Partida Rol por web

La reunión llega a su fin y Edvard continua enfrascado en sus pensamientos, muy lejos del comedor. Cuando Shio anuncia el final, vuelve en sí para echar un vistazo al gran reloj que cuelga de lo alto de una de las paredes, asintiendo satisfecho por la corta duración de un trámite que siempre se le ha antojado tedioso.

Con la dulce idea de una pacífica dispersión en mente, pone rumbo al piso inferior con la intención de cumplir con sus ejercicios matutinos. Desagradable es su sorpresa cuando tras él escucha a Ikki sugerir al grupo bajar a la sala de entrenamiento para tener una exhibición. Por su parte, prefiere ejercitarse en solitario pero no tiene problema en estar acompañado siempre y cuando pueda dedicarse a su rutina personal.

Son guiados a través de las eficientes bases de teletransporte hasta alcanzar su destino. Se trata de una estancia de gran tamaño, con una amplia variedad de pistas, armamento y herramientas para desarrollar cualquier tipo de actividad orientada al combate, incluso para aquel capaz de alcanzar niveles de peligrosidad moderadamente altos. No cabe duda de que el Noah está diseñado con la finalidad de cobijar a grandes grupos de agentes.

Shio anuncia el plan, con la idea de darles a los alumnos su primera instrucción antes de que estos tengan que demostrar a sus compañeros hasta qué punto se puede contar con ellos, probablemente para darles algo de tiempo con el que prepararse física y mentalmente antes de mostrar sus capacidades.

¿Estrategia? ¿Nosotros? Como no aprendan que golpeando a tu oponente puedes conseguir que deje de levantarse… -comenta quitándole hierro al asunto.

Toma su posición en el tatami y, al igual que su compañero, se desprende de su pesada gabardina haciéndola a un lado. Un sparring no tiene sentido si va a ser tu armadura la que te libre de sufrir daño.

Pensándolo mejor, ser ellos dos quienes se batan en duelo no es tan mala opción. Puede que la fuerza de ambos radique en el combate desarmado, pero tienen una forma completamente opuesta de entender las artes marciales, siendo Ikki un luchador que confía en el poder de su alma para que esta guíe sus puños, mientras que Edvard busca los mismos resultados a través de su potencial físico.

Cualquiera esperaría de alguien como él que de entrada se lance sobre su rival para emprenderla a golpes como un animal, pero en un primer momento toma una posición de combate que comparte ciertas similitudes con la empleada en el Shotokan ortodoxo, aunque con algunas variaciones fruto de su experiencia personal. Por suerte o por desgracia, en la vida todo son escalas de grises y, pese a una primera impresión positiva, el hecho de que es el primero en lanzarse para golpear a su adversario cumple con las expectativas.

Al encontrarse frente a frente con su adversario, desata un aluvión de golpes con la intención de desestabilizar al rival, sobrepasar su defensa, y observar cómo se desenvuelve ante una ofensiva directa. Toda persona tiene hábitos y costumbres, y en el combate estos se manifiestan en forma de actos reflejos; percibir estos movimientos involuntarios es algo crucial para entender el estilo del rival, y tras ello encontrar una forma de destruir su balance. A la vista de los menos entendidos, puede parecer una tormenta de golpes al azar, pero cada uno de ellos está concienzudamente dirigido para resultar muy dañinos por si solos. Ocasionalmente, las personas con un grado de corpulencia como el de Edvard tienden a realizar movimientos lentos y torpes, a causa del impedimento que su propio cuerpo les ocasiona, pero esto no parece afectar en lo más mínimo al guerrero del brazo de acero, que es sobrado conocedor del uso de cada hueso, cada músculo y cada engranaje.

- Lukas... tengo entendido que es un genio. Me gustaría saber de qué es capaz. - Sonreí para mis mismo mientras lo miraba levemente.

Asiento a las indicaciones de mi compañero pelirrojo. Dejo pasar a todos los profesores para seguirles yo. - Un tatami... ¿Cómo no? Esperemos que no muera ninguno... - Miré a los dos luchadores dándoles a entender que era un simple entrenamiento.

- Bueno chicos, estad atentos a ambos contendientes. Tenéis el privilegio de estar delante de dos de los mejores combatientes del mundo. - Les hable sin quitar la vista a los dos.

- El anciano no ha perdido facultades. - Mis ojos siguen todos sus movimientos intentado analizar su pauta de combate.

Sólo esperaba... que los contendientes no se excedieran en su demostración. ¿O tal vez sí?

Arryken arqueo una ceja cuando Ikki dio la orden de ir al salon de entrenamiento: Estos chicos acababan de perder a sus maestros y sobrevivir a una batalla, segun decian las maid, de proporciones epicas y desastrozas. Sabia que era necesario medir sus habilidades, pero dudara que fuera el momento o el lugar.

Sin embargo, cuando nadie presento una objecion, se limito a seguirlo y al resto de los profesores. Todo se aclaro cuando ofrecio una demostracion, eso si. El Fantasma de Solomon sonrio: Ikki, siempre tan presto a lucir el plumaje, tan propio de un pavo real. No podia echarselo en cara, de todos modos: el termino artista marcial realmente calzaba bien a su compañero: Aun para el ojo poco entrenado del Vieja Sangre, sus movimientos se le antojaban graciles y fluidos.

Edvard, por su parte, era un toro dentro de un salon lleno de vajilla fina... Lo cual no era para nada malo si lo que se pretendia era aplastar cosas. Su estilo era directo, eficiente. Podia no tener el mismo valor estetico que el de su par mas joven, pero ciertamente no carecia de potencia. Era como ver una obra de minimalismo primitivo cobrar vida y partir huesos.

Llamo con un gesto a sus estudiantes, indicandole que se quedaran cerca de el. A pesar de sus dudas iniciales, esta podia resultar ser una estupenda oportunidad de aprendizaje.

-Presten extremada atencion dijo en voz bajisima y apenas moviendo los labios, sin apartar la vista de la pelea. Solo sus dos discipulos estaban lo suficientemente cerca para oirlo Lo que ven es un combate entre pares.

Las diferencias entre estilos eran obviamente apreciables, pero la aproximacion era la misma: El poder del combate cercano, desarmado, personal. Entre las paradas y puñetazos, podia verse cierto equilibrio, como si fuera una danza.

-En el fondo, todos los artistas marciales son narcisistas declaro, aun en aquel susurro No importa que tan iluminados esten o crean estarlos, todos y cada uno de ellos son seres individualistas y, en cierta forma, egoistas. No es algo malo, no malentiendan: Su filosofia de alcanzar la superioridad marcial sin usar otra herramienta que su cuerpo es un concepto que, en sus raices, requiere esta forma de ver la vida. Su meta es, despues de todo, perfeccionarse.

Aun cuando el combate seguia, Arryken continuo hablando casi en silencio.

-Como les dije, es un combate entre pares. Es un duelo equilibrado continuo Nuestro objetivo, como infiltradores, saboteadores o asesinos es siempre romper ese equilibrio. Los que no estan iniciados en nuestro artes les diran que no luchamos justo, nos despreciaran por recurrir a lo que llaman "trucos sucios", nos tacharan de ser seres sin honor. Ustedes deben hacer lo posible para que continuen creyendo eso: les hara el trabajo mas facil. Nosotros desequilibramos la balanza, porque cuando los amos y señores de las naciones quieren ver quien la tiene mas larga, tambien se baten en duelos equilibrados, pero en vez de pelear ellos, envian a cientos, miles, millones de personas a pelear por ellos. Y no solo soldados: Huerfanos, viudas, refugiados. Cuantos pierden la vida en estas guerras, directa o indirectamente? Ese es nuestro trabajo, como asesinos de la Academia. Nosotros desequilibramos la balanza, nosotros asesinamos para que aquellos que empuñan el honor y la hombria no lo hagan a grandes escalas. Les pregunto: Que es mas honorable? Matar a un rey de un balazo en la nuca, o que este rey cree un millon de viudas y huerfanos?

Como era de esperarse y después de tantos años peleando entre nosotros, Edvard es capaz de pasar mi defensa, no solo impidiéndome el poder contraatacarle, obligándome a desviar sus ataques para que no me destrocen el cuerpo sino que también consigue dar dos eficaces golpes.

El primero de los ataques, gracias a mis puros reflejos, soy capaz de desviarlo, aunque el golpe es tan rápido e intenso que me obliga a cambiar mi posición a una más defensiva, sin ser capaz de contraatacar, pero la cosa no se queda ahí, ya que el ataque continúa con otros dos devastadores cortes capaces de cortar la más dura piel del más grande de las criaturas. Prueba de ello es que, con el segundo ataque, capaz de esquivarlo por los pelos, consigue cortar mi camisa especialmente preparada como armadura, "menos mal que tengo alguna de respuesto... se me olvidó quitar esto para el combate"- mientras que el último, exactamente en el mismo punto, consigue atravesar la defensa de Ikki, aunque no sin problemas para el conserje, asestándole un corte en el pecho, del que comienza a salir un pequeño hilo de sangre, pero sin dejar ninguna consecuencia mayor que la de un corte de un cuchillo.

La situación me divierte. "Cuantos años hace que no combatimos, aunque sea simplemente de colegueo?" pienso mientras observo los bruscos pero precisos movimientos del conserje. Completamente opuesto a él, mis movimientos son completamente líquidos, adaptándose a la situación, quedando elegante, vistosa... Si. Me gusta que cuando combato mi estilo destaque sobre el del resto. Esto suele ayudar a mis compañeros para que no se fijen en ellos, pensando que son más brutos que inteligentes, aunque eso esa completamente mentira.

Parece que consigo reaccionar bien a sus ataques, quedando en una buena posición para arrancar rápidamente hacia él, sin perder la concentración y mis palabras anteriores, además de las de Evdard "Estrategia. Algo hay que enseñarle a estos chavales". Así pues, ante el riesgo de que Edvard esquive y contraataque, despistando un poco mi defensa "recibir golpes les puede enseñar también los daños que podemos sufrir con un movimiento despistado". Utilizo mi ki para activar mi capacidad de vuelo, saliendo disparado hacia el techo mientras, con mi pierna derecha y con una voltereta hacia atrás, hago una medialuna con la esperanza de que, aunque no consiga golpearlo como dios manda, si consiga evitar su golpe y situarme en el techo, como si de una lagartija se tratase. En esa posición podré conseguir la ventaja para la siguiente acción, ya que necesitará pegar un salto para conseguir atacarme, a esos metros de altura que consigo, mientras sigo observando sus movimientos detenidamente.

Tan repentinamente como había empezado, sin que tuviese asignado un maestro de manera oficial, el maestro Shio dio la reunión por concluida. La verdad es que tras la reunión, cuyas palabras iniciales me habían hecho pensar que sería el que más probablemente no elegiría, resultaba ser al contrario, puesto que había pensado elegir a un profesor que no estuviese saturado. La maestra Al'Amune me había llamado la atención a pesar de que quería dar la apariencia de malvada (o, al menos, extremadamente estricta), pero parecía que iba a estar también ocupada con varios alumnos. Edvard no tenía ninguno, pero definitivamente su actitud no me parecía tan buena para aprender algo de él, aunque quizás fuese sólo apariencia. Además, no se le podía elegir, así que valía de poco meditarlo. 

En cualquier caso, nos hacen salir a todos de allí y suspiro.

- No quiero combatir. -digo con gesto tristón una vez veo que nos dirigimos al gimnasio, aunque parecía que en primer lugar los dos maestros eran los que iban a hacer una demostración.

La tensión se sentía en el aire y yo, haciendo gala de lo que había dicho en la sala de estudio, me apoyé en una pared con aspecto relajado y saqué mi laúd, con gran cuidado y precisión aún sin mirar, como correspondía a quien lo ha hecho millones de veces. Entonces, aún sin retirar la vista del combate, comienzo a tocar una música tremendamente activa que cuadrara con la escena.

Mis dedos bailaban por las cuerdas mientras mis ojos no perdían detalle del totalmente increíble combate que se desarrollaba a unos metros, haciendo coincidir estruendosos y veloces crescendos con las salvas de golpes que se lanzaban unos a otros, acompañados de fluidas y rápidas esquivas.

Como era de esperar, Shio se defiende bastante bien ante la ráfaga de golpes, pero la presión a la que se expone es grande y, en el último instante, el viejo encuentra una abertura en su defensa que es inmediatamente castigada, forzando a su compañero a excederse para evitar males mayores. En la última de las acometidas, una fina cobertura luminosa próxima a la zona en la que golpea le advierte de que no es únicamente su amigo el que está sobre el tatami en este momento. El comentario hacia su alumna lo aclara todo.

No hay tiempo para pensar en ello, Ikki responde con una endemoniada rapidez lanzando una patada ascendente. Al momento, Edvard modifica su postura y coloca los brazos en cruz cubriendo la parte baja del mentón, consiguiendo frenar el golpe y dejando al atacante en una posición poco favorable a causa de su propia acometida. El conserje agarra la pierna que le ha golpeado y tira de ella para arrastrar el cuerpo de su compañero y dejar caer sobre su pecho un codazo vertical que busca mandarlo a la lona. Ikki logra virar en el aire para evitar un daño que podría ser fatal, recibiendo tan solo una pequeña parte del impacto que no lo causa daños, y zafándose así del agarre. Pero el encontronazo no ha terminado, y acto seguido el conserje vuelve a estar sobre él lanzando un nuevo aluvión de puñetazos.

Tal y como ocurrió momentos antes, la presión termina consiguiendo que la guardia de Ikki ceda, volviendo a recibir un segundo golpe algo más feo que el primero. El tanteo no parecía estar yéndole mal al viejo después de todo.

Esto es solo para ti por ahora, hasta saber como terminar reaccionando ambos. Aunque de todas maneras... es el último movimiento de Ikki, ya que voy a quemar 5 de mis 6 puntos de cansancio actuales, quedando el siguiente turno siendo una mierdecilla de penalizadores dentro de las mierdecillas xDDDD

Solo te hago la tirada de defensa. De esa manera enseño que los tienen uso de la energía necesaria pueden hacer esta barrabasada y poco más, ya que mi siguiente acción va a ser un "Ikki levanta las manos a modo de rendición, dejándose caer al suelo de espaldas, a causa del cansancio" xD

“Lo tengo”

Es lo que piensa el viejo tras su última acometida, fijando la vista en la parte izquierda de la mandíbula de Shio, pero no es su piel lo que observa, sino algo que solo sus ojos pueden percibir en ese momento. Un fino hilo carmesí que centellea con cada movimiento de cabeza.

En un instante entre golpe y golpe, adquiere de nuevo la postura con la que inicio el combate y pone en marcha una ofensiva que a simple vista no dista mucho de las anteriores, solo el ojo bien entrenado puede notar el detalle que la vuelve muy diferente de las refriegas vistas hasta ahora. Si bien es un hecho que cada movimiento del combate ha tenido su razón de ser, esta vez no se trata solo de puños bien dirigidos, sino que parece que estos sean lanzados sabiendo exactamente cuál va a ser la reacción del defensor en cada momento. Aunque solo sea por escasos segundos, Edvard ha reconocido parte de las “manías” de Ikki, y piensa valerse de ellas para ponerle fin a todo esto.

Así pues, la presión de esta acometida no es comparable a las anteriores, obligando a su compañero a forzar su cuerpo al límite para evitar unos ataques que para los espectadores son idénticos a los que vieron anteriormente, salvo el remate final. En el último instante, lo que parece ser un directo de izquierda dirigido al pecho que Shio no tiene problemas para esquivar, acaba frenándose en medio del aire en pleno intento de evasión. El sonido de un golpe seco, el más sólido hasta ahora, recorre la habitación. Un parpadeo después, la reluciente diestra de Edvard está completamente extendida frente al rostro de Ikki, que ahora dirige la vista hacia la pared que se encuentra lejos, a su espalda. De su boca escapa una fina hilera rojiza que recorre el aire hasta salpicar el suelo.

“Tsk… maldita sea…” –piensa algo contrariado. Puede que haya logrado impactar, pero Ikki ha sido capaz de controlar la situación lo suficiente como para que el fulgurante hilo de su mejilla siga intacto. No, no "lo tenía".

Aún está a tiempo de reparar su error. Da un paso hacia delante atrapando con el pie izquierdo uno de los apoyos de su adversario y arremete con el hombro, logrando desestabilizarlo y romper la posición defensiva. En alto está nuevamente su puño derecho, el cual ahora se ve rodeado por numerosos rayos de energía pura que recorren toda la extremidad. Ha llegado el momento de darle uso al ki que ha estado acumulando.

La prótesis atraviesa el espacio con un fino silbido hasta que, a escasos centímetros del cráneo de su objetivo, este se detiene provocando una corriente de aire que hace ondular los cabellos del pelirrojo. Libera el pie pisado y lo sujeta por el hombro para que no pierda el equilibrio.

Suficiente exhibición por hoy –exclama alto y claro, apartándose y dirigiéndose al lugar en el que su gabardina había caído al quitársela.- No nos pagan lo suficiente como para seguir con esto.

Se vuelve a cubrir con la prenda y echa un vistazo a Ikki desde la distancia. El último golpe parece haberlo desorientado y uno más podría haber sido fatal, no debería tomarle más de unos segundos volver en sí.

La melodía llegó a un abrupto final cuando se ralentizó y tras un instante se me escapó de los dedos... había podido notar la violencia del último puñetazo desde aquí, sintiendo cómo el pelo se me movía suavemente. Menuda fuerza prodigiosa. Sin duda eran los maestros por algo, del primero al último de esos ataques parecían capaces de partirme por la mitad. Reprimí un escalofrío al pensar el circo de monstruos en el que me había metido, el poder que habían demostrado ambos maestros era increíble. Repentinamente pensé en mis palabras "no quiero pelear" y los motivos que me habían llevado a decirlas... Tenía mis razones, puesto que además de no ser mi campo como tal, podía suponer daños graves tanto para mí como para mi compañero, dependiendo. No obstante, tras dicha demostración de combate mi concepto de "daños graves" acababa de variar ligeramente.

Así pues, me quedé en mi rincón, tratando de mantener, por primera vez en la vida, un perfil muuuuuy bajo.

El estilo de lucha que he realizado no está, ni de lejos, en el estilo de lucha que tengo. Edvard lo sabe y se ha aprovechado de ello, realizando varios ataques que, incluso en plenas facultades, me habría costado esquivarlo y, en la posición en la que estaba, ni de broma.

Después del golpe que recibí haciendo la medialuna quedé completamente desequilibrado, y por si fuese poco, la reacción de Edvard fue incluso superior a lo habitual, cogiéndome todavía apoyando el primer pié en el suelo y siendo incapaz de reaccionar al golpe. Por suerte, ambos somos expertos en nuestros campos, aunque hay que admitir que él se ha especializado más en el combate "Por qué no lo habré hecho yo? A veces pasar tantas horas estudiando merma mis capacidades" pienso mientras me da el último golpe y, cuando parece que va a emplear su técnica de ki frena su ataque, sabiendo que sería incapaz de esquivarlo desde esa posición. En ese mismo momento, levanto las manos a forma de rendición, sabiendo la reacción que iba a tener.

En ese momento, y con completa tranquilidad, me empiezo a sentar en el mismo suelo en el que estamos. Aún no había tocado el suelo, así que esto se podría considerar finalmente como la victoria del conserje. Contemplo las caras de los alumnos, que parece que no muchos han sido capaces de seguir los movimientos con la vista "nos habremos pasado?... Si es que nos emocionamos demasiado" pienso mientras doy un gran suspiro. El cansancio en mi cuerpo es demasiado; me siento agotado

- Bueno, que es lo que habéis podido aprender de este combate?.- comento sonriente mientras apoyo mis brazos en el suelo, por detrás de mi espalda, cogiendo aire.- Ha sido un combate corto, pero véis que no necesita ser mucho más largo para que las cosas terminen. Así que espero que est combate os haya abierto los ojos a algunos, y esperéis llegar al menos a nuestro nivel de combate.- Hago una pequeña pausa, observando a los hechiceros principalmenet, que parecen estar observando la escena tan tranquilamente.- Bueno que!. Estoy agotado y herido, es que nadie va a dignarse a curarme o recuperarme?.- termino con tono burlón mientras, la sangre que salía de mi pecho, se para, cerrándose la herida casi al completo pero todavía dejando las marcas del combate, las cuales siguen siendo bastante dolorosas.

Mientras Ikki termina de quejarse, la realidad empieza a disolverse, como si de un espejismo se tratara. El tatami, las columnas, los diversos objetos que habia en el campo de entrenamiento, junto con las heridas fisicas se desvanecen en una neblina blanca, revelando una sala bastante amplia y vacia, cuya supeficie esta cubierta de placas metalicas

De una de las entradas, el sonido propio de una persona aplaudiendo llama la atencion de los presentes. Al volveros hacia su origen, el capitan del Noah y su singular sequito de maid se encontraba entrando en la sala

-Parece que no os habeis aburrido en mi ausencia-dice el hombre. Aunque visiblemente se le ve bastante bien, su voz denota algo de cansancio-Espero que mi... "contratiempo" no os haya perjudicado mucho, a fin de cuentas, el Noah no puede operar sin un capitan y estando como estaba, no creo que haya podido emerger a recogeros.-hace una visual por el personal-Parece que estais casi todos aqui... ¿Argail no ha salido de su camarote? Bueno, no le metamos prisa, durante el viaje, fue de los que mas se esforzaron para detener al enemigo...

Mira entonces a los recien llegados, saludando en silencio a los rostros conocidos

-¿Estamos todos? No tengo mucha informacion sobre la mision-sonrie, se le nota que, aunque no se la hayan dado, ha sabido buscarla-asi que me gustaria que me pusierais al dia. Lo unico que se con certeza es que tenemos que llevaros de una pieza a Gabriel, pero despues de ahi, no hay mas ordenes de arriba, o por lo menos, no se me ha informado de ellas

Aún estaba analizando el combate entre Ikki y Edvard, lo cierto es que había sido espectacular. Y pensar que solo había sido una exhibición...

Por otro lado seguía tratando de asimilar las palabras de su maestro, palabras llenas de sabiduría que compartía completamente, cuando el entorno se llenó de niebla y comenzó a cambiar.

Al oír la voz del capitán rápidamente se giró para tenerlo de frente. Escuchó lo que tenía que decirles y se quedó en silencio junto a Arryken y Kort.

El combate, casi real, no había durado mucho. Tal vez si hubiera sido a muerte aún lo habría sido menos. Por fortuna, la estancia parecía estar preparada para este tipo de acontecimientos.

- Bueno, ya está bien señor Edvard, vas a matar a Ikki si sigues así. - Me burlé de mi compañero descaradamente, pero sin maldad. - Ha sido bastante entrete... - No terminé la frase.

Fate, y tras él su séquito de seres artificiales.

- Sí, definitivamente es un hechizo muy poderoso. Me alegro de que se encuentre bien... capitán. - Sonreí.

¿Entretenido? –termina la frase de Solomon mientras se ajusta la gabardina.- Si continúa dedicando sus esfuerzos a convertirse en una linterna me temo que dentro de poco dejará de serlo.

Es entonces cuando llega Fate junto a su escolta particular, desvelando el funcionamiento de la sala que, sin saberlo nosotros, había recreado las condiciones que el primero en entrar tenía en mente.

Nos hemos mojado un poco, pero nada más que lamentar. –responde a la bienvenida, avanzando hasta el capitán para estrechar su mano. Largo tiempo sin verlo.- No hay mucho más que saber, debemos llegar a Gabriel para contactar con el vendedor, cerrar el trato y vuelta a casa

Convertirme en una linterna? Así llamas a la habilidad que emerge al dominar uno de los  poderes de mi sangre?- Espeto a Edvard, con una media sonrisa y tono burlón.- Sabes tan bien como yo que menos de una decena de hombres lo han conseguido... No me rendiré hasta dominarlo por completo!- Me levanto, a duras penas a causa del notable cansancio que tengo acumulado por el combate "virtual".- Esta sala de entrenamiento mola. En serio no podemos morir en ella? Sería una buena oportunidad de entrenar al máximo!!- exclamo divertido mientras me sacudo y compruebo que mi ropa está intacta, ya que aunque tengo ciertas mudas no deja de ser realmente valiosa.

Un placer volver a verte Fate.- comento estrechándole la mano, sin recordar ya cual fue la última vez que nos habíamos encontrado.- Ya sabes cómo es el chiquillo este.- haciendo un gesto con la cabeza hacia Edvard.- Como le pase algo, aquí nadie sabe qué misión tenemos que seguir.- con una gran risotada, aunque verdad no faltaba en mis palabras.- Cuanto crees que tardaremos con el Noah en este estado? Y, por supuesto, cuenta con mi ayuda si necesitas hacer alguna reparación o controlar algún sistema diseñado para los herederos de Solomon... Algo me dice que esto no es tecnología actual, completamente...

Esbozo una sonrisa al escuchar las palabras del que va a ser mi maestro y sigo jugando con la moneda sin quitarle ojo al combate.

-El honor carece de utilidad. Es la excusa de los creídos para hacerse notar y mostrar ante los demás lo fuertes que son. No creo en el honor. Creo en la supervivencia. El mundo se divide entre los que son lo bastante listos como para sobrevivir y los que no. Tan simple como eso.

Al terminar la frase termina también el combate y recojo por última vez la moneda antes de bostezar cuando aparece el capitán. Parece que sigue con vida. Eso está bien. Así puede que al fin empecemos a movernos de una maldita vez.

-No es la gran cosa esta sala, por lo que se, usa un par de hechizos, combinando sueños y umbral, para recrear la imagen mental de aquellos que entran y llevarlo a la realidad, y, como no deja de ser un "sueño", no hay daño real alguno, aunque el desgaste mental si que se nota-le guiña un ojo a Ikki, como recalcando su situacion.

-El ataque daño uno de los motores principales del barco, asi que no podra operar al 100% durante una temporada. Ya puse en marcha los protocolos de autoreparecion, pero llevara su tiempo, no es un golpe leve en el casco, es una averia seria en un aparato que si falla, puede llevarse casi 5 km de superficie con él, hay que tener cuidado. Y no tengo yo muy claro que sea realmente tecnologia de Solomon, bien que esto es grande y fuerte, pero no antiguo, tal vez una especia de version creada a partir de un modelo antiguo, pero claramente "reciente"*

-Pero, en fin, la duracion prevista originalmente era de unas 24 horas, aunque con el sistema dañado, no vamos a forzar nada y, si no hay contratiempos inesperados, hacia dentro de una semana deberiamos llegar. Durante ese tiempo, sois libres de "jugar" por aqui, creo que ya os pasaron un mapa del lugar y la correspondiente "prohibicion" de no entrar en el almacen. Ya se que suena aburrido eso de respetar las reglas y que la curiosidad puede ser muy molesta, pero es mas por la seguridad de los presentes que por el contenido del almacen** ¿alguna pregunta, peticion o algo u os dejo a vuestro rollo hasta que lleguemos?

- Así que es un prototipo de una logia.... ¿eh? - Dije al aire para nadie. - Bueno, lo sea o no está bastante bien hecha. - Confesé.

Daría un par de pasos para acercarme al capitán.

- Me gustaría aprender un poco de tus... habilidades para con tus seres creados. Antes una de ellas se sintió ofendida por mis palabras y quedé grata y extrañamente sorprendido ante tal... ¿Suceso? - Susurré a sus oídos mientras con un leve gesto de cabeza le indiqué cual fue la "mujer" ofendida. 

Cambio de dirección, esta vez hacia la maid más grande, aunque desconocía si la más mayor. - Bueno señorita. Quería pedirle disculpas por mi comportamiento de antes. - Sonrisa. - Tal vez si me enseñase el proceso de "creación" podría entenderos mejor. - Palabras sinceras ante la oportunidad de aprender... cualquier cosa. - ¿Puedo? - Giré mi cabeza hacia Fate para ver si daba el aprobado a mi petición con la esperanza de que él también viniera. Mismo discurso, dos objetivos diferentes. Una misma realidad, la cual será aceptada de distinta manera. ¿Cómo serán aceptadas?

Independientemente de las respuestas, me giré hacia Edvard e Ikki. - No me acuerdo del nombre. - Mentí. Difícilmente podría olvidárseme algo tan importante, pero a veces, parecer ser ignorante es mejor que serlo.