Sí, será lo mejor querída.-
Digo totalmente convencído, me levanto y sigo a la mujer.
Stevani la sonrrió con malicia. Por fin había conseguido lo que buscaba, su añorado tesoro. Sin dudarlo mordió el cuello de Ana Lucia causando tanto dolor como placer levantando a su vez el vestido de ella y descubriendo su cuerpo a la par que la colmaba de caricias con sus manos. Estas recorrian cada rincon de la Vampira con ansia, rapidas para descubrir todos los secretos de su cuerpo.