¡Y tras los esfuerzos combinados de Jay y Jhan el droide asesino se convirtió en chatarra!
¿Significaría por fin que tendrían los mercenarios un merecido descanso? Tan solo quería reponer el aliento y dirigiros hasta donde habíais dejado vuestra nave para salir de allí y por fin pasar página.
A lo justo todo ¡y en buen momento!
4 puntos de daño en total - 3 de armadura: ¡bum! Droide hecho trizas.
Tu personaje comienza a sentirse bastante mareado, es una fatiga que no es propia de experiencias anteriores.
El droide ahora es chatarra, pero no lo celebra, vuelve a la cobertura, comprueba munición y espera más problemas durante un tiempo. Entonces comienza a sentir una gran mareo y agotamiento. -Ya viene Por favor, que sea un sedante solo.-
El mandalorinao se sienta y apoyado contra una pared se retira el casco para tratar de respirar mejor.
-¡Jay. Ayuda. Veneno!
-Alcanza a gritar a su compañero resultándole cada vez más dificil pensar. Sabe lo que hacer en estos casos aunque es la primera vez que tiene que ponerlo en práctica. Mientras su compañero llega a él y ve que puede hacer solo piensa en dos cosas: Mantener la calma y buscar los dardos.
Los dos dardos vacíos los podéis encontrar cerca de la escena de combate, por donde estaba posicionado Jhan. Una rápida inspección podra determinar que algo se ha inoculado al mandaoriano.
Jay estaba demasiado viejo para estas cosas. Una de cal y una de arena. Una paz que nunca terminaba de llegar. ¿Estaba condenado acaso? El anciano soldado siempre había pensado que lo merecía después de segar la vida de la mujer a la que amaba, pero siempre había pensado que vivir con esa culpa era suficiente condena.
—¡AGUANTA!—gritó el viejo clon mientras agarraba a su compañero.
No era un médico, tenía que encontrar un lugar donde pudieran tratarlo.
Finalmente llegasteis a vuestra nave, al ritmo más rápido que os permitía las circunstancias.
Jay abrió la escotilla del muelle de carga y junto a Jhan lograron subrir a bordo demostrando que ahora estaban todos a salvo, o al menos eso es lo que esperaban.
El siguiente minuto fue crítico, Jay que era el que se encontraba en mejor estado pudo observar a su compañero con algo de análisis clínico... y no tenían buen aspecto.
El temor real llegó al observar a Jhan. Con la obligación de quitarse el casco para no caer asfixiado, pudo ver como el mandaloriano tenía toda la piel de su cuerpo recubierta con bastante intensidad de unas marcas negras.
Fueron segundos de confusión, horror e impotencia.
Poco tiempo faltó antes de que empezasen a salir a la luz las primeras conclusiones ¿qué había en los dardos que había usado el IG? ¿Qué era lo que iba a pasar ahora?
Se generó un silencio incómodo tan solo roto por los jadeos de Jhan, quien comenzaba a notar que respirar estaba convirtiéndose en una tarea más difícil que la de robar un artefacto en una colonia enemiga.
Estás en shock. No eres médico para saber qué es lo que ocurre realmente pero tienes claro que ha sido envenenado durante el combate.
Jhan está en muy mal estado, realmente no tiene buen aspecto. Ha llegado incluso a escupir sangre... dudas que puedas llegar a tiempo para salvarle.
¿Le darás esperanza?¿o les darás paz?
PD: Si te da por comprobar el chip de crédito, aún sigues manteniendo el dinero.
A cada segundo que pasa, Jhan se encuentra peor. El sabor de boca es agrio, diferente... y el hecho de tener dificultad para respirar te hace pensar en lo peor.
En un último arrebato vomistaste sangre bajo la mirada horrorizada de Jay.
Jay estaba demasiado viejo para estas cosas. Si perder a Beker ya había sido doloroso, perder a todo su grupo era devastador. Nunca se acostumbraría a ese tipo de pérdidas.
—¡JODER JHAN AGUANTA!—gritó el clon mientras encendía la nave—. ¡AGUANTA MALDITO HIJO DE PERRA! ¡NO PUEDES DEJARME AHORA! POR MÍ PUEDES QUEDARTE CON MI PUTO DINERO PERO NO PIENSES EN MORIRTE.
No voy a intentar darle ni esperanza ni paz. Vamos a enfocar nuestros esfuerzos en salvarlo, a no ser que nuestro mandaloriano tenga algo que decir.
PD: Vaya vidorra se va a pegar Jay con toda la recompensa xD.
De los pocos gestos que pudo hacer Jahn con lucidez fue coger los dardos y guardarselos, a cada segundo que pasaba esta peor y por la cara de Jay mejor no mirarse en el espejo.
Ya tumbado dentro de la nave tenía que luchar por respirar. -Me da que no son somníferos.- Murmuró on cierto humor ante su más que posible muerte.
Jay... -Tos -Llévame a un hospital y de... déjate de dramas, joder.
Y si no lo consigo quédate con los créditos pero mi armadura tienes que dársela a otro madaloriano. -Tos agónica.
En mitad de aquella agonía, con sangre en la boca y los dientes pareció sonreir, quizá estaría delirando pero en lo quizá fuesen sus últimos momentos al mandaloriano le dió por sonreir.
Le enseñaron a no temer a la muerte y este momento no iba a ser distinto.
Tu personaje ha dejado de respirar.
Que Jhan descanse en paz.
Jhan ha fallecido delante de tu personaje. Debes narrar tus impresiones y qué es lo que hará ahora. Este será el último mensaje de Jay en esta escena, con lo cual siéntete libre de describir un poco el "corto o medio plazo" de lo que querría hacer tu personaje después de todo lo vivido.
Cabe recordar que el dinero sigue ahí, en tu posesión.
Definitivamente Jay estaba demasiado viejo para este tipo de vida. Y éste fue su momento de ruptura. Era como esos luchadores clandestinos que después de una vida de peleas acababan medio tontos. Estas cosas no venían por un único golpe, eran muchos. Muchos puñetazos, muchas patadas, muchos codazos y muchos rodillazos. En general, muchos golpes que poco a poco van socabandote hasta que acababas medio tonto. Pues el viejo clon definitivamente no podía más.
El anciano lloró. No sólo por Jhan y por Beker. Si no por todos los que había perdido. Pero en especial por ellos dos. No tenía sentido ocultar sus sentimientos. No era esa clase de persona. Con el cuerpo de su compañero todavía caliente, sólo había una cosa que podía hacer. Dirigirse al sistema Mandalore para darle a su compañero un entierro digno de los suyos.
Durante el viaje tuvo tiempo para pensar. Mucho tiempo. Pensó en reunir un nuevo grupo. En averiguar quién había mandado al droide asesino. En vengar a su compañero. En averiguar quién había sido el responsable. Tenía dinero suficiente para montar un buen comando. Y había dos opciones evidentes. O lo había mandado el imperio o lo había mandado la contratista.
Pero como ya habíamos dicho y como llevábamos diciendo durante toda esta narración. Jay estaba demasiado viejo y por una vez la sensatez se impuso a su terquedad. Una campaña de venganza lo dejaría en el mejor de los casos como estaba. Buscando contratos para sobrevivir. Y por el camino, él u otras personas podrían perder la vida. Más muertes. Más golpes que recibir. No, no era ese el camino que el viejo clon tenía que recorrer.
Jay había vivido una larga vida. Una vida llena de guerra, de pérdidas, de batallas a muerte… Lo mejor que podía hacer era instalarse en un remoto planeta del borde exterior y montar una granja. Durante las guerras clon, él y Zaressa consideraron que ese podía ser un buen retiro para ambos.
Quizás hay quien pensase que el viejo soldado era un mal compañero. Que no estaba honrando la memoria de sus compañeros como era debido. Que sus muertes merecían una restitución. Y posiblemente fuera así. Pero Jay pensó en su general, pues su memoria era la que más merecía esa restitución, y en la vida que ella hubiese querido que tuviera. Una vida de paz y tranquilidad.
La vida que alguien demasiado viejo necesitaba.
Y la galaxia demostró una vez más que era un lugar cruel, injusto y peligroso incluso para aquellos que tienen noble corazón.
A veces los sueños son peligrosos, la esperanza de llegar a algo mejor puede desembocar en un callejón sin salida.
El dinero cobra importancia en un mundo donde las posibilidades se abren a medida que el depósito está lleno, pero por el camino queda la sensación de que existen cosas más importantes como la lealtad, la ilusión, la confianza y vínculo que se forja cuando se viven las peores situaciones.
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La galaxia siguió siendo cruel y despiadada con el paso de los años bajo el yugo del Imperio, aquellos que no seguían sus leyes o se amoldaban a juicio sufrirían unas consecuencias nefastas bajo una falsa imagen de seguridad, sin embargo los que habían aprendido a sobrevivir en un entorno hostil mantenían aún la esperanza de que el mañana fuese un mundo mejor.
Nunca se sabía cuando podían surgir nuevas oportunidad incluso en mitad de una tormenta.
¡Con esto ponemos fin a la segunda escena! (esta es la más larga de las 3)
Espero que este cambio de registro llevando a un grupo de mercenarios os haya gustado :)
Ahora nos vamos al off-topic porque tenemos que debatir qué hacer ahora :P