Partida Rol por web

Jojan se queda frente a vosotros mirados y habla con una voz grave y potente, tanto que al principio pensais que la esta fingiendo

-Apestais a verano y mas alla del muro el suelo esta sembrado de huesos de jovenes veraniegos que se creyeron mas listos por venir de una comoda casa del sur, escuchadme bien, fuera de ese muro gobiernan otros dioses, dioses crueles, y se esconden horrores inimaginables, asi que mi consejo es este, creed solo en lo que podais ver con los ojos y matad siempre dos veces una con hierro y la otra con fuego

Dicho esto se gira y se encamina hacia el lord comandante

Escucho las palabras del acompañante de nuestro comandante.

¿Venir de una cómoda casa del sur? ¡Já! Que más quisiera yo, haber nacido como un niño mimado...

No abro la boca en respuesta a las palabras de ambos señores, simplemente asiento con la cabeza, con mi mayor respeto hacia el Lord Comandante, y me encaminé hacia la puerta, listo para recorrer el bosque, esperando poder sobrevivir a la furia de la Madre Tierra.

Observo al acompañante del Lord es evidentemente un hombre curtido y con experiencia, su ultimo consejo me llama la atecion especialmente....a fuego y hierro....cuanto menos es un consejo prudente y la prudencia en este tema va a ser importante ya que no sabemos lo que nos encontraremos tras los muros...veo que uno de mis compañeros se dirije hacia la puerte y opto por seguirle con paso firme y seguro.

Asiento brevemente, intentando no sentirme insultado por sus palabras. La gente del norte se cree más dura que la del sur. Acaricio distraídamente la cabeza de Mordisco, mientras miro a las puertas. Matar dos veces: una con hierro y otra con fuego. 

Al menos estaremos calentitos.  

Antes de seguir a los demás pasé a buscar algunas cosas. Flechas extra, algunas ganzuas y antorchas nos servirían en el viaje. Hubiera agarrado algo más, pero lo mejor sería viajar ligero. Además, seguro que mis compañeros también llevaban algo.

Luego de eso me dirigí a la puerta. Dos de mis compañeros parecían listos para partir. Los saludé con la cabeza y me quedé cerca de ellos, pensando en por qué podían estar desapareciendo hermanos de la guardia.

Con suerte no lo descubriremos. Pensé. Se contaban historias del otro lado del muro. Nadie las respaldaba, se suponía que solo eran leyendas, pero en este momento yo pensaba en ello. Saqué esas ideas de mi cabeza. No podía ir pensando en cuentos para niños cuando necesitaba el cerebro lúcido.

Un golpe seco resuena en el patio y os hace girar la cabeza, las vigas han sido retiradas y el pesado mecanismo de aguante ha caido sobre el suelo de piedra, dos hombres se apresuran a retirarlo mientras el lord comandante y su acompañante agarran con fuerza las pesadas puertas de piedra y tiran de ellas, os parece un extraño honor que el lord comandante en persona os abra las puertas, pero vuestra alegria se esfuma cuando consiguen abrirla y una rafaga de aire helado os golpea en la cara, frente a vosotros hay un largo tunel oscuro con una pequeña luz al otro lado..

El lord comandante os mira con el pecho hinchado y gesto serio

-No lo olvideis sois la espada en la oscuridad, los vigilantes del muro, el fuego que arde contra el frio la luz que trae el amanecer, partid con mi bendicion volved vivos y con nuestros hermanos

-Gracias Lord Comandante- murmuro, antes de dar un primer paso hacia delante. Miro a mis compañeros, esperando que comiencen a andar antes de continuar con nuestro viaje. 

Asiento ante las palabras del Lord comandante.

Los traeremos de vuelta, no fallaremos. Tengo la intención de no fallarle señor.

Esperaba que mis palabras no fuesen en vano y me dispuse a recorrer el túnel.

Hice un gesto de cabeza y mire a mis compañeros, algunos irradiaban seguridad....comencé a caminar en direccion al tunel para atravesarlo, mas alla, un mundo hostil y desconocido....

Tras asimilar toda la información revisé mis posesiones. Unos mapas, una cuerda y flechas de sobra. Contaba con hacer fuego de manera natural, pues en el bosque ya había suficientes yescas para poder hacer un fuego. Entretanto mis compañeros parecían tener prisa por salir.

Viré mi cabeza hacia la puerta cuando esta dejó entrar el frío más típico de Invernalia. Tuve, sin embargo, que taparme la cara con parte de la capa en ese momento. El frío helado del exterior quemaba, irónicamente, toda la piel.

Al instante aquél golpe de frío se rebajó a algo soportable y emprendí la marcha hacia mis compañeros. Agradecía las bendiciones del Lord, pero mi excepticismo era aún más grande que sus palabras. De nada nos serviría una bendición allí fuera. Lo guardaba para mí mismo, pues muchos de los hermanos en el Castillo Negro eran creyentes, pero yo no creía en ningún dios. De haber dioses, paganos o antiguos, mi madre no hubiera muerto en aquél incendio. Y yo no estaría aquí.

A cada paso mis recuerdos de niñez volvían a mí. Aquello era un mal presagio. Ningún dios nos salvaría de las sombras del bosque. Fuego, eso era lo que necesitábamos. Pero no solo acero y fuego. No debemos temerle a la muerte y... ¿Cuántos aquí no la temían?

Clavé mis ojos uno por uno en mis compañeros. La verdad es que me reiteraba. El único sensato parecía ser Chase, pero tampoco lo conocía.

Acaricié el arco largo a mi espalda y me detuve una vez estaba entre los otros hermanos frente a la puerta. Entonces me giré para echar un último vistazo al Lord y asimilar las palabras de Jojan. Bonitas palabras para alguien que se limitaria a esperar en el fuerte. Pero ya estaba acostumbrado, así que mi cara de póker se mantuvo en continuo.

Después miré a mis compañeros una vez más y caminé hacia el exterior.