Pues nada, epilogo. Wu puede tambien poner algo. Luego cerrare yo con un ultimo mail y para casa :-)
Si alguien mas que McAxel y Sergut quieren jugar a Roma, que lo digan en el off topic. Hasta 7 jugadores (un grupo romano es de 8 personas) podemos jugar. Empezar, entiendo que se empezaria en Noviembre. La duracion sera como esta partida, un par de meses. Ah, y he encontrado una aventura (incluso con continuaciones) en Roma, asi que no os preocupeis que no me tengo que mal inventar la trama :-D
Motivo: Curación natural -. w
Tirada: 3d6
Resultado: 10
Motivo: Curación natural -. w
Tirada: 3d6
Resultado: 6, 1, 1
Motivo: Curación natural -. w '-1pum
Tirada: 1d6
Resultado: 3(+6)=9
Corrección, no había tenido en cuenta los penalizadores por herida (-3 al principio, porque Andreijk no puede beber estando inconsciente).
Los dados salvajes son 9, 1, y 1, así que no cambia nada. Nueve menos tres le vale para recuperar la consciencia, y luego el dado natural se encarga de curar las heridas.
Sergut, usa al indio como Gandalf. El Padre Montgomery no os cura ni de coña. Habeis destruido el pueblo
algunos de sus habitantes... pero no nos guardan rencor
Si os lo guardan. Y mucho. Lo que pasa es que os dejaran marchar porque os tienen miedo
Andreijk despertó y se encontró a sí mismo recostado en una cama. Primero pensó que se había quedado dormido, pues aún percibía retazos de una pesadilla desagradable en los bordes de su memoria. O tal vez había estado enfermo? Pero el techo parecía extraño: era plano, y las vigas eran más sólidas que las de su habitación en Aguadulce. Siguió mirando las sombras en la pared un poco más mientras escuchaba el sonido de la lluvia cayendo sobre tierra.
- Dónde estoy, y qué hora es? ---dijo en voz alta en dirección al techo.
- En una casa en Odessa, y son las diez de la noche ---dijo una voz---. Es la noche del 24 de Octubre, por si lo quieres saber.
- Predicador!---gritó Andreijk, incorporándose. Allí estaba el viejo predicador, sentado en una silla junto a la ventana.
- Sí ---respondió---. Aquí estoy. Y tú tienes suerte de estar también aquí, después de todas las cosas absurdas que han pasado en Privilegio.
Andreijk se recostó de nuevo. Se sentía demasiado a gusto y demasiado en paz como para discutir, y en cualquier caso no creía que sería capaz de ganar la discusión. Estaba despierto del todo otra vez, y los recuerdos del día anterior empezaban a volver: la desastrosa idea de confiar en Wyatt Grainger, las dos docenas de hombres a caballo, los disparos... Mientras pensaba en todas estas cosas e intentaba en vano recordar cómo había llegado a la casa del padre Montgomery, hubo una larga pausa, interrumpida sólo por el sonido del Predicador fumando su pipa mientras echaba anillos de humo por la habitación.
- Dónde está Ada? ---preguntó al fin Andreijk---. Está bien?
- Sí, está perfectamente, sana y salva ---respondió el predicador---. También John. Ambos han estado aquí cuidándote todo el rato, hasta que los envié a dormir hace no más de media hora.
- Qué pasó con los hombres de Wyatt? Sólo recuerdo muchos tiros, y algo así como una gran explosión...
- Oh, sí, bien puedes recordar una explosión! Una explosión que se llevó por delante a toda la banda de Wyatt y gran parte del pueblo y a algunos de sus habitantes... que Dios guarde sus inocentes almas en su gloria. Tuvimos que sacaros de allí deprisa y corriendo y traeros a Odessa.. y no fue nada fácil montarte en la carreta ni traerte hasta una cama, permíteme que te diga! Tuvimos que hacerlo entre cuatro hombres. Y me ha contado Ada que cada vez que John quería limpiarte las heridas necesitaban ayuda de otro hombre para darte la vuelta... La explosión estuvo cerca de llevarte a ti también al otro barrio. Pero tienes mucha fuerza en ti, chicarrón que viene del otro lado del mar! Muchos hombres habrían muerto instantáneamente en esa situación, pero aquí estás. No sólo vivo sino coleando tan sólo cinco días después de la explosión. Me alegro! En cierto modo, he venido a despedirme. Ahora que sé que estás vivo, alabado sea el Señor, no creo que vuelva a Odessa en un largo tiempo. Jeb y yo estamos trabajando en un proyecto... es una idea de Jeb. No sé qué tal saldrá, el padre Montgomery no lo ve claro... pero al menos Jeb está animado y es importante para mí. Tal vez Dios me ha perdonado después de todo.
- Cinco días... ---Andreijk empezaba a darse cuenta de que había estado inconsciente mucho tiempo, y entonces se acordó---. Y Wu? Dónde está Wu? Está bien el maldito chino?
El Predicador se quedó mirando a Andreijk sin decir nada. Ambos hombres se miraron en silencio. No había nada que decir.
- Entiendo... mmm... estoy cansado... quisiera estar un rato solo...
El predicador apagó las velas y salió de la habitación. En la oscuridad, Andreijk el Gigante lloraba. Lloraba por su hermano, al que todavía no había encontrado; lloraba por que había estado a punto de morir; y lloraba por su amigo Wu, el chino de pocas palabras pero intensas.
- Wu era mi amigo. Me habría gustado poder conocerle un poco mejor...
Odessa no es Rivendel, y el predicador tiene menos barba que Gandalf, pero parece que John y Ada sí que son tan buenos cuidando heridos como Elrond. Menudas tiradas! La primera semana Andreijk pasa de Incapacitado a Tres Heridas, y la segunda semana cura las tres heridas de un golpe! Corrección: se pueden curar como mucho dos heridas de una vez. Así que Andreijk pasa de Incapacitado a Tres Heridas la primera semana, a Una Herida la segunda semana, y se cura del todo (quitándose la desventaja de Feo y recuperando su agilidad) en la tercera semana. (Las tiradas están en otro turno Sólo para el Director).
La última frase es de Dune. ;-)
(Editado para alinearlo con los epílogos del predicador y su hermano Jeb.)
El polvo se alza en el horizonte, formando una columna caótica que se alza reptando hasta que la gravedad lo vuelve a reclamar en el suelo...
Un poco más adelante, el predicador cabalga sobre Monaguillo; el blanco caballo avanza pesadamente mientras su jinete recuerda lo sucedido hace ya unas semanas.
Esta vez tomé la decisión correcta. Así es como siempre debió ser.
Lentamente, giró la cabeza hacia el jinete que cabalgaba a su lado...
Espero que ese médico de Charleston sea tan bueno como dicen. El brazo de Jeb tiene muy mala pinta.[/]
No pudo remprimir una sensación de culpabilidad por lo sucedido, pero su pensamiento no tardó en volver al extraño suceso que nunca olvidarán en Privilegio...
[i]Pobre chino. Nunca llegué a entender del todo lo que decía, pero parecía buena gente...
- ¡Rediós!
nunca he sabido que significa esta expresión pero seguro que si se puede usar en algún sitio es aquí.
Bajando el rifle se acerca al predicador que asoma recién bajado del campanario...
- Oye, yo... Dejo esto eh... Lo dejo, es muy estresante.predicador masculla algo, aún aturdido.
- interesante, no. Estresante. Que lo dejo.
... A lo lejos solo aúlla el viento, formando extraños ecos al rebotar con las montañas cercanas... ¡..jop..utas.....puuum!
Ada llora durante horas en la plaza el pueblo, la joven no puede olvidar que fue la primera es desenfundar. Y sabe que no lo hizo por el pueblo, ni por sus amigos, en el fondo sabe que lo hizo por dinero.
La culpa persigue durante mucho tiempo a la joven, que encuentra cierto consuelo atendiendo a Andreijk, del que casi no se separa durante semanas.
Hasta que un día secamente dice:
- Grainger nos debe dinero. Deberíamos hacerle una visita.
Y pido un cambio de Hindrances por lo sucedido, por si algún día hay segunda parte. Ada cambiaría greedy (major) por greedy (minor) y loyal (minor) por loal (major).
Si ya se que no existe, pero se hace, se hace.
Jeb saca un largo cigarro del bolsillo de la camisa mientras cabalga junto a su hermano. Tras varias semanas , su mano izquierda es ya casi tan diestra y rápida como lo fue la derecha, que permanece inmovil dentro del bolsillo de la chaqueta. No tiene pinta de que vaya a recuperar nunca su uso, pero poco a poco se ha ido acostumbrando a la idea.
Las semanas de recuperación en Privilegio le han venido bien. Las manos ociosas conducen a la pobreza, como se suele decir, y Jeb se ha esforzado en mantener bien ocupada la que le queda, aunque fuera para compensar. Dedicó todo el tiempo que le dejaba el Proyecto a entrenarse, y no le ha ido mal. No solo sigue siendo capaz de meter una bala en un dolar de plata a veinte pasos, sino que su aspecto enclenque y ese brazo casi inutil le dan un aire indefenso que sin duda engañará a más de uno en el futuro.
Ocultación y engaño. Le parecían palabras un tanto indecorosas antes, poco dignas de un oficial y un caballero. Sin embargo el brusco giro de las circunstancias actuó como una iluminación, una guia, un rayo divino directo a su cerebro, una puta señal del cielo, por así decir. De pié en lo que quedaba de aquella calle, rodeado de cadáveres en diversos estados de fragmentación, el asombro por lo sucedido se mezcló con la visión repentina en medio del polvo del ominoso objeto que había ayudado a llevar a aquel pobre pueblo, clavado en el suelo por la fuerza de la explosión: un negro dedo metálico, engañosamente rechoncho, y por ello precisamente más mortal. Un ídolo de la mecanización dedicada a la muerte, un monstruo surgido de la mente de un ingeniero sin consciencia, convertido en un totem de destrucción puesto sin duda por Dios como señal para que la idea finalmente penetrase en su terca mollera. Ocultación y engaño; matanza y carnicería surgiendo de improviso de un cilindro de tubos de metal que más parece un organillo portátil que un arma; destrucción y caos procedentes de una inocente bolsa llena de unas cuantas docenas de bastoncitos inócuos, convertidos en furia desatada por la aplicación de una minúscula cerilla. Ocultación y engaño.
Y así, de golpe, le llegó la visión del Proyecto. Tras contárselo a su hermano ambos se pusieron de inmediato manos a la obra. Fueron semanas intensas de trabajo. Enterrar a los muertos, reconstruir las casas derruidas, entrenar a los aldeanos y a si mismo para aceptar la nueva situación de cada uno... No fue facil. Pero a todos les movía esa extraña esperanza de los planes que, aunque descabellados, tienen un atisbo de éxito al que uno puede aferrarse. Así era el Proyecto. Simple, directo, y tan absurdo que incluso podía llegar a funcionar.
Lo más difícil no fue reparar los tubos doblados o el afuste, que ahora poco tenía que ver con el original. Subirlo a la torre de la iglesia, a plomo, tampoco fue sencillo. Y hacer que campesinos iletrados (que encima tampoco hablaban su idioma) comprendieran conceptos como líneas de visión, campos de tiro, deflexión o cadencia de disparo desde luego tampoco fue un paseo por el campo. Pero lo más complejo fue sin duda cambiar las mentes de los aldeanos, insuflar algo de orgullo y coraje en unos espíritus acostumbrados durante generaciones a ser esclavizados por otros hombres, mas malvados, más fuertes y con menos escrúpulos.
Las tres primeras semanas fueron sin duda lo peor. Pero cuando finalmente los lugareños vieron la Gatling reparada y montada en la torre del campanario, la oyeron disparando y vieron como podían cubrir con una tormenta de balas cualquier acceso al pueblo, no solo comprendieron: creyeron. Y el creer en su propia capacidad de defenderse les dio aliento, y el orgullo que necesitaban para seguir adelante. La apodaron "La Campana". Y tenerla les hizo sentirse más seguros.
Hacía ya tres días que apareció en el pueblo el siguiente grupo de bandoleros, dispuesto a esclavizar a sus habitantes y ocupar el vacío de poder dejado por Grainger y los suyos. Pero llegaron tarde. El Proyecto estaba acabado. Varios fueron presa de la ametralladora, pero la mayoría cayó bajo el fuego cruzado de tres campos de tiro superpuestos centrados en la calle principal. Los aldeanos se habían quedado también el resto de las armas de los primeros bandidos, y las de este segundo grupo pronto pasaron a engrosar el arsenal del pueblo. No escapó ninguno, no hubo bajas propias. Una emboscada de manual. El Proyecto había sido un éxito.
Jeb no había llegado a disparar ni un solo tiro. La escaramuza fue corta, y el poco tiempo que duró se lo pasó examinando, evaluando, calibrando, pensando cual iba a ser su siguiente orden para mantener a sus hombres con vida y privar al enemigo de las suyas. Por primera vez, en medio del tiroteo, comprendió lo que significaba liderar en combate. No subordinados, sino hombres, sus hombres, porque ya los sentía un poco como suyos. Le gustó. Los tres días siguientes se dedicó a saborear esa sensación. No orgullo, satisfacción.
"Decididamente, " dijo en voz alta girándose hacia su hermano mientras mordía y escupía el extremo del cigarro, "me encanta que los planes salgan bien."
Como idea para la segunda parte: proveer de armas pueblos indefensos y ayudarles a defenderse solos, en plan los siete magníficos (que además mira tu por donde coincide en el número, no sé como no lo hemos comentado hasta ahora :-)
La lluvia hacía que la herida de la cabeza le doliera de vez en cuando. Y el zumbido en los oídos sería posiblemente cosa de la explosión, no obstante Isaiah miraba como la gotas chorreaban desde su sombrero hasta el suelo.
Tras aquella explosión poco quedaba por hacer en aquel sitio de mala muerte. Un hombre mañoso como él y con buena puntería siempre podría ganarse la vida y hacerlo por aquí era algo que no entraba dentro de sus planes. Pero la costa...
Se arrepintió enseguida. Los vientos oceánicos cargados de humedad dejaban más lluvia de la que había visto en toda su vida, los habitantes de esa zona eran menos rudos que los tejanos, sí, pero tenían muchas más dobleces y luego estaban los chinos... Siempre hay chinos en la costa... Y le traían al chino cudeiro a la memoria. Y al indio... Y a la mejicana... Y al grandote que por lo que sabía había sido tozudo y había recuperado su vida...
Claro que luego estaba Molly y esa pequeña vida que venía de camino y no tenía más remedio que sonreir, encogerse de hombros. Después de todo la lluvia no estaba tan mal...
El hombre sin nombre subio otro cuerpo al carromato y le dio una calada al pitillo, dejando que su interlocutor se diese cuenta que la historia habia acabado. Habian matado tantos bandidos que le habia recordado una historia de su pasado y se habia entretenido contandosela al coronel retirado, el cual le habia ayudado por una venganza personal. Éste le miro y pego un trago a su petaca de whiskey
Y la conclusion de toda esa historia? - preguntó escupiendo al suelo
El hombre sin nombre rasco una cerilla contra la bota de uno de los bandidos y se encendio otro pitillo
Hay un viejo proverbio mejicano que dice que si alguien armado de pistola se enfrenta con quien lleva un rifle, el que tiene la pistola es hombre muerto. En Texas sabemos que los dos mueren contra el chino de la dinamita.
Los dos hombres sonrieron. Despues el general se subio a su caballo y se empezo a alejar mientras oia al hombre del poncho contar la recompensa por los cadaveres
diez mil, doce mil, quince, dieciseis, diecisiete, veintidos... Veintidos?
Oyo un disparo y se volvio para ver a otro bandido muerto en el suelo
...Veintisiete
Algun problema, chaval? - le pregunto el coronel
Ninguno, viejo. Pensaba que tenia un problema con la suma, ya esta resuelto.
El hombre sin nombre se subio al carromato y tomo las riendas
Como siempre decia Ada - penso - En este mundo hay dos tipos de personas. Los que cobran una recompensa y los que mueren.
Sin mas que añadir, espoleo a los caballos, pego una calada, y se marcho rumbo al sol poniente.
pues nada, cierro campaña