Partida Rol por web

-Casa de Alma-

El día no había llegado a su fin, al menos, no para Dick. Su primer día de clases no había sido de lo mejor, es más, había sido una mierda. La pelea con el psicópata, la directora y su serie de palabrotas, las clases, Alexia y Erica probablemente intentando boicotear su idea de la fiesta metiéndose con Alma, el rechazo de Alma, las burlas de los demás. Sí, el día de Dick había sido una mierda.

Sin embargo, él no lo daría todo por perdido. Solamente tendría que intentarlo y seguir insistiendo, y su objetivo eran las llaves, y Alma poseía las llaves. Sin pensarlo dos veces, apenas saludó a Nick y a Andy a la salida del colegio, cuando salió disparado hacia la casa de Alma. Llegó al vecindario que había sido tan familiar en algún momento de su vida, inclusive pudo ver de reojo a su vieja casa, aunque desvió su mirada hacia la de Alma.

Debía obtener las llaves de la forma que sea, y habría sido difícil poder hablar con ella en la escuela, con todo el mundo mirándolos. Necesitaban un poco de privacidad, o al menos que no haya nadie de la escuela cerca. Miró la casa de Alma, con un cuidado y prolijo jardín. Aparentemente Alma todavía no había llegado, o eso esperaba. Sin embargo, caminó lentamente hasta que se sentó al frente de su puerta, esperándola.

Pasaron varios minutos cuando Alma apareció, la chica estaba bastante sorprendida de verlo allí, inclusive podía notar algo de temor en su expresión. Aunque era entendible, después de todo Dick se había encargado de hacerle la vida imposible a ella y a sus amigos durante todo el secundario, además de que se había agarrado a golpes con Kyllian. Nada bueno podía esperar Alma de él. 

-Casa de Alma-

Había sido un día extraño, en donde Alma había pasado por diferentes situaciones que probablemente cambiarían algo en ella. Su primera vez, la pelea entre Kyllian y Dick, su atrevimiento a hacerle frente a las personas que intentaban agredirla, el primer castigo que recibió en toda su vida escolar, su beso con Jenna. Era demasiado para una mente alborotada y todavía agotada por los efectos del alcohol de la noche anterior.

Caminaba en silencio y despacio, intentando memorizar todo lo que había ocurrido, había sido un primer día de clases bastante fuerte, demasiado como para una chica como ella. Sabía que nada volvería a ser igual con sus amigos, y probablemente con sus demás compañeros de clases. Iba a ser un año distinto.

Finalmente llegó a su casa, pero sus ojos se pusieron como platos al ver nada más ni nada menos que Richard Drake esperándola sentado al frente de la puerta de su casa. Aparentemente, el día no iba a terminar aún...

La cabeza le daba vueltas y vueltas, había tenido un día más que intenso, como si toda esa mañana se hubiera organizado para hacer de ese día un día en verdad importante, pero que sea importante no quiere decir que sea un día agradable, aún le dolia el labio, aún sentía temor por la actitud de Lian, aún estaba confundida por lo que había hecho Jenna, y para que mencionar lo que había pasado con Lian, de lo que estaba segura tendrían que hablar luego, pero ese día no... no...

Aunque tampoco había sido del todo malo, se había enfrentado a esos cretinos y aunque no hubiera sacado en verdad buenos resultados, ya era mucho para ella, como una prueba a sus habilidades y a su propio carácter. Levantó la cabeza, y pegó más a ella el tirante de su bolso, iba a llegar a casa, se iba a dar un baño y de ahí a tirarse a la cama a tocar algo o simplemente escuchar música, pero el día no iba a terminar, porque a medida que se acercaba, vio una figura alta y fornida sentada en los escalones blancos de su casa, si hasta había pasado su reja...

- Dick...- masculló entre dientes y se fue cercando a grandes zancadas, sabía que no había nadie en casa y podría echarlo sin que nadie le preguntara nada. Abrió la reja y furibunda llegó hasta él, cruzándose de brazos - ¿que haces aquí? - le preguntó sin mostrar en verdad interés en los buenos modales ni nada, ya tenía programada su tarde y Richard era un verdadero dolor de cabeza.

El día no había sido demasiado bueno, era cierto, pero eso solo significaba que las posibilidades de que mejorase eran muy grandes.

Hubiera preferido tener que conseguir las llaves de cualquier otra persona, es más, si las llaves hubiesen estado en posesión de otra persona ya las habría conseguido... Pero nunca era fácil tratar con Alma, la situación entre ambos era cuanto menos complicada. La echaba de menos, y eso no me gustaba. La chica era ahora amiga de Kyllian, ¿como había llegado a eso?, no lo entendía, y ahora daba igual... tenía que conseguir aquellas llaves, si las conseguía tal vez pudiera pasar página. Pero estaba tan confuso que no tenía ningún plan real para seguir...

Entonces apareció Alma, se había convertido en una fiera, no sabía que leches le había pasado, pero nunca la había visto tan alterada.

-Bueno, no querías hablar así que...- Dije con una sonrisa melancólica- ... aquí estoy. Y aquí voy a estar hasta que quieras hablar conmigo. No se que te ha pasado, pero hemos sido amigos, no es justo que seas así conmigo, lo pasábamos bien... podemos pasarlo bien..

Intentaba estar tranquilo, ni si quiera me había levantado del escalón, no iba a ser fácil, pues ella estaba visiblemente cabreada, así que me iba a tener que armar de paciencia. Pero estaba acostumbrado a ello, puede que fuera un tipo de bronca fácil e impulsivo, pero fuera del instituto tenía paciencia, solo Dios sabía cuanta paciencia...

Y Dick habló, de pronto se acordó de que eran amigos, de pronto todas esos recuerdos le hicieron sentido a aquel muchacho, pero esto no terminó de convencer a Alma, que con el gesto de molesta y los brazos cruzados, demostraba que no estaba para juegos,  una cosa era aguantarlos en la escuela, otra muy distinta es que la vinieran a molestar a su casa, de hecho Alma miró a su alrededor, pensando que podían estar las pendejas que siempre lo acompañaban.

-¿no sabes que me ha pasado? ¿que te ha pasado a ti que de pronto te creíste superior a todos? - contuvo el aire molesta  - si hasta te haces llamar "dick"; yo era amiga de Richard no de Dick...- suspiró, y fue bajando su molestia.¿ y en que momento te bajo la nostalgia por mí? ¿en donde quedó eso que no éramos del mismo mundo? o caso me vendrás a decir que olvidado como hace tres años atrás me dijiste eso cuando intenté hablarte en la escuela? - tenía demasiado vivo aquellos recuerdos - ya dime, ¿que quieres? tengo suficiente con tener que aguantarlos en la escuela como para ahora tener que soportarte acá... Dick ...

Era extraño, sus palabras eran dolorosas, pero por otro lado me gustaba escuchar su voz, hacía tanto tiempo que no hablábamos, ¿había sido culpa mía o suya?, yo nunca lo había tenido claro, en cambio ella parecía que sí, parecía tener claro que era culpa mía. Todo era siempre culpa de Dick, era tan típico que ya ni me molestaba.

-Voy a montar una fiesta, y quiero que vengas.- Dije sin darle mucha importancia a sus palabras, no me mostraba especialmente animado, pero tampoco quería parecer ofendido.- Ya se muy bien lo que piensas, que si soy muy malo, que si esto o lo otro, lo se. Pero en teoría tú eres la buena ¿no?
Si de verdad lo eres vendrás a darme esa oportunidad, ven a mi fiesta, ven a divertirte, te puedo ayudar.- Pensé unos segundos mi ultima afirmación y me corregí.- Nos podemos ayudar.

En verdad, no se lo podía creer y toda su rabia se esfumó por una carcajada que soltó, lo quedó mirando ¿le estaba tomando el pelo? pero parecía que no, así que se sentó a su lado, dejándose caer en el peldaño y mirándolo entretenida, sólo por morbo seguiría con la conversación. Richard vería esa sonrisa, sus mejillas sonrojadas y las margaritas que se marcaban en sus mejillas, era claro que estaba entretenida.

- ¿a ver si entiendo? Richard Dick Drake me está invitando a mí, a Alma Blanchett a una fiesta?- lo quedó mirando y se volvió a reir con fuerzas,  rió rió hasta que le salieron lágrimas de sus ojos - lo... lo siento... pero vamos, ¿por qué? no es demasiado raro?, vamos Richard, si quieres una oportunidad, creeme que una fiesta no es lo mejor, además, soy yo - se señaló a ella misma - no sé que haría en una fiesta rodeada de tus amigos... no Richard, estas loco, no sé de cual estas fumando - rodó los ojos y movió la cabeza de lado a lado.- además...¿en que me ayudarías?, en todos estos años nunca lo hiciste, hasta esta mañana, se me hace demasiado sospechoso Dick que de pronto te bajara el amor por mi, creo que quieres algo...¿que es? - le pregunta mirándolo directamente  a los ojos.

Estaba claramente enfadada, ofendida, cualquier cosa que dijese parecía digna de estudio, y tan pronto decía algo le podía dar una risa nerviosa como darme una torta. Y todo aquello solo podía significar una cosa, le importaba, solo Dios sabía porque pero le importaba.
Habría sido muy fácil mostrar una indiferencia real, pero estaba claro que la suya era fingida. Pero todo esto no me lo ponía más fácil, al contrario, me lo ponía más difícil.

-Como he dicho, ambos nos ayudaremos. A la fiesta irá mucha gente, no solo mis amigos, y seguro que te lo pasas bien. Nunca has estado en una fiesta conmigo, así que es inútil que lo niegues, apúntate, ven, y entonces podrás decir de verdad que no te gusta.- Tras decir esto hice una pequeña pausa, la verdad es que no sabía como pedirle las llaves, iba a sonar mal fuera como fuese.- En cuanto a lo que necesito... Las llaves, las llaves del instituto.. y antes de que digas nada sabes que tengo razón, la directora es una gilipollas, nos merecemos esa fiesta. Vamos, ¡ha castigado a un chaval por accionar una alarma de incendio y le ha dado la misma importancia que a que ese psicópata se me echara encima como una bestia!
Por una vez estamos en el mismo bando, dame una oportunidad, será divertido.- Tras esto le dediqué una pequeña sonrisa.

Alma lo seguía mirando como una fiera lista de cazar a su presa, desconfiada, pero la molestia se iba extinguiendo porqué comenzó a sentirse más cercana pero a un recuerdo, a un amigo que de pronto dejó de serlo porque se hizo popular, por eso ella dijo que había sido amiga de Richard, no de Dick, pero verlo ahí, sentado, como hacia años atrás, le hizo sentir añoranza, e incluso llegar a comprarse el cuento de la fiesta, a la que ella no había asistido antes, solo las juntas con sus amigos en alguna casa, pero no grandes fiestas de chicos de la escuela, sin embargo Dick cambió la perspectiva y demostró lo que había pensado, que la necesitaba para algo...

- entonces es eso...-mascullo, y bajó los hombros, y lo quedó mirando con una verdadera expresión de tristeza, fue una tonta por escucharlo, una tonta por recordar aquellos días de infancia y sentirse "cercana" - quieres la llave, y la tonta de Alma la tiene... claro, es por eso que me has acercado, porque si no fuera así, ni me hubieras hablado - torció el gesto, lo que hizo que le doliera su labio. Sus ánimos decayeron, se sentía frustrada consigo misma por ser tan ilusa.

- no Dick, no me expulsaran por una fiestesita con tus amigotes, no me interesa ir, no me interesa compartir con ellos, y si realmente quisieras una oportunidad, no necesitarías armar una fiesta  y llevarme, tú sólo quieres las llaves, y no te importa nada más...  - lo mira, si hasta sus ojos se habían humedecido al decir aquello, movió la cabeza de lado a lado y se puso de pie - vete a casa Drake, - le dijo dándole la espalda y caminando hacia la puerta, ¿por qué le había dolido tanto?, si hasta un nudo en la garganta tenía, y lo miró sobre el hombro... le había dolido que apelara a su antigua amistad por unas llaves.

¿Estaba llorando? aquello lo desconcertó un poco, y ya no sabía bien si lo que buscaba era que su antigua amiga fuera con él a una fiesta, o si solo quería las llaves, pero ¿por que no iba a poder tenerlo todo?, él siempre conseguía sus objetivos, era así, y no se iba a rendir tan fácilmente.

-Sabes que podría haber conseguido las llaves de mil formas, y he sido sincero porque quiero que vengas conmigo. Te he contado mi plan y sabes que tengo razón, no tendrás que preocuparte, no voy a dejar que cargues con las culpas de esto. Eso deberías saberlo.- Dije algo cansado de tanta desconfianza.- Y no me voy a ir, lo siento, voy a estar aquí asta que accedas a ir a esta fiesta conmigo... Va a ser divertido, hazme caso, dame esta oportunidad.

Se giró hacia Dick que en el descanso de la escalera estaba, y contempló su gesto, sus rasgos como se movía, y como hablaba, intentando encontrar en él algún rasgo que le hiciera recordar lo que habian sido, incluso aquella tarde de verano, cuando bajo el roble que la casa de él, se habían dado su primer beso. Se encogió de hombros y buscó en su bolso hasta encontrar las llaves, sintió el peso de estas.

- Richard... - lo quedó mirando de nuevo, y le lanzó las llaves - no iré a una fiesta así, no es mi mundo, no me gusta... - internamente sabía que las razones era que le daba miedo quedar tan expuesta  -pero igual... toma, pero si los descubren o algo pasa, diré que me las robaste, ahora por favor vete, y déjame en paz Dick... pero si quieres una oportunidad de... no sé... de hablar, que no sea por las llaves- se giró hacia la puerta y buscó en su bolsillo las llaves para entrar a su casa, ahora lo ponía a prueba, si no estaba la justificación de las llaves, ella podría ver si realmente había interés, o sólo había sido una treta.

Ya tenía lo que quería, así que podía irme, ¿o no?, iba a hacerlo, juro que iba a hacerlo. Hacía tiempo que me había jurado no acercarme demasiado a nadie, la cercanía siempre era peligrosa, y no la quería. Pero me estaba dando pena, y mis piernas no se movían.

Me levanté y me acerqué a ella por detrás sin saber muy bien que iba a hacer, por un momento pensé en besarla, un momento de debilidad, un momento que me llevó al pasado, entonces le susurré al oído.

- Te esperaré el Viernes... espero que me creas y vengas...- Dicho esto le dí un beso tierno en la mejilla, un tipo de beso que no daba jamás y después añadí.- Hasta mañana Almy...

Hacía mucho que no la llamaba así, desde que yo tenía 13 años, pero me salió del fondo. Dicho esto me di la vuelta y me marché sin mirar atrás. Me había expuesto demasiado y no me gustaba, así que buscaría en la agenda del móvil el número de cualquier fulana y me la tiraría.

Ya cuando pensó que las emociones del día habían terminado, Richard se acerca por su retaguardia, Alma siente su presencia cercana, siente incluso su aroma y se gira, lo suficiente para que la nariz de él roce su cuello, eso fue más intenso que cualquier cosa antes experimentada, quizás mas cercano al miedo, a la ansiedad, y le susurró esas palabras, Alma quedó paralizada más cuando besó su mejilla, que la obligó a tocarse en donde la besó cuando se alejó. La había llamado Almy... en esa voz hacia años que no escuchaba ser llamada así.

- Richard, no iré - le gritó desde la puerta cuando él ya se alejaba -pero tienes tu oportunidad - era testaruda a morir, y abrió la puerta para entrar a su casa, había sido demasiado, un día excesivamente intenso, que al cerrar la puerta tras de sí, se apoyó en esta, y vio la foto de su madre en la mesa del recibidor.

- Mamy... ayudame...- musitó y se fue corriendo a su habitación.

- FIN DEL PRIMER CAPÍTULO -