La tristeza invadió a link al escuchar las palabras de la bruja. Si Zelda estaba dispuesta a aceptar, entonces no había mucho que decir - Confío en ti - dijo después de un suspiro mientras la observaba a los ojos, esperando que todo saliera bien. Acto seguido Link decide apartarse a un lado y observa la escena apretando los puños, ese sentimiento que tenía, era de impotencia.
Quedo pendiente de lo que diga Zelda, pero por mi parte si no hay otro remedio....
Zelda miró a Link con pena, lo que debía hacer podía cambiar su matrimonio para siempre, pero se trataba de su hija e Hyrule. Si no puedo ayudarte después de esto, prométeme que salvaras a Tetra. Sin esperar respuestas, sus ojos se abrieron y se tornaron fríos para mirar a la bruja. Haz lo que tengas que hacer. Le dijo mirándola con dureza.
La determinación de la reina era infranqueable, podía costarle parte de su juventud, pero aún así nada le importaba más que su pequeña. Era un riesgo que había que correr.
Aceptar el trato.
La bruja asintió en silencio como dando a entender que entendía que la reina había aceptado; ya no había marcha atrás, se supo en el instante que colocó sus huesudas manos sobre la sien de Zelda.
- Ahora... ahora relájate niña... piensa que haces ésto por un bien mayor... sí... mucho mayor... - Baba Yaga cerró los ojos y comenzó a murmurar algo. Los sonidos eran indescifrables pero tenía todo el aspecto de formar parte de un ritual.
Las velas que había alrededor vuestra comenzaban a parpadear como mostrando que algún tipo de fuerza sobrenatural estaba allí ejerciendo su poder como aliada hacia la bruja.
Zelda pudo sentir como el ritual tenía efecto. Notaba que había algo dentro de ella que se lo estaban arrebatando ¿su vitalidad? ¿su energía? ¿su alma? Eran grandes incógnitas ahora.
Por momentos la reina comenzó a sentirse débil, pero sabía que tenía que resistir o todo habría sido en vano. El papel de impotente observador por parte de Link tampoco era agradable.
De repente, todas las velas se apagaron y Zelda sintió que las manos de la bruja dejaban de posarse en ella... ¿había acabado todo?
Como por arte de magia, las luces de las velas volvieron a encenderse.
Baya Yaga ya no estaba, en su lugar había una mujer de tez morena que sonreía de manera picaresca mientras contemplaba sus propias manos.
- Parece que vuestra parte del trato se ha completado - dice sonriente.
Zelda ha perdido un punto de vida de manera permanente (ya le he actualizado la ficha)
La sensación de notar como se le escapaba la vida por momentos no resultó nada agradable a la reina. Miró a la bruja con reparo, pero aún así no cedió, aún cuando notó que las piernas le flaqueaban por la debilidad que le estaba produciendo el maldito ritual.
Cuando todo terminó se quedó exhausta, el corazón le latía a mil por hora y la jadeaba incesantemente. Ver como la bruja había rejuvenecido tanto la asustó, hizo que ella también se mirara las manos, sin embargo, no parecían haber envejecido al mismo nivel al que la bruja había rejuvenecido, lo que la alivió de inmediato.
Zelda volvió a tomar asiento, necesita reponer fuerzas después de aquello. Pero aún así, entre jadeos fue capaz de articular palabra. Ahora danos aquello que hemos venido a buscar. Su tono serio y duro denotaba que no tenía el cuerpo para bromas.
Link observo la escena con preocupación e impotencia, un aura espeluznante recorrió el lugar, olía a magia negra por todos lados y era un olor penetrante, sin embargo, las luces se apagaron por un instante ¿acaso los habían engañado? ¿Se habrían llevado a su esposa? La preocupación de Link aumento - ¿Te encuentras bien Zelda? - exclamó Link a la oscuridad, pero al instante las luces se encendieron de nuevo y una mujer joven apareció frente a ellos, Zelda se veía más pálida que de costumbre, suponiendo que la magia había funcionado, se colocó cerca de ella por si fuera a desmayarse o algo parecido y observó a la bruja con molestia - ya tienes lo que querías, ahora cumple con tu parte, bruja - la cálida y justa mirada de Link se posaba sobre aquella mujer con intención de juzgar sus futuras acciones, estaba listo para hacer lo necesario, para recuperar la vitalidad de Zelda de aquel ser si no cumplía con lo dicho... ya pensaría como ayudarla después si en cambio la información era de ayuda.
La mujer comenzó a tocarse sus propias mejillas mientras no borraba la sonrisa de su rostro.
- Soy una mujer de palabra... os daré vuestra justa recompensa... - con mucha vitalidad y casi tarareando una canción, Baba Yaga rebuscó dentro de su viejo arcón.
- Ésto no es.... ésto tampoco - comentaba mientras se oía de fondo el sonido de objetos moviéndose.
- ¡Sí, la encontré! - dicho aquello se acercó de nuevo a ustedes.
En sus manos tenía un artefacto bastante común ¡se trataba de una flauta!
- Tomad... es vuestra... - comentó mientras os la ofrecía con delicadeza.
- Esta flauta os llevará directamente allá donde vuestro destino os tiene reservado un hueco... aunque a veces sea mejor alejarse de lugares así - os contempló con interés.
Los ojos de link se posaron con extrañeza sobre aquel instrumento que les había ofrecido la bruja y con firmeza lo tomó, ¿acaso tendría propiedades mágicas? - ¿Qué clase de tonada debo tocar en este instrumento mágico? - antes había experimentado el poder de la música, pero le preocupaba que las cosas no pudieran salir del todo bien, aunque habían pagado el precio y se había decidido confiar - ¿Como supiste que nosotros vendríamos hasta aquí? ¿Tu magia te lo permitió? ¿O fue el destino? Dudo que sea la primera y última vez que nos veamos - dice observando el rostro de aquella mujer, parecía como mirar un muñeco, con facetas finas por fuera, pero hueco por dentro, como mirar un extraño espejo, alguien cualquiera se perderia en su mirada.
Zelda observó curiosa y cansada desde su asiento cada paso de la ahora joven bruja, intentaba recuperar fuerzas.
Asintió a su marido cuando se preocupó por ella. Y su expresión al ver la flauta fue de indiferencia. Sin una explicación sobre su funcionamiento no le decía mucho, pues parecía una simple flauta. La reina dejó que fuera su marido quien indagara sobre ello, ella se dedicó a observar y a recuperarse.
Baba Yaga antes de marcharse, intentó despejaros las dudas.
- Las cosas a veces son más sencillas de lo que parecen - dijo con algo de retintín.
- Lo que debéis hacer ahora, para así calmar vuestras conciencias, es cogeros de la mano y que alguno de ustedes sople pensando en el lugar donde deseáis estar. Intentad que vuestras ideas sean claras puesto que una mala interpretación puede ser fatal - rió
- ¡Ah! y cuando volváis a vuestro castillo no olvidéis darle recuerdos a mi hermana Impa - con una risilla picarona Baba Yaga desapareció en una nube de humo. Ahora estabais completamente solos en su choza con aquella misteriosa flauta en vuestro poder. ¿Habrá merecido la pena el sacrifio?
¿Impa? ¿A qué se referirá la bruja? ¿A caso habrá conocido a Impa en algún momento? De cualquier forma tenía ahora una nueva pista, Link tomo la flauta y se dejó perder en sus pensamientos, un lugar donde desearían estar... No tenía mucha idea de como funcionaría la magia si no era específico con lo que pensaba, por lo cual tomo la mano de Zelda y la colocó en su hombro - Creo que podríamos intentarlo - dijo a su esposa mientras colocaba el instrumento en su boca y a la vez probaba los sonidos que podía hacer, pensó por un momento en su queriada niña - Tetra... - Link cerró los ojos y comenzó a recordar todos los momentos que había pasado con su pequeña y toco la melodía de la familia real, la nana que le cantaba a su niña y que cuando tuvo problemas lo ayudó en el pasado, si no estaba seguro de adonde quería ir, estaba seguro de con quien quería estar.... tal vez eso funcionaría.
Cuando escuchó las últimas palabras de la bruja la reina lo entendió todo. Por eso Impa los había remitido a ella, eran hermanas.
Zelda se dejó llevar por su esposo. Se levantó cuando le llevó la mano a su hombro y se pegó a él casi abrazándolo mientras tocaba aquella melodía tan familiar. Al igual que él, concentró todos sus pensamientos en su querida hija. No tenía claro que la flauta funcionara de esa manera pero por intentarlo no perdían nada.
Tetra. Susurró mientras su marido entonaba la canción.