Partida Rol por web

- Eso no podrá ser... Hemos defendido durante siglos la reliquia y no se la ofreceremos a nadie que no sea merecedor de ella... esta tradición es sagrada... y harías bien en tomártelo en serio... ¡¡Lluvia de Espadas!! - dijo el maese cuando del cielo empezaron a llover espadas que gracias a tu técnica conseguiste esquivar con relativa facilidad... quedando el suelo de la arena lleno de espadas clavadas.

- Así que Neithan... si realmente deseas partir cuanto antes para luchar contra los Olímpicos... tendrás que derrotarme...

No queria hacerlo pero me estaba forzando a llevarlo acabo, desde el aire antes de acabar con la tecnica de elevacion celestial hago arder todo el Cosmos acumulado en una nueva tecnica.

- No quiero derramar sangre inocente, pero necesito esa reliquia para derrocar la tirania de los olimpicos. Jamas la he usado contra un enemigo Gran Maestre, pero ahora vera el ECLIPSE DE ALAS OSCURAS!

El cosmo se concentra en mis alas que se extienden y brillan con gran intensidad, encegueciendo a quienes miraran en su direccion. Al cabo de unos segundos toda la luz del area es absorbida por mis alas dejando todo en una completa oscuridad y acto seguido me lanzo al ataque contra el gran Maestre descargando una serie de 8 golpes y uno final en el que utilizo toda la energia robada de la luz para incrementar el ataque y doblar su daño.

El Gran Maese consiguió apartar la mirada en el momento justo para evitar ser cegado por el haz de luz... pero aquello hizo que apenas tuviese tiempo para reaccionar ante semejante acometida... de modo que el primer golpe apenas pudo pararlo con su espada... después apenas pudo defenderse... solo pudo parar un golpe más por puro azar en medio del caos de golpes... y el ataque final que debía ser el más devastador también pudo mitigar parte del daño que pudo haber recibido... pero solo parte...

El maese ante semejante ataque hincó la rodilla sobre el suelo, las heridas no eran fatales, pero su cuerpo estaba cubierto de ellas, y la sangre se hacía paso en la arena del lugar donde combatíais...

- Cough (Tose)... Desde luego es evidente que ya cuando llegaste eras un gran guerrero... - dice a la vez que tose algo de sangre... - ...sea así pues... - de debajo de su armadura saca un rosario que tenía colgado al cuello, adornado con la ya habitual cruz, y con otro pequeño adorno más peculiar... como una vidriera con forma de arca...

- Aquí tienes la reliquia Neithan... tómala... y parte hacia Roma... allí deberás encontrarte con otros que como tu compartís el destino de enfrentaros a los Olímpicos... - decía mientras te tendía el rosario.

Al ver al Maestre caido corro hacia él y me arrodillo a su lado para oir sus palabras y tomar lo que me entrega.

- Gracias Maestre...Demostrare que el destino ha conducido mis pasos hasta aqui para tomar esta reliquia y encabezar la revolucion contra los olimpicos, no me rendire hasta que la humanidad se libere de su tirania!

Miro la reliquia, aquella vidriera en forma de arca, me preguntaba que era lo que haria. Si acaso incrementaria mi cosmo energia o simplemente haria vulnerables a los olimpicos.

- antes de partir solo una cosa Maestre, como funciona la reliquia, que se supone que debo hacer con ella?

El maese sonríe al oírte formular esa pregunta... - Es una armadura Neithan... una armadura sagrada que lleva el sello de uno de los siete arcángeles... y probablemente el último poder que queda en la tierra que puede hacer frente a los Olímpicos... úsala bien... y devuelve la luz a este oscuro mundo... - dice justo antes de desmayarse por las heridas... notas que vive y que su vida no corre peligro...

Acto seguido algunos de los templarios acuden a tratar sus heridas... mientras tu te apartas y sigues observando con curiosidad el rosario...

Me quedo mirando aquella reliquia, asi que se trataba de una armadura sagrada de uno de los siete arcangeles. Algo me habian enseñado al respecto, en el tiempo en que fui entrenado en la orden. Pero me preguntaba realmente como haria para invocarla.

Al ver que el gran maestre era atendido por otros miembros de la orden, decido probar abrir el arca del pacto en miniatura. 

Pongo mis manos sobre ella mientras pienso en mis alas desplegandose en un cielo lleno de una luz bendecida.

Tu entrenamiento daba sus frutos... lo que habías aprendido de tu padre, y lo que aprendiste en la orden hizo que te fuese fácil activar el poder del rosario... y momentos después viste como la energía del rosario rodeaba tu cuerpo y formaba una armadura con motivos angélicos y del Arca de la Alianza, notando como tu cosmos se incrementaba.

La reliquia se desvanece en una brillante luz que me cubre por completo y acto seguido comienza a solidificarse formando placas de una armadura con detalles de celestiales y de plumas, las tonalidades doradas en conjunto con el total de las piezas en color azul plateado resaltan apenas por debajo de los detalles carmesi en torno a los bordes de cada placa.

Mi cosmo inmediatamente resuena con la energia de aquella pieza, y siento como si un poder inmenso me insuflara valor y confianza, consumo una pequeña porcion de mi energia para desplegar mis alas que parecieran estar tambien cubiertas por la armadura o pequeñas escamas doradas y emprendo vuelo con celeridad para luego aterrizar junto al resto de los guerreros entorno al Gran Maestre.

- Cuiden bien de él- Les digo y simplemente me marcho rumbo a Roma, conocia donde quedaba el puerto y no me costaria encontrar un barco que me quisiera acoger. Mientras estuviera e viaje ocultaria la reliquia en el rosario hasta el momento de necesitarla.

"Padre, desearia que estuvieras aqui para guiarme en esta lucha desigual. Ojala al menos me acompañara mi hermano..." pienso mientras parto rumbo a la siguiente aventura.

Los templarios preparan tu partida, consiguiéndote provisiones y cualquier cosa que pudieses necesitar para el viaje... Y una vez en el puerto ves a uno de los templarios esperándote, pero uno al que no habías conocido...

- Buenos días... Mi nombre es Bertrand... tengo la misión de guiaros hasta Roma y servir como explorador para investigar como podréis entrar tus compañeros y tú en el Monte Olimpo... - dijo el joven de forma educada a la vez que te tendía la mano a modo de saludo.

El barco era un ferry que os llevaría directamente hasta Civitavecchia desde donde podríais llegar a Roma rápidamente...

Ya sin portar la sagrada armadura del relicario me apersono con las provisiones escoltado por unos pocos soldados en el puerto, alli me recibe un miembro de la orden desconocido hasta el momento.
- Saludos Bertrand, llamame Neithan. Quienes seran mis compañeros y que nos espera en roma?

Le pregunto comprendiendo que al parecer todo estaba mucho más organizado de lo que yo creia, despues de todo no seria una loca idea revelarnos contra el olimpo. Si somos más y cada uno tiene su reliquia confio en que podemos enfrentarnos hasta contra los titanes!

El templario empieza a responder tu pregunta según subís al barco que os llevará hasta allí... - Tus compañeros deberían llevar un rosario como el tuyo... al fin y al cabo son reliquias que representan a cada uno de los arcángeles... de hecho la tuya cuenta con la bendición del Arcángel Miguel... - te comentó Bertrand en la cubierta del barco mientras aguardabais su partida.

- Espero que el resto estén tan preparados como tú... los Olímpicos no serán fáciles de derrotar, y en cuanto sepan que pretendemos atacarlos, acelerarán su plan de castigar a toda la humanidad... - dijo mirando al horizonte a la vez que sonaba el pito del barco que anunciaba su marcha hacia Roma.

Apoyado en la barandilla del barco esperando que este zarpase dialogo con Bertrand, escucho sus palabras y al serme revelado el origen de mi reliquia medito sobre el Arcangel Miguel, conocido por doblegar al mismisimo satan representante de todo el mal. Si era asi, entonces esta reliquia me ayudaria a doblegar la tirania de los Olimpicos y junto al resto de mis compañeros podiamos lograrlo.

-Confio en que asi ha de ser, mi destino me ha guiado. Él ha guiado mis pasos, pues es su voluntad que la humanidad sea liberada para vivir de su libre albedrio.
La sirena del barco se oye por encima nuestro y acalla mis ultimas palabras, habia que ser cautelosos los olimpicos podian estar en todas partes y su poder era grande. No dudaba que incluso algunos hombres se hubieran corrompido a cambio de poder.
 

El resto del viaje transcurrió sin imprevistos, llegando en apenas día y medio a vuestro destino.. desde allí partirías a Roma, en cambio Bertrand tenía otro destino diferente y llegó el momento de vuestra despedida...

- Ha sido un placer Neithan... - dijo estrechándote la mano... - ...lo único que os pido a ti y a tus compañeros es que tampoco subestiméis la existencia de los Olímpicos... sin duda son entidades que han dado la espalda a Dios, pero este los creo y dejó por algún motivo que aún no alcanzamos a conocer... habrá quienes os digan que acabéis con ellos sin dilación... pero si yo fuese vosotros obraría con más cautela... - dijo exponiendo abiertamente ciertas suspicacias sobre la que sería tu futura misión... - Espero de todos modos estar equivocado... nos veremos en Grecia amigo mío... - dijo según el barco volvía a partir...

Las sabias palabras de Bertrand me dejan meditando el asunto, le digo antes de despedirnos.

- Quizas tengas razon, Dios tiene un destino signado para cada uno y dentro de su eterna sabiduria hay un papel que debemos desempeñar, quizas estaba escrito que los olimpicos intentarian tiranizar la creacion.

Me despedi de el y emprendi mi camino hacia Roma, estaba impaciente de conocer al resto que me acompañarian en aquella gesta siguiendo los designios de Dios.

En la misma Civitavecchia te recibieron unos sacerdotes con autoridad papal que esperaban tu llegada.

- Buenos días, debe ser usted Neithan Uller, el gran maese de la orden de Malta nos comunicó su llegada... si es tan amable de acompañarnos... Tres de sus futuros compañeros ya se encuentran en Roma... - dijo uno de ellos mientras te abría la puerta del coche en el que te llevarían hasta la Santa Sede.

Los sacerdotes te presentaron una serie de documentos e identificaciones que los acreditaban como miembros del Vaticano para que cualquier duda que tuvieses se disipase...

Me emocionaba la idea de conocer al fin a mis compañeros, asi que me subi pronto al auto y mientras me mostraban sus credenciales les pregunte.

-Saben ustedes cuantos seremos en total? Quien estara al mando de nuestra mision?- La verdad era que mis conocimientos de la orden era bien escasos, y no sabia quien aparte del Gran Maestre tenia la autoridad.