Partida Rol por web

The Thing: Outpost 211 (+18)

EPÍLOGO

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05/10/2018, 10:30

Amparado por el buen tiempo, el helicóptero se mantenía en el aire, mientras una cuerda descendía a través de la escotilla de entrada a la base. La polea estaba en marcha y poco a poco fue subiendo lo que parecía ser algo pesado que colgaba en el otro extremo, aun dentro del túnel de acceso.

Tras unos segundos de incertidumbre, apareció fuera del túnel un soldado, provocando el júbilo entre los que se encontraban dentro del helicóptero. Unos segundos más tarde, lo recibían como el héroe que pensaban que era.

-¿Qué haces aquí, Henricks? Pensábamos que te habías ido a Hawaii de vacaciones -comentó riéndose uno de los soldados.

-Eso me hubiese gustado a mí -respondió Henricks, dolorido aún por su pierna -. Tengo la pierna rota y no sé nada del resto del equipo desde hace horas. Suerte que en uno de los temblores, todos los fragmentos que tapaban la salida se desplazaron o todavía estaría allí abajo.

Supongo que sí. Y suerte que el tiempo ha mejorado, porque no hemos podido venir hasta ahora. Supongo que tendremos que bajar a buscarlos.

En ese momento, una enorme explosión sacudió todo el lugar, procedente del interior de la base. Montones de tierra, roca, hielo y nieve saltaron por los aires, y la onda expansiva obligó al piloto a corregir la situación del helicóptero y a esforzarse al máximo para no perder el control.

Todos miraron hacia abajo y vieron que la base al completo había explotado, no sabían cómo ni por qué. El humo salía desde el interior y unos momentos más tarde, toda la zona colapsaba completamente.

-¡Dios mío! -comentó uno de los soldados que estaba agarrando a Henricks.

-Parece que al final no tendremos que bajar -comentó el otro. 

Mientras observaban la escena, apareció en el mar un submarino alemán de la segunda guerra mundial y todos giraron la vista hacia él.

-¡MIRAD! -exclamó alguien.

El submarino parecía haber emergido del fondo de la base o del interior del hielo, dispuesto a navegar como desde hacía más de setenta años que no hacía, pero nada más lejos de la realidad. Rápidamente, empezó a hundirse por popa.

-Se está hundiendo -dijo Henricks -. Debió quedar congelado dentro de la base y tras la explosión, el aire acumulado ha debido permitirle ascender a superficie.

-Sí, pero no ha durado mucho. Menos mal que ya no queda nadie vivo dentro porque una vez llegue abajo, el rescate sería imposible.

En cuestión de segundos, el submarino terminó de hundirse, y súbita aparición de una burbuja debido a la implosión del submarino a causa de la presión dejó claro cual había sido su destino. Los restos se fueron sin duda al fondo de las aguas antárticas para permanecer congelados... hasta que alguien lo encontrase de nuevo. 

-¡VOLVAMOS A LA BASE! -comentó uno de los soldados.

Henricks lo miró y se alegró de estar allí arriba, pero en su mente había demasiadas preguntas para poder descansar tranquilo. Durante horas había esperado a que alguien regresase a por él, pero solo había oído disparos y explosiones, y finalmente... silencio. Algo había ocurrido allí abajo, algo que seguramente había acabado con la vida de todo el equipo. Ford, Victoria, Brochard, Thalassa, Langley, McQueen, Kleist, Lannister, Scart, Mayers... eran muchos nombres para haber desaparecido sin ninguna razón.

Pero jamás sabría qué había sucedido. Él era el único superviviente y tendría que vivir con ello.

 

F I N?