosidad del viaje, los caminos siguen sin ser seguros y las ruinas pueden albergar muchos peligros, desde forajidos a desastres naturales, pasando por seguidores del rey brujo o de Sauron.
El sortilegio puede ser usado por cualquiera, sólo hay que leer el texto, escrito en Sindarin. - añade Tarquillan.
Esbirros de Sauron, trampas o peligros naturales... -Choca sus puños. -Nada que no se pueda solventar con una buena arma en las manos. Contad con mi espada, maese Tarquillan. Si la recompensa es suculenta, no puedo negar mis servicios.
Perfecto, entonces. En la puerta de la ciudad tendréis preparadas monturas, raciones de viaje y el equipo necesario para el viaje. También necesitaréis este pergamino, para el comandante Cilis, en Tharbad. Le tiende a Thavannan un pergamino sellado. Os proporcionará ayuda y apoyo para recuperar la Palantir.
Necesitaréis esta llave- dice Tarquillan, mostrando una llave hierro de unos 15 cm. El mango termina en un gran racimo de piedras preciosas que forman la figura de una rosa. Os permitirá abrir la Biblioteca Real.
Podéis descansar en la Casa de Huéspedes esta noche. Mañana estará todo dispuesto para vuestro viaje.
- Gracias, Lord Carondor - digo al recoger el pergamino -. Entonces creo que me retiraré a descansar. ¡Quién sabe cuando podré volver a dormir en una cama! - añado con una sonrisa.
- Gracias señores. Haremos todo lo posible por cumplir esta tarea adecuadamente. - y me inclino para retirarme.
Bien, y dicho esto... Donde esta la cena? -Dice con una sonrisa picara. -Porque hay cena, verdad?
En ese momento Grond se sitúa al lado de Tárion y le dice - ¿¡Comida!? ¡Estoy que desfallezco! !El buen enano necesita buena comida! - Luego mira a Lord Cardonor y le comenta - Mañana... ¿Habrá un buen desayuno?
Una nueva misión se veía en el horizonte, algo a lo que Morin no le haría ascos.
¡Si, vayamos a disfrutar de nuestra última noche antes de partir! Rió el enano.
Por supuesto que habrá cena. Lady Gilorwen se estará ocupando de todo, como siempre. Y no os preocupéis por el desayuno. Con el viaje que tenéis por delante, no permitirá que salgáis con el estómago vacío. La fama de la Casa de Huéspedes de Minas Tirith no lo permitiría.
Se dirige hacia la puerta.
Acompañadme. Y guardad bien la llave y el pergamino.
Cuando volvéis a la Casa de Huéspedes, hay una gran mesa preparada en una de las salas, repleta de los manjares más delicados y exquisitos, traídos de todos los rincones de Occidente. Las heridas de la Guerra del Anillo aún no han cicatrizado del todo, pero las carreteras principales son seguras para los comerciantes y los campesinos pueden dedicarse a sus tareas diarias. Minas Tirith intenta recuperar su posición como capital y ciudad cosmopolita al amparo del nuevo rey.
A la cena os acompaña Lady Gilorwen, Elegar y Lord Carondor.
Tarquilan no suele asistir a banquetes ni celebraciones. Siempre está ensimismado en sus estudios. comenta la dama.
Si estuviera el rey, seguro que el banquete se realizaría en las estancias reales, pero está recordándoles a los orientales donde están las fronteras. añade Lord Carondor.
Pasado un rato, Elegar se disculpa.
Debo asistir a Tarquilan, pues tenemos que consultar algunos tomos antiguos.
Si queréis conversar con alguien en concreto o hacer alguna cosa en la cena postead libremente
Si queréis hcer algo durante la noche, escribidlo con copia sólo a mí.
Como nadie ha dicho nada continuamos para bingo.
Cambiamos a la escena Camino a Tharbad