Partida Rol por web

Habéis salido de la órbita de Coruscant con los créditos en un chip de créditos. En vuestras cabezas resuenan las palabras de Azo, incluso en la cabeza de Azo resuenan.

-En primer lugar hablemos de dinero, el 19% para cada uno de vosotros y el 24% para mí, de las ganancias totales descontados los posibles gastos ocasionados por la misión.

Ha llegado la hora de repartir los créditos, os sentáis en la mesa donde se hace vida ociosa de vuestro transporte y las cantidades quedan así.

- Azo: 120000 

- Aldor: 95000 

- Garr: 95000 

- S'ys-Kain: 95000 

- Talya: 95000 

Parece haber un ambiente algo festivo en la nave tras los eventos acaecidos en Coruscant. El wookie aparentaba estar bastante más entero de lo que estaba tras finalizar el combate, algo que Talya respetaba profundamente.

Sin embargo, y pese a el 'feliz' desenlace, la cazarrecompensas se mantenía algo al margen, limpiando su bláster. Tenía cosas en las que pensar y prefería guardar las distancias con el trandoshano y el contrabandista.

Mientras descendían por los niveles inferiores de Coruscant había reconocido a Sys' Kain, y Aldor también le despertaba un atisbo de recuerdo, aunque todavía no sabía de qué lo conocía. Se propusiera lo que se propusiese, necesitaba procesar información y planear su próximo movimiento.

La alegría del piloto era más que evidente, puso el piloto automático de la nave para poder estar con el grupo celebrando como correspondía la victoria y los créditos obtenidos.

-La verdad es que ha sido una operación increíble, tenía fe en la información obtenida pero no esperaba semejante resultado. He de decir que estoy orgulloso del grupo que hemos montado. -Mientras hablaba fue poniendo unos pequeños vasos en la mesa, una vez colocados, abría una botella de whiski de Coruscant. -Brindemos para celebrarlo, no es el mejor licor pero ya compraremos en nuestro siguiente destino uno a la altura de las circunstancia. -Luego se giró hacia Talya. -Vamos cazarecompensas, en el fondo te sentirás algo orgullosa ¿no?

Después de un rato conversando, decidió que era el momento de mostrarles a todos el sable obtenido del cadáver del inquisidor.

-No he podido evitar coger un pequeño recuerdo de nuestra primera aventura juntos. -dijo mostrando la espada que portaba el imperial.

Antes de continuar hablando decidió servirse otro vaso de alcohol, y con él en la mano decidió que era el momento de proponer algo a sus nuevos socios.

-Bien, sé que todavía estamos celebrando una victoria, pero quiero saber quién está dispuesto a que nos asociemos porque tengo un par de negocios en mente que nos pueden dar bastantes créditos...por supuesto a partir de ahí seríamos socios a partes iguales para beneficios y gastos. Por supuesto si alguno no quiere lo llevaremos al planeta que le apetezca con los mejores deseos para un futuro.

Aldor tomó el vaso de su compañero y cuando este estuvo lleno de líquido, se lo acercó a la nariz y se dejó embriagar por su aroma. Sabía a... victoria. Mientras brindaba con todos, parte de su pensamiento volvía a su nave. Con los créditos conseguidos podría pagar la deuda y recuperarla. Estaba eufórico.

- Por ti compañero - Dijo mirando a Azo, entonces se giró hacia el resto - Y por todos los demás, porque, a pesar de ser un grupo tan variopinto, nos hemos cohesionado suficientemente bien para hacer que casi parezca facil. -

Levantó la copa y brindó con todos. Su mirada se fijó primero en la cazarecompensas que ajena un poco a todos, limpiaba su arma tranquilamente.

"Fría hasta el final. Que vida tan aburrida"

Estaba tan contento que casi se le ocurría una loca idea, una proposición que tal vez...

Sin embargo no pudo llegar a decirla en voz alta ya que otro lo hizo. Una vez Azo le leyó la mente y dijo lo que él estaba pensando. Juntarse para otra loca misión que pudiera reportar mucho dinero. Aldor se acercó con una sonrisa socarrona y pasó su brazo por el hombro de su compañero.

- Ay amigo, como te gusta tentarme con el dinero. ¡Como sabes que soy incapaz de rechazarlo! - Con su vaso aun en la mano, brindó nuevamente con el vaso de su amigo de armas - Puedes contar conmigo para cualquier cosa que tengas en mente, solamente te pido un poco de tiempo. Antes de embarcarme en tu siguiente locura de plan, necesito recuperar a mi "pequeña", Tu ya me entiendes. Una vez este con ella, podrás contar no solo con mi blaster, sino con ella también -

Se giró hacia el resto de sus compañeros

- Ha sido un placer luchar a vuestro lado amigos y espero que no sea la última. ¡A vuestra salud! -

Y terminó el líquido del vaso.

La pelirroja terminó de limpiar su arma y se levantó. Todavía no se había quitado us armadura, y por el momento no tenía intención de hacerlo. Dejando su bláster a un lado, avanzó hasta la mesa y cogió un vaso de licor, vaciándolo de un trago. Luego se volvió a servir y lo vació nuevamente, sin apenas inmutarse.

¿No tienes nada más fuerte, pequeño? dijo guiñando un ojo al piloto. Quizá esto te sirva de algo a ti, pero me parece que para esos dos -señaló al trandoshano y al wookie- no será gran cosa.

Se acomodó en una butaca y echó un vistazo a la nave.

¡Eh, wookie! ¿Qué te parece? ¿Una competición de chupitos?

S'ys-Kain aceptó el trago de Azo pero se limitó a mojar la lengua en el licor. Aunque se sabía fuera de peligro, parte de su oficio como guardaespaldas implicaba no dejar que nada nublase sus capacidades y los viejos hábitos eran difíciles de abandonar.

Cuando el piloto mostró al resto el sable láser, el también señaló el arma de luz perteneciente a la jedi que seguía colgado de su cinturón. Sabía que para la mujer sería doloroso perder su arma, pero si lo que contaban de las técnicas de interrogación imperiales era cierto seguramente la joven no volvería a necesitarla. Chasqueó la lengua mientras movía la cabeza levemente de un lado a otro, disgustado. No es muerte para una guerrera pensó seguramente se ha sometido a toda una vida de entrenamiento riguroso sólo para acabar en manos de los ímperos.

S'ys-Kain de acuerrrrrdo con Azo. Manada más fuerte que suma de sus miembros, ¿sssssí? Tú contar más de esos proyectossss. Crrrrreditoss compran armas nuevas, armas nuevas cazar prrrresas mayores, ¿sí?.

Mientras hablaba, sus ojos rasgados se centraron en un trozo de tela negro que había enrollado en el cañón de su carabina. Lo había cortado con su cuchillo de los restos de la túnica del inquisidor imperial, para recordarse a si mismo que pese a su escepticismo había cosas en el Borde Exterior que la ciencia por si sola no podía explicar. ¿Existiría esa Fuerza de la que algunos de sus nuevos compañeros habían hablado? No estaba del todo seguro de querer averiguarlo.

Indudablemente la comida después de la batalla era uno de los momentos favoritos del wookie. Más si se disfrutaba junto con sus compañeros de armas. Levantó por un momento la mirada de la jugosa pieza de carne que sujetaba entre sus garras cuando Azo propuso la posibilidad de un nuevo negocio.

Garr está disponible para ese trabajo, le dice al piloto. A continuación siguió disfrutando de su pequeño manjar.

Al terminar la degustación, observó el arma que arrebató S'ys-Kain del cadáver del inquisidor. Una sombra planeó sobre el rostro del wookie. La idea de la existencia de misteriosos rivales como al que se acababan de enfrentar no le dejó buen sabor de boca. ¿Quién era ese humano? Una punzada de dolor surgió de la herida propiciada por la hoja de luz recorriéndole todo el cuerpo.

De pronto se topó con el rostro de la cazarrecompensas. Parece que quería comenzar una competición de chupitos. 

Garr sonrió. ¡Cuenta con ello, peliroja! , agarró la botella y se dispuso a llenar ambos vasos.

Entre trago y trago celebráis vuestra victoria y os olvidáis, durante un rato, de los negocios que están por llegar...