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Star trek: The Final Frontier

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17/07/2010, 22:47
Director

Andre Phelekos, ascendido recientemente a Capitán, es trasladado a su primer mando, la USS Artemis, nave de construcción reciente de clase Akira. Tras conocer a la tripulación en un rápido pero emotivo acto en el hangar de lanzaderas, la Artemis se pone en marcha. Sus órdenes son las de unirse a una escuadrilla reunida por la Almirante Janeway en territorio cardasiano para acabar de una vez por todas con la amenaza que los Maqui representan, ahora que han añadido a la federación a su lista de enemigos. No obstante, de camino, la Artemis recibe un nuevo cometido de manos del Almirante Jean-Luc Piccard. Al parecer el Comandante LaForge, oficial en jefe de la estación científica Isaac Newton, ha desaparecido, secuestrado, según parece. Por ello la Artemis recibe órdenes de cambiar su rumbo para investigar.

La nave llega a la estación sin incidentes. Un equipo de oficiales baja a la estación al mismo del Capitán Phelekos mientras el primer oficial, el Comandante Jonh Klauser toma el mando de la Artemis. Mientras Phelekos y su equipo investigan, una nave camuflada dispara contra el puente desprotegido de la Artemis, haciendo que esta sufra daños severos y graves en casi todos sus sistemas. Al mismo tiempo, enemigos igualmente camuflados atacan la estación, con el propósito de acabar con la vida de los allí presentes. No obstante, la defensa es férrea. Klauser a bordo de la nave y Phelekos, Tahlandi, Tennant, Michetti y el Sargento Johannsen resisten. De hecho, consiguen ganar. En la estación, Tennant activa el sistema anti incendios de la estación, haciendo visibles a los enemigos camuflados. En el exterior, la Artemis trata de defenderse. Logran deshabilitar el camuflaje enemigo, para ver que su atacante es una nave de la misma flota estelar, la USS Enterprise E. En medio de una lucha desesperada aparece un escuadrón de cazas de la flota estelar de patrulla en el sector, veteranos pilotos que son capaces de inutilizar a la Enterprise el tiempo suficiente como para que la Artemis contraataque de forma efectiva e inutilice la nave. No obstante, sin saber bien como, la Enterprise logra activar la velocidad de curvatura y escapar.

Evidentemente, hay bajas, y bastantes. Los oficiales y tripulación, ya sea a bordo de la Artemis o en la estación, casi en estado de shock, se preguntan qué diablos ha ocurrido. Las investigaciones parecen girar alrededor de uno de los proyectos de LaForge, el androide B4, en cuyo interior aún late el cerebro y la personalidad del Teniente Comandante Data, amigo del Ingeniero jefe y oficial científico de la Enterprise-D y Enterprise-E. Los asaltantes parecían buscar a ese androide. Los atacantes de la estación resultan ser marines de la federación. Aunque son interrogados, se suicidan con un potente veneno.

Al cabo de una semana, no obstante, se reciben noticias desde La Tierra. La federación se ha disuelto en un gran golpe de estado respaldado por las ciudadanos terrestres, y se ha convertido en el Imperio terrano. La flota estelar ha sido armada y reconvertida en la flota imperial. Las naves vuelan con el logotipo ICS (Imperial Combat Spaceship). Los alienígenas y no humanos de la flota y la federación son purgados. Los tripulantes y oficiales de la Isaac Newton y la USS Artemis, son acusados de traición. El Capitán Phelekos, el oficial de mayor rango de la ya extinta flota estelar presente en la base, proclama su intención de no rendirse, y no entregarse, hasta saber qué diablos pasa y por qué está ocurriendo todo esto.

Durante varias semanas, los equipos de Ingeniería se centran en reparar en lo posible los daños sufridos por el ataque de la Enterprise. Se consigue hacer una puesta a punto de la Artemis para hacer que siga funcionando. Así mismo, se programan los cazas para patrullas rutinarias, y el Teniente Torres, el jefe de la escuadrilla, programa a su grupo de pilotos para atacar en conjunto con las defensas de la base, haciendo de sus ataques algo mucho más preciso y mortal. Finalmente, el temido día llega. Tras una reunión de Phelekos con toda la tripulación de la Isaac Newton y de la Artemis, la Washington y la Enterprise, completamente reparada, liderando una escuadra de 4 naves clase Sovereign, atacan la estación. La Artemis, por su parte, al mando de Klauser, logra, sin estar ni de lejos preparada para entablar combate, destruir a la Washington. Por su parte, la escuadra de cazas Athena lanza un poderoso ataque en conjunto con las defensas. Pierden una nave, pero por el contrario logran frenar el ataque de la escuadra enemiga. Por sorpresa, cuando el combate ya parece perdido, aparecen la USS Titán y la USS Hephaistos, al mando del Capitán William Riker y al mando de la Capitana Beverly Crusher respectivamente, para auxiliar a la estación. La llegada de las dos naves, una de ellas clase Sovereign, además de un crucero de batalla Klingon, traído por el embajador Worf, inclina la balanza a favor de los defensores. No obstante, se pierden muchos oficiales y la propia estación Isaac Newton es destruida a causa de los daños sufridos por el combate.

Los tripulantes y oficiales de la Newton se incorporan de forma temporal en la Titán, la Artemis y la Hephaistos. Las tres naves, escoltadas por el crucero klingon, escapan de lo que fuera el espacio de la federación, y se dirigen a la órbita de Qo’nos, el pleno corazón del Imperio Klingon. El Imperio terrano ha roto sus acuerdos con los klingon, incluyendo el tratado de Khitomer. Así pues, el Imperio klingon a accedido a dar asilo a las naves que aún juran lealtad a la flota estelar y a la federación a cambio de su ayuda para acabar con el nuevo Imperio terrano, que parece alzarse con un poder cuasi inimaginable.

Mientras la Artemis es reparada a fondo, e incluso mejorada, al mando del jefe de Ingeniería Tennant, Phelekos acompaña al Capitán Riker a diversas incursiones en el espacio del nuevo Imperio terrano, en busca de naves y capitanes aún fieles a la federación. En tres semanas, se logra reunir a una flota que, junto a la de los klingon, es capaz de rivalizar con la flota terrana. No obstante, el Capitán Riker averigua que la flota terrana se dirige a Bajor para arrasar el planeta, puesto que este se ha declarado independiente y ha logrado vencer a un escuadrón terrano. Junto a la flota Cardasiana, que tampoco acepta la autoridad imperial terrana, los bajoranos han acordado una alianza forzosa e incómoda para acabar con los terranos. Sin embargo, su flota no es suficiente. Por ello, Riker decide reunir a la lo que queda de la flota estelar e ir en auxilio de cardasianos y bajoranos, y librar la batalla de Bajor. La Artemis, no obstante, es enviada a otra misión.

Durante las semanas de reparaciones y organización en la órbita de Qo’nos, se ha averiguado mucho sobre el androide B4, rescatado de la Isaac Newton. Al parecer, el androide tiene una información que este extraño complot terrano busca, el motivo por el cual la Isaac Newton fue atacada son los datos que se esconden en su cerebro positrónico. Tras semanas de estudios, se encuentran las coordenadas de un extraño planeta en la zona de influencia del Imperio romulano. Dicho planeta no aparece en ninguna carta de navegación. Sea lo que sea lo que oculta la superficie del desconocido planeta, es el centro de todo.

Así pues la USS Artemis es enviada al planeta, sin demora. En él, puede encontrarse la solución. No obstante, para eso deben internarse en terreno romulano, hasta ahora, los únicos aliados del nuevo Imperio terrano. Además, Phelekos es reubicado, por el bien de la flota, Klauser es puesto al mando de la nave. La Artemis logra cubrir gran parte del terreno, pero, finalmente, se topa con una pequeña escuadra de águilas de presa romulanas. No obstante, resultan ser la escolta del embajador Tholos Ralan, padre de Vreekar. Vreekar es un romulano fiel al Imperio que ha sido enviado a la Artemis como parte de un programa de pacificación y unión entre la federación y el Imperio romulano, idea de su padre. El embajador explica que lo que ha ocurrido en La Tierra y en toda la federación ha pasado también, en menor medida, en el Imperio romulano. Una raza alienígena, formada por unos pequeños parásitos que ya intentaron tomar La Tierra una vez, han vuelto. Han tomado el control de los gobiernos humanos de la federación y del Imperio romulano, los únicos huéspedes viables, y han resuelto aniquilar al resto de razas del cuadrante.

Tras una reunión en la que se rebela, al fin, la causa de todo, el embajador, sin poder prestar mucha más ayuda, les dice que es vital que encuentre espacio seguro, y por lo tanto, se marcha, seguido de su escolta. Sin embargo, les dice el punto débil de estas criaturas. Dependen de su reina, y sin ella, morirán casi al instante. Así pues, dispuestos a averiguar que está ocurriendo, y con suerte, a aniquilar a la reina y a salvar a la federación. El planeta resulta ser una colonia muy exitosa romulana, que oculta una excavación arquelógica. En ella, entre vestigios de una raza extinta milenios atrás, hay un portal, que lleva a un punto del cuadrante delta. Es desde ahí desde donde han llegado esas criaturas. El primer equipo romulano que cruzó la puerta volvió “infectado”, y de ahí, esos seres empezaron a extenderse. Y al parecer, su reina está a bordo del Enterprise, que está, junto a las otras naves de la federación, en la batalla contra la flota combinada federal, bajorada y cardasiana. 

Así pues, la Artemis tiene ahora un objetivo muy claro. Debe ir a Bajor, y debe destruir a la Enterprise, a cualquier precio. Puede ser la última oportunidad de salvar a la federación.