Partida Rol por web

El elfo pareció desconcertado al principio, pero después en su rostro se vio reflejada una sonrisa de suficiencia.

-¿Has mirado la carga?- Preguntó haciendo alusión a que ya sabías la respuesta que tú mismo le habías dicho. -No, no. Eso no se hace. Cuando el cliente exige discreción para la carga lo menos que puedes hacer es no mirar, o callarte lo que has visto. Esto repercutirá en vuestra reputación, chicos. Además, yo solamente os puse en contacto con el cliente. No sabía nada de la carga ni mucho menos de la ruta-. Encogiéndose de hombros Gabriel alzó la mano derecha sujetando algo en ella, tal como hacía Ettin con su enorme pistola. Era un credstick. Con otro movimiento, esta vez de su mano izquierda, insertó el credstick en su comlink, tecleó la pantalla varias veces y lo sacó lazándoselo a K.

-Mil doscientos para cada uno, por las complicaciones-. Dijo volviendo a meter las manos en los bolsillos del abrigo reforzado con cuello alto que llevaba. -K será el encargado de repartirlos, después de todo, él fue quien os contactó. ¿Estás de acuerdo?-. Preguntó mirando al Troll directamente. 

- Diles a tus jefes que, la próxima vez que quieran discreción, no utilicen embalajes marcados como jodidos gilipollas. Las lonas se han desgarrado durante el tiroteo y las cajas han sido dañadas, los logos corporativos y los códigos de producto están expuestos y sólo un lerdo no los reconocería. - Ettin dio un paso adelante y miró desde su estatura hacia el elfo con cara de pocos amigos. La pistola en su mano había dejado de moverse. - Y harías bien en recordar que, en las sombras, todos vivimos y morimos según nuestra reputación; y tú no eres la excepción. Cuando corra la voz sobre este trabajito, ¿cuánto tardarás en darte cuenta de que cada vez hay menos grupos de runners interesados en trabajar contigo? Por supuesto, un tipo inteligente como tú se ha dado cuenta de ese detalle. Por eso has decidido compensarnos con una generosa oferta de mil ochocientos nuyens, en lugar de los mil quinientos a la entrega acordados. - El troll se llevó un dedo de la mano libre al oído, como si pretendiera dar a entender que éste había sido afectado por el ruido del tiroteo y no oía bien. - Seguro que el resto de mis compañeros está de acuerdo. - Ettin sonrió de vuelta al elfo. Pero no había humor ni suficiencia; sólo una velada amenaza. Venga, alégrame el día, parecía estar diciendo.

Llegamos a la playa y estaba Gabriel esperándonos. Empezó a “discutir” con Ettin y me dieron el credstick con el dinero para repartirlo.

La conversación se iba calentando, así que añadí con cierta calma -Es cierto, Gabriel. Nos han vendido y eso no es bueno. Ni para nosotros, ni para ti. No nos conviene que se corra el rumos de que tus trabajos no son de fiar. Tenemos que encontrar a la rata que nos ha vendido y enseñarle que así no se juega. Por supuesto que entregaremos la mercancía, pero vamos a buscar, y encontrar, a quien nos ha vendido y nos vendría bien que nos ayudases.- La verdad es que sería más fácil con Gabriel de nuestro lado, pero si lo teníamos que hacer sin él, también podríamos...

La enana bajó de la lancha con cautela, echando un vistazo al plano astral ni bien el elfo hizo acto de aparición, dejando la negociación inicial a K y al troll.

Frunció el ceño: la actitud del elfo no le estaba haciendo ninguna gracia, era obvio a sus ojos que alguien se había ido de la lengua, como acertadamente estaban señalando sus compañeros, ante cuyas intervenciones asentía con la cabeza, mostrando su conformidad.

-Los nuyens están muy bien, Gabri. Pero es cosa de reputación- comentó Arena, con tono alegre. -Es todo un detalle que subas el pago pero...bueno, ya sabes como es esto- concluyó, encogiéndose de hombros.

Null Credit estaba cabreado. Habían escapado por muy poco por culpa de aquellos cabronazos, que les habían vendido al mejor postor, así que ahora le parecía muy bien apretarle las tuerca a su esbirro. Le gustaba la forma de apretarle que tenían sus compañeros.

Sin contar lo bien que le venían los nuyens, cuantos más mejor.

Cornelius sonrió de forma amigable y dijo:

—Quizás podríamos solucionar todo este problema si podemos quedarnos con la lancha. De alguna forma tendremos que volver.

En última instancia le podrían sacar un dinero, pero tenía también otros posibles planes. Después de todo le empezaba a gustar este grupo de perdedores metahumanos. Hacía tiempo que no se sentía como en los viejos tiempos en Portland, cuando tenía compañeros.

-Chicos...- comenzó diciendo casi sin mover los labios. -...ya sabeis como es esto. La info ha podido ser hackeada de la fuente, del intermediario o incluso de vosotros mismos. El pago es mas que suficiente por este paseo en barca y si quereis encontrar a quien os ha vendido, deberiais hablar con quien os ha atacado esta noche para saber quién les pasó la información de la ruta. Yo en este asunto me lavo las manos. He subido doscientos nuyens la paga porque veo que tenéis potencial, pero no hay que ir mas rápido que una bala o te quemarás. Todo a su tiempo-. Gabriel se acercó hasta una de las paredes, cogió una especie de mando conectado mediante un cable a una grua del techo y apretó unos botones situando en gancho directamente encima de la carga. 

-Esto no puede hackearse, pero es incómodo de narices-. El elfo abordo la lancha con calma, guiando el gancho con aquel control remoto antiguo. -Si el Johnson no os dijo que hacer con la lancha, es cosa vuestra si la devolveis, pero yo no me la quedaría. Hay servicio grid-cab en la isla, por si no lo sabíais. Podeis coger un taxi compartido, pero eso ya es cosa vuestra.

Parecía que no había mucho más que rascar por ese lado, y no era cuestión de ponerse a futuros posibles clientes de enemigos. Los corpos siempre serían corpos. Había que aguantarlos hasta el día en el que pudieran ser erradicados.

Sin embargo las palabras sobre la lancha le dejaron inquieto. Cornelius pensaba que podían sacar algo más si la podían vender, aunque fuera de baratillo.

Las revoluciones no se montaban sin dinero.

- El corporrata dijo mil quinientos a la entrega. Yo no veo que hayas subido doscientos; más bien veo que nos quieres escamotear trescientos. Hablando de balas y quemaduras... - Ettin se cruzó de brazos, procurando que la mano que sostenía el arma la mostrase obviamente aunque sin apuntar a nadie. Aun.

-Gastos de trabajo-. dijo el elfo encogiéndose de hombros. -Representación de vuestros intereses, venta del producto, alquiler de la habitación del motel... Son muchos gastos, aunque parezca mentira. Y todavía no he cobrado mi parte, pero me caeis bien.- Gabriel sacó otro credistick del bolsillo dándoselo directamente al troll. -Mil más, por las molestias añadidas. Ahora necesito bajar la carga y prepararla para el futuro comprador, que no tardará en llegar.-

Gabriel elevó las cajas con ayuda de la antigua grúa. Una vez en tierra, quitó la lona e inspeccionó los daños causados, moviendo negativamente la cabeza al ver el destrozo. -Esto rebajará el margen de beneficio. ¿Queréis que os llame a un aerotaxi?-. Os preguntó como acordándose de repente que estábais allí.

-Pues es verdad. Se donde suele estar esa banda, podríamos ir a hacerle unas preguntas.- Dije cuando Gabriel comentó lo de hablar con la banda. -Siempre será más fácil que no vuelva a pasar si atamos los cabos sueltos...-

Sobre el tema del pago, no tenía sentido seguir racaneando unos neoyenes y convenía tener a buenas a Gabriel, así que decidí no añadir más. Pero la embarcación… conservarla no era una mala idea. Estaba claro que habría que revisarla y yo no conocía a ningún mecánico… podríamos hablarlo mientras volvíamos.-Sobre el aerotaxi, creo que podemos volver con la lancha ¿Cómo va de combustible?-

Mil nuyens entre cinco no era mucho. El arreglador se llevaba cien por cabeza, más lo que hubiera acordado por su cuenta con el johnson. Pero esos detalles eran algo que ni Ettin ni el resto de compañeros podrían llegar a averiguar, al menos sin recurrir a métodos sucios y expeditivos. Que, en aquellos momentos, no podían permitirse. Cuanto menos estuvieran en aquel lugar, más seguros estarían. El troll cogió el credstick que Gabriel le extendía y masculló un "un placer" seco.

- Deberíamos volver por nuestra cuenta. No hace falta que llames a nadie, tu margen de beneficios ya se habrá reducido suficiente esta noche. - Miró al contacto de K con cierto recelo. Con aquella gente realmente nunca podías estar seguro de cuándo te estaban haciendo la cama. - Olvidad la lancha. Está quemada. Los Errantes probablemente barrerán el Puget en su busca toda la noche. Y los pandilleros no son gente muy despierta y tal vez intenten hacer lo propio.

El taxi parecía la mejor forma de salir de allí. Y era preferible hacerlo en pequeños grupos antes de dirigirse al punto donde aparcaron sus vehículos. Y desde lugares apartados con respecto a aquel punto de entrega. Así lo propuso el troll antes de recoger sus armas mientras Gabriel descargaba la lancha.

Cornelius ya no estaba interesado en la lancha. El corpo la había ofrecido demasiado rápido como para que fuera útil. Quedaba claro que estaba quemada. No sabíamos ni siquiera si llevaba un sistema de seguimiento, para que pudieran saber dónde abordarnos, y ahora podrían volver a utilizarlo.

Lo mejor era dejarlo correr y volver al punto de partida a recoger los vehículos.

Dio orden al dron de dar media vuelta, volver a la zona y vigilar allí para darnos imagen del lugar, por si también nos tenían preparado un recibimiento.

—Venga, sí, mejor. Regresemos ya a por los coches.

Un taxi era cómodo, seguro y tranquilo.

Y el orco necesitaba tranquilidad.

Además, por suerte para el, no era alguien que portase un exceso de armas, por lo que era bastante "discreto".

- Yo le pegaría fuego a la lancha a una distancia prudencial. No por nada, sólo por verla arder... -

-Pues… si no os importa, yo me quedaré con la lancha.- Dije al grupo. Por ella podía sacar un par de miles de neoyenes, que era más de lo que había ganado en esta misión. Sobre todo si no había que repartirlo. Aunque, claro está, era más peligroso hacerlo solo que acompañado.

Luego le preguntaría a Gabriel si conocía a algún mecánico que no hiciera muchas preguntas. Suponía que si el resto no querían saber nada de la lancha, con esto me separaría del grupo. Había sido una buena noche, ya les conocía mejor por si volvía a encontrar un trabajito y necesitaba un equipo.