Partida Rol por web

La zabrak meditó durante unos instante lo que decía Dearky. Al menos una de sus propuesta le parecía correcta ya que, todo lo que implicara sigilo, a Zuyyi le gustaba.

—Vale, vayamos por la puerta principal. Nos acercamos a esos tres sin que nos vean y nos los quitamos de enmedio. Luego cogemos sus armaduras... —dijo, enumerando lo que podían hacer—. Si todos estamos de acuerdo nos podemos poner en marcha ya.

Si eran rápidos, sigilosos y silenciosos podía resultar un estupendo plan para infiltrarse luego en el búnker. Pero en el mismo instante en que cualquiera de aquellos soldados sospechase algo o los detectase... Entonces no quedaría más remedio que montar un poco de jaleo y quizás, al final, sí acabarían volando algo por los aires.

Viendo claro el modo de proceder, Banks asiente y empieza a moverse con el sigilo de un un malraas, una especie de felino natural de la selva de Dxun. Era algo impresionante ver a Banks moverse sin apenas hacer ningún ruido con todo el equipamiento que llevaba encima y pasó desapercibido a lo largo de su movimiento hasta que alcanzó una posición favorable para poder observar mejor a los tres guardias de la puerta principal. 

Siguiendo el ejemplo de Banks, la zabrak comenzó a moverse en dirección a la puerta principal. Acostumbrada como estaba a moverse en silencio e intentando no hacers notar, no pareció costarle demasiado seguir el ejemplo de su compañero, aunque ni el terreno facilitaba el movimiento ni la tensión por la presencia de los imperiales hacía fácil el avance.

Con el plan claro, los tres se pusieron en movimiento. Dearky era un gran piloto, pero el sigilo no era su especialidad, por ello se concentró como nunca. Siguió a Zuyyi intentando pisar donde lo hacía ella, se movió con tranquilidad y paciencia para no tropezar ni hacer ruido con nada, incluido con sus pertenencias. El estilo de Banks también le ayudó en algunos puntos del trayecto hasta la puerta, por muy extraño que le pareciera funcionaba. Y para su sorpresa lo logró y se consiguió situar en una posición favorable para llevar el plan a cabo.

Esos imperiales iban a saber lo que era bueno.

Actualmente el grupo fue capaz de alcanzar una posición imposible de detectar para los soldados, quienes estaban montando guardia sin saber realmente lo que estaba a punto de acontecer...

Que aquello saliera bien estaba en sus manos, debían sincronizarse y acabar de forma simultánea con un enemigo cada uno. Si Dearky había llegado allí sin hacer ruido, esto ya era pan comido.

El pelirrojo hizo unos gestos con la mano a sus compañeros. A Banks le indicó que se encargara del de la derecha, a Zuyyi le señaló al de la izquierda y él se quedó con el del centro. Con los objetivos repartidos solo quedaba esperar al momento oportuno. 

Cuando los soldados se enfrascaron en una conversación la mano de Penbil bajó, dando la señal de que había llegado el momento. Las voces de los soldados mitigarían los posibles ruidos que hicieran hasta llegar a noquearlos y el interés por la conversación probablemente los mantendría lo bastante distraídos.

Sincronizando movimientos con el ex-soldado y la granuja, Dearky se abalanzó sobre el clon del centro y descargó la culata de su blaster contra la nuca de este de forma contundente. Esperaba que fuera suficiente para dejarlo fuera de combate.

Era momento de emprender acciones y la primera era conseguir una armadura de soldado de asalto para cada uno de nosotros. Dearky había emprendido la iniciativa y había atacado al primero de los soldados. Banks siguió su estela y dado el ímpetu que llevaba sacó su pistola blaster, la colocó en aturdir y disparó contra los dos soldados que restaban. 

Los recogió antes de que llegaran al suelto, de un salto y los arrastró hacia el exterior de la base para que ninguno viera nada de lo que ocurría. 

Cuando de peleas se trataba, Zuyyi prefería que fueran sus compañeros los que actuaran, en especial el exsoldado clon ya que estaban mucho más preparados para salir victoriosos. A la zabrak se le daban mucho mejor otras cuestiones.

Como no podía ser de otra forma, tanto Dearky como Banks consiguieron deshacerse con facilidad de los imperiales, dejándoles el camino libre para coger sus armaduras. Los habían dejado completamente fuera de juego y eso les facilitaría la tarea que se llevaban entre manos. Al menos Zuyyi esperaba que los imperiales estuvieran dormidos lo suficiente para no despertar mientras ellos estuvieran aún en las instalaciones.

—Habrá que dejarlos atados y amordazados... Si es que no los habéis matado —dijo la zabrak sin molestarse en ocultar el regocijo que esa posibilidad le producía—. ¿Nos disfrazamos los tres o te las apañas tú solito, Banks?

A Banks le resultó fácil noquear a dos de los guardias y arrastrarlos fuera de las murallas del campamento, todo eso sin que ningún otro soldado imperial viera el despliegue que había organizado para ello. Estando inconscientes les despojó a ambos la armadura, una para él y otra para Dearky. Vio que Zuyyi hacía lo mismo que él y ahora debían decidir qué hacer con los tres soldados inconscientes. 

Banks tomó la iniciativa y sacó una cuchilla de la protección del antebrazo y les rebanó el cuello a los tres soldados:-Así si algo sale mal serán tres menos a los que nos tendremos que enfrentar.-dijo y ocultó los cuerpos tras unas rocas y echó tierra sobre las heridas para ocultar el rastro de sangre para que no delatara la posición de los cuerpos si alguien pasaba por allí. 

Le molestaba tener que cambiarse su armadura por la de los soldados imperiales, le parecía que estaba muy mal diseñada, comparada con la suya:-Me tira un montón de la entrepierna y este casco es realmente malo, no sirve de nada, los orificios de los ojos no sirven para nada no se puede apuntar nada bien con esto.-dijo tras cambiarse la armadura pero debían hacer lo posible para pasar desapercibidos. Ocultó todo su equipo junto a los cuerpos, incluidas sus armas y tomó el Rifle E-11 imperial para parecer todo un soldado imperial:-No me extraña que fallen todos sus disparos, no se ve nada con este casco.-dijo a través del comunicador del casco:-Ahora. Zuyyi, tu y yo iremos a por la tarjeta, yo distraeré al oficial contandole cualquier historia mientras te acercas por detrás y le coges la tarjeta. Dearky, piensa una manera de hacer que los tres guardias de enfrente del bunker se marchen de allí.-expliqué la estrategia que se me había ocurrido. 

Menos mal que Banks era un combatiente experimentado y salvó la papeleta acabando con su soldado también, pues por un instante vio como su ataque había sido desastroso y por su mente ya pasaba que iban a ser descubiertos. El piloto resopló aliviado. Por los pelos, eres una mala bestia amigo mío. Le agradeció sonriendo.

Dearky a veces no entendía muy bien porque bajaba de la nave en estos trabajitos, cuando era evidente que sus habilidades fuera de ella bajaban muchas prestaciones en comparación.

Tras ayudar a ocultar los cuerpos de los clones caídos y escuchar las bondades que el cazarrecompensas tenía que decir sobre su nueva indumentaria, el pelirrojo asintió. De momento me quedaré aquí vigilando, no vaya a ser que venga alguien y se encuentre la puerta desprotegida totalmente. Cuando tengáis la tarjeta volved.

Penbil rifle imperial en mano se quedó allí plantado, silbando de forma apacible como si no pasara nada y fuera una noche normal de guardia.

Banks había solucionado el problema de los inconscientes imperiales de una manera rápida y eficaz. Nada mejor que rebanarles el cuello para que luego no pudieran dar la alarma o ser un apoyo en el caso de una refriega. Un problema menos para ellos.

No podía negar que el exclon tenía razón. Aquel traje era una mierda; una auténtica tortura para la zabrak acostumbrada a vestir ropas cómodas y ligeras que la ayudaban en sus movimientos. En cambio aquella armadura era pesada, agobiante y no le permitía moverse con soltura. Refunfuñó cuando se puso el casco intentando que sus apéndices óseos no le rozaran demasiado.

—Como tenga que salir corriendo... —masculló entre dientes, colocándose lo mejor que pudo cada elemento de la armadura antes de recoger el arma del suelo—. Vamos entonces.

Hizo un gesto de despedida a Penbil y se alejó con Banks en busca del oficial al que tenía que robar. Esperaba que sus dedos aún mantuvieran su agilidad...