Espacio libre para que puedan subirse cualquier clase de relatos relacionados a los personajes.
La caída de Zanda
(Crónicas de Reinhart I)
Las botas avanzaban en silencio sobre la hierba marchita. El lugar era infernalmente caluroso...y no era el sol. El día estaba muriendo, al igual que la vida en el lugar. El cielo arde. Construcciones caen en la ruina. Soldados con armas perecieron. Familias que intentaban mantenerse juntas perecieron. El cachorro perdido que trataba de permanecer junto al cadáver de su dueño perece. Amigos, extraños, todos desaparecieron sin un pensamiento. ¿Porque este mundo había sido tornado en un infierno en la tierra?
Recordaba. Hacía dos días que había elegido quedarse en Zanda a sanar heridas y disfrutar del ambiente alegre del lugar. Se le conocía como la capital de la magia en su tiempo, y naturalmente su mayor población eran magos. Aún estaba acostumbrándose a tanto despliegue de cosas voladoras. Libros volaban por las calles, cestos con frutas, animales, hasta la gente volaba por las calles. Y los sangre-mixta como él, eran bastante bien vistos como visitantes, pues un negocio habitual era el de hacer tratos por partes de estos, de diversas formas.
La gente de magia gustaba usualmente de investigar lo sobrenatural, así que mucha estaba encantada de poder tener algo de sangre de licántropo para sus experimentos, un poco de polvo de cuerno de semi-demonios, o algo de piel de alguien de sangre celestial. En su caso había sido sencillo: uno de los tantos habitantes del lugar había detectado su particular herencia y estaba interesado en el hecho de que él en particular no parecía ser afectado por la luz como muchos congéneres. El dinero era bueno, prácticamente un trabajo con buena paga, por dejarse quitar sangre. Así que, fue un trato.
Y, así estaban las cosas ahora. Los que por suerte o por resistencia soportaron, salieron corriendo como era sabio. Fue una onda expansiva, desde el edificio central de la ciudad, la torre más alta de todas. Tenía un tono de verde y rojo, y era como niebla que cubrió la ciudad un momento. Tosió, y le pareció apestosa, pero por suerte no tardó en disiparse, y fue cuando comenzaron los gritos. Nadie podía esperarse que los vivos se tornaran muertos tan repentinamente. Ghouls, concretamente, que aumentaban sus filas con quienes caían en sus fauces.
Reinhart arrastraba un sentimiento sombrío consigo en aquellos momentos. Quizá si su mentora hubiese estado, podía haber levantado su ánimo, pero hace tiempo viajaba solo. Los pocos vivos que pudieron, empezaron fuego en su huída desesperada, y este se extendía. Los hogares estaban intactos en su mayoría, no hubo tiempo de saqueo, ni de nada. Y nadie volvería a entrar a ese sitio, porque era tóxico para lo vivo. Los supervivientes que se dejaban estar ya fuera con intención de robar, o de buscar familiares, terminaban infectándose también.
Y así, todas las cosas que una vez vivían se desvanecen, dejando solo a uno. Y en medio de esta catástrofe, los sentimientos de su alma son de ira y remordimiento. Un mar de los antiguos ciudadanos caminan con movimientos torpes junto a él, pero no le tocan. Su precaución era nula, luego de comprobarlo de sobra: le ignoraban. Y sabía claramente porque. Lo que les hizo así debía ser algo de sí mismo, así que por instinto, no atacaban a su "propia sangre". Todas esas cosas, todas eran sus...
En ese momento, simplemente se encaminaba a la salida. Había comprobado la torre, lo mínimo que esperaba era vaciar su cuerno de pólvora con esa persona. Estaba vacía, por lo cual calmó un poco su mente, y se dijo que también debería salir de allí. Fuera un accidente mágico o intencional, no tenía nada más que hacer ahí. Pero, notó que se arremolinaban en una casa.
Los colores de Astrid.
(Crónicas de Reinhart II)
Escuchó el canto, suave y hermoso de una niña pequeña. Aunque la canción no era la más alegre, la forma de cantarla simplemente embelesaba.
No puedo determinar el sentido
De la tristeza que llena mi pecho.
Una fábula de viejos corre a través de la corriente.
Permite que mi mente no descanse.
El aire es fresco en el crepúsculo
Y fluye suavemente el río.
La cima de la montaña es brillante
En desvanecimiento los rayos de sol.
La doncella más hermosa está sentada
Allí arriba, tan maravillosamente justa;
Sus joyas de oro están brillando;
Ella peina su cabello dorado.
Ella peina con un peine dorado, acicalándose,
Y canta una canción, y el tiempo que pasa...
Tiene la más maravillosa conmoción.
Y una poderosa rima melódica.
El barquero a bordo de su pequeño esquife,
Cautivado con un dolor salvaje,
No tiene ojo para el acantilado dentado.
Sus pensamientos sobre el temor a las alturas le abandonan.
Creo que las olas devorarán...
Tanto el barco como al hombre, poco a poco,
Y eso, con el poder de voz dulce.
Fue realizado por la Lorelei.
Y cesó de escucharla. Ella no hablaba demasiado, más por timidez que por otra cosa. Aunque por ese momento, la causa de su quietud era que se había quedado dormida. Ya habían pasado casi 4 meses desde aquello, y tal cual como ese día, se le había quedado la costumbre de querer ir en su espalda. Era una niña, pero tenía un poco mas de edad de la que aparentaba. No era de extrañar, tenían muchas cosas en común.
También tenía cierta herencia mixta, pero claramente los pequeños cuernos en la cabeza marcaban que no era similar a la suya. Además, aunque su cuerpo era normal del todo, el peso era antinaturalmente ligero, llevarla así era como si pusiese su morral al hombro. Su color de cabello era extraño pero bello, de tono lila, en eso le ganaba en cuanto a rareza. Además, de forma distinta pero demasiado similar, hablaba con insectos. No tuvo que preguntarle demasiado al respecto, el hacía lo propio con otra clase de criaturas. Pero lo particular de ella, es que sabía más de lo que debería. Según ella, la luna le decía cosas en sueños a veces, y no eran tonterías porque comprobó que estos augurios eran ciertos en más de una ocasión.
Antes de aquello había visto a la niña. Era una limosnera, sin más. Como a muchos mestizos, la ayuda le había sido negada desde temprana edad, y había sido dejada a su suerte. Ambos días había pasado a dejarle algo de oro y comida, resignado a que no podía quedarse indiferente. En la actualidad, al menos su conciencia estaba tranquila al respecto, no se hubiese perdonado pensar que le había arrebatado a su familia, pero siempre estuvo sola.
Reinhart suspiró con suavidad, saliendo de sus pensamientos. La ciudad a la que apuntaba estaba a la vista ya. Usualmente venía una vez por año como mínimo al Valle Plateado, el primer día de otoño. Y si le era posible, en la fecha de los solsticios de verano e invierno. El que estaba a la vuelta de la esquina era, concretamente, el solsticio de verano. Removió un poco la ligereza de la espalda, para que despertara y no se perdiera la vista.
Astrid era, por lejos, su ciudad favorita de todo lo que había conocido. Su nombre (que sabía que en un idioma antiguo significaba "Estrella" junto con "Belleza Divina" o incluso "Princesa") hacía justicia al hecho de ser considerada la ciudad más hermosa de todo el continente. Inmensa, colorida debido a la gran cantidad de flores y árboles frutales, llena de vida y hospitalidad. Durante los últimos 30 años había estado siguiendo su costumbre de ir periódicamente, porque además de sus bondades de gentes y paisajes floridos, el mayor templo a Desna se encontraba allí.
En su propio espacio, con peldaños y terreno que desafiaban la gravedad. Un enorme templo plateado sin techo en absoluto, resguardado de los elementos por un conjuro que impedía el paso de lluvia, nieve y cualquier otra cosa hacia adentro, pero permitía ver su caída sin acumularse.
El primer día, le dejó campar a sus anchas. Divertirse, comer, relajarse y dormir en un lecho cómodo. Al siguiente, le llevó consigo al templo. Reinhart gozaba (y goza actualmente) de una reputación muy buena con la ciudad, y es bastante conocido por allí, e incluso es un ciudadano honorario luego de acabar con cierto problema que podía haber pasado a mayores y que incluyó un disparo certero desde bastante distancia a alguien que mantenía un clérigo importante del templo como rehén.
Los que saben de la zona, ya saben de sus visitas para los eventos del templo en esas fechas concretas, y por lo demás ha pululado bastante allí, en diversos trabajos, y con relaciones excelentes con la guardia.
El clérigo de ese día se llamaba Alan, y a 10 años del hecho, y naturalmente eran grandes amigos, si es que no el mejor. Estuvieron trabajando un tiempo juntos, donde se conocieron mejor.
Alan es despistado y muy desorganizado, su habitación siempre está desarreglada y no es raro que tenga los típicos errores "¡woops!" en cosas que no sean de importancia. El que Reinhart recuerda mas notoriamente fue uno donde le chamuscó la ropa sin querer porque se le cayó un compuesto alquímico de fuego (más bien se lo mandó de un manotazo al querer desperezarse en su sitio). Por lo demás es calmado y contemplativo, usualmente sonriente y marcadamente pacifista. Le encantan los bollos rellenos de mermelada, y se pone un tanto infantil y efusivo con respecto a esto.
Le encontró, como siempre, y planteó su situación. Le dijo sobre la habilidad de Tenye -que así se llamaba ella- de predecir cosas por medios aparentemente divinos, y moviendo engranajes con su reputación y Alan ayudando, consiguió que fuese aceptada para quedarse en el Templo de Desna. La educarían bien, y le ayudarían con sus dones, y era mucho mejor que estar de viaje con él. Por su parte, se comprometió a pagar 300 monedas de oro al año para cubrir sus gastos, y le encargó a Alan que velara por ella.
Rein permaneció en la ciudad un tiempo, explicándole que se iría pero prometiendo que siempre volvería al menos una vez al año como llevaba haciendo. Le traería un obsequio siempre y verían el Swallowtail Release juntos. Y Tenye prometió que trataría de tener un ojo sobre él, con ayuda de su don. Esta promesa fue muy seria entre ambos, concretamente durante el Ritual del Polvo Estelar. Antes de que este terminara, el hombre decidió decirle sobre su "participación" de vuelta a Zanda, pero ella le dijo que naturalmente, hacía bastante sabía eso y también que no había sido su culpa.
Dias de una vida pasada.
"Llueve.... no me había percatado." Escupo el pedazo de cuello que le arranque con mis colmillos a mi antigua líder y cadáver actual que yacía enfrente mio. "Estúpida, sabias mi pasado y aun así haces este tipo de idiotez a sabiendas." Le digo como si esperara respuesta, sus ojos ahora vacíos me muestran lo único que debía ver ahora, los prisioneros. Le saco las llaves que levaba en su cinturón para abrir las celdas. Paso por los cadáveres de mis antiguos camaradas. El idiota sin un ojo que siempre se reía de un chiste que nadie mas comprendía. El gordo que me enseño a usar el martillo a dos manos. Los mellizos elfos que siempre que podian se escabullian a saber que hacer en los matorrales. Nunca me moleste en saber sus nombres, no crei necesitarlos. Pero ahora que los mate a todos siento un vacio dentro mio, como si necesitara recordarlos por algun motivo que no entiendo. Me acerco a las mujeres y niños que teniamos como "mercancia" hasta que me entere de los planes de mi grupo. Ponen cara de miedo al verme, es de esperarse, tengo sangre y pedazos de mis antiguos camaradas por todos lados, principalmente garras y colmillos. Cuando abro la ultima celda les indico a los adultos una montonera de cosas que les pertenecía a ellos y a otros incautos que habíamos saqueado. "Hacia el este, a unas pocas horas, hay una ciudad que pertenece al reino de este continente, ahí estarán a salvo, lleven lo que les pertenezcan y un poco mas por el susto que les cause." Me doy media vuelta sin esperar un gracias, no lo merezco, yo fui uno de los causantes de que les ocurriera esto. "G-g-g-gracias." escucho, debe ser un niño asustado, "mmph" respondo, tomando mis cosas y yéndome al lado contrario por el cual irían ellos. Ahora tengo algo mas por lo cual arrepentirme en mi camino.
"Los tuyos solo causan desgracias a los demás, nunca encontraras a nadie a quien no le causes sufrimiento!" Aasimar anónimo.
Por lo que vale la pena dar la vida.
Corro, y corro, por primera ves en mi vida corro por voluntad propia. Sin mirar atras, sin sentir el peso de cadenas agobiandome, ni los gritos de algun esclavista enfurecido, solo el peso de alguien a quien realmente decidi salvar a mi espalda por mi propia voluntad y fuerza. Por fin veo la costa, debe haber una de esas cosas llamadas barcos por los alrededores. "Por alla" escucho decir desde mis espaldas. La miro, es la primera ves que la veo en detalle. Piel blanca y suave, de cabellera lacia y un hermoso dorado, ojos azul oscuro. Rostro joven y delicado. Sacudo la cabeza para dejar de pensar en esas cosas y veo la direccion señalada. Sin duda esa cosa flota y hay gente saliendo de ella. Me acerco a toda velocidad, ellos notan nuestra presencia casi de inmediato y yo demasiado tarde. Me detengo en seco al ver que llevaban simbolos como los de la ciudad que abandone, religiosos. En guardia uno de los mas fornidos nos mira, "Identificaos, o desataremos violencia hacia ustedes". Estaba a punto de correr de nuevo al bosque por el cual salimos, "Somos esclavos que acabamos de escapar por favor ayudenos, tenemos hambre y estamos heridos. Por favor!" la oigo gritar y siento sus lagrimas en mi espalda. Varios mas se acercaron y nos quedaron mirando fijamente por lo que parecia una eternidad. Nos atacaran, nos apresaran, nos devolveran al infierno del que salimos, solo queria que todo esto terminara. "Llamen al clerigo, traigan mantas y comida." Mientras se acerca se quita el casco, era un hombre como yo, con cuernos menos prominentes pero definitivamente cuernos y mientras se acercaba note que sus pies eran los de una cabra. "La ciudad queda lejos y la cargaste toda esa distancia.". Colocando una mano en mi hombro "Realmente mereces mis respetos por tal hazaña. Buen trabajo muchacho." Mis fuerzas se desvanecieron despues de esas palabras. Mi primer acto como un hombre libre y fue uno bueno. Quien lo diria. Mientras me desplomo escucho "Temerith, Temeriiiiith....!".
"Si crees necesario desatar tu ira sobre los humanos. No te detendre. Si crees que derramar su sangre te traera paz. No te juzgare. Por que se que no lo haras. Toda tu vida la viviste a traves del odio y del desden de ellos hacia ti por que creen que eres maligno por tu linaje. Y lo primero que hicistes cuando por fin te liberaste fue salvar a alguien como yo, que seria tu enemiga dadas las circuntancias. Eso es lo que me dice que nunca seras capaz de lastimar gente inocente."
Lady Rhyala, Paladina de la libertad. Primera amiga de Temerith.
"Cometeras errores, como todos, pero sabras enmendarlos. Conoceras gente mala y gente buena, los cuales sabras juzgar, perdonar o castigar segun el caso. Pero lo haras como un hombre libre y eso mi amigo es lo unico que importa."
Paladin Sir Gregory "El sonriente" Lidenhart. Lord Comandante de "Los Buscadores de la Libertad".
Lo que quiero proteger.
"De nuevo.", pensó mirando desolado las llamas.
Contempló las cenizas que ascendían de la ciudad, con ambos brazos apoyados en el borde del barco. No podía creerlo. Lo había vuelto a hacer. Literalmente, había puesto el cañón del mosquete en la cabeza de cada uno de los muertos de esa ciudad y jalado el gatillo por sí mismo, incluyendo a sus antiguos compañeros de viaje. Uno estaba unos cuantos metros por detrás estaba cubierto por una sábana, de quien también era responsable directo por su muerte. El elfo que había sobrevivido estaba allí también, en silencio, perdido en sus pensamientos. Aparentemente, lo recientemente vivido le había puesto a pensar sobre el futuro también.
Reinhart cerró los ojos, por su parte y soltó un largo suspiro. Desde esa vez, había estado huyendo. Siempre, huyendo..."el problema es demasiado grande", "no puedo hacer nada para solucionarlo", "no sabría siquiera por dónde empezar". Pero, en aquella noche había tomado su decisión. Tenía los dientes apretados y una mirada resuelta. Lo que había pasado en esta ciudad, podía pasar en su Astrid. Para él, que nunca había tenido un sitio al que volver, esa ciudad era su tesoro más preciado, con sus rostros sonrientes, su aroma dulce, su colorido y sus festivales y la calidez que había encontrado ahí como para llamar a esa ciudad, su hogar, y el de Tenye. Sencilla y resumidamente...
"...quiero proteger esas sonrisas."
-Oye, -llamó la atención de Orome, rompiendo el ambiente silencioso, en tono serio- no sé a dónde irás ahora, pero si no tienes nada que hacer, tengo una propuesta para ti. Hace tiempo tengo la idea...quiero crear un gremio. Conozco un par de personas, y ahora tengo los fondos necesarios. Llegarás al infierno si vas solo contra el mundo. Probablemente también si vas acompañado, pero al menos tendrás quien te apoye. No entiendo del todo qué buscas, pero...quizá mi idea pueda ayudar a tu objetivo. Puedes viajar conmigo una semana o dos y ver si lo que voy construyendo te convence y luego resolver que hacer. Aunque, me gustaría saber que buscas. Tengo mucho camino por recorrer con esta nave, lo que equivalen un par de horas al timón, y unas cuantas botellas sin abrir, si quieres hablarlo.
El barco se puso en marcha silenciosamente, y notó una mariposa azul se posó en el mástil un instante. Sonrió ante el buen presagio. Si, él no correría más, al menos no en dirección contraria a sus problemas. Tenía mucho por hacer.
Nuevo rumbo
Fue justo después de ver a esa gran bestia alada que Orome recordó la muerte de su hermana, hacia tiempo que no se sentía tan inútil y a pesar de su desinterés en nada que no fuera su objetivo, el no poder hacer nada para ayudar al mago que le acompañaba y que demostró tanta devoción a su compañero le molesto, tanto como cuando dejo morir a su hermana.
Después de que la bestia se fue, se dirigió a Reinhart, quien ahora, aparte de los humanos, era el único que quedaba con vida. Luego de una conversación con el, llega a la conclusión de que para mejorar será necesario tener algunos camaradas, además la idea de un gremio no sonaba mal, podría volverse alguien realmente famoso ahí adentro y luego las peticiones de cacería vendrían a el, no necesitaría viajar solo y pasar riesgos tan grandes, ganaría bastante dinero, tendría un buen medio de transporte, y seguro obtendría su venganza, desde donde lo mirase era un negocio redondo!!
Orome pasó este tiempo ayudando a Reinhart, buscando información sobre misiones relacionadas con bestias mágicas, equipándose bien y afinando sus habilidades.
-¡Aldman! -bajó del barco maltrecho de un salto, estrechando contento la mano del alcalde de la ciudad, que como de costumbre paseaba por la mañana. Era de esos hombres sencillos, con mucho contacto con su gente como era de esperar de un sitio así- Lamento la conmoción, pero es bueno ver que estás bien, mi amigo. Escucha, hay algo de lo que quiero hablar contigo...
Y escuchó una voz conocida, de cierta diabla en miniatura.
-¡¡Bienvenido a casa, Rein!!
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Las cosas estaban en construcción. Astrid había estado agitada durante el último mes. Que los conocidos le vieran llegar en un barco volador hecho pedazos, no fue de esas cosas que veían todos los días, pero eso solo resultó el preludio del entusiasmo que inundó al pueblo. El trabajo aumentó bastante con toda la mano de obra necesaria, y que corriera dinero y se estuviera edificando de forma tan colosal animaba los corazones de la gente aún más de lo usual en esa locación. En el puerto, tres carpinteros de la ciudad estaban ocupados cambiando madera podrida por nueva, de color claro y barnizada. En los talleres textiles se trabajaba arduamente en enormes velas, y los mercaderes vigilaban que los productos y materias primas fueran entrando.
-Oye, colega, realmente no creo que...¿es necesario todo este espectáculo? -no tuvo derecho a objetar. La gente del pueblo ya estaba reunida, y estaba siendo empujado sin piedad al palco de conferencias que había sido construido para dar a la plaza del pueblo y que el alcalde pudiera hacer sus charlas desde ahí. Aldman había dado un discurso sabio y entusiasta sobre que la ciudad estaba evolucionando y prosperando para mejor, y que en breves contarían con más seguridad. El hombre esperaba, que naturalmente, hablara en público. Y hablar nunca se le había dado mal a Reinhart, pero era un tanto apenante eso de tener que dar un discurso delante de todos. El mes había pasado veloz, y las cosas en viento en popa. Incluso le había llegado una invitación a cierta boda de alguien que probablemente optaría por una vida tranquila...a la fuerza. Lamentaba un poco el haberle devuelto con sus cosas "extraviadas", pero, le esperaba un futuro agradable y sin sangre de por medio. Suspiró, un par de manos pequeñas le empujaban por la espalda, y no podía resistirse a ello. Tenye lucía un bonito vestido blanco, que había decidido traerle de regalo desde otra ciudad junto con otros dos de distintos colores, e iguales conjuntos de zapatos y accesorios. El rubí lo había vendido con el resto, además, el elfo tenía razón. Tener algo así en casa no era lo más saludable. Y el público rió leve y discretamente al verle ser empujado. Una esfera de cristal, cuyo interior parecía estar lleno de agua, fue colocada en su mano.
-Tienes que acercarla a tus labios para que se te escuche fuerte, muchacho.
Reinhart estaba consciente de que tenía más edad que el hombre, pero no dijo nada, resignado y sonriente. Tenía algo que ver conque se sentía como un "muchacho", dentro de todo. Miró un momento a la gente, y esta le miró de vuelta. Hubo un silencio incómodo, y luego suspiró, bajando la cabeza. Seguidamente, subió de un salto al borde del balcón, de aproximadamente un pie de grosor.
-Bueno, ¿qué quieren que diga? -comenzó preguntando con una sonrisa culposa, sosteniendo el artefacto de metal a un lado del rostro. Su voz se proyectaba bastante más lejos de lo que debería, y el líquido dentro de la esfera parecía vibrar con cada palabra.
-Siempre termino retornando aquí. Así que ahora que puedo, quiero hacer que Astrid brille más de lo que ya lo hace. Pero esto no es por sus construcciones o su belleza, sino por ustedes. Quiero que esta ciudad nunca cambie sus gentes, y sea un pequeño cielo en la tierra para todo aquel que lo necesite. Así que, por eso estoy creando lo que se ve. ¡El Gremio Starknife, de aventureros, el cual estará comprometido a traer trabajo y seguridad a la ciudad! Y, para asegurarnos de que ningún niño esté falto de techo, un hogar para ellos que se llamará Estrella del Sur ya está siendo levantado. Contará con granjas cercana para que cultiven la tierra y sean honrados hasta que tengan la edad de decidir por sí mismos si desean quedarse y ayudar en el sitio, formar parte del gremio y buscarse aventuras, o seguir su propio camino.
En eso, se sentó en el borde de forma relajada y poco diplomática. Estaba en casa, después de todo.
-Para que las cosas funcionen, será necesaria la ayuda de todos, así que, cuento con ustedes.
Con esto y una sonrisa amplia y espontánea, dejó de hablar y recibió aplausos.
-Hey, esto es vergonzoso realmente...
Suspiró. Estaba verdaderamente feliz. Las construcciones estaban aún en progreso...pero ya había movido dinero para empezar a hacer algo de eco en las ciudades cercanas sobre el gremio, promesas de trabajo en él, y un sitio donde dejar encargos para los aventureros del mismo. De hecho, él sería el primero en formar una cuadrilla. Sabía que ellos estaban entre el público, y esa noche, hablarían todos juntos por primera vez.
Un largo camino empieza con un solo paso...
Otra ves en los calabozos, ni siquiera me dieron motivo para tirarme ahi esta ves, simplemente lo hicieron. Parece que al encargado le gustaba los tiefling jovenes para torturar en persona. Entonces escuche la exitacion de alguno de los guardias. "Carne fresca muchachos." "Es toda una lindura." "Quien tendra un bocado de ella hoy?" Llegan a la reja que cubria la parte superior de mi celda. "Tienes compañia monstruo. Del mejor tipo esta vez." Y entonces la arrojaron. Una joven de cabellos rubios con un halo flotando y centellando luz por toda la celda. Tipico de cualquier detestable assimar. Se arodilla y empieza a sollozar. "Mama, Papa...." Novata. En ese instante se da cuenta de mi prescencia, me observa por unos momentos y entonces se arrastra hasta el lado contrario del pozo al que llamamos celda, con obvia cara de panico. "Asustada assimar, pues deberias. Te espera una noche agitada cuando los guardias decidan venir a darte la bienvenida." Gozaba cada palabra con una obvia sonrisa, pensar en como sufriria una de esas malnacidas me hizo sentir tanto jubilo. "Rhyala" mi jubilo paso a desconcierto, "Soy Rhyala, no assimar, como me llamaste." con cierto rostro de desagrado. "Pero tienes un halo como el resto de esos imbeciles que me llaman monstruo." "Pero no te hace un monstruo o si?" "Pero me tratan como si lo fuera!" "Mi padres y yo no, ellos me enseñaron que todos somos iguales no importando su origen, sino sus actos. Y por eso a ellos... los llevaron a las hogueras como amigos de los demonios y monstruos... y a mi... me encerraron... aqui..." las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos. Que es esto? Lastima!? Empatia!? Por que no puedo disfrutar de verla sufrir, escuchar sus llantos y quejas, regodearme al saber todo lo que va a pasarle de aqui en adelante.... Por que yo ya lo vivi, ya lo pase. Solo por que ellos creen que me lo merezco y si lo que ella dice es verdad, ella va a sufrirlo por ser buena persona y mas con monstruos, como yo, o como me han echo creer toda mi vida que soy. Es la primera ves que siento, algo mas que lastima por mi, sino por ella. Es la primer persona que me ve y ni me llama monstruo o me grita. Cuando quiero gesticular algo para tratar de calmarla. Abren la reja y la toman del cuello con una cuerda mientras me sujetan al piso con una Horquilla. "NO, NO, NO HICE NADA MALO......" La callan de una bofetada. Eran cinco guardias jovenes. "Eso no importa, amiga de demonios, una ves aqui eres nuestra. Desvistanla!" Les oigo decir, ella grita, pelea, bien no te dejes vencer, pienso mientras quedo expectante al oir la conmocion. "Rompanle los pies, solo los esta usando para patearnos y no necesitamos que patee para lo que queremos hacerle." CRACK Un grito que me partio el corazon. CRACK! Otro grito que termina de partir mi corazon, que por fin empezo a latir por alguien mas que no fuera yo. BASTA! Salto a la reja y empiezo a forcejear con ella. Ni uno mas, ni una sola persona mas voy a dejar que lastimen. Siento mis garras crecer y una fuerza que nunca habia tenido empezo a llenarne. La reja esta cediendo. "Hagan algo con ese animal, me desconcentra!" Escucho los pasos de unos de los imbeciles. "Quieto tu." me dice al verme e intenta pisarme. Le tomo el pie. "Mi turno." Y le cincho el pie, pierna y parte de su cadera a traves de la reja. Este grito si me gusta. Tomo las llaves que el muy idiota me deja casi a mi merced y abro la reja. De un salto estoy fuera del agujero. Siento alegria al ver a los cuatro guardias restantes con rostros temblorosos y palidos.
Termino de abrir la ultima reja de mis congeneres, un grupo cuantioso se prepara para escapar. Con el plan de que, cada quien cualdo salga vaya en una direccion diferente hasta alcanzar el mar. Me dirijo a Rhyala, le explico que vamos a hacer. "No puedo caminar." Mirando sus pies, era cierto. "Dejala, solo sera una carga y quizas nos traicione cuando pueda." escucho de uno de los recien liberados. "Ella es el motivo por el cual eres libre, asi que le agradeces o cierras la boca!" Con rostro de asombro se acerca al grupo que empiesa a movilizarse a las salidas. "Si tu no puedes caminar, yo caminare por ti." Despues de acomodarla en mi espalda, me pregunta. "Cual es tu nombre?" "Temerith." Le respondo. "Es un lindo nombre." Y siento su suave rostro acomodandose en mi espalda.
"No se si algun dia mis pecados seran menores que mis buenas aciones. Pero hasta el fin de mis dias dare lo mejor para ser merecedor de su respeto y amistad."
Temerith. Palabras de despedida a Sir Gregory.
Responsabilidades.
Sé había acercado a un borde de Viento Blanco, con una sensación ominosa. El viento estaba huracanado, y el cielo ennegrecido presagiando tormenta, partido por ruidosos relámpagos de neón cada tanto. Algo pesado aterrizó en el barco, en la zona del timón, rompiendo la cabina. Sabía lo que era con una sola mirada. Conocía demasiado bien lo que eran los Dragonspawn a esas alturas. Pero sabía mejor que el sitio que acababa de aplastar era donde seguramente estaba Davina manejando el rumbo, y comenzaba a caminar con la seguridad de quien no puede ser detenido.
Retrocedió dos pasos, pero un fuerte viento le desplazó en la dirección contraria. Por encima de su hombro, observó un tornado...y varias pequeñas nubes moviéndose por ese lado de la cubierta. Más arriba, unido al remolino, descendía con igual lentitud que la otra criatura, la enorme masa nubosa...un elemental de trueno. En el medio del barco, y acorralado por los dos lados, asomó a babor, y vió al elfo, al tiefling y a Chrid en las aguas tormentosas, luchando por tenerse a flote. Solo un segundo, ya que su cabeza esquivó un sable que provino desde un punto ciego bajo sus ojos.
-Mira a tu preciosa tripulación que vale como todos mis hombres ahora. Todo hombre que levanta armas contra mí va a alimentar a los peces -ÉL estaba de vuelta. Una mano ensangrentada y un rostro lleno de cicatrices se asomó por el borde del barco, trepando sin apresurarse. No tenía su mosquete encima, ¿donde estaba? No lo sabía ahora mismo. Y no podía ayudar a los demás por ese lado, por lo cual corrió a estribor poco más de dos segundos, pero la rapidez no fue suficiente. Una enorme sombra asomó por este último lado, y la boca llena de dientes probablemente de su tamaño parecía marcar una sonrisa feroz. El dragón rojo estrujó el barco, y sintió quiebres fatales en su estructura mientras el bote tambaleaba de forma agónica, y él luchaba por tenerse en pie. Las inmensas fauces se abrieron y adelantaron a su encuentro.
¡¡¡WOAH, NO!!!...
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Abrió los ojos, empapado en sudor. Parpadeó, volviendo a colocar lentamente los pies fuera del plano onírico. Aún era de noche, había tomado una corta siesta y la mañana llegarían a las costas de la Desolación. Por algunas horas, el timón no estaba en manos de Reinhart. Tomó una ducha, y tras algunas vueltas salió a cubierta a contemplar la tranquilidad para terminar de negarse la pesadilla. Y eventualmente pasó a limpiar el mosquete...aquel curioso artefacto que le había llegado de la nada. Aún sin nombre, pues no sabía por cuánto más estaría en sus manos. Se había posicionado cerca de la proa, y a diferencia de otros días, llevaba ropas casuales, una camisa blanca y pantalones cómodos de algodón. La coraza de extraña "piedra" acristalada en verde estaba a un lado, pero, luego de la aparición titánica que había golpeado el barco y del encuentro pirata, no esperaba más problemas en altamar, de momento al menos. No tardó demasiado, y al terminar la labor recostó la espalda en el suelo. Tenía una expresión un tanto afligida, y claramente la cabeza en las nubes. O mejor dicho, en las estrellas de aquella noche clara.
Escuchó pasos leves, pequeños, y extraordinariamente inaudibles. Durante los últimos meses, su oído se había afinado mucho gracias al peligro, y pudo percibirlo. Una estaba al timón, y los pasos de otro serían pesados y carentes de sutileza alguna. Y no esperaba en absoluto escuchar a Oromë en ese sentido, por lo cual tuvo certeza.
-Chrid. Buenas noches.
Giró de forma casual, y de esta misma forma Chrid deambulaba cerca. Mirando de cuando en cuando por la borda, se notaba que aún no se acostumbraba del todo a la idea de un barco que surcaba los cielos. Era una maravilla que ni él mismo se creía del todo a veces.
-Oh, buenas noches señor.
-¿Estás preocupado?
-¿No debería ser yo quien haga esa pregunta?
-Agudo. Solo pensaba en...cosas. ¿Sabes? Esta última semana ha sido bastante alocada...de hecho, estos últimos meses lo han sido. Creo que he emprendido más cosas que en los últimos 70 años. Incluso cosas divertidas y fuera de lo común como esa vez que Temerith quiso darme una mordida. Lo de chequear que activaba esa esfera maldita fue estúpido y aterrador, -sonrió levemente- pero....divertido. Más que nada porque nadie resultó demasiado herido. Si estuviese acompañado de otra gente, no estaría sentado aquí. Es bastante fácil que te empujen, en altamar era una "broma" bastante popular, al menos en el barco de ese capitán.
Afortunadamente, Chrid era buen oyente. Y buen observador, por supuesto.
-Está claro que se conocían.
-Haciéndolo corto, fui parte de su tripulación un mes, y cuando empezaron a usar procedimientos que no me gustaron demasiado, lo dejé sin barco y sin tripulación aparentemente. El mar es pequeño, no esperaba que hubiese sobrevivido y menos vuelto a navegar...supongo que eventualmente tenía que pagar en sangre eso, aunque me pareciera y siga pareciendo que hice lo correcto. Incluso así me da un poco de pena, aunque no arrepentimiento, que terminara muerto. Era un sobreviviente y todo eso, esas cosas inspiran cierto respeto. Especialmente cuando sabes que fue una bodega llena de pólvora lo que le provocó esas cicatrices.
-Pero esas reflexiones no son lo que le preocupa, ¿verdad?
Reinhart suspiró profundamente.
-No. Solo...nunca he estado tanto tiempo en Astrid, y estoy feliz por el hecho de que merodearé por ahí muy seguido por ser la sede de Starknife. He aprendido bastante con esto de fundarlo y que debo cuidar mi reputación por su bien...y me inquieta no hacerlo bien. Sé que todo el mundo está colaborando, especialmente ustedes que están viajando conmigo ahora mismo. Pero...tengo muchisimo miedo de que los errores que he cometido lo arruinen todo. Ese dragón podría haber despertado de aquí a doscientos años, y volvió cenizas a personas y ciudades. ¿Qué tal si se termina sabiendo? No me interesa que todo el continente me repudie, pero Astrid es el único hogar real que he conocido. No sé qué haría si de repente todos me vieran con hostilidad o decepcionados...por una vez quiero hacer las cosas bien en mi vida. Y eso significa que eventualmente quiero tumbar a ese dragón, es lo mínimo que debería hacer. Y, así como cocinó otras ciudades, podría hacer lo mismo con Astrid...y no quiero eso. Solo espero que no sea como Asall dijo y que esté persiguiendo sus joyas de ciudad en ciudad. Y más allá de todo eso...las cosas se han estado poniendo peligrosas para nosotros, hemos estado muy malheridos demasiado seguido.
Cerró los ojos, guardando silencio durante largos momentos.
-Todo irá bien con el gremio, personalmente me estoy ocupando de ello, ¿no es así? -bromeó con ligereza, para aligerar los ánimos. Y efectivamente dio resultado, pues una leve risa asomó de parte de Reinhart.
-Tienes toda la razón. No se que haría si tuviera que manejar todos los papeles y cuentas por mi mismo. ¡Esa sería la perdición real de Starknife!
Primeras anotaciones en el diario de un grumete.
14/07/2155
Salimos de Astrid en el viento blanco, nos dirigimos a un punto en las frías tundras de la Desolación de Esharduk. Otra vez Reder nos hizo de intermediario de nuestro desconocido contratista y nos pidió un artefacto que se encuentra en unas ruinas.
Me subo al nido de ave en el mástil del viento blanco como de costumbre, me gusta sentir el viento frío en mi rostro y ver el espectacular paisaje que se abre ante mis ojos, esta mañana decido empezar a escribir algunas de mis memorias y pensamientos en este cuaderno para no olvidar, hay muchos detalles de lo últimos meses que es mejor tener frescos y poder revisar, puntos extraños, sucesos que me inquietan y se que no soy el único los demás miembros de este grupo se sienten igual.
Mi primer punto se enfoca en aquel mago que me contacto en 2 ocasiones, la primera vez fue cuando se hizo pasar por uno de los ancianos de Astrid y me pidió que portara un objeto durante la boda de un antiguo camarada de Rein, la segunda vez fue durante la boda, cuando después de tomar el cuerpo de un guardia, se transformo en un dragón invocó un Golem y una lluvia de fuego sobre la ciudad, causando gran cantidad de daño y robándose un artefacto bastante valioso.
Esto me llevó a pensar sobre nuestro misterioso contratista, será él el mismo sujeto? tendrá algo que ver con estos ataques? la guerra que se libra en el norte también será obra de él o algún grupo del que formara parte?
son demasiadas incógnitas y hay muy pocas respuestas, por ahora solo puedo esperar, a que se revele ante mi algún indicio, y apoyar a mis compañeros.
Mi segunda preocupación es la guerra que se lleva a cabo en el norte, me entere de que Ningunlond la ciudad en la que me crié y donde viven mi familia, o lo que queda de ella, se encuentra involucrada. y por más que hace ya 10 años que no frecuento esos parajes, me sigo preocupando por ellos. Además Nemesis la bestia a la que con tanto fervor quiero asesinar a sido vista en los territorios de Ningunlond, dicen que ataca a los soldados de esa región, en cuanto pueda, iré a buscarle, no podrá escapar siempre.
Y el tercer punto es que ya es el medio día, escribiendo, pensando y observando el inmenso mar pasa el tiempo volando, y el hambre ataca con fuerza, me voy a comer.
16/07/2155
Ayer de noche tuve unos problemas un poco graves, al parecer unos elementales de aire nos atacaron durante el viaje, cuando trate de bajar del nido fui absorbido por una ráfaga de viento que me tiro al agua, no recuerdo nada hasta el punto en que unos marineros me sacaron del agua, resultaron ser piratas, me ataron y me quitaron las cosas, no quise enfrentarme a ellos abiertamente pues eran muchos mas que yo, así que decidí esperar a que quedaran algunos pocos conmigo, cuando solo había 5 de ellos me dispuse a enfrentarlos, ya me había desatado, pero justo vi entrar a Davina a la habitación, sera esa mujer un ángel? siempre aparece en el momento oportuno.
entre los dos nos encargamos de estos tontos y subimos a cubierta, donde ya se habían encargado de los demás Reinhart, Temerith y Chrid. Los demás se rindieron, a los que se rindieron le dejamos en los botes con provisiones y hundimos su barco para que no sigan pirateando. Seguimos camino.
Agradezco a mis compañeros su fuerza y persistencia, lograron derrotar a los elementales y vinieron a buscarme, aunque si hubieran tardado un poco mas ese barco hubiera sido mio, jajaja.
17/07/2155
Hemos llegado a la desolación de Esharduk, vamos a anclar en la montaña debido a unas piedras flotantes que recorren toda la tundra y hace muy difícil el aterrizaje, desde las montañas les guiare al punto en el mapa. volveré a escribir cuando regresemos de las ruinas, si vuelvo.
Relatos de Orome parte 2, misión Esharduk.
19/7/2155
Hemos vuelto de las ruinas de Esharduk, y aquí estoy de nuevo en el cobijo de las nuves en lo alto del mastil del Viento veloz, Esta fue una misión de las más peligrosas que he vivido, así que la describiré por partes, y a cada nivel del lugar le otorgare un capítulo.
17/7/2155
CAP.1
Luego de dejar el barco asegurado, bajamos la montaña y nos dirigimos a lasruinas, calculando que será medio día de viaje hasta el lugar, tal y como dice el nombre "La Desolación de Esharduk" es un lugar desolado, una tundra azotada por fríos vientos largas extensiones de blancas llanuras, y con grandes rocas flotantes recubriendo la tierra, supongo es efecto de una gran concentración de magia. No llevábamos si no un par de horas de viaje cuando un ligero temblor en el suelo me puso en alerta, tepre a unas rocas para obtener algo mas de visión y usando el catalejo que obtuvimos de esos piratas, pude ver a lo lejos como la tierra se movia, era sin duda alguna causa de algún tipo de criatura y resultaba que había tres dirigiendose hacía nosotros, alerté a los demás y asumimos posiciones de combate esperando a nuestro primer desafio en estas tierras, esperamos apenas unos minutos y en efecto del suelo salieron, no tres, si no cuatro grandes Remoraz, unas bestias mágicas feroces, capaces de calentar tanto su cuerpo que derriten cualquier cosa que las toque. Use los conocimientos obtenidos en mis estudios y avise a mis aliados sobre la mejor forma de acabar con las remoraz, y el combate no parecía que fuese a durar mucho, pero cuando quedaba una sola de las criaturas salieron de mi espalda otras tres, de seguro atraídas por el ruido que hacían las otras, me gire tan rápido como pude y coloque cuatro de mis flechas en el cráneo de una de ellas matandola al instante, las otras dos nos rodearon y una de ellas atacó a reinhart atrapandole con su boca y tratando de tragarle, pero otras dos flechas fueron más que suficientes para lograr que le soltara y asesinar a la bestia, unos cuantos golpes más por parte de Temerith, Davina y Chrid terminaron con las restantes y luego de asegurarnos que estabamos bien continuamos camino.
Unas horas después llegamos a destino.
Las ruinas de Esharduk se alzaban ante nosotros, una gran entrada sin puerta y de una altura que encojia el espiritu, era el preludio de el verdadero desafio. Temerith impaciente por saciar su sentido de explorador y de probar sus nuevos conjuros, se conjuró un hechizo para volar y reviso las altas ventanas que están repartidas junto a la entrada, mientras tanto los demás avanzamos a pie por el patio interior, un lugar muy largo y tan alto por dentro como por fuera, hacia el final del patio se podía ver una fuente, una estatua, y trás estas dos una gran puerta metalica, a la izquierda de la fuente otra puerta de hierro más, ambas cerradas, en la estatua hay una inscripción en un idioma antiguo que ninguno de nosotros sabe leer, pero ninguna señal de llaves o pasajes a excepción de las ventanas a mas de quince metros, por las que Temerith se acababa de meter. Pasamos discutiendo durante un rato sobre como podríamos abrir esas puertas he intentando forzarlas cuando oímos un extraño ruido que salía de las ventanas de arriba a la izquierda, sonaba como si una manada de cerdos enfadados estuviera corriendo, y Temerith se encontraba ahí, sin pensarlo ni un segundo, usando mi anillo de escalada de araña subí por la pared y me metí por una de las ventanas, ya no había sonido alguno más que el del viento por los largos y viejos pasillos de piedra, algo extraño estaba pasando, así que que fui usando toda mi habilidad logrando que el viento ocultase el sonido de mis pisadas, guiandome por unas pisadas en el polvo del suelo llegué al final de unas escaleras que descendian y terminaban en una gran capilla, la escasa luz del lugar apenas me dejaba ver y me vi obligado a usar mi antorcha siempre ardiente, pero para no quedar expuesto trepe por la pared y me movi por el techo del lugar, arroje la antorcha en el medio del salón para ganar visión, unos bancos llenaban el centro, a los lados unas columnas, mas contra las paredes a la derecha y a la izquierda, unas camas y en el fondo una estatua de un elfo y algunos muebles tipicos de una capilla, prestando más atención veo a Temerith tirado detrás de uno de los bancos, parecía estar bien fisicamente, lo que hacía más extraño verle inconsciente sabiendo lo duro que es, un movimiento debajo de una de las camas llama mi atención y puedo ver la cabeza de un cerdo agazapada mirandome, sus ojos eran humanos pero por lo demás era un cerdo, algo nervioso saco mi arco y le disparo entre las cejas, cuando la flecha impacta deforma su cabeza como si hubiese golpeado una especie de gelatina, la cual recobra su forma después, en ese momento Davina y Reinhart llegan a los pies de la escalera y les advierto de las criaturas, pero así como llegan, de debajo del resto de las camas salen una gran cantidad de cerdos que corren hacia ellos, y por el techo viene corriendo hacia mi otro cerdo pero con tentaculos, consigo realizar un dispro antes de que se acerque, pasa lo mismo que con el otro, no puedo asegurar que les este haciendo daño, pero mi instinto me empuja a seguir atacando, abajo, Reinhart cae incosciente, y Davina queda completamente rodeada, Aquí arriba el cerdo me atrapa y trata de meterme uno de esos tentáculos por la boca, por un momento parece que voy a desfallecer, pero recuerdo mi promesa y me da la voluntad para seguir, me separo un poco y disparo una última flecha, esta vez todos los cerdos empiezan a escurrirse como alquitran entre las baldosas y no les vemos más. Bajo del techo, y junto con Davina revisamos a nuestros compañeros, pregunto por Chrid y me dice que esta en el patio esperando, Temerith parece que no tiene nada y despierta rápido, Reinhart en cambio parece que no tuvo tanta suerte, se le ve algo torpe sus reflejos estan algo lentos, pero por lo demás esta bien.
Tomo mi antorcha e investiamos la capilla y junto a la estatua encontramos un altar con huesos de cerdo, detrás de la estatua un frasco con lo que parece sangre coagulada y otra inscripción más, esta vez Davina decide usar un conjuro de comprensión ideomatica y lee el texto, aprovechando la ocasión le doy una copia de la otra inscripción que yo había hecho mientras pensabamos como abrir la puerta y con la traducción de ambos textos se me ocurre algo, tomo el frasco con la "sangre" y corro de nuevo hacia el pasillo, ahí estaba Chrid esperando con nerviosismo, pero mi entusiasmo me impide contarle lo ocurrido y corro hasta la fuente, entonces vierto algo del contenido en la fuente, esta brilla de forma tenue, al ver la reacción tiro el frasco entero a dentro, esta vez la fuente brilla con más fuerza y la puerta de detrás de la estatua se abre, luego otra puerta y una tercera, "sea lo que sea lo quieren bien guardado" pienso para mi, llegan los demas integrantes del grupo justo para ver como se terminan de abrir las puertas y decidimos avanzar, la puerta de la izquierda tal parece que da a la capilla, así que este es el camino que hay que tomar. Las puertas dan paso a un salón redondo con una escalera de caracol en el centro la cual no podemos ver el fin, Temerith que aun tiene su conjuro activo salta por el centro cayendo en la oscuridad, los demas decidimos usar los escalones.
Cap. 2
Al cabo de un rato llegamos al final, una sala con cuatro pasillos en cada esquina, en este nivel y cada uno de los que sigue se podía oir por todo el lugar un fuerte ruido de maquinaria encendida, como si estuviéramos dentro de un reloj. Apartir de este punto contare los hecho con menos detalle, debido a que este nivel era muy amplio y no quiero pasar todo el viaje escribiendo.
Tomamos uno de los pasillos en el cual habia una trampa, la desactivan Davina y chrid, seguimos hasta encontrar una habitación cerrada, Chrid la abre pero era una trampa y queda mal herido, dentro había cuatro momias, las matamos del todo, digo ya estaban muertas, pero ahora no se moveran más, junto a ellas habia un cofre con gemas y oro, Temerith lo va a dejar junto a la escalera por la que vinimos y vuelve diciendo que escucho a una mujer hablando en elfo por otro de los pasillos, vamos a investigar y resulta que era una maga elfa vieja y loca, que invocó a dos constructos de madera y dos de hueso, derrotamos a sus constructos y huye usando teleportación, recorremos todo ese nivel buscandola, en el proceso encontramos una habitación que parece ser la suya con algunos objetos de valor y nos los llevamos, en una habitación con un fuego encendido nos enfrentamos a un elemental de fuego, que guardaba una piedra con un runa grabada, luego encontramos otra habitación con una fuente y de ahí surgio un elemental de agua, le derrotamos y vimos que también guardaba una piedra, pasamos por una habitación que era un gran foso con estatuas y un cofre sobre un pilar en el fondo, de ahí salió un elemetal de aire, no duro mucho, pasamos por otros lugares, Temertith activo una trampa y él y Reinhart fueron acribillados con flechas, por suerte son resistentes y con las curaciones de Davina no pasó nada, seguimos y encontramos otra piedra colocada en una estatua, esta no tenía elementales era una simple trampa que te tira a un foso, pero Temerith que ia volando no tuvo problemas, llegamos a la única puerta que no hábiamos abierto y que tampoco sabíamos como hacerlo, así que solo dejamos que Temerith la derribara, cuando nos fijamos había derriado cuatro puertas, entonces se nos ocurrio que teníamos cuatro piedras y que deberían de ser las llaves, pero bueno ya era tarde para eso, esas puertas nos llevaron a un elevador que solo bajaba y era el único camino que nos quedaba por recorrer, en este nivel no estaba la vieja maga, seguimos adelante con cautela y algo cansados.
Cap.3
Segundo nivel del subsuelo, este piso completo parecía ser usado para experimentos de laboratorio, tenian incluso celdas donde guardarlos, fue en esas celdas donde combatimos a dos fantasmas y a un no-muerto con unos tentáculos muy molestos, también encontramos, en el laboratorio, cuerpos conservados dentro de unos grandes tuvos de ensayo con un líquido extraño, eran en total tres cuerpos y uno de ellos parecía estar aún con vida, un elfo que cuando le sacamos de ahí para ver si en verdad estaba vivo no repondío en lo más minimo, Reinhart le prestó algo de ropa y le vistieron, luego improvisamos una camilla y le llevamos con nosotros, seguimos recorriendo el pasillo que llevaba a las diferentes habitaciones y encontramos otro elevador, este tabién bajaba.
Cap.4
Tercer y último de los niveles, llegamos a bajo y decidimos dejar al elfo en la camilla junto al elevador, para que nos entorpeciera el camino, pero por si acaso le puse unos grilletes de la mano al pié, ya que no estaba muy tranquilo con dejar gente desconocida sola por ahí. luego avanzar aquí fue un poco más dificil, en el camino había un foso con engranajes en funcionamiento y me ofrecí a llevar a los más torpes de nosotros por miedo a que cayeran en los engranajes, pasamos esa parte y llegamos a un gran salón circular, en el centro había unos 5 engranajes funcienando, cuatro grandes rodeando a uno más pequeño y parecía ser el que buscabamos, pero no sería fácil, ya que los engranajes despedían grande rayos hacía todos lados de esa habitacíon y no dejaban llegar a ellos, tampoco había cerca ningun interruptor y el único lugar por el que podíamos pasar era el pasillo que rodeaba la habtación pegado a la pared, hasta llegar a un pasillo en el fondo,tal vez ahí había algo, le dí mi antorcha a Chrid, así me iluminaba el camino y me dejaba las manos más libres,Temerith y yo avanzamos por la derecha, logre esquivar la electricidad, Temerith solo fue tocado una vez, llegamos al pasillo y vimos una pequeña habitación con un interruptor, lo bajamos y se apagó todo el sistema, volvimos con los demás, ya no había mas rayos y lo único que daba luz era la antorcha sostenida por Chrid, ademas de un líquido en centro de la habitación justo debjo de donde estaba situado el engranaje, un liquido azul, que parecía estar cargado con electricidad, Temerith y yo nos acercamos al centro, los demás se pusieron en guardia por si venia la maga, y me dispuse a tomar el engranaje cuando derrepente el líquido azul empieza a cobrar forma y me ataca con un golpe totalmente electrizante, sentí como cada musculo de mi cuerpo se contraía y mi pelos se ponían de punta, debí adivinar que tambíen aquí habría una trampa, pero me quise dar demasiada prisa, que tonto fui, me muevo hacia atrás con cierta dificultad debido al reciente golpe, y contraataco, parece que le hice daño pero la masa gelatinosa azul ya tomó por completo su forma y resulta ser demasiado grande, ahora recuerdo que en algún libro que leí alguna vez, se hablaba de esta criatura, un Limo electrico o algo así, muy raros y poderosos, la criatura avanza, se escucha un grito de Davina, un disparo de Reinhart y veo a Temerith atacar con su martillo, pero el limo aguanta y al avanzar hacia aquí nos engulle a Temerith y a mi, estando en su interior siento otra gran descarga, puedo moverme se que debo salir de su interior y terminar con él o el próximo ataque que me haga será el último ya estoy en mi límite, logro salir, doy un paso a fuera y otro más para poder apuntar, pero cuando estoy levantando mi arco, recibo un golpe, esta vez siento que la electricidad fue mucho mayor que antes, cada celula de mi cuerpo grita en su propio tonode agonía, no me puedo mover, es el final.
No sé quien fue el imbecil que dijo que morir no duele, claro que duele, lo que no duele es lo que sigue, cuando ya has dejado atrás a tu cuerpo, siento que estoy acostado en el suelo y hace frío, no me puedo mover, siento una presión en el pecho que es cada vez más fuerte y no oigo nada, ni siquiera aire, si me fijo bien creo que estoy en el fondo del mar,con todo oscuro, tumbado en las profundidades y condenado a ver como esa luz de la superficie calienta a todos los que nadan bajo ella menos a mi, la fijura de unos peces cruza mis ojos muy a lo lejos de vez en cuando, pero aquí estoy solo.
El tiempo pasa mientras me encuentro revisando burbujas de mi pensamiento, entonces una voz distorsionada rompe una de ellas y me obliga a prestarle atención, la voz se acerca y percibo que me llama viene de detrás de mi pero no puedo girarme a ver quien es, pués todavía estoy contra el suelo y la oscuridad me rodea, entonces en todo ese frío siento una calida mano en mi pelo y la voz mas clara que antes me dice al oído:
-¿Tan pronto y fácil te dejas caer por aquí?
- Creo que sigo siendo un joven impaciente, me faltó tiempo para aprender.
- Sabes que me hubiese gustado darte más tiempo, pero cuando nos llega el momento y la diosa nos llama, debemos acudir, además ya eres mejor que yo.
- Era...
- Creí que habías hecho algunas promesas, el orome que concí no faltaba a su palabra.
- Y que quieres que haga? ya estoy muerto no? no significa el que estemos hablando que llegue a mi final?
- Tonto, no necesitas morir para hablar conmigo, solo debes escuchar más, ya que yo siempre estoy cerca.
me toma de la mano, la presión desaparece y me ayuda a poner de pie, entonces la veo solo a ella, iluminada por su propia luz, Ephara, mi hermana.
- Ven sigueme y date prisa tu compañeros no quieren librarse de ti aún.
Empezamos a ascender en el agua me gustaría decirle algo pero es difícil llegar a la superficie, entonces los rayos del sol me encegecen un isntante, y una bocanada de aire llena mis pulmones. La imagen de mi hermana es reemplazada por la tenue luz de la mazmorra en la que estabamos, un intenso dolor recorre mi cuerpo y junto a mí se encuentra Reinhart con su mano extendida, las gemas de uno de los guantes que lleva siempre pierden su brillo, y le miro a los ojos extrañado, pero mi alegría me permite sonreir: - ¿sabes que te quiero? le digo riendo a Reinhart y me levanto como puedo dispuesto a seguir luchando, cuando Davina asesta el golpe final a la criatura.
Con el limo ya muerto, Davina se nos acerca a Temerith y a mi para ver nuestro estado, y ninguno de los dos estamos bien, pero al menos Temerith no murió, Davina usa sus últimas curaciones y nos recupera un poco, ahora si tomamos el engranaje, nos encontramos cansados, física y mental mente, lo único que queremos es salir de aquí pero necestiamos descansar, volvemos al elevador donde dejamos al elfo, pasaremos la noche ahí y luego volveremos a ascender, cuando llegamos el elfo tiene los ojos abiertos, pero su mirada esta perdida, como si no enfocara bien, pero debido al cansancio ni me preocupo en él, saco de mi mochila unas provisiones que todavía estan a salvo de fluidos, como algo y m acuesto a dormir, la primer guardia la hace Reinhart.
Durante la noche me despierto incómodo, y cuando habro los ojos, un cerebro con patas estaba sobre mi cara, trata de entrar por mi boca pero no lo logra, entonces escucho un disparo y se me llena la cara de líquido de cerebro en conserva, Davina que escuchó el disparo se levantó al instante y le asestó el golpe final, escupo al suelo, YA ESTÁ!! pienso para mi, me tienen arto estos bichos y estas ruinas, me levanto le pido el martillo a Temerith y arrastro el cuerpo del elfo, que tenía ahora la mandibula dislocada, señal de donde había salido el cerebro, una especie de parásito, hasta la oscuridad, una vez allí descargo toda mi ira en el hasta no dejar lugar por el que salir nada más, vuelvo ahora lleno de sangre, jugos del limo electrico, del cerdo araña, del cerebro, sudor y otros, limpio el martillo lo dejo en su lugar y duermo hasta el amanecer.
18/7/2155
En el ascenso no ocurre nada relevante, recojimos los cofres que habíamos dejado y nos disponemos a salir, pero Temerith recuerda que había un sala en el incio que no reviso, vamos hasta ahí y encontramos una biblioteca con algunos relatos de un grupo que había venido antes, casi no se puede leer nada, pero por lo que dice, la maga elfa pertenecía a ese grupo, se volvió loca y los termió transformando en cerdos a todos, entonces nos acordamos de la vieja, maldita vieja!! Reinhart me pide que la rastree de alguna forma, tal vez cree que yo soy mágico como Davina y tengo una forma de rastrear gente que se teleporta, pero con lo qe hizo por mi no le puedo decir que no, se me ocurre ir a la capilla para empezar y cuando estamos llegando, yo que iba situado en primer lugar, veo como todo alrededor de mi empieza a crecer, entonces me miro las patas y... espera...¿tengo patas? que clase de broma es esta? miro a mi alrededor y veo a los demás, no puedo hablar y al parecer soy un cerdo, al fondo de la capilla esta la puta vieja loca gritando, junto a cuatro golems de hueso, Reinhart y Temerith avanzan hacia ella, Chrid se cubre detrás de una columna y yo me siento frente a Davina, con mi nueva cara de, devuelveme a la normalidad que voy a destripar a esa mujer!! entonces hace unos movimientos y me regresa a mi forma, menos mal que alguien sabe magia, me imagine por un momento mi vida como Orome el gran cerdo cazador, sin poder tensar mi arco, y escapando de todos los bandidos que me confundan con su comida...
La cuestión es que volví, pero esta vez desnudo, cuando me trasforme mis ropas no lo hicieron conmigo y se me cayeron, Davina se va al frente de la pelea, yo tomo mi carcaj, saco mi arco y empiezo a disparar, al rato la vieja esta muerta, sus golemes también, me visto, y salimos de este lugar, con animos de no volver nunca.
Pero para variar el destino no nos podía dejar un momento de tranquilidad, como si no bastara la nieve y el frío, otro remoraz aparece, pero esta vez es quinientas veces mas grande, tamaño gargantuesco, esperamos para ver si se va, pero el maldito bicho parece habernos visto y se dirige a nosotros, el combate duró menos de lo pensado, cuando una flecha cargada con todo mi odio y malas intenciones le atravesó de lado a lado y casi le mata, el remoraz intenta escapar, pero mis amigos no querían que se fuera muy lejos por lo que dan fin a su miserable vida, luego para tener una muestra de tan gran hazaña le arrancamos sus cuatro dientes más grandes y los llevamos hasta el barco, dientes más grandes que Temerith, personalmente con el que me quede le mandaré tallar un trono y lo colocaré en el salón de mi casa.
Ahora aquí estoy en el barco camino a nuestra querida Astrid, ya limpio y esperando descansar un poco, estamos a 19/7/2155 y llegaremos el 21/7/2155 luego el 22/7/2155 hace fecha de la muerte de mi hermana, además de ser el solsticio de invierno una fecha de celebración en Astrid.
Este es el cierre del capitulo, Misión a Esharduk.