Saimon se levanto con cuidado y negó con la cabeza.
-Esta limpio, creo que nunca sabremos nada de este hombre. Bueno, algo mas que hacer aquí antes de salir echando lechugas? -Pregunto moviendo las cejas de arriba-abajo.
Parecía que todos estaban de acuerdo en coger los objetos y marcharse de allí. Pero a Emilia le reconcomía la duda-. ¿Y no deberíamos llamar a la policía? Aunque sea al salir de aquí –sugirió, aunque, por su voz, no parecía que ella tuviera ganas de encargarse de ello-. Porque en algún momento se va a descubrir que los ricachones estos han muerto y nuestros nombres seguro que están en alguna lista. Van a llegar aquí, van a ver la sarta de cadáveres que hay en la casa y ¡van a pensar que somos lo culpables!
La sola idea de que la culparan de un crimen que no había cometido la ponía algo nerviosa. Claro que, después del día de infarto que había tenido, apenas le provocaba un pequeño pinchazo de angustia.
-Por eso mencione hacerse con la lista, que yo recuerde cada uno rellenamos una hoja con nuestros datos, en la entrada, lo mejor es que cojamos cada uno su papel. Les sera mas difícil dar con nosotros de esa forma. -Repitio el detalle de las hojas y sus datos.
-Aunque si quieren buscar mas gente por la mansión, como a los Rocks por ejemplo, sugiero que apresuren, por experiencia puede decir que quedarse a esperar las uvas no sirve de nada y a veces hasta lo empeora. -Se toco la nariz un par de veces con el dedo indice, con los ojos bien abiertos.
-Gracias Guido, creo que entre ambos no nos costará demasiado llevar el reloj hasta la puerta.-Pensó que no hubiera estado de más que alguno de los otros dos hombres se animara a echarles una mano, pero por lo poco que había conocido de ambos, tampoco le sorprendía que hubieran hecho oídos sordos a su petición. Al menos el italiano si se había compadecido de su complicación a la hora de llevarse el objeto deseado, y lo mínimo que podía hacer era agradecérselo.
-Yo no tengo ningún interés en seguir jugando a detectives en esta maldita casa. Si no hubiera sido por la oportuna intervención de Simon, puede que ninguno de nosotros lo hubiera contado. Opino que lo mejor es que cojamos nuestras cosas, incluyendo la información personal que dejamos en la lista de entrada, y salgamos de aquí cuanto antes. Si la policía investiga, lo mejor será estar bien lejos de este lugar para cuando puedan empezar a atar algún cabo que nos relacione con todo esto.-Volvió a girarse hacia Ferreti antes de continuar.-Cuando quieras nos empezamos a llevar el reloj hacia la entrada.
Dejo una lista de las opciones de cada uno para ver cómo terminamos esto (si es que terminamos o no) XD
- Investigar y tratar de buscar a los Rocks. -> ¿Emilia?
- Pasar de los Rocks y llevarse los objetos que cada uno quiera. ¿Saimon?, Daniel, Guido, Salvador
- Pasar de los Rocks y pelearse por los objetos porque no os los repartais como buenos hermanos.
Me faltaría por comprobar si Emilia decide investigar o marcharse, y si Saimon decide repartirse los objetos y marcharse, o investigar también.
Sobre llevaros las hojas con vuestros datos, no hay más problema. Porque no se lo llevaron a ninguna parte. Está en la entrada.
Salvador, lo tenía claro, quería marcharse de aquella casa o antes posible, tenía lo que buscaba y empezaba a perder el interés en cualquier otro objeto, sobre todo porque no sabría como utilizarlos.
Bueno, pues yo marcho! Si viene la policia, que luego nos busque, yo no quiero más lios! Hala! Encantado! Se despidió Salvador y se dirigió a la salida, recogiendo antes su papelito. Una vez llegara al coche con su mechero lo quemaría y no habría rastro de que había estado allí (excepto claro está miles de huellas).
Al llegar a su coche, Salvador abrió la puerta y cogió el mechero que tenía en la guantera, cogió el papel con su información personal y lo acercó el mechero encendido, al momento el papel comenzó a arder con rapidez y le quemó ligeramente los dedos, eso le hizo soltar el papel con la mala fortuna de que una pequeña ráfaga de viento hizo que el papel entrara dentro del coche y cayera bajo uno de los asientos. A los pocos segundos la tapicería del coche comenzó a arder con gran virulencia, y en menos de un minuto el coche de Salvador se había convertido en una preciosa fogata con llamas de varios metros y un humo que se podía ver a kilómetros. Salvador miraba al coche con horror. Se giró de nuevo hacia la casa y al llegar le preguntó forzando una sonrisa a los que quedaban allí.
- Hola! eh... creo que la "he liao parda"... ¿Alguien podría acercarme hasta casa?.
Emilia tenía sus dudas. ¿Y si había algún otro registro que hubieran hecho los Rocks? ¡O huellas! Sí, pues si les cuesta a estos llamar a la policía, como para sugerirles que nos pongamos a borrar huellas, pensó, y se quitó de la cabeza la idea de seguir en la casa-. Bueno, bueno, pues no voy a ser yo la única que se quede aquí, así que ¡hala!, andando todos.
Bajó las escaleras, pero en lugar de salir directamente, como Cabezón, se acercó a la mesa. Dejó por fin la botella de vino, pues no tenía ningún interés en ella, a pesar de ser el único objeto por el que había pagado. La jarrita, por lo que había comprobado Emilia, no le iba a ser nada útil. Pero la tacita sí se la iba a quedar. Se quedó pensativa un par de segundos. El único objeto del que no sabía nada y que nadie parecía querer era la máquina de escribir. El gitanillo no parecía haber descubierto para qué servía. ¿Y ella, lo conseguiría? Por supuesto que sí, Emi, ¡tú has descubierto mucho más que el resto! Y, si no es el mío, puede ser el de la jovenzuela loca esa, que al final me puede servir para lo mismo.
- Si no hay inconveniente, me llevo la máquina, ¿eh? Que, total, para quedarse aquí muerta de risa... -avisó a los demás. El cacharro pesaba como un demonio, pero solo tenía que llegar hasta la calle con ella, porque regresaría a su casa cómodamente en taxi. Obviamente no pensaba volver en metro. ¡Con la de delincuentes que hay en los trenes! Y ella ya había tenido bastante para lo que le quedaba de vida.
Hizo una parada estratégica en la entrada, donde soltó unos minutos la máquina de escribir y recogió todas sus pertenencias, junto con la hoja de datos. Guardó en su bolso dicha hoja y la tacita, y sacó su móvil. Llamó al taxi y, mientras hablaba con el operador, se fijó con espanto que, al otro lado del jardín, ardía una bola de fuego. Al lado del fuego, Cabezón, quien se giró de vuelta a la casa- Pues mire, que me vengan a buscar en la esquina. No, no, en la puerta mejor no -le comentó al del taxi, para evitar que se acercara al coche ardiendo.
- Uy, uy, madre, eso el seguro no se lo arregla -dijo a Cabezón-. Yo es que no tengo coche, fíjese usted. Pero pregunte a los demás. Y, si no, el joven del operador me ha dicho que hay taxis disponibles por la zona -añadió, cogiendo de nuevo la máquina de escribir y comenzando el camino hasta el portón de entrada. No tenía intención de ofrecerle a ese hombre compartir taxi. ¡A saber qué intentaba con ella! No, no, que se cogiera uno él solo.
Una vez fuera, dejó la máquina de escribir en el suelo mientras esperaba al taxi y se despidió del resto-. Un placer, ¿eh? Nos vemos en la próxima subasta... O probablemente en una subasta no. Que les vaya bien a todos -dijo. En cuanto el taxi llegó, se montó rápidamente en él. No quería estar ni un segundo más en esa mansión, que, echándole un último vistazo, no era tan, tan bonita como le había parecido al principio. Una vez en marcha, Emilia se llevó las manos a la cabeza. ¡Se le había olvidado pasar por el baño! Qué cabeza la suya. Menos mal que en menos de media hora estaría en su casa...
Bueno, hago post largo para ya acabar cuanto antes, que si no esto se nos alarga mucho xD.
Un par de cosas sobre el post:
- Doy por hecho que podemos recoger nuestras cosas, porque teníamos la llave, ¿verdad?
- La verdad, al final no me quedó claro cómo acabó lo de la máquina de escribir. ¿Se la llevó Jesús arriba, que quedó abajo? Yo entendí, por el post del máster, que quedó abajo. Si no, puedo cambiarlo y decir que me la bajo desde donde quedara.
Número de objeto | Objeto | Imagen | |
---|---|---|---|
1 | Las llaves |
Se la llevó Judith |
|
2 | La jarrita de té | Encima de la mesa. | |
3 | La botella de vino |
La tela está manchada de mocos por culpa de Salvador. |
Se la llevó Saimon |
4 | Los anillos | Los tiene Guido | |
5 | La Máquina de escribir | Se la lleva Emilia | |
6 | La figura, una mano de metal con cuatro dedos estirados y solo uno encogido. |
La tiene Saimon. |
|
7 | La taza | Se la lleva Emilia | |
8 | El teléfono antiguo |
Desapareció. |
|
9 | Mapa de carretera |
Se lo lleva Salvador |
|
10 | Reloj de cuco | Se lo lleva Daniel con la ayuda de Guido |
Emilia, la máquina de escribir se quedó encima de la mesa. Así que, a menos que alguien te detenga, podrás llevártela.
En principio todo lo narrado está ok. Así que podéis ir poniendo vuestros últimos post, y luego pondré yo la conclusión final.
Al final todos decidieron lo mas sensato, es verdad que hubiera estado bien saber que había sido de aquellos dueños de la mansión, pero tal y como estaban las cosas era mejor salir de allí lo antes posible sin armar mas jaleo del que ya habían causado.
-Bueno pues pescao vendido, nos vemos en nuestros sueños señores y señorita. -Fue en ese momento que miro el montecristo que el Sr.Cabezón le ofreció tras el incidente del calvo y acerco sus fosas nasales para darle gusto a los sentidos y en ese posición es cuando reparo en el pedestal donde estaba el objeto por el que pujo y observo que su dinero seguía descansando haya. -Bueno... para ser honestos sin anfitriones ese dinero no ira a parar a ningún lado y puede que acabe quedándose la poli, así que... mejor que vuelva con alguien que le dará un buen uso. -Con este pensamiento fugaz se acerco y recupero su dinero.
Acto seguido siguió a la Sra.Gallardo y se acerco a su taquilla para cerciorarse de que hubiera cogido todo la primera vez que se acerco con el gitano y Judith. -Una lastima de personas, esperaba que la chica fuera honesta. -Chasqueo la lengua mientras recupero todas sus pertenencias ademas del papel con la información de su persona y todo lo que pudiera relacionarlo y como hicieran otros se acerco a la salida.
Allí acomodo su maletín medico, donde guardaba tanto la mano, como el dinero y la información personal de su persona y encendía el montecristo y por segunda vez observo por encima del habano otro objeto de su interés, la botella. Aquel objeto le había sido útil, quien sabe si no lo fuera en el futuro, por lo que se acerco a
la mesa donde lo dejara Emilia, tapo la botella con el tapón que el mismo tenia guardado en un bolsillo y la metido al maletín con cuidado.
Fue cuando iba a salir definitivamente que observo la bola de fuego que Cabezón había creado en apenas unos segundos.
-Vaya Salvador, tu si que sabes como calentar un coche en pleno invierno. -Le guiño un ojo jocoso ante la visión de aquel coche en llamas. -Yo le ofrecería un asiento, pero mi coche es de San Fernando. -Dejo escapar el humo del puro antes de ponerse en marcha y salir de allí a pie. -Hasta que nos olamos. -Se despidió con una ultima broma antes de salir de allí, mas tarde cuando estuviera lejos, avisaría a un taxi para poder alejarse lo máximo posible de la Mansión Rocks y su locura.
-¡PUTA MADRE ZAK! La mano funciona de verdad, sigues vivo, tienes dinero y una oportunidad de recuperar tu vida. Espera hijo, pronto volveremos a encontrarnos y sera todo como antes, ya lo veras.
Doble S, desaparece entre una niebla producida por su propio puro xD
Eran los últimos que quedaban en la sala de pujas, mientras se organizaban para decidir como iban a coger el reloj para transportarlo. Tras aceptar el ofrecimiento del italiano, iban a empezar a acarrear el reloj cuando observó el movimiento de Saimon y decidió acercarse a la mesa donde estaban los objetos de la puja inicialmente para imitarle. Había puesto 250 eurazos en la mesa por la puja del reloj y ahí me los iba a dejar, ¡seré idiota!
Entonces se fijó en el resto de cantidades que había en la mesa, y no pudo evitar la tentación de los quinientos euros que había dejado Judith por la jarrita, y otros ciento cincuenta que descansaban junto a la taza. ¿Y si el reloj no funciona? No he tenido oportunidad de comprobarlo, y no quiero forzar el mecanismo por si me lo cargo... Al menos sacar algún beneficio de esta pesadilla de día.
Daniel recogió los 650 euros de ambas pujas para guardárselos discretamente en el bolsillo mientras hacía una revisión por la mesa. Si Guido tenía algo que objetar a su acción, le propondría recoger todo lo que quedaba de las otras pujas en la mesa y repartirse el dinero a medias. Podría ser un acto miserable, y aunque le importaba bien poco lo que opinaran cualquiera de los que le habían acompañado ese día, no quería mosquear al hombre que se había ofrecido a ayudarle en lo más importante.
De camino a la puerta, le pidió a Guido hacer una parada para retomar el aliento y aprovechar para recoger los papeles donde habían escrito sus datos y recoger el resto de sus pertenencias antes del arco de seguridad. Tras un minuto de descanso, continuaron en dirección a la entrada de la mansión.
-Gracias por todo Guido, espero que le vaya bien. Y que este día pronto quede en nuestra memoria como una subrealista historia que podamos contar a familiares y amigos, sin más consecuencias.-Pensó un momento, antes de añadir.-¿Necesita que le acerque a algún sitio a Madrid? Tengo que volver con el coche y va a haber sitio de sobra para llevar a alguien. Pero si me disculpa primero tengo que hacer una llamada.
Daniel se apartó unos pasos buscando instintivamente algo de intimidad, aunque la conversación no era especialmente comprometida. Luego marcó el numero de su compañero de piso en el móvil.
-¿David? Oye, soy Dani, ya ha acabado el rollo este de la puja... Sí... Bien bien... No, ya te contaré, que ha estado la cosa un poco movidita... Escúchame, ¿podrías coger mi furgoneta... Bueno sí, la de reparto de mi curro... y acercarte a la dirección que te voy a dar? [Da la dirección de la mansión Rocks]. Es la de la casa donde se hacía la puja... Es que el reloj al final era de estos grandes de pie, y no va a haber manera de meterlo en el coche, pero yo creo que haciendo un poco de tetris entra en la furgoneta... Ah, y vamos a necesitar un par cuerdas fuertes para amarrarlo, por si acaso. Tu tranquilo, no hay prisa, lo que tengas que tardar... Bueno, cuando lo tengas y vayas a salir escríbeme, y me hago una idea de cuando llegas... Venga, hasta ahora. Ciao.
Tras colgar, decidió acercarse a Salvador, que había explicado su situación y pedía ayuda para volver a casa tras convertir su coche en una bola de fuego. Había tenido un comportamiento un tanto reprochable, pero después de arramblar con el dinero sobrante de las pujas en la casa, Daniel no se sentía mucho mejor persona que él. Así que compadeciéndose de él, añadió.
-No se preocupe Salvador, si no tiene como volver, para usted también hay hueco. Va a venir un buen amigo con una furgoneta para ayudarme a transportar el reloj. Eso sí, nos va a tocar esperar a que llegue aquí. Si tiene prisa, aun le queda la opción de pedir un taxi. Eso ya como prefiera.
Tras este último ofrecimiento, Daniel sacó discretamente una fotografía de una joven que tenía guardada en el bolsillo de la chaqueta, y se quedó mirándola unos breves instantes antes de volver a guardarla. Como funcione el reloj, le demostraré a padre que tenía razón. Y nos saldremos con la nuestra.
Guido tenía los anillos que había ido a buscar y además un peine bastante extraño. No ha sido un mal día después de todo pensaba mientras recogía su dinero, sus enseres y toda información que de él pudiera haber allí.
Volvió junto a Daniel y cargaron el reloj hasta la parte exterior de la mansión con bastante esfuerzo, aquel reloj pesaba más de lo que parecía. En el último trecho del viaje con el reloj se dirigió a Daniel.
Interesante lo que puede hacer este reloj. Si algún día te sobra el dinero piensa un poco en quien te ayudó con el.
Sonrió se dirigió a su coche y tras unos segundos volvió y extendió una tarjeta a Daniel y a los allí presentes. Les digo lo mismo y espero que les vaya bien y hallan encontrado lo que buscaban.
La tarjeta de visita, negra, contenía la dirección web de una ONG en letras blancas
Salvador que además de orgulloso era medio tonto, rechazó la ayuda del zarpastroso de Daniel, y ni de bromas iba a ayudar a él y a Guido a cargar con el armatroste ese, así que con rabia pero resignación vió como poco a poco los otros iban abandonando la mansión, cada uno por sus propios medios. Al final quedó Salvador solo mirando para los restos carbonizados de su vehículo mientras escuchaba a lo lejos como se acercaban sonidos de sirenas.
Ya que no había conseguido mucho en la subasta, con suerte podría hacerse cargo de todos los difuntos que había en la casa y eso para el negocio sería un "buen pico".
¡Llegan las Navidades y como cada año, la familia Rocks hace su subasta anual!
¡Muy pocos son los afortunados de poder disfrutar de tan dichosa experiencia pero resulta que tú eres uno de ellos!
Hace apenas unas semanas te ha llegado la invitación a la subasta. Y obviamente no te la puedes perder. Los objetos que se sortean cada año son de lo más interesante y es muy probable que al menos uno de ellos sea ese objeto tan ansiado que llevas tanto tiempo deseando. Además, el año anterior un conocido tuyo te dijo que obtuvo uno que cumplía todo lo que deseaba.
En el fondo no le creías pero un buen día te lo mostró y pudiste verlo con tus propios ojos. ¡Era increíble! El objeto era una sencilla bombilla que cuando la frotaba contra su pelo ¡PUM! materializaba lo que él deseaba. Aquel tipo en menos de un año se había vuelto multimillonario y había podido cumplir todos sus sueños ¡Era como una lámpara mágica solo que sin genio al que pedirle los deseos!
Este año era tu oportunidad, dudabas encontrar un objeto como aquél, pero ¿y si la familia Rock poseía nuevos objetos la mitad de interesantes que ése? ¿Cómo ibas a perderte la oportunidad de ir a semejante evento?
¡Era tu oportunidad de hacerte millonario, o al menos de pasar una fantástica velada! Pues la familia Rocks era muy conocida por organizar unas fiestas de lo más interesantes y espectaculares. ¡No podías perdértela!
La Subasta Navideña que organizó la Familia Rock se volvió una auténtica pesadilla para ellos.
Una organización llamada "Los Cazadores de Reliquias" escucharon el rumor de la invitación a la subasta. Ellos no habían sido invitados, pero sabían que una familia muy poderosa de la ciudad habían obtenido un gran número de reliquias. Durante años habían investigado un acontecimiento prácticamente inverosímil pero real. El avatar de la Muerte se materializó hace aproximadamente unos 50 años en la habitación de un joven. Escogió ese lugar por simple azar y los objetivos que tenía el avatar aún son desconocidos.
Cuando La Muerte hizo acto de presencia, todos los objetos que estaban alrededor se imbuyeron de cierto poder. Hubo algunos cuyos poderes no servían absolutamente para nada, mientras que otros se dotaron de un poder casi divino. La familia Rock era una familia conocida por obtener gran cantidad de antigüedades, y obtuvieron diez de esas reliquias por error. De algunas sabían sus poderes, pero de otras nunca llegaron a averiguarlos. Pero un día, Los Cazadores de Reliquias los descubrieron y recibieron una amenaza: "O les daban todos los objetos que poseían, o irían a por ellos y los matarían".
Esa fue la razón por la que los Rocks decidieron deshacerse de todos aquellos objetos. Llevaban años organizando subastas de objetos normales, sin poderes, ni ningún misterio. Quizá algún año se coló alguno, pero seguramente era por puro desconocimiento. Aquel año decidieron subastar absolutamente todos los que tenían. ¡Tenían que deshacerse de ellos antes de que los Cazadores de Reliquia les atrapasen!
Pero la invitación a la subasta llamó su atención. Y minutos antes de que los invitados llegaran a la fiesta, los Cazadores de Reliquias entraron por la puerta trasera y ataron y amordazaron a los señores Rock. Mientras tanto, su mayordomo, ajeno a lo que estaba pasando, decidió recibir a los invitados. Nervioso por el tiempo que estaban tardando fue a buscar a sus señores y fue entonces cuando la organización le disparó. Seguramente se pusieron nerviosos y reaccionaron de una forma excesivamente violenta.
Mientras tanto, los invitados de los Rocks discutían sobre si debían o no debían obtener los objetos. Y fue en uno de esos momentos cuando escucharon el disparo que mató al mayordomo.
Tras subir a investigar, algunos vieron como uno de los miembros de la Organización arrastraban el cadáver del mayordomo. Mientras tanto, los Rocks estaban atados y amordazados al final del pasillo.
En vista de que nadie venía a empezar la subasta, los invitados decidieron investigar por su cuenta. Y tras varios intentos y sucesos, terminaron volviendo. El único que se atrevió fue Jesús, que trató de negociar con el Desconocido y se unió a los Cazadores de Reliquias. Ellos no tenían ningún problema en obtener nuevos miembros, especialmente porque los objetos eran tan poderosos que podrían beneficiar a 8 o a 80 personas, el número daba igual. Y fue entonces cuando Jesús le comentó al desconocido que la única persona peligrosa que había entre los invitados era Judith. El resto no suponían una amenaza para la organización.
Tras negociar, Jesús habló con Judith y la engañó para que se unieran a ellos. Pero nada más lejos de la realidad, el Desconocido se encontraba en la biblioteca, escondido tras un sofá y con "el peine" en sus manos. Un objeto más y muy poderoso de las Reliquias obtenidas por la Organización. En cuanto Judith entró por la puerta, el Desconocido disparó con el peine a máxima potencia y mató a Judith sin que nadie se diera cuenta. Tan sólo Jesús.
Después fue el momento en el que Jesús y el Desconocido trataron de negociar la rendición de los invitados. Daban por hecho que con lo poderoso que era el Peine, los invitados se irían de allí. Pero para ese momento, Emilia ya había descubierto el poder de "la taza" y de la "botella". La botella estaba compuesta de dos elementos, de "el corcho" y de la "botella". El vidrio jamás se vaciaba por mucho que echases, pero si una persona poseía el corcho y la otra la botella, ambas tendrían un vínculo personal y telepático y a su vez podrían leer los pensamientos independientemente de la distancia a la que estuviera. ¡Estaban conectados!
Además, mientras el resto investigaba lo que sucedía, la anciana se puso a hacer pruebas y al servir el falso vino en la "Taza" descubrió que conseguía parar el tiempo durante un minuto. Aquello fue lo que le sirvió para arrebatar el Peine al desconocido y dar un giro a los acontecimientos.
Finalmente, Saimon que tenía "La Mano del Mono" en su posesión, decidió probar suerte y comprobar si la mano cumplía deseos. Al fin y al cabo, había escuchado el rumor de que probablemente ese objeto se encontraba en la Mansión de los Rocks y así fue.
Y pidió un único deseo:
-Deseo que ese hombre calvo y con traje, Jesus Cortes Heredia y Judith Gomez Fuertes, así como sus secuaces mueran ipso facto de un ataque al corazón
Y eso fue exactamente lo que pasó. Mientras el señor Cabezón estaba peléandose con Jesús, le dio un infarto. Lo mismo le pasó al Desconocido así como al resto de los miembros de Los Cazadores de Reliquias. Pero no solo eso, Judith había ido acompañada de un guardaespaldas, el hombre los habría acribillado a todos si al salir de la mansión no veía a su jefa. Pero al ser un secuaz de la mujer, el hombre murió en el coche esperando y jamás pudo vengarse.
Y así fue como prácticamente los invitados lograron salir de la mansión cada uno con uno o varios objetos. Sin embargo, hasta que Salvador no informó a los bomberos, los Rocks no fueron liberados y finalmente pudieron descansar tranquilos, aunque ahora tendrían que enterrar y contratar a un nuevo mayordomo.
Los objetos:
El Peine: Era capaz de lanzar descargas eléctricas a distancia. Para ello había que frotar las púas, si se frotaban tan solo un par de ellas, lanzarían un rayo de poca intensidad. Si frotaban todas, el rayo sería capaz de matar a alguien al instante.
La Llave: Era capaz de abrir cualquier puerta y además, si se pensaba en un lugar con puerta, éste se abriría y permitiría "teletransportarse" a ese lugar. - Siempre que la usó Judith, pensaba en abrir esa puerta para llevarle a lo que iba a continuación, por eso nunca pudo ver su verdadero poder.
La Jarrita de Té: Cualquier líquido que echaras en el interior de la jarrita, y lo bebieras, te haría un día más joven. Desgraciadamente solo servía una vez al día. Así que nunca rejuvenecerías, simplemente jamás envejecerías.
La botella de vino: Como he comentado antes, la botella tenía dos objetos, "el corcho" y la "botella". La botella vertía vino de forma infinita y nunca se acababa, pero el vino estaba picado y no era agradable de beber. Pero si una persona poseía la botella y la otra el corcho, ambos podrían leerse los pensamientos y tener un vínculo telepático. Saimon y Emilia permanecieron bastante tiempo conectados el uno al otro.
Los Anillos: Uno de los anillos era "el emisor" y el otro "el receptor" desgraciadamente no había forma de identificarlos. Si uno tenía puesto en el dedo el emisor, sería capaz de dar órdenes mentales al "receptor" y éste no podría negarse.
La máquina de escribir: La máquina permitía escribir cualquier cosa en ella y ésta se cumpliría. La única condición es que lo que se pusiera en ella fuera algo realista y capaz de cumplirse. No concedería nada que no pudiera ocurrir nunca, es decir, no concedería cosas improbables.
Por eso cuando tan solo escribieron un nombre en ella, no pasó absolutamente nada.
La Mano del Mono: Como comenté antes, esta figura concedía cinco deseos. En cuanto un deseo se cumplía un dedo se cerraba. Actualmente ya había cumplido un deseo ¿Por qué creéis que los Rocks eran multimillonarios? Después Saimon logró que le cumpliera un segundo deseo y ahora aún tenía tres. Sin duda, el objeto más poderoso de todos.
La taza: Como ya comenté antes, este objeto es capaz de detener el tiempo durante un minuto. No tiene límite, pero para detenerlo siempre hay que dar un trago.
El teléfono: Este objeto, que llevó por la calle de la amargura a Emilia, consistía en que tú marcabas el teléfono de una persona, y eras capaz de averiguar sus secretos más profundos. Emilia tan solo marcó el número de emergencias, y tras escuchar solo pudo oír sentimientos de desgracias y problemas. El número no pertenecía a una persona en concreto.
El mapa de carreteras: Este objeto que también desquició un poco a Salvador era capaz de indicar en el mapa aquello en lo que se estuviese pensando en ese momento. Si tú pensabas en un tesoro escondido, te daría la ubicación, pero si solo pensabas en ti mismo, o en los Rocks, pues era evidente que solo podría marcar el lugar donde se encontraba.
El reloj de cuco: En cuanto el reloj marcaba las 12.00 el cuco sacaba en tan solo un segundo una moneda de oro. Dado que la reunión no llegó a durar más de 12 horas, tan solo pudieron escucharlo una vez, y nadie estaba mirando lo que salió del cuco al llegar la hora.
¡Pues espero que todas vuestras dudas hayan quedado resueltas!
En cualquier caso, antes de cerrar la partida, podemos hablar por el off, para que preguntéis cualquier cosa que queráis.
Espero que hayáis disfrutado tanto como yo ^^