Partida Rol por web

Seguí al botones hasta el ascensor y me maravillé del lugar donde me encontraba. Todo era pulcro y bonito. Más mi sorpresa no acabó allí. Marcus, el vampiro que había conocido minutos antes subió con nosotros. Con curiosidad me lo quedé mirando. Aún no me creía del todo que no supiera donde estaba, o que no recordara ciertas cosas. Sin embargo parecía sincero y era bastante divertido.

El ascensor llegó al piso de mi habitación y oh casualidad, Marcus también bajó allí. Para más asombro, su habitación era contigua a la mía. Ya un poco mosqueada por las coincidencias, saludé con una mano al despistado Bluehearth y entré.

La habitación no era menos de lo que me imaginaba. Tras ver el exterior del hotel y las salas comunes no podía ser menos que lo que estaba viendo en ese momento. Una cama gigante, escritorio, un plasma enorme, una bañera para dos personas con hidromasaje, perfumes de baño, sales, jabones... Veo que Thomas no repara en gastos...

Maravillada con el lugar, dejé las maletas a un lado y me tiré un rato en la cama a repasar los sucesos de la noche. En apenas un día había salido casi corriendo de casa, había conocido a un primogénito, me habían secuestrado a mi ghoul para coaccionarme a actuar y me encontraba en un lujoso hotel decidiendo cual sería mi siguiente paso.

-Lo siento Vir, pero por ahora a Thomas que le den. Necesito relajarme antes de seguir.- Mi espíritu bohemio necesitaba encontrarse otra vez en armonía. Y que mejor manera de lograrlo que disfrutar de las comodidades del lujoso hotel.

De un salto me puse en pie y fui a llenar la bañera. Tomaría un lindo baño antes de sacar mi netbook y empezar a investigar que carajo era lo que el señorito toreador quería que le consiguiera.

Me metí en la bañera y permanecí allí entre burbujas durante media hora. Luego, a mi pesar, tomé una ducha rápida y volví a la habitación en busca de un atuendo sencillo. Jeans y una musculosa me vinieron a la perfección. Pensaba volver a hacer alguna excursión antes de que el sol volviera a brillar pero no quería volver a llamar la atención sobre mí.

Tomé mi netbook y me senté en la cama, una pierna en alto con la rodilla a la altura de mi barbilla mientras la otra descansaba cruzada por debajo. Conecté el wi-fi y vi que tenía señal. Excelente! A pesar de haber sido convertida en los 70, me adaptaba rápido a los tiempos que corrían y las búsquedas en internet solían dárseme muy bien.

-A ver... vamos por lo simple. Garra de la Bestia, a ver si me entero que leyendas hay sobre ti. También tengo que averiguar datos acerca de la exposición... aunque supongo que Thomas ya debe tener pensado como meterme allí, no está de  más encontrar mi propia información. Lugar, planos, salidas... todo eso está en internet si se sabe cómo buscar... Bien, motores de búsqueda inicializados! Vamos chica!- Entusiasmada comencé a leer lo que iba encontrando por la red. Muchas páginas sólo tenían basura pero unas cuantas tenían datos de interés. Abrí un archivo de texto y comencé a hacer anotaciones. Tenía buena memoria pero mejor asegurar que no se me escapara nada de lo que parecía una pista verdadera.

Al entrar a los buscadores con "GARRAS DE LA BESTIA" no conseguís nada más que cuentos de vampiros raros que tomaban sangre y se transformaban en animales. La mayoría de las páginas que tenian ese contenido eran de escritores aficionados, paginas sensacionalistas y uno que otro videojuegos; sarta de locos.

Al decantar la búsqueda, pasaste por una página que hablaba acerca de una "Bestia oculta dentro de todos nosotros" Otro montón más de foristas que solo escribian acerca de como liberar las almas oprimidas dentro de cada cuerpo. Se necesitaba mas que eso.

Al final, ya a punto de separarte del ordenador, conseguiste una página de foristas que hablaba acerca de los últimos hallazgos; de unas especies de jeroglíficos que aparecieron en Egipto y que estaban por toda latinoamérica. Te llamó la atención y empezaste a seguir las direcciones, hasta que llegaste a una página donde Empezaste a ver unas fechas de una exposición. Entre las fechas habian días en Mexico, Peru, Argentina, Bolivia y Venezuela. Quedaban 3 días para la exposición; la última exposición fue en Mexico y venia a Venezuela.

La exposicion parecía ser de unas joyas con dichos jeroglíficos e imágenes grabadas en diferentes ciudades latinoamericanas precolombinas.

Estuve algo más de una hora buscando información. A medida que pasaba el tiempo mi frustración iba en aumento. Por más que cambiara la búsqueda, que agregara distintas palabras clave o diera vueltas lo poco que sabía, todo me conducía a pistas falsas. Delirios de conspiparanoicos, deseos de aquellos románticos que se pensaban que los vampiros no existíamos pero que el mundo sería bello si fuéramos reales, elucubraciones de humanos dominados por sus hormonas en busca de alcanzar la inmortalidad.

Estaba a punto de darme por vencida cuando una pequeña hebra suelta del tapiz apareció. Si tiraba de ahí tal vez comenzara a desentrañar la madeja.

Referencias a jeroglíficos que se cruzan con la cultura pre colombina... Qué interesante todo esto. Al parecer es un artefacto antiguo... ¿A cuanto se remontará en el tiempo? ¿Será posible que...? Anoté todos los datos acerca de la exposición que había pasado por Mexico y que luego arribaría en Caracas. Ya tenía algunos datos para salir a explorar el campo.

-Buf, es tarde para pasar por el centro de exposiciones. Supongo que es algo que tendré que hacer mañana a primera hora luego de despertar. Sin embargo, la noche es joven... tal vez pueda hacerme una escapada hacia algún bar del circuito under. Siempre ronda gente intersante por esos lugares y de paso, tal vez consiga alimentarme decentemente.

Tomé unas botas de taco alto de mi maleta y me puse una blusa semitransparente sobre la musculosa. Recogí mi pelo en una coleta y salí. No quería cruzarme con el vampiro amnésico así que el primer piso lo hice por escaleras para no demorar en el palier aguardando el ascensor. Una vez en la recepción, apuré el paso y salí a la calle. Sabía que mi aspecto era muy diferente que el que traía al llegar, así que con suerte, pocos empleados se fijarían en mí y me asociarían a la infartante argentina que había entrado por aquella puerta unas horas antes.

Bajaste por las escaleras y tomaste camino a la planta baja. Te cruzaste con uno que otro humano y llegaste a la planta baja

Un hombre de traje se acercó a ti y te preguntó si quería un taxi. Asentiste y sonreiste. El hombre sacó un celular y llamó; 1 minuto despues un auto totalmente negro se paró en la entrada. Te miró y te dijo - ahí está su vehículo señorita - Salieron, te abrió la puerta y saliste. El conductor, un hombre desaliñado y con barba algo tupida, te miró y te dijo - Adonde la llevo señorita, estas calles son muy peligrosas. Obviamente no sabias a donde ir y el hombre te miraba con cierto cansancio; obviamente eran las 2 am. Te miró de arriba a abajo y se quedó unos segundos en tus senos, para luego subir a tus ojos - La llevaré a un buen lugar, ponen buena música y se bebe barato - Aceleró y en 15 minutos se había parado frente a un mirador en las afueras de la ciudad. Te miró y sonrío, con esa sonrisa que solo te dice "No sabés lo que te espera" - Baja del auto - Sacó una pistola y te apuntó a la cara - Vamos perra, bajate de una vez

Salí sin llamar demasiado la atención. El botones de la puerta se encargó de conseguirme un taxi y en menos de lo que canta un gallo estaba paseando por Caracas. El conductor del taxi se veía muy desaliñado y de poco fiar, pero no le di mayor importancia. Pude notar como se complacía desnudándome con la vista. Humanos... son tan predecibles... Sin prestarle mucha atención me quedé mirando por la ventanilla. El tío me estaba paseando por lugares cada vez más alejados de la ciudad, hasta que se detuvo frente a un mirador. La vista era increíble. Lástima que el pendejo tuviera otras intenciones.

-Baja del auto- me dijo al tiempo que me apuntaba a la cara con una pistola -Vamos perra, bajate de una vez- Bajé la vista, simulando tener miedo. El tipo no sabía con quién se estaba metiendo. 

Mientras bajaba del auto, una sonrisa fría y sádica se dibujó en mi rostro. Así que te crees que podrás gozar de mi compañía perro... ya veremos como respondes cuando tu ama te ordene mover el rabo.

Bajé lenta y deliberadamente y dejé que se acercara a mí, aún sin levantar los ojos del suelo. El tío no perdió el tiempo. Me apoyó contra el auto y comenzó a manosearme con la mano libre mientras la del arma seguía apuntando a mi frente. Cuando el tipo quiso besarme me saturé. Su aliento a alcohol, el olor a sudor de su cuerpo  y su patética erección colmaron mi paciencia y me asquearon.

-Mirame a los ojos dulzura- le dije sensualmente. El tío se descolocó. No esperaba esa reacción. Sin embargo, lo hizo y esa fue su perdición. Sin piedad levanté el velo que ocultaba mi verdadera naturaleza y pudo sentir el horror de ver en las profundidades de mi alma. -Salí de encima mío. ¡Ahora! o lo pagarás caro... muy caro.

Te vió con una mirada y una sonrisa bastante desagradable, ya que sobresalian un par de dientes partidos - Que perra eres... te gustan los juegos duros - Te tomó por el pelo y te acercó a él, haciéndote sentir ese sucio olor a alcohol y sudor que solo un nauseabundo sujeto podía regalarte

Tu blusa empezaba a moldearse con el roce de sus manos; esas asquerosas manos que no soltaban la pistola. Apretó tus senos y te miró a los ojos con una mirada levemente intimidante; el era unos centímetros mas alto que tú - A mí no se me jode perra - Lamió tu mejilla y te besó la boca, tratando de introducir su lengua en tu boca

Aaaaarrggg, que asco! sucio humano, como te atreves! No entendía por qué el tio se resistía a mi presencia. Normalmente no tenía problemas para manejar este tipo de situaciones pero hoy no se me estaba dando. Parece que tendré que recurrir a la maniobra de defensa más básica que existe, la patada en los huevos y quedarme con su arma. Luego, un poco de intimidación y chau tachero.

Totalmente asqueada dejé que se afianzara un poco más. La mano libre se regodeaba con mis senos y su aliento asqueroso llenaba mis fosas nasales y se colaba por mis labios a pesar de tenerlos firmemente apretados. Simulé relajarme y entregarme y el tipo, predecible como tantos, se arrimó más a mi cuerpo. La oportunidad estaba allí y no iba a desaprovecharla.

-Tomá hijo de puta- le dije fríamente cuando comenzaba a doblarse por el dolor. Sus genitales habían quedado justo en línea con mi rodilla derecha, las piernas entreabiertas, una posición inmejorable para asestar el gran golpe. -Ya aprenderás que no tenés que jugar con nenas como yo.- El tipo se cayó y se retorció de dolor en el piso. En el acto dejó caer el arma* la cual recogí sin prisas. La miré, quité el seguro y le apunté.

-Dame las llaves del auto y te dejo vivir. Si no, las tomaré por mi cuenta luego de que te haya volado los sesos, cretino.

El hombre se retuerce en el piso, con sus manos a la altura de sus testículos. Se ahoga y de pronto empieza a sonreir, aun tirado en el piso. Se ríe de manera fuerte, luego psicótica, para terminar en una carcajada ahogada por la falta de aire en su cuerpo - No me asombra que te comportes como una perra... o tal vez... - sientes como su voz empieza a deformarse a tal punto que empieza a parecerte levemente conocida

El hombre en el piso empieza a apagarse, hasta el punto en que empieza a demayarse; y la voz que esuchaste de sus labios empieza a sonar por detrás de ti - ¿Sabes que es lo lindo de esta ciudad? Que deja muy poco de nuEstra naturaleza vampírica en las sombras - Aquella voz sonaba fuere, pero increiblemente conocida... Era la de Thomas - ¿Tengo que empezar a molestarte para que dejes de reprimirte? Que asco de gente que cree que siguen siendo humanos...

La sonrisa de mi rostro se borró cuando la voz del tipo se transformó en otra conocida. Sentí como su cuerpo tomaba forma por detrás mío mientras la vida del taxista se apagaba, sumiéndose en un desmayo que yo intuía no era natural.

Mi semblante se tornó serio. Sin embargo, mi cuerpo continuó relajado, sin dar muestras de la contrariedad que sentía en ese momento. -No todos vemos la vida como vos Thomas... ¿Ya te aburriste de Virginia? Pensé que mi ghoul te entretendría un rato más.

Con la mirada fría como el hielo, pero adoptando una actitud totalmente gatuna me giré para enfrentarlo de una vez. -Bien, has despertado mi curiosidad. ¿Qué tiene esta ciudad para ofrecerme? ¿A donde me llevarás para mostrarme las ventajas de no ser humana?- me acerqué hasta él, enfrentándolo cara a cara, nuestro cuerpos muy próximos uno del otro. No pensaba demostrar ni miedo ni sumisión aunque él fuera mi superior en esta empresa.

No pienso llevarte a ningun lado pequeña - dijo con una sonrisa en sus labios - Tu cabeza te llevará a donde debe... Pero deja de ser tan docil que en esta ciudad quien no come termina siendo comido...

Se alejó unos pasos de ti mientras miraba a uno u otro lado - ¿Para que vienes realmente a acá? Todo lo que te haya dicho tu siré es mentira, ese farsante usa a las personas como le da la gana y luego termina tirándonos los muertos a los que estamos aún en pie - te miró y sonrio - Perdona si fui algo agresivo dentro del club pero nos estan vigilando las 24 horas y no podemos demostrar empatía con nadie; por suerte tengo un par de amigos que me ayudan a desviar la atención lo suficiente como para hablar claramente contigo

Se recostó en la puerta del auto - Las cosas empiezan a tensarse, y en este sitio no hay espacio para mucho ni grandes cosas que buscar. Ese brazalete que tienes que buscar es solo la punta del Iceberg. Necesito que estés alerta con quien te alías y a quien le juras lealtad - se acerca a la maleta, la abre y saca a la ghoul dormida - Ahí tienes a tu chica. Está perfecta... - se acerca al conductor y toma sus llaves - usa ese auto, este hombre de seguro lo recuperará luego con el dinero en su bolsillo. Muévete al hotel y mañana a primera hora me llamas que ya se hace tarde no querrás que te tome el sol por sorpresa - Antes de montarse en una moto parada justo detras del carro y de la cual no te habías percatado - De nuevo discúlpeme por mi comportamiento pero... pues, a veces hay que aparentar para evitar pelear

Cuando te das cuenta notas como al sol no le falta casi nada para levantarse en el horizonte; si te fijas en tu reloj te das cuenta de que el tiempo ha pasado inusualmente rápido, ya son las 445 am

Allí estaba, en el medio de la nada en Caracas, junto a un vampiro poderoso y hedonista como pocos había conocido antes. O eso creía al menos ya que en un santiamén, su actitud, su manera de hablar, hasta la postura y la manera de dirigirse hacia mi cambió. Ahora estaba ante un Thomas reflexivo y casi amigable. ¿Podría confiar en él? No debes confiar en nadie, lo sabés. Ya viste como te traicionó hasta la persona que más te amaba. No podés confiar, nunca. Sin embargo, esta máscara de Thomas era mucho más agradable que la anterior. Al menos parecía que no estaba en mi contra, que realmente podía contarlo como un aliado en esta misión. Seguramente él obtendría sus beneficios; pero al menos no iba a mandarme como carne de cañón sin antes advertírmelo.

-Gracias por devolverme a Virginia. Y por ponerme al tanto de cómo son las cosas en este sitio. No confío en vos, como tampoco confío en mi sire ni en nadie en esta puta sociedad. Pero podés contar con que trabajaré contigo para conseguir el brazalete y desentrañar lo que sigue, si eso te converte en un aliado al cual recurrir en el futuro. Estuve buscando un poco de información acerca del brazalete pero poco es lo que hay en internet a mi alcance. Quisiera que tengamos una reunión antes de tener que dar el golpe, para que me des todos los datos necesarios para hacerme con él. Iré bajo tus reglas, vos sabés moverte aquí y me alegro de ver que esa actitud tan petulante es una fachada.

Tomé las llaves y me ubiqué al volante. -¿Necesitas que te acerque a algún lado? si no, partiré cuanto antes. Ya es tarde como bien señalaste. Mejor que el sol me encuentre en mi cuarto si quiero servir para algo en este lugar- sonreí de lado, pero mi sonrisa no llegó a mis ojos. Por fin, las piezas del tablero comenzaban a moverse.

No necesito nada - dijo con su sonrisa - Pero me largo de aquí antes de que me vean contigo - Dicho esto se acercó a la via, sacó la mano y un auto se detuvo; se montó y desapareció...

Vaya tío más extraño. Viendo que Thomas desaparecía de escena, monté al auto del taxista, me aseguré de que Virginia estuviera bien sujeta y partí. La proximidad del alba ya se dejaba sentir en mis huesos así que debía pisar el acelerador si quería llegar a tiempo a meterme en mi cama antes de quedar inmovil frente al sol. No podía contar con la ayuda de mi chica así que tenía que procurar ganarle al astro rey.

Encendí el motor, puse primera y salí. Mi memoria fotográfica era bastante buena y el haber estado observando el paisaje me ayudó bastante en el camino de vuelta.

Llegué hasta el hotel pero no estacioné frente a la entrada. Los botones podían fijarse demasiado en mí sillegaba conduciendo un taxi con una chica inconsciente como copiloto, así que decidí dejarlo a unos cien metros del lugar.

Bajé y cargué con Virginia como si se tratara de una amiga borracha. Pasé por la recepción derecho al ascensor rogando no encontrarme con nadie que me entretuviera. Ya era hora de dormir.