Partida Rol por web

Viendo que no se le daba ninguna orden por parte de su superior, enseguida se puso a vigilar desde lo alto del murete con unos macrobinoculares, miraba al horizonte, pero también al cielo de vez en cuando, tratando de vislumbrar la nave imperial.

 - Aparte del comunicador y el Panel de datos que se borró, tenía 2 Sables de luz y 1.000 Créditos. Las armas me las quedaré como prueba para el Consejo Jedi, el dinero deberíamos de repartirlo entre todos, para pagar posibles gastos futuros... - Le respondí.

Cerca de una hora pasa antes de que una nave se acerque a Sefresna y luego descienda dentro de ella. Es una lanzadera de transporte clase Sigma, de color rojo y con el símbolo imperial dibujado en un costado. Aterriza y se abre la compuerta, desde donde sale un par de Caballeros Imperiales. Uno de ellos es de piel negra y pelo corto, mientras que el otro es blanco y de cabello pelirrojo.

Ambos echan una mirada significativa al lugar, concentrándose mucho en los cadáveres de las bestias que se pueden ver fuera del muro. Luego de eso, bajan por la rampa de la lanzadera hasta llegar al suelo, donde miran las tiendas y el montón de chatarra que alguna vez fue la nave de transporte que trajo a los colonos.

Ambos Caballeros intercambian un par de palabras entre ellos en voz baja y luego caminan hacia el grupo de recepción. A cierta distancia comienza uno de ellos a hablar:

 - "Soy el Maestro Deerman Oneero y mi acompañante es el Maestro Saren Vayami. Estamos acá para investigar, en nombre de su majestad el Emperador Roan Fel, las sospechas que tenemos de que algo está sucediendo en este mundo. ¿Quien está a cargo acá?"

El hombre habla con voz severa y potente, dejando claro que no está acá para ayudar ni para pedir, sino para exigir con el derecho que le brinda su cargo y posición en el Imperio.

Sigo con pesadumbre las miradas de los Caballeros Imperiales, observando con nuevos ojos los restos de las bestias más allá del muro y la chatarra que queda de la nave de colonos. Sin duda, es un panorama desalentador.

Guardo silencio y evito en lo posible mirar a lo Caballeros, pues no quiero llamar su atención hacia mi persona.

 Me acerqué con una sonrisa amistosa, aunque no por menos en estado de alerta, a la menor señal de peligro, al caballero imperial y le saludé con una reverencia:

 - Saludos, maestros, soy el Padawan Gaheris Ordo, como ya sabrán a estas alturas. He sido elegido por las buenas gentes de esta colonia como portavoz ante ustedes. Es curioso que no hayan venido antes, debido a las peticiones de ayuda que me consta que recibieron, según ellos... - Dije esto último como quien no quiere la cosa. - ... En cualquier caso, supongo que querrán hacerme algunas preguntas, ¿cierto?.

Rogboor observaba la escena apoyado con la espalda en uno de los pilares de la pasarela de acceso a la nave. Esos cerdos imperiales habían llegado como conquistadores, paseando su altiva mirada por todo y todos como si el planeta y cualquier ser que lo habitara les perteneciera. Cosa que tampoco se aleja mucho de la realidad... Al fin y al cabo estamos en espacio imperial...

El joven Gaheris se plantó frente a los Caballeros y empezó a charlar con la misma pedantería arrogante que habían usado ellos antes. Parece que todos los fanáticos de esa... Fuerza... son iguales, sea cuál sea el color de su túnica. El wookie no creía que esos bastardos imperiales fueran a creer nada de lo que les contara el inexperto padawan. De hecho, en su fuero interno deseaba que las conversaciones acabaran mal. Desde que viera el símbolo del Imperio en uno de los costados de la lanzadera, el mismo símbolo que portaban los guardias que le habían arrojado a su vida como esclavo, no podía más que pensar en poder arrancar los brazos a esos dos sucios imperiales. 

En vez de encontrarse con los imperiales junto al resto, ella se había quedado en la muralla, preparada para lo que pudiera pasar, había liberado el anclaje de seguridad de la funda de su blaster mientras veía bajar a los caballeros por la rampa de su nave. No pudo oír lo que decían, pero en caso de pelea, era mejor estar lejos.

La evidencia de los ataques era innegable al igual que la prepotencia de los imperiales.

La nave aterriza y puedo ver los nervios que despierta en la gente a mi alrededor. Dos hombres salen de ella con gran porte y arrogancia pero lo que mas me sorprende es el inconsciente padawan.

Intento mantener la compostura en mi rostro mientras escuchó las palabras del jedi en las que se autoproclama portavoz y no doy crédito. Lo que nos faltaba, los jedis que se suponen no debían estar aquí y hace de portavoz, si yo fuera ese jedi imperial no me haría nada de gracia.

Antes casi de que Gaheris acabe de hablar, doy un paso al frente junto a Langren.

Soy Haka Bel Iblis encargado de la seguridad de la colonia, él es Gerry Langren jefe científico, estamos al mando. Pueden tratar con Gaheris los temas de la orden jedi, cualquier cosa de la colonia es cosa nuestra.

La mejor forma es ser directo pues esta claro que no han venido por nuestra hospitalidad

Conforme baja la nave hablo por el comunicador a R8.

R8 escanea la nave, quiero saber si vienen solos

Después de un par de minutos, te responde lejos del oído de los Imperiales:

 - "Bipbipbipbipbiobio."

Eso es todo lo que te dice.

El segundo Caballero Imperial se adelanta un paso hacia Gaheris y le habla de frente, con un tono más bien agresivo:

 - "¿Y puedes, Padawan, explicar como es que alguien de la Orden es el portavoz de una colonia en suelo Imperial? No creas que tu tono y tus palabras me han pasado desapercibidas y deberías medir ambas mientras hablas conmigo pues no tengo ningún deber de justificarme ante ustedes, todo al contrario. Ustedes deben justificar qué es lo que sucede aquí."

Luego mira a Haka y a Langren de manra signiificativa, de pies a cabeza y luego habla:

 - "¿Bel-Iblis, no? Bueno, podrás entonces explicar qué son aquellas criaturas y qué es lo que ha sucedido aquí."

El Caballero Imperial mira de reojo a todo el resto de los presentes, incluso a los guardias apostados en el muro que, aunque no miran directamente la escena y cuidan el exterior, no dejan de estar sumamente atentos a lo que sucede.

Cuando el padawan Gaheris habla, Balael da un codazo al wookie.

-Míralos, bola de pelo -susurra-, con una insignia en el hombro u otra al final son todos iguales...

Enrojezco de vergüenza ante el lamentable espectáculo ofrecido por mi compañero de Orden, el Padawan Ordo. No es la primera vez que me avergüenza así, y espero que tampoco sea la última, pues forma parte de su naturaleza esencial.

Agacho la cabeza, deseando mimetizarme con el entorno.

 Le dediqué al caballero una sonrisa de pesar:

 - Mis disculpas, no era mi intención ofenderle, solo pensaba en voz alta. Ya dice mi maestro muchas veces que hablo antes de pensar... Mi presencia aquí es fácil de explicar... - Señalo la nave dañada. - ... Estaba en una misión rutinaria de entrenamiento, cuando mi nave fue atacada por unos merodeadores. Tras un salto al hiperespacio de emergencia, fui a parar a una zona cerca a este sector. La nave necesitaba reparaciones urgentes y esta colonia era el lugar de la Alianza más cercano para ello...

Hemos sufrido algunos ataques de la fauna local. La primera vez nos cogieron sin estar preparados, por eso el mensaje de Langren. Ahora ya tenemos la situación bajo control, y un perímetro para mantener a raya a esas bestias.

Me siento cómodo al no tener que mentir descaradamentek, simplemente maquilló o limito la información más bien.

Asiento levemente ante las palabras del noble Bel-Iblis, mostrando mi conformidad con su estrategia.

La wrooniana se limita a contemplar la escena junto a Roogbor desde una cierta distancia. Es evidente para quien la conoce que no le gusta lo que ve o escucha, pero gesticula lo más mínimo.