La chica sonrió ante la pregunta de su acompañante.
- Mi familia también perteneció al ejército. Llevo siendo militar desde que se me permitió entrar. Mi madre me enseñó todo lo que sé. Bueno, también llegué a tener un rango alto gracias a mis habiliadades, pero realmente le estoy muy agradecida. Mi hermano, Viktor, y yo entramos juntos. Eran tiempos de gloria para la familia, como suele decirse- le comentó sonriendo.- después pasó esto y ahora no sé nada de ellos.- comentó un poco seria.- Pero bueno, hay que ser optimistas. Puedo patear culos a zombis y monos mutantes mientras los acabo encontrando.- volvió a decir sonriendo.- ¿Y tú? ¿Qué hacías antes de entrar aquí? Apuesto a que con ese cuerpo debías de ser un guardaespaldas o algo similar. - pidió la tercera cerveza. Ya se le estaba empezando a subir a la cabeza. No era mucho de beber alcohol. Pronto resultaría completamente imprevisible. Esperaba que al menos no hubiese ningún soldado que hubiese estado a sus órdenes. Ya que con ellos se presentaba como seria, inflexible y en ocasiones dura.
Escuchó atentamente cada palabra. Si bien imaginaba que su pasado militar era importante no pensaba que toda su familia estuviera también en el mismo tema. Una nota de dolor tiño sus palabras al hablar de su hermano. Se sorprendió que a pesar de no tener contacto con ninguno ella seguía siendo alegre e impulsiva. Mientras mas la conocía mejor le caía.
Cuando le llego el turno a él no pudo evitar lanzar una carcajada.
-Digamos que era el “chico malo”-puso cara seria pero no pudo evitar sonreirse-. Lo máximo que hice bien fue jugar un tiempo fútbol americano. Pero me echaron cuando golpee al entrenador y me echaron del colegio cuando robe el auto de un profesor. Después de eso robe autos y termine en el reformatorio jajaj fue divertido. Mmm al salir era todo un hombre duro y lleno de tatuaje pero no tenia ningún objetivo fijo. Y de golpe todo se va al demonio. Ser Shooter es lo que mejor me ha salido. Hasta soy respetado. ¿Puedes creerlo? Jaja. En fin no tengo nada más que esto. Pero me gusta.
Contó sobre su pasado despreocupadamente, ahora nadie pensaba en lo que habían sido, eso no importaba, podrías ser el presidente que allí solo servirías para limpiar letrinas. Pero alguien como Bronx era de mucha ayuda. Termino su cerveza y miro a su alrededor, aun no se había armado ninguna bronca así que era aburrido.
-¿Que te parece si ya salimos de este lugar?- le dijo guiñando un ojo.
La chica escuchó divertida la historia sobre el pasado del chico. Eran prácticamente historias antagónicas, ya que ella se había guiado por el respeto y las normas y Bronx había sido el gran rebelde. Y aún así le caía bien. Lo que hubiera sido imposible en el mundo que conocían, ahora era una realidad. Tenían objetivos en común.
Sonrió ante el comentario de salir de allí.
- Me parece bien. Estoy deseando ver esos tatuajes. ¿Tienes la habitación ordenada, shooter?
Por un segundo se sintió turbado. Sus ojos parecieron apagarse, buscando en su mente una imagen, un recuerdo y una sola pregunta apremiante acudió a su mente…
-¿Tengo ordenada mi habitación?
Pero recordó que apenas entraba en ella más que a dormir o a cambiarse y que tenía todo en orden. Claro, dentro de lo que era ordenado para el. En el reformatorio había aprendido tanto a golpear a alguien con rapidez y furia como a ser ordenado con sus cosas. Los robos estaban a la orden del día. Después de todo era una cárcel.
-No te preocupes, es casi un palacio- lanzo un sonora carcajada mientras abría el camino de gente. El lugar se había llenado y el suelo estaba tapizado de varios borrachos.
Afuera estaba fresco y el aire no olía a sudor y cerveza. Caminaron riendo y bromeando. Recordando como se habían conocido, como la había cargado en sus espaldas mientras cientos de zombis les daban caza. Sin duda no era la clásica historia de un caballero y una princesa pero era lo más parecido que tenían.
Creo que ya no hace falta especificar más no? XD