Los aprendices fueron convocados aquel día. Daria la Gris se mostraba preocupada. Los augurios de clima no eran favorables y quería que todo el mundo fuera tomando precauciones. ¿Contra qué? le preguntaban. No se, y eso es precisamente lo que me preocupa -dijo. ¿Que se hace ante lo que no sabes que no sabes? -les regresó, uno más de sus acertijos.
La discusión entre los magos siguió un rato. La mezclaron con comida traída hasta donde estaban, pero la plática distaba de aquella casual y amena que acompañaba casi siempre a la mesa llena de viandas. No bien acababan de limpiar el cuenco de sopa con el pan que Ansgmar y Noah fueron llevados aparte.
Muchachos, queremos que vayan a los picos a plantar tres veletas mágicas. ¿Se sienten capaces de hacer esto solos? Daria la Gris sonaba seria, dudando sobre dejarle algo a los chicos recién llegados, pero a la vez necesitando que ya comenzaran a aportar a la Alianza.
Noah acababa de ser enviado a completar su entrenamiento a un castillo, una Alianza. En ella, le dijeron, debía obedecer a los magos que ahí mandaban. En particular, uno de ellos se encargaría de enseñarle lo que de aprendiz le faltase...
Veletas mágicas... para que serían
¿De alguna manera en particular? dijo el muchacho con cierto excepticismo Imagino que no valga de cualquier modo ni en cualquier lugar del monte No podía ser tan facil, nunca lo era desde que dejara sus tierras y se uniera a los demás en este sitio.
Apenas entendiendo el acento nórdico del chico, la maga de gris túnica le explicó: Si, tienen que ser en un lugar especial. El monte es Mon Hermé. Debe ser alto, expuesto al viento, seguramente anclado, y... en algún nodo de líneas geománticas. ¿Alguno de los magos mayores le quiere explicar al chico que es esto?
"¿Lineas que?" pensó Angmar y su cara fue transparente al respecto "Si porfavor que alguien diga algo de lo que quiere hacer esta mujer" se dijo mirando a todos los demás magos por derecho que había en la sala, su vieja maestra no era tan lujosa, ni rica, ni pedante como el mas llano de todos estos magos pero al menos hablaba claro.
¿que fue de mi maestra?
estoy gastando los 90 pxs que nos dio el narrador en la ultima escena(enlace), junto con los 50 de trotamundos y los 50 de guerrero.
¿Como desde los 5 he tenido a la loca de las runas como tutora, podría ponerme empatia animal, sensibilidad mágica y conocimiento arcano al 1? La idea es que este familiarizado con los conceptos más básicos y sea capaz de senir los elementos mágicos, lo de los animales por tener algo parecido a un animal guia, algo myu topicazo de las culturas del norte, un lobo estaba pensando pero si te viene mejor otra cosa estoy abierto a ello.
Guerrero:
Trotamundos.
Restan los 90 puntos por edad.
cuando me des permiso lo paso a la ficha
Nemain estaba ahí, escuchando a la maga de gris. Estaba acompañando a Fildebrando el afortunado, su parens, su guía.
Angsmar, Nemain, ¿Noah? Encargados están de llevar entonces las veletas a Monthermé. Pasen por ellas a la bodega. Y denles una de los mapas de las líneas geománticas. -señaló a los magos mayores- Estos niños no podrían distinguir un prado de un camello.
Vayan.
Miró suspicaz a su tutora, no sabía que era un camello pero si sabía distinguir un prado cuando lo veía....mas no dijo nada y se limitó a asentir
Vamos pues, sin demora antes de que la tormenta se ponga peor
Los tres aprendices salieron del castillo llevando pesadas mochilas, en cuyo interior habían guardado esas veletas de hierro forjado. Las mochilas eran de una manufactura hermosa, resistentes pero discretas para no llamar la atención. Abajo, en el embarcadero, los esperaba un grog, es decir, un ayudante de la Alianza. Este los pudo ver casi a los ojos sin sentir desconfianza o rechazo, en parte gracias a su entrenamiento y acostumbramiento, y adicionalmente por el hecho de que el Don, esa aura de la magia innata, se manifestaba con delicadeza en Angsmar y Nemain. De hecho, fue a ellos a quienes se dirigió:
Jóvenes señores, fraulein, suban por favor. ¿Donde dijeron que deberíamos ir? -las gotas suaves que caían ya del cielo formaban pequeñas esferas en el manto encerado del barquero, uno muy similar al que traían los jóvenes aprendices, lo que hablaba de que Tiramore era una Alianza próspera y no tan desigual.