Partida Rol por web

Había caído derrotado por los disparos de aquel copiador. Sintiéndome moribundo, me arrastré por el suelo, sabiendo que mi final ya era cercano.

La sangre manaba por las heridas mortales que el copiador ya me había producido, por lo que decidí quitarme el casco para poder mirar con mis propios ojos a la criatura que finalmente me había matado. Ya no regresaría triunfal a mi planeta natal, ni sería recordado como uno de los mayores cazadores de todos los tiempos, ni mi nombre verenado por toda la eternidad. Mi cacería había terminado. Sí, lo había hecho, pero como sucede en la guerra, una batalla no termina hasta que no queda un último guerrero en pie.

-Mesh'in'ga -dije, sastisfecho por el resultado.

La batalla había acabado.

Dirigí la mano hacia el dispositivo que tenía en mi brazo izquierdo y decidí activarlo. Era mi último recurso, mi última bala y sabía que sería suficiente para acabar con los copiadores.

-Mesh'in'ga -repetí, mientras una escabrosa risa, grabada de la voz de uno de los humanos al que había dado caza décadas atrás, se apoderaba de todo el túnel.

Victoria miró aquel depredador a los ojos, atemorizada, hacía un segundo estaba sacando el látigo directo a ella. Gracias a su compañero, como quién decía, le había salvado el culo, pero ,ahora, había un peligro mayor y estaba en aquella bomba.

¡Debemos salir de aquí!

Victoria agarró del brazo a Ford, por puro instinto, y observando el cadáver, escupió en el suelo. Decidió descender por el pasillo e ir hacia la bahía de submarinos. 

Ya nos ocuparemos del Doctor...

La criatura yacía moribunda pero aún tenía un as en la manga, Victoria y yo nos acercamos con mucha precaución aún con la pistola cargada en la mano. Pero vimos su brazo, sus ojos llenos de decisión y fuerza incluso estando a las puertas de San Pedro.

Unos símbolos extraños comenzaron a moverse similares a una cuenta atrás y que esa risa siniestra empezase a resonar por el túnel no anunciaban nada nuevo. Desde luego Victoria pensó exactamente lo mismo que yo agarrándome del brazo con fuerza tirando de mí.

Cita:

-No lo voy a discutir a la bahía de submarinos!- exclamé corriendo tanto como ella intentando salvar nuestra extraterrestre vida.

Mientras los pitidos se sucedían, al tiempo que las imágenes iban cambiando en la pantalla, Ford y Victoria salieron huyendo hacia la bahía de submarinos. El túnel parecía ahora mucho más largo que antes y el eco procedente de la bomba resonaba en los oídos de ambos, cada vez más seguidos unos de otros.

Cuando llegasteis a las escaleras y las bajásteis, ya no podíais oírlo, pero sabíais que era cuestión de segundos.

Victoria se llevó las manos a los oídos, pues el ruido Le ocasionaba molestias. Además de ser uno agudo. 

Debemos conseguir un medio para salir por aquí ,sin tener que pasar por todo lo anterior. 

En su interior, había esperanza. Después de todo había pasado demasiado tiempo bajo el hielo, intentando salir, alimentándose de otras almas y, ahora se hallaba a un paso, más o menos, de la libertad. Y no sólo eso, sino que, además, se llevaba una parte de ella, con forma humana, también. Seguramente la recibirían con los brazos abiertos,con un buen banquete de comida galáctica... 

Cuando llegamos a la bahía de submarinos corriendo como posesos todo seguía igual, un único submarino que mantenía la escotilla abierta y no había otro lugar dónde esconderse más que ese-¡Vamos al submarino!-dije corriendo hacia él-La explosión enviará un fuego abrasador por el túnel y nos dejará fritos, no pienso morir después de haber sobrevivido a todo ésto-dije entre jadeos mientras llegaba a la escotilla seguido por Victoria.

-Corre ¡BAJA, QUE SE ACERCA!-dije con urgencia, todo el complejo había temblado por la explosión pero al menos seguía resistiendo, una vez que Victoria bajó al interior del submarino, la seguí lo más rápido posible cerrando la escotilla trsa de mí, oyendo como el rugido del fuego llegaba hasta nosotros-Joder por los pelos...esperemos a que la llamarada pase y buscaremos una salida-dije con un gesto tenso.

Nada más cerrar la escotilla, una enorme explosión sacudió toda la base y el submarino, haciendo que os cayeseis al suelo y os golpeaseis con el frío y duro metal del suelo. El submarino empezó a balancearse y un ruido que ascendió desde abajo llegó hasta vosotros, augurando algo que no prometía ser nada bueno.

El submarino siguió moviéndose a un lado y a otro y aunque os pusisteis de pie, a duras penas lograbais mantener el equilibrio, hasta que al fin, se quedó quieto... durante cinco segundos. Entonces, se inclinó peligrosamente hacia arriba.

Otra vez fuisteis al suelo y rodasteis para chocar con la escotilla de popa que cerraba el puente, mientras el submarino parecía querer ascender de golpe, y así se mantuvo durante un tiempo, mientras notabais como a los lados algo, seguramente el hielo, rozaba y arañaba el casco.

Finalmente, el submarino volvió a recuperar la horizontalidad, de golpe, lanzandoos otra vez contra el suelo ya hacia delante. A estas alturas, os habíais golpeado contra todo lo que había en el interior, haciéndoos magulladuras y heridas varias, aunque nada de importancia.

Finalmente, el submarino acabó deteniéndose y tuvisteis la impresión de que estaba... ¡FLOTANDO!

Tras las inmensas sacudidas del submarino, debido a las adversidades del lugar, al fin pudieron encontrar una estabilidad. Tenía magulladuras y algún más que otro rasguño y/o arañazo debido a los vaivenes del aparto. Pese a tener un breve hilillo de sangre en algunos sitios, la cosa no le echó cuenta. Sus ojos se abrieron ante la felicidad del exterior.

¡Al fin! -exclamó con tanta euforia como aquel día en el que le invitaron a un gran festín de huevos galácticos. 

Le parecía mentira e incluso incredulidad que después de estar tantísimo tiempo bajo la placa de hielo, pudiera ver algo más allá de aquella cueva. Que ya lo decía aquel 'Platosa' un entendido de aquellos mundos de la Vía Galáctica, usando un tal mito de la caverna; una metáfora que les intenta explicar la doble realidad que percibían.

¿Era aquello de lo que hablaba Platosa en sus discursos? ¿En sus teorías? El salir de la caverna y ver más allá de la inhóspita y fría oscuridad/caverna/cueva ...

Fuera cual fuese el entendimiento y los sentimientos que lo acribillaban, la cosa transformada en mujer, se acercó al hombre.

No sé perfectamente, lo que suelen hacer los humanos ante estas adversidades, cuando salen juntos de una situación parecida... Dudo que tú lo sepas. Pero ... ¿Hay que darse un abrazo? Supongo que tienen contacto físico. En nuestro mundo, no es algo que se le dé importancia. Es decir, para nosotros, algo tan sencillo como los humanos llaman ''beso/abrazo'', los damos sin significado . -le cogió del brazo-.

Enhorabuena, me has ayudado a salir de esa pesadilla. Te lo haré pagar eternamente. -le proporcionó un pequeño ósculo en la mejilla-.

Parecíamos las bolitas dentro de un sonajero y aunque no podíamos verlo las violentas sacudidas sin duda sugerían que cascotes y hielo estaban implicados en todo el fregado. El interior del submarino estaba plagado de llaves de paso, barras, tuberías y demás artilugios que mi cuerpo tubo el desagradable placer de conocer. Por un momento creía que me iba partir el cuello pero los más aparatosos impactos se lo llevaron mis brazos y piernas cuando al final todo se estabilizó, la flotabilidad era buena y no parecía haber vías de agua, así que miré a Victoria.

-¡joder estamos vivos!-exclamé, la sensación de sentirse vivo dentro de aquel cuerpo era tremendamente placentera y una amplia sonrisa dibujó mi cara.

Cita:

Miré a Victoria confundido-Éste humano a experimentado muchas cosas, algunas desagradables y otras aparentemente placenteras aunque no les encuentro el sentido práctico la verdad, pero al parecer la unión de los labios o rodearse con los brazos efusivamente es lo adecuado en éstos casos-dije respondiendo con otro pequeño contacto labial-Espero que esa manera de pago sea algo agradable, ahora salgamos de aquí de una puta vez-dije abriendo la escotilla con mucho cuidado para comprobar cómo se encontraba el exterior y si podía salir de aquel agujero de una vez.

No llegaste a abrir la escotilla del todo porque en cuanto lo hiciste, una tromba de agua empezó a entrar sin control y volvió a empujar. Os había parecido que estabais en la superficie, pero en realidad no era así. Estabais bajo el agua... y cada vez a mayor profundidad.

No podíais salir por la escotilla y por lo que sabíais, no había ninguna otra manera de hacerlo. Además podíais sentir como la presión era cada vez mayor, a medida que os hundíais, hasta el punto de que parecía que os iban a estallar los oídos, al mismo tiempo que las temperaturas descendían.

El casco del submarino se quejaba y protestaba como si estuviese siendo forzado al máximo. Era solo cuestión de segundos antes de que todo el submarino se aplastase como una bola de papel, y con él, a sus dos ocupantes.

Ford y Victoria se miraron, comprendiendo al instante cuál iba a ser su futuro. Sus células no morirían, pero quedarían dispersas en las paredes del vientre del submarino, hasta que alguien se decidiese a visitarles. Entonces, volvería a llegar su momento, y estarían preparados.

Sabían que volverían... aunque no cuándo.