Partida Rol por web

Solo había que hacer un esfuerzo más. El Rey tenía la victoria al alcance de su mano, pero ambos tanto Zelda como él estaban ya cansados. Su hija estaba herida y les necesitaba y no podían permitirse el lujo de perder más tiempo con esa situación.

Se abalanzó con la espada, con intención de cortar de raiz aquel mal, pero Ganon era un rival formidable. El demonio paró parcialmente mi ataque, y estuvo apunto de usar el tridente pero dejé preparado el escudo. Link miró a Zelda, indicándole que era el momento de que ella actuase mientras el rival se entretenía parando los ataques... ¿funcionaría?

Zelda se preparó para esperar la oportunidad perfecta para conseguir dañar a Ganon, los ataques de su marido se la dieron y la reina no la desperdició, las flechas volaron hacia el cuerpo del monstruo y se clavaron en él. 

Lo que la reina no esperaba era la respuesta del demoniaco ser, que lanzó su tridente hacia ellos. Era evidente que era un duro rival, pero por su hija y el reino debían dar su último aliento. La reina estaba convencida de ello, su voluntad era infranqueable.

Zelda volvió a disparar. La reina cargaba flechas a gran velocidad. Su destreza habitual estaba reforzada por su convencimiento de llegar al final de este asunto y liberar a su hija y al reino. 

Las fuerzas cada vez eran menos y el jadeo constante por la batalla iba a aumentando poco a poco. El combate no se debía alargar mucho. Tenemos que acabar con él rápido cariño. Dijo la reina a modo de advertencia.

Link observaba con esperanzas como a pesar de la dureza del combate, Zelda se mantenía de una pieza incluso después de haber perdido parte de su energía tras el encuentro con Baba - Vamos, estamos cerca de lograrlo - comentaba mientras paraba los continuos ataques de Ganon.

- No sé cuanto aguantaré, pero no dejes de int.... - en ese preciso instante el Rey recibió una brutal embestida de su enemigo, haciendo que saliese despedido varios metros atrás, chocándose contra el oscuro muro de piedra.

- Ugh... confío... confío en ti amada esposa... - en un último gesto heroico, Link se interpuso con su escudo para salvar a la reina del último ataque de Ganon. El Rey había quedado KO, dejando a su compañera de vida totalmente a solas frente a un desafío de alto nivel.

Zelda vio a su marido caer a manos de Ganon. Un grito de ira inútil surgió de boca. ¡NOOOOOOOO! En este momento lo único que podía tener utilidad eran las flechas. 

Las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de la reina, sin embargo permaneció erguida, impasible. Su mano voló al carcaj a gran velocidad y cargó la flecha con gran precisión, tensó la cuerda con todas sus fuerzas y no se molestó en apuntar, lo dejó todo al instinto, pues con las lágrimas apuntar de poco le servía. ¡Muere bestia! Dijo al soltar la cuerda del arco.

Cuando Link se sintió derrotado, mirando con debilidad todo lo que estaba en juego y como Zelda seguía luchando a pesar de encontrarse sola, pudo ver al fono de la sala a Tetra malherida. Durante unos instantes padre e hija conectaron su mirada, ella sonrió ¿le estaba dando fuerzas para continuar?

Con las piernas temblorosas el rey se reincorporó apoyándose en su espada. Jadeo con fuerza y apretó los dientes. Haría un último esfuerzo, moriría si era necesario, pero llegaría hasta el final con tal de salvar a su reino, a su hija y a toda aquella persona que estuviese en su corazón. - ¡¡¡Pongamos final a esto!!!! -

Dicho aquello se abalanzó con furia intentando acacbar de una vez por todas con Ganon.

Zelda estaba tan concentrada intentando acabar con Ganon, que no se dio cuenta de que su marido volvía a ponerse en pie. Había automatizado tanto el gesto de coger una flecha del carcaj, cargarla en el arco, tensar la cuerda y disparar, que hasta que Link no gritó, no vio que volvía a estar con ella en la batalla.

En el mismo momento del grito de su marido, Zelda soltaba una flecha dirección a la cabeza de Ganon. ¡Has vuelto! Dijo la reina secándose las lágrimas de los ojos para automáticamente después ir a por otra flecha.

Ver a su marido en pie le daba tantas fuerzas que sabía que está vez no se les podía esfumar la victoria. Su hija al fondo era un premio que no podían dejar escapar, Ganon debería ser un millón de veces más poderoso para arrebatárselo. La determinación de Zelda era mayor que nunca.

Al ver caer a Ganon la reina soltó el arco de golpe, que cayó a plomo al suelo. Al principio de esta aventura añoró lo que suponía tenerlo entre sus manos, después de ella, no quería volver a tener que utilizarlo nunca más. 

Al ver a su hija gatear para acercarse a Link y a ella, la reina corrió y se tiró al suelo para abrazarla. Las lágrimas brotaron de sus ojos como si se tratara de una cascada. Fundirse en un abrazo conjunto con su preciada hija y su amado marido era algo que ni antes de que pasara todo esto se imagina que fuera a pasar.

Nunca hubiéramos dejado de buscarte cariño. Dijo Zelda emocionada contestando a las palabras de su heredera.

Era hora de recuperar el reino y que todo volviera a la normalidad. Cojamos la Trifuerza y volvamos a casa. Corroboró la reina la idea de Link.