Partida Rol por web

La Señora Oscura se había levantado de su trono y daba vueltas por aquel salón bastante más enfadada de lo que solía estar habitualmente.  No entendía cómo sus esbirros habían vuelto a cagarla, sobre todo, cuando ella les había dado todo el plan detallado para que sólo tuvieran que llevarlo a cabo, sin necesidad de que tuvieran que pensar, porque después de haber tenido tantos esbirros, ella ya sabía que precisamente eso de pensar no es que fuera su fuerte. 

Aquella noche había hecho llamar a sus incompetentes esbirros, quienes en unos minutos tendrían que estar allí, delante de ella, explicándole por qué no habían hecho desaparecer a todos los gatos como deberían haber hecho. 

- ¡La próxima vez construiré robots a ver si tengo más suerte! - Pensó la Señora bastante molesta porque todos sus esbirros le salían "rana". 

Uno a uno fuisteis llegando todos al salón del trono, sabiendo que en aquel momento tenías bastantes papeletas de convertiros en comida para perros, para gatos no, que no estaba el horno para bollos. 

Vuestra ama se os quedó mirando y negó con la cabeza, como si no se pudiera creer aún que internet estuviera lleno de fotos de gatitos disfrazados para Halloween. 

- No entiendo cómo habéis tenido el coraje de volver cuando no habéis sido capaces de llevar a cabo un encargo tan sencillo. Claro está, no lo habéis conseguido y quiero saber por qué. 

La Señora Oscura os estudió unos segundos y luego señaló a Esteven. 

- Tú, quiero que empieces desde el principio y me expliques qué es lo que hicisteis cuando salisteis de aquí. 

La mujer se volvió a sentar en su trono para luego centrar su atención en el esbirro al que había preguntado. 

- Mi estimada patrona oscura.-

Dijo y respiro hondo para narrar las tristes desventuras del grupo… aunque él estaba seguro de que los acaba de ver por primera vez. O por segunda. Pero conocerlos estaba seguro de que no los conocía.

- Salimos con prontitud al primer punto marcado. Los servidores de Mamazon. La gigante tecnológica que tiene le Vacap de las fotos de los dichosos gatitos de marras. Si hubiera sido solo una cuestión puramente informática, mua,- dijo señalando.- hubiera terminado esa parte de la misión sin estorbo.

Pero por algún motivo que no termino de entender, mas allá de una autentica parafilia gatuna. Dejado un animal, una especia de mascota custodiando los servidores centrales. Y como podrá sospechar se trataba de la bestia mas inmunda conocida por el hombre, y por la mujer.-

Se estaba andando por las ramas, y vio cómo una vena se hinchaba en el precioso rostro de la señora de la oscuridad y acelero.

- Un gato. Pero no un gato común de medio kilo que te ponga ojitos, sino un gato desollador mental con poderes telepáticos. Y que ademas tenia una textura del piel, puaj. Horrorosa, era como si te pasaran un… ejem. Que el gato bloqueo mis funciones cognitivas y luego se abalanzo sobre el grupo.-

—Estiven, todo eso que dicez ez zierto. Pero se te ha olvidado hablar el asunto del tupper. Y es que, mi señá escura... Aquí el amigo decía que tenía que tener el buche bien lleno para poder trabajar. Como entenderá su maldad, no podíamoz dejar que la misión fracasase por un tema de comidaz, así que decidimos acompañarle y merendar todoz, fue en ese momento cuando Estiven empezó a jugar con su comida, haciendo como si tuviera vida y empezó a decir cosas con vocecitas como: ¡Soy el monstruo del espagueti volador! —Verrugoso empezó a hacer aspavientos como si imitara a su compañero de más altura llevando un manojo de pasta en la mano al tiempo que intentaba poner una voz aún más chillona que la suya propia.

—¡En ese momento, apareció el puto gato! ¡El bastardo quería jugar con la comida, o comérsela, igual da!

Tolón, tolón, suena su campana cuando se incorpora. Aunque no se diferencie el cambio de gesto por ser una vaca, es una vaca sorprendida.

—¿Mu? Pero, ¿por qué bloqueó tus funciones cognitivas? Durante los espaguetis, en tu tontería, enganchaste una albóndiga con el tenedor y te pusiste a cantar. No una canción de Los Payasos de la Tele, no, una de gatos, la típica neko kawaii en youtube. Dijiste que solo era por la ocasión, pero se te veía experto. M, Mi, Mia, Muuu —intenta imitar el cover gatuno, pero le es imposile, solo es capaz de pronunciar sus mugidos—. Ejemmm... Y claro ese gato horrible pensó que te burlabas de él.

Se acerca entre Paquita y Estiven y murmura

Ah, ¿la canción era para burlarte del gato? Yo creí que era que querías impresionar a la chica del delivery, esa que traía sesos para alimentar a los gatos y que invitaste a que se quedara con nosotros. No sé, creo que era bonita, aunque yo no soy bueno interpretando gustos humanos. Quizá tu charla con ella se podría haber prolongado más si ese gato horrible no nos hubiera atacado.

Mmorpg se daba cuenta que se estaba quedando atrás. Eso le recordó aquél día de la visión que hicieron en su anterior trabajo. Tenían que construir un helicóptero de papel entre varios equipos. Ahí también se sentía un poco fuera de lugar. Su amigo de recursos humanos, el mismo que lo echó a la calle poco después, le dijo: "Tu no te quedes atrás, amigo. Lo que quieren es ver tus aptitudes de líder y comunicador. Si los otros hacen algo hazlo tu también." Eso caló muy hondo al pequeño trasgo. Así que levantó la mano tímidamente.

- Y os olvidáis de que además, para impresionar a la chavala, de la cuál descubrió que le gustaban los goblins, fue a buscarse unos trapos y a pintarse la cara de verde para ligársela. No sé cuanto tardó. Un montón, porque el Estiven es muy perfeccionista y no quería hechar a perder la oportunidad. Vaya pieza ese Estiven. - Dijo mirando al resto de sus compañeros.

La mujer escuchó lo que Esteven le estaba contando, aunque claro, eso del gato telepático fue algo que le gustó. No porque aquello sirviera se excusa a sus esbirros, nada más lejos de la realidad, sino porque había decidido que quería tener uno como mascota. Ya se estaba imaginando hasta cómo podía ser. 

Claro que la otra opción era buscarse a uno que fuera todo un malvado ser pero que tuviera cara de no haber roto un planto en su vida. De esos que las matan callando. 

De todas maneras, la mujer tuvo que dejar de pensar porque el resto de esbirros comenzó a hablar y por el momento, decidió prestarles un poco de su atención. 

Uno estaba hablando sobre un tupper y llenar el estómago. 

- ¿Qué carajo es eso del monstruo del espagueti volador? - Tuvo que preguntar la mujer, pero claro, en aquel momento hubo otra interrupción. 

Claro que cuando la vaca Paca dijo aquello de la albóndiga y la canción, la mujer tuvo que negar con la cabeza. 

- Esto no puede ser verdad. 

Y cuando iba a decirle de nuevo algo a Esteven, aquella cosa negra con plumas que nadie sabía lo que era, abrió también el pico. Resultaba que también había una chica y sesos para... ¡Espera! 

- ¿Cómo que para invitar a gatos? - Aquello no sabía si era una buena maniobra o un acto de traición. 

Ya sobre el tema de disfrazarse, vuestra señora negó con la cabeza. 

- Espero que tengas una buena explicación para todo esto o me encargaré personalmente de que no puedas ver a una chica más en tu vida. 

Estiven había estado tentado de hablar varias veces, pero cada vez que abría la boca sus compañeros añadían más leña al fuego.

Y la cara de la señora de la oscuridad dejaba entrever que no estaba nada contenta con todo aquello. Él cruzo sus brazos a la espalda, y se puso en la posición más digna que pudo. Y aprovecho para arañarse un brazo con disimulo.

- Vera mi señora. Era justo como le estaba contando. El gato despacho mis funciones cognitivas, y las del resto del grupo. Cómo puede ver nos controlo telepáticamente para que realizáramos todo tipo de tropelías e imaginaremos cosas descabelladas.

Me vi jugando con espaguetis imaginarios que traía una dulce camarera, cantando y bailando y creyéndome un goblin mas, con sus ojeras y su piel verde. Los demás también pasaron por procesos horribles. No voy a dar detalles, pero nos dieron nuestro merecido.-

En ese momento saca el brazo y muestra la herida de arañazo. Para luego continuar con su explicación.

- De echo, cuando fuimos capaces de recuperar el sentido, estábamos en Utha.- porque Utha, se pregunto a sí mismo y se contesto, deja de preguntar mierdas y continua, total Utha rima con Pu.…- Lejos del servidor central y de nuestro objetivo.

Al verme fracasar de una manera tan inaceptable, pero con tiempo aun para arreglarlo invite a mis compañeros a que tomaran la voz cantante. Y mientras yo pensaba en un plan para evitar un infortunio tal como acabamos de pasar. Y la idea no ser nosotros mismos para que no pudieran reconocernos.

Así empezó el “adivina el disfraz” si eres capaz. Un plan para aparentar ser cosas inofensivas y traspasar las medidas de seguridad. Por suerte para nosotros Harim decía conocer al vendedor de disfraces perfecto para este trabajo. Y nos pusimos en sus manos. !Verdad Harim!.- dijo el muchacho guiñando un ojo a su compañeros.

Como venía a ser normal últimamente, la Señora Oscura no estaba demasiado contenta con sus esbirros, así que empezaba a creer que se le iba a quedar esa cara para el resto de la eternidad. Menos mal que podía hacer magia y no se le quedarían grabadas las líneas de expresión, porque claramente, una ama como aquella jamás tendría arrugas. 

Exteven comenzó a explicar lo de que habían sido controlados telepáticamente y bueno, aunque no dio demasiados detalles, vuestra ama lo dejó pasar, aunque casi era mejor que no se fuera acostumbrando o tendría que quitarle aquella costumbre de golpe. 

Sí, la Señora estaba dibujando una sonrisilla en sus labios que claramente decía que estaba pensando en alguna maldad. 

Claro que aquello de adivinar el disfraz y del vendedor, me hizo mirar al pollo negro. 

- Cuéntame eso del vendedor de disfraces. - A estas alturas no iba a tener que decirle que esperaba que detrás tuviera una buena historia, claro. 

Al notar que las miradas se centraban en él, Harim comenzó a tirarse de las plumas excudriñando en su mente donde se le mezclaban los recuerdos con excusas falsas que pudieran salvarle el pellejo.

- Eh, sí señora oscura, con toda diligencia le cuento. Es que al despertar de la borrach... - mira desesperado a sus compañeros a ver si alguno le aporta una idea, pero todos se hacen los desentendidos - ..., quiero decir, eeeee... al despertar del trance ese que nos indujo el maldito gato, nos encontrábamos en un lugar desconocido, muy lejos de nuestro objetivo. A alguien se le ocurrió entonces la idea de disfrazarnos, no recuerdo a quién. A decir verdad no estoy seguro de que hicieran falta los disfraces, pues creo que nos vemos bastante monos en nuestras pieles naturales. Pero de todos modos, mientras esperábamos al ómnibus para volver a por nuestro objetivo les conté de mi primo, el Héctor, que tiene una tienda de alquiler de disfraces, y todos estuvieron de acuerdo en ir a buscarlo. El plan no era tan malo después de todo. Disfrazarnos y entrar en plan de "dulce o treta" y así que la treta sea la eliminación de los gatitos como usted pidió.

Y así nos pasamos una eternidad cambiándonos de disfraces y volviendo a ir una y otra vez, que en algún momento se le tenían que acabar los dulces a los muy cabrones.

Y al concluir estas palabras que le brotaban casi sin pensar se encoge como preparándose para la llegada de un coscorrón.

Ninguno de los compañeros de aquel enorme pajarraco dijo nada así que debían estar de acuerdo con lo que estaba contando. La mujer esperó unos instantes, pero al ver que todo se quedaba silencioso, volvió a mirar al pollo. 

- Bien. ¿Y qué pasó? ¿Se les acabaron? 

Ahora sentía curiosidad por el disparate que la estaban contando, pero claro, tampoco esperaba que fuera una historia con demasiado sentido cuando empezó a preguntar. 

De todas maneras, todos sabíais que cuando algo de lo que la contarais no la gustara nada... os iba a hacer pupita. 

–¿Que qué pasó? Ah, sí, casi lo olvido.

»Pues que el plan salió de maravillas. Nos comimos todos los dulces y nuestras panzas estaban por estallar, pero valió la pena. En el último viaje tuvieron que rascar el fondo del tarro, dándonos un dulce diferente a cada uno, y hasta tuvieron que partir una galleta a la mitad para que alcanzara para todos. Fuimos entonces a la tienda a buscar la que sería la última muda de disfraces, con los que concretaríamos la treta y su glorioso plan, señora. Pero lamentablemente hallamos la tienda cerrada y vimos al primo Héctor alejándose en patineta.

»Ahí fue donde apareció él, el de nombre difícil –su dedo señalaba a Mmorpg–, y dijo algo acerca de ser un gran eskeiter, y que por eso él sabía dónde hallarlo, y salió corriendo tras Héctor. Y bueno, al resto no nos quedó más remedio que seguirlo.

La Señora Oscura escuchó, sin pena ni gloria, lo que contaba el pollo negro este. Al final todo parecía quedar entre plumas, lo cual, hubiera sido bastante gracioso de decir en alto si no hubiera sido porque estaba cabreada porque no habían hecho lo que tenían que hacer. 

- ¡Nada de plumas ni de chistes sobre plumas! - Se reprendió la Señora así misma. Eso sí, mentalmente. 

- ¿Me puedes explicar, - el enano verde este tenía un nombre impronunciable - Mmorpg, por qué saliste corriendo tras Héctor el skater? 

Desde luego, habría otra historia ahí detrás, pero esperaría a escucharla, porque desde luego, como no necesitaba rellenar una cazadora... 

Mmorpg se puso firmes. Ahora era el momento de demostrar su valía.

- Claro que sí, mi Muy Señora Oscura. Teníamos el éxito de la misión casi a tocar, como bien ha dicho mi compañero Harim. Y precisamente estábamos viendo como su primo, el Héctor, se iba, echando al traste todos nuestros esfuerzos. Yo estaba viendo como la misión se nos estaba escurriendo de las manos, así que tomé la iniciativa y salí corriendo tras nuestra última esperanza. Eso es lo mínimo que habría hecho cualquier esbirro que se haga llamar esbirro.

Hizo una pequeña pausa para darse más importancia.

- Pues verá, yo soy esqueiter. Hice un análisis rápido y supe enseguida que el primo ese iba al esqueit park de ahí al lado. Cuándo llegamos no estaba ahí, así que lo esperamos. No apareció. Pero menos mal que fuimos! Porqué ahí había una loca de los gatos echando comida de gatos en platitos para gatos. Esos no tardaron en llegar. Había miles! Por todas partes! Eso a mí no me intimidó. Y valiente como soy me dispuse a atacarlos. A todos. A la vez. Pero entonces, cuándo estaba cogiendo carrerilla, mi compañera Paquita dijo: "Para! No lo hagas!". Y tuve que pararme.

Parecía que el del nombre impronunciable había conseguido hacer algo útil, aunque sus compañeros no se hubieran enterado de mucho hasta que habían llegado tras él al sitio ese de los skaters... 

- ¿Gatos por todas partes? - Vuestra ama sonrió satisfecha, porque eso precisamente era lo que ella quería, que os hicierais con todos, como si fueran todos los pokemon el universo. 

Claro que entonces me dijo aquello de que Paquita le grito que parara y yo, directamente miré a la cornuda aquella.

- ¿Por qué lo detuviste? Si ya teníais a un montón ahí... 

Ahora quería saber qué era lo que había pasado para que no dejara que el goblin este intentara cogerlos a todos, aunque claro me decía que con los bracitos que tenía y las patitas tan cortas, suerte hubiera tenido si hubiera podido coger a dos. 

Paquita se adelanta pasando por encima de Moo, con las mismísimas ganas de apachurrarlo como a un moco. Mira que se ha enfrentado ya a ranas molestas en el lago donde vive, pero él parecía un bicharraco peor. Se contiene y se sitúa en frente, con un intento de alabancia hacia su Señora, quien le recuerda a sus granjeros padres.

—Mu señora mu oscura, se preguntará por qué los millares de gatos pasaron de su cuartel general a situarse en una pista de esqueiter a kilómetros de allí, y se preguntará también por qué tras perseguir la pista del disfrazador nos lo encontramos vacío, excepto por una loca de los gatos. Paquita lo sabe —asiente sonriente—, Paquita ha conocido muuuuuuchos humanos ociosos como para no saberlo, entiendo que Moooo no se diese cuenta. ¡Resulta que el disfrazador era la loca de los gatos! Y más que loca, locaza, que iba casi desnudo, pero igual de oscuro que su primo Harim. Luego entraron los gatos, que no eran realmente gatos sino otros humanos disfrazados e igual de desnudos.

Paquita aparta un momento la mirada por las arcadas, aprovecha su lengua kilométrica para lavarse los orificios de la nariz y tener una mejor presencia con su Señora.

—El loco disfrazador organizó una fiesta jarcor sorpresa con el motivo de "gatos especiales espaciales" y menuda fiesta —suspira— nunca antes había visto humanos encima de otros humanos de esa manera. El disfrazador iba de Vader y yo misma frené a Moo antes de lo secuestrasen por parecerse a Yoda. Muuuu, luego tuve la idea de disfrazarnos con las prendas que iban soltando y regresar al cuartel para colarnos de incógnito.

— Acabáramos, pero qué buena idea robar los disfraces—dijo Harim sorprendiéndose a sí mismo por haberlo dicho en voz alta.

—Este, eh, lo siento. —prosiguió casi en un murmullo, avergonzado por haber interrumpido a su compañera— Es que en ese momento no comprendí cuáles eran tus planes, que si no te hubiera ayudado. Sinceramente, cuando te ví ponerte las ropas que se iba sacando la superchica y saltar al ruedo corriendo tras el que llevaba cabeza de toro al grito de "VACAyendo gente al baile, MUUUU"... simplemente confundí cuáles eran tus intenciones, y aparté la vista, por pudor.