Diez hermanos se observan, tan calmados, tan imperturbables, que parecen solo gigantescas estatuas de Ángeles de la Muerte.
Se encuentran sentados alrededor de una imponente y fría mesa oblonga, de grueso metal. En un extremo, una gran pantalla muestra la orgullosa Águila Bicéfala, símbolo del Imperio del Hombre. Símbolo de todo lo que estos Marines han jurado defender.
Una puerta se abre a un costado de la pantalla, y por ella entra un hombre corpulento, de cabello cano y mirada de acero. Su movimiento mismo denota autoridad, respeto debido, y peligro. Se trata de un Inquisidor, aquellos que solo responder al Sagrado Emperador de Terra, con poder para incluso requerir asistencia de los Adeptus Astartes, los Marines, las tropas más letales de la Galaxia, en su ayuda.
Y no un Inquisidor cualquiera. Lord Inquisidor Grunvald es una leyenda dentro del Ordo Xenos, la Orden de la Inquisición encargada de purgar la amenaza exterior, la amenaza alienígena. El Xenos, quien obtuvo permiso de Terra para crear su propio ensamble de Astartes, la Deathwatch, que se alimenta de lo mejor de cada capítulo. Todo para matar al Alien, en nombre del Dios Emperador, y asegurar la supremacía de la Humanidad en la Galaxia.
- Hermanos Marines, comienza Grundvald, y su renombre es tal que ni osais molestaros de que un humano os llame hermano, han sido convocados al Amenaza, debido a motivos de extrema urgencia.
La pantalla tras él cambia. Muestra lo que parecen centenares, miles de asteroides viajando por el espacio. La imagen hace zoom, y se pueden apreciar movimiento; es como si la totalidad de la superficie de las rocas se moviera en una danza espasmódica, grotesca. Xenos, escapa con odio la palabra de los partidos labios del Hermano Ranek.
- Xenos, confirma el Inquisidor. Una enorme, repugnante, babosa cantidad de ellos. Dirigidos directamente hacia el Sistema Sittana. Su vuelo actual los llevará a descargar esporas de transporte en los planetas habitados de todo el sistema; incluyendo el mundo-colmena Sittana I.
- Este es un grupo disperso de la Flota Kraken. Sin embargo, sigue siendo extremadamente peligroso. Como siempre, solo hay una solución: el exterminio.
La cara de Grundvald se tuerce en una mueca de asco. Las armas de las naves no sirven. Solo fragmentarían las rocas, pero los Tiránidos seguirían en su curso. No contamos tampoco con suficiente bombas para asegurar su destrucción completa. Es por eso... se pausa para señalar la pantalla, que lo haremos desde dentro.
La pantalla ahora muestra una roca cerca del centro del enjambre; la roca es extrañamente reluciente y alargada. Este solía ser el navío de carga clase Titan "Damisela". Obtenemos de él lecturas de una gran masa de reacción; su núcleo está activo. Nuestra mejor oportunidad es detonarla, destrozando la mayoría del enjambre con él.
Pueden ver ahora un plano de la parte principal de la Damisela.
- El Objetivo Dorado es el principal: activar la secuencia de detonación del núcleo de la astronave. Además, los Videntes han identificado otros blancos, y oportunidades...
- El Damisela se encuentra cerca de los dos asteroides de mayor tamaño. Detectamos en ellos una gran cantidad de Tiránidos clase Alfa: los líderes. Si el Damisela explotara cerca de ellos, la destrucción sería más agradable al Dios Emperador, y nuestro trabajo de limpieza menor. Hemos identificado el Puente de Mando como Objetivo Azul.
- Aunque la nave era principalmente un transporte, su tripulación era, según nuestros records, un grupo de rogue traders. Identificado como Objetivo Blanco, sus cuarteles y postas de municiones. Tal vez algo allí os sea de utilidad...
- Finalmente, los Videntes han identificado un nido de Creepers, el Objetivo Naranja, y un Tiránido de tipo superior, probablemente el que comanda los bichos a bordo del Damisela; este es el Objetivo Rojo. Destruirlos hará más fácil su tarea.
La mirada del Inquisidor recorrió a los Marines. Serán enviados por medio de cápsula de abordaje. En el centro del plano, pueden ver el acceso a las naves salvavidas del Damisela. Si están activas, serán su única forma de escapar de allí.
- Preguntas?
El Hermano Cassius había estado escuchando al Inquisidor Grundval con suma atención. Desde luego, había sido un orgullo ser nombrado para pertenecer a los Deatwach: allí solo se encontraba lo mejor de lo mejor de cada orden de los marines espaciales. Habían estado en múltiples misiones, cada cual más difícil de la anterior. Pero para eso estaban: luchar por la gloria del Dios Emperador y acabar con sus enemigos.
Esta era una misión más que había que cumplir, simple y llanamente. El temor o el miedo a morir no existían en la Orden.
¿Cuanto tiempo tenemos antes de que los asteriodes lleguen a su destino?- preguntó.
Lord Grundvald jugueteó con un estilete de su cinto. El mango parecía cambiar con cada mirada, como si no se decidiera en su propia solidez.
- 3 Ciclos terranos para que sea imposible volarlos desde el espacio sin afectar irreversiblemente la atmósfera de los planetas de Sittana. No es algo que vayamos a hacer de todas formas... pero preferiría conservarlos.
Guilliman había escuchado las ordenes del Inquisidor Grundvald totalmente en silencio memorizando todos los datos que la misión. Parecía una misión compleja, llena de criaturas alienígenas poderosas y ansiosas de destrozar marines y entrar en el centro de su enjambre no sería un paseo. Pero ellos eran la Deathwatch, la crem de la crem, de todos los capítulos de marines espaciales. Para ellos era una misión más, que afrontaban con valor y orgullo por ser los elegídos. Atrás quedan las viejas rencillas entre capítulos.
- Mi única pregunta es cuando salimos y como mi Hermano Cassius ha preguntado de cuanto tiempo disponemos para conseguir los objetivos.
- Como dije, en 3 ciclos terranos volarla desde el espacio dejará de ser una opción. El Inquisidor parece ligeramente entretenido, y crecientemente molesto. Probablemente usemos nuestro arsenal nuclear en 2 días. Tiempo más que suficiente para tener éxito, o morir. O ambas cosas.
Grundvald se da vuelta, presentando su espalda a los Astartes. Os estais tardando en recoger vuestro equipo y partir...
El Capellan Litilus se lebanta y dice:
- Yo no tengo ninguna pregunta, y dirigiendose a sus nuevos compañeros dice -el Lord Inquisidor ha hablado y lo que va a llegar sera musica para mis oidos al ver como sus craneos mal sanos son aplastados por la fuerza del emperador, Bendito sea!
y se prepara para recoger su equipo y largarse a la nave de desembarco.
Las (pocas) dudas ya estaban despejadas. Levantándome, inclino mi cabeza en señal de despedida al Inquisidor y recojo mi equipo. Ya estaba listo para la marcha.
El hermano Lelldar, no pronuncio palabra alguna. Estaba prestando mucha atencion a cada una de las palabras de tan ilustre compañia, cuyo nombre e resultaba familiar.
No era la primera vez que entraba en combate como miembro del Ordo Xenos, ni tampoco de la DeathWatch, claro que aquella ocasion estaba bajo el mando de un reputado Bibliotecario Nyckel del que habia conocido diversas historias de continua guerra de la Inquisicion por mantener las colonias humanas a salvo de las energias del caos.
Los enjambres... eran un peligroso rival. En su anterior batalla batallaron contra una orda de orkos, un poderoso Waaag! que retraso la mision mas de lo debido.
-En esta ocasion no sera asi - se dijo para si mismo. Algunos preguntaban mientras el Inquisidor, les respondia. Otros permanecian en silencio, seguramente rezandole al Emperador por una victoria justa o una muerte honorable.
Todos ibamos a morir, lo unico que importaba era hacerlo despues de activar la autodestruccion.
Estaba listo, se levanto, respiro profundamente y con una voz gelida y apatica pregunto dos cosas.
-Maestre Inquisidor ¿Bajo que mando actuaremos? y... ¿podria usar mapas de menores dimensiones para aquellos que tenemos un netbook?
Espero las respuestas antes de salir.
El Inquisidor miró al Marine que portaba capucha. Un Angel Oscuro, evidentemente...
- El único mando que reconoceréis será el Sagrado deber al Emperador. Y toda la información necesaria ya fue cargada a los sistemas de datos de sus armaduras, agregó.
Lell, netbook?? No dijiste que conocías el trasfondo? Si hubieras dicho al menos tablilla de datos, que en el futuro todos usan iPads!
El hermano Baltasar estudia con expresión imperturbable el mapa del pecio y los objetivos marcados
-lo primero que hemos de conseguir es debilitar al enemigo, osea eliminar al tirano de enjambre y el nido de creepers. Cada escuadra debería ocuparse de uno de estos objetivos nada mas desembarcar, que ademas son los mas próximos al punto de inserción. Como el Tirano es el enemigo mas peligroso propongo que la escuadra Alfa se ocupe de el-
El Lobo Espacial se cruza de brazos esperando la opinión de sus hermanos
El capellan se acerca al Hermano Baltasar y le dice:
- Hermano Baltasar, de la estrategia generica se encargaran los Sargentos. Ellos decidiran que hacer, cuando y como. Lo primero que debemos hacer es escoger al sargento que nos llevara a la victoria. asi que sera mejor que el Equipo Alpha se junte y decidamos antes de ver ninguna estrategia. Aunque estoy de acuerdo en que hay que eliminar al Tirano cuanto antes, pues seccionada la cabeza, la cola solo latigea.
Reflexionando un poco mientras se acerca el resto de la escuadra Alpla y al ver el equipo digo a Baltasar:
-Hermano Baltasar, me parece correcta tu estrategia, por mi tienes un voto para ser Sargento de esta escuadra.
y diriguiendose al resto dice:
-Vamos hermanos, elijan a un para sargento y bajemos a pisar craneos de generstilers
Ante las palabras del Inquisidor y el breve briefing, imagenes recientes y antíguas se apretujan en mi mente, cual muestra de lo que fue, que es casi como decir "lo que está por venir"... Un pasillo angosto, un escudo y un martillo, sagradas herramientas de imposición del bien y el orden del imperio... Una marabunta de criaturas intentando avanzar, y yo como impertérrita muralla indestructible ganando un instante màs para que mis hermanos marines rieguen de muerte y destrucciòn la turba asquerosa de meros bichejos...
Sì, los espacios cerrados son un buen sitio para matar, y morir. Pienso esbozando una sonrisa lúgubre Les transformaremos en mero polvo de estrellas! Por la gloria del Imperio!!!
Me pongo de piè cuando comienzan a partir en busca de su equipo.
Sentado mientras escuchaba al Inquisidor, Sigmund admiraba sus dos enormes armas, las había repasado y limpiado toda la mañana. Aún no entendía porque le habían llamado a la Deathwatch, ya que al contrario que sus compañeros no llevaba armadura algún que pudiera servir para los tyranidos.
"Si es lo que el emperador desea" pensó, "adelante, que el fuego sagrado purifique a esos insectos malnacidos".
Cuando terminaron las preguntas, se levanto recogió sus dos armas, el bolter de asalto y el lanzallamas, y se encamino hacia su escuadra, la escuadra alpha.
Hora de... CACERIA DE BICHOS!!!