Partida Rol por web

Con pasos incomodos por la sensacion de caminar en un piso tan frio y duro, sigue al doctor.
Diego lo mira a Facundo con una mueca de "dale, ya estamos aca", avanza y hace girar la perilla y empuja la puerta lentamente con el perchero...

- Que nosotros lo creamos? - Facundo miró al Dr Santaló, tratando de decidir si el hombre estaba totalmente loco o sólo tan confundido como ellos.

Tras acariciarse el mentón decidió que, dado que sabía que Frantisek estaba muerto, que se suponía que ellos habían tenido un accidente al aterrizar en un avión que ya había aterrizado y se suponía que estaban en un hotel, pero en realidad era un sanatorio, no tenía mucho sentido plantearse nada sobre la salud mental del único que, por lo menos, parecía cuerdo

- Supongo que si el viejo está a cargo de esto, tiene sentido que quiera hablar con nosotros. Aunque en mi caso no recuerdo demasiado lo que pasó cuando... eh... falleció - agregó mientras unos extraños pensamientos de carne, dientes y ladridos rondaban por su cabeza

- En fin, veamos de que se trata esto - comenta mientras, con cuidado, se ubicaba detrás de Diego, asegurándose que si la situación se volviese peligrosa, el camara se convirtiera en SU escudo humano

Abrir una puerta es sencillo. Acostumbrarse a la idea de que al otro lado haya un despacho típico de médico, tras de cuya mesa se sienta Frantísek con una bata blanca mientras habla por el celular, es cosa de un par de segundos; más raro ha sido todo hasta ahora.

El viejo levanta la vista un momento de sus papeles y al veros allí arruga el ceño y mira a Santaló como si quisiera enterrarle un cuchillo en el hígado. Luego os mira a vosotros y sonríe. Os hace un conciliador gesto de espera, señalando su teléfono y termina la conversación con un susurro a su interlocutor. Entonces termina la llamada y deja el aparato a un lado. Sonríe aún más.

-Bueno, Santaló. ¿No lie dije que diejara en paz a los dimás pacientes? ¿Qui se quidase junto a su esposa? Estos señiores no tinían por qué despertarse aún.-

Vuestro acompañante va a responder con un quejoso perdón cuando Frantísek vuelve a pedir calma y os invita a sentaros.

- Bueno, Diego, Facundo. ¿Qué si os ofrece? No tiengo mucho tiempo, estoy ucupado, tienemos muchia gente que gestionar todavía y hasta que no terminie no voy a poder ponermie en serio con vosotros...--

- Gestionar? Serios? Pero si vos estás... eh... si no debéis estar aquí! - vocalizó el locutor sin apartarse de las espaldas de Diego, dispuesto a cubrirse si Frantisek decidía arrojarles algo

- No me interesa de que gestiones hablás, pero necesitamos una explicación antes de seguir haciendo lo que estemos haciendo - insistió no muy seguro de que estaba pasando y si exigir una respuesta sería algo positivo o no - Empecemos por el principio. Donde estamos... pero de verdad! - preguntó temiendo la respuesta

- Y porque también estas vos? Y donde está el resto? - las preguntas se sucedieron antes de que pudiera escuchar siquiera una respuesta - Y como nos vamos de aquí - completó en voz más baja, cruzando los dedos para no escuchar una respuesta que no quisiera escuchar.

Diego sonríe un poco desganado al volver a ver al viejo, avanza seguro dejando atrás a Facuando para sentarse. Se sienta y deja la percha frente a el con las piernas abiertas para que no lo incomode.

-Tengo las mismas dudas que Facundo, Viejo.

- Ah, mis amigos. Qué complicado es esplicar isto. Vierán, ustedes recuerdan que me dejaron morir, ¿vierdad? En esa piscina vasía y sucia, intenté detener a la vieja y caí. Si alguno de ustedes mi estuviera aiudando... Pero mi tuve qui enfrientar yo solo a Henar. Y morí. Pero no hubo silencio iterno, sino que mi encontré al otro lado a una persona. Alguien que me ofrisió un trato. Un puesto de trabajo. Si lo rializaba bien, me dejaría volvier a verles. Y aquí estamos. En algún lugar entre la vida y la muerte. ¿No si dan cuenta? ¿Entienden lo qui ha pasado? Su avión tuvo un accidente. Mucha gente ha muerto. Otros están entre dos mundos. Lo que para ostedes ha sido un día entero, apenas son unos minutos durante el acsidente. Mi trabajo es dicidir el destino de las piersonas que fallecen. A ostedes... Los dejaba para el final. Lis he estado retrasando con la ilusión de la casa rural primiero y luego todo lo demás. Pero su psique les ha ido enseñando cada vez más que todo era una ilusión, ¿vierdad? Y el doctor Santalo les ha ayudado un poco en este último tramo. Pero yo prefioriría atenderles más tarde, ¿si? Tengo muchia gente que atender primiero.-

- Ah, claro! - Facu trató de entender lo que el finado Dvorak les estaba explicando y miró a su compañero, sin saber si tomárselo en serio o asumir que se estaba volviendo loco

- Claro que yo mucho no recuerdo de lo que pasó en España - intentó explicarse - Una pileta? Puede ser, aunque reconozco que solo recuerdo olores. Tengo una rara sensación de ver el mundo en blanco y negro y a través de mi nariz. Pero bueno. Supongo será mi imaginación. "Negación de la realidad" fue lo que me explicaron -

- Quizás deberíamos considerar que... por cierto, y el resto de nuestros compañeros? - terminó preguntando reacio a ahondar en lo que el rumano (o su imagen) les estaba contando

Diego hace una mueca de fastidio ante la insinuación de culpa del viejo, que murió porque no estábamos ahí para ayudarlo.

-Viejo, tu moriste porque la vida es injusta, y ninguno de notros es omnipresente, siempre hicimos lo que estaba en nuestras manos para ayudarnos entre todos, te adelantaste a nosotros y no pudimos llegar a tiempo. Pero tu muerte no es ni tu culpa ni nuestra, es de Henar. Nosotros solo fuimos victimas.

Hace un silencio algo pesado y vuelve a sonreír

-Entonces, que? Esperamos y ya? no podemos ir adelantando tramites? nos harás pasar por los 7 infiernos antes para ver si somos dignos o algo así?

-El riesto de vuestros companieros, Facundo, no ha sido tan "dispierto" como vosotros. Mucho mi tiemo que no tienen muchia oportunidad de salir con bien di esta. Ni tiampoco vosotros, Diego. Tiardemos más o menos, yo sieré el juez. ¿No has visto cómo iste lugar si dobla al diseo de mi mente? Mi han dijado al cargo, te digo. Y no crieo que siáis dignos. Está claro, sí, que la prinsipal culpable fué esa loca. ¡Pero io mi enfrenté solo a ella! ¡Sin vosotros!-

Santaló por fin rompe su mutismo tras escucharos este rato. Tímido, pero con tono inspirado, comenta:

- Es cierto lo que dice. Yo estaba en el aeropuerto esperando nuestras maletas cuando mi esposa desapareció. No volvía del baño y las maletas daban vueltas y vueltas... Entré en el cuarto de baño a buscar a Mariana deseando con todas mis fuerzas estar ya en nuestra casa de Bariloche... y en ella entré. Pero allí no estaba tampoco ella. Deseé estar junto a ella y llegué hasta la UCI de este hospital. Allí la encontré en coma, a ella y al resto del pasaje. Deseé poder hablar con alguien y...-

-Basta ya, doctor. Fuera.-

Facundo escucha los ¿desvaríos? del europeo, sin tener claro si debe preocuparse por sus palabras o simplemente dejarlo estar. Finalmente, fiel a su estilo opta abrir la boca para no decir nada - Pero, cual es la diferencia entre Ernesto, por ejemplo, y nosotros? Acaso crees que el es menos despierto que nosotros? No lo creo. Quizás deberías tomar tu decisión con todos nosotros presentes. Como dije, no recuerdo demasiado sobre lo que pasó en España, pero entre todos es posible que podamos darte una explicación más... eh... acode a tus deseos -

Diego deja fluir la conversación entre Facundo y el viejo.
Se levanta de la silla, camina hacia la *ventana y se queda un rato intentando dilucidar las cosas a través de ella.

Luego de un rato
-Si vos vas a ser el juez, significa que sea lo que sea que haya escrito las reglas de este mundo tiene ciertos escrúpulos... ahora un juez tiene que ser neutral... y por lo que nos estas diciendo, sonás un poco resentido, sin mencionar que no podes ser juez y querellante al mismo tiempo.