La sirvienta titubeó con las respuestas de Agnis, entonces forzó una sonrisa avergonzada. - Ahora mismo, señorita - Y se encaminó hacia la cocina para conseguir un poco de desayuno para el pirata.
Agnis dirigió palabra haci los hospederos de la posada. Al terminar, el señor de bigotes acariciaba su bigote.- Lo siento, no conozco a nadie... Bueno, a lo mejor el alcalde de Pradera Verde necesite de algunos goblins aeronatuas.
Sonreí al escuchar las palabras de la recepcionista, me lleve una mano al pecho como suelen hacer las mujeres de clase alta al ser ofendidas a la vez que me inclino un poco para acercar mi cara con esa sonrisa sarcástica tan habitual en mi.
-Señorita, sus palabras me ofenden que sepa usted que no pensaba cometer ningún acto delictivo, -empiezo a hablar mas alto- al contrario tengo pensado ofrecer mi espada como lo hacen los mercenarios. Así que si sabe de alguien que haga un camino hacia Vectoria o sigue el mismo camino hágale saber que este pirata se ofrece como escolta a cambio de un precio.
Mantuve mi sonrisa mientras Agnis intervenía, luego le dedique una sonrisa mas infantil a mi nueva compañera de viaje.
-Voy a lavarme un poco y ahora bajo.
Subí las escaleras y a mitad de ellas vi como la sirvienta se retiraba y tuve que contener la risa un poco.
"Me lavo rápido y si puedo también lavare la ropa. ¿Quien sabe cuanto tardaremos en encontrar un lago y podre asearme de nuevo. Para ser un pirata a veces cuido mucho mi higiene."
Empecé a subir los escalones de dos en dos con prisa para acabar cuanto antes.
- Cuánto cobran por protección? -Dice la señora gorda, que escuchaba en silencio la conversación entre Agnis, Kain, la sirvienta y el bigotudo. - La última vez que viajamos yo y mi marido fuimos atacados por Gnolls, gracias a Khalmyr un caballero se encontraba allí cerca y nos ayudó.
Justo cuando estaba a punto de llegar al final de las escaleras escuche a una mujer preguntar el precio de mis servicios esbocé una sonrisa de triunfo había llamado la atención de un cliente justo lo que pretendía, había escuchado que esta técnica la usaban los mercaderes de lugares llenos de gente, a alguien conocido ya sea amigo o familiar haces como que le intentas vender un producto en voz alta, entonces tu conocido se niega pero haciendo esa escena de manera que cualquier otro la pueda escuchar captas el interés de otros. Me gire un poco para mirar a la mujer "ya podría haber sido una mujer atractiva" pensé de manera automática al verla, señale a Agnis y dije.
-Ese tema se lo dejo a mi compañera de viaje, ahora si me disculpa voy a asearme. Porque al contrario de la imagen típica que se tiene de los piratas yo tengo higiene.
Mire con la sonrisa hacia la respuesta que me daba el extraño, aplaudí un momento de forma suave y le mire.
—Pos que así sea, amigo mío, mañana al amanecer esperare delante de esta posada a su encuentro y entonces partiremos hacia Vectoria— Dije mientras le guiñe un ojo y me retire hacia la posada.
La abrí la puerta suavemente y me dirige hacia el posadero para informarle que me dé una habitación para la noche y si sabía un lugar donde podía dar primero mi ropa a lavar y si sabía de un buen médico o médica para tratar mi bella cara tras la caída que sufrí.
Despues de varios minutos, mi presencia se hizo notar finalmente en la posada, buscando a mis dos nuevos compañeros momentaneos, pues aun cuando siento que debo estar con ellos, algo, falta un motivo mayor que nos una, aparte del de "caridad" o "amabilidad" hacia el pirata, que parece estar siendo protegido especialmente por la muchacha peliblanca de noble corazon. Al aparecer, observo el panorama y me acerco hacia Agnis, que me habia hablado en la lejania, logrando notar sobre su mascarada. Si, es tan noble que incluso piensa de que me puedo haber tomado mal aquel comentario, que tierna.
— Oh, ¿Tienes frio, pequeña? Para ser tan temprano, sin duda alguna esta siendo un dia de lo mas fresco. — Dije con un tono tranquilo, mientras empezaba a escuchar toda la conversacion. ¿Planean vender sus servicios? No me imaginaba a la cleriga ofreciendose como mercenaria, pero de algo se tiene que ganar la vida alguien, no solo de caridad viven los seres humanos. Observo la pareja que planea contratarlos mientras me coloco al lado derecho de Agnis, con mi rostro siempre tan pacifico y neutral. — Oh, ¿Planeais servirles a esta familia noble? — Pregunte con cierta sorpresa a la chica, mientras el pirata se iba a buscar aseo. Aprovecho para pedir un desayuno normal, pues, siempre me ha gustado sentir el sabor de la comida, aun cuando no siento necesidad de comer, como si nunca me diera hambre sin saber yo el porque de esto. Regreso rapidamente con Agnis, y le hablo. — Por cierto, Agnis. — Dije buscando un lugar comodo para poder charlar mientras desayunaba, esperando que tratara su "trabajo". — Me agradaria mucho tener una charla contigo, me has demostrado poseer un conocimiento muy culto, algo que no se encuentra en estos dias hacia alguien tan joven y de portes tan bellos y elegantes como usted, ¿Te molestaria compartir esta comida conmigo? — Y espero su respuesta.
Elias, no alargues mucho más la escena. Quiero terminar la parre 1 del prólogo hoy.
No tengo mas motivaciones ni razones para recorrer este pueblo. Y therkor debe estar seguramente muy lejos de aqui y dudo que pueda alcanzarlo sin alquilar antes un medio de transporte efectivo.
Aun necesito saber quien era esa aura de "malda" que hizo ver a Therkor un mera aura residual.
Entro a la posada, para descansar y ver que evento sucedera en Vectoria.
Oh, sorry master, pero, puedes poner algo como "se quedan desayunando y charlando" todo generico, y se termina todo:)
Mientras Kain se retiraba, yo tomaba asiento por unos momentos frente a la posible cliente. Ultimando detalles de hora, trasporte y precio acorde para la contrata en la que se vio interesada. No me llevo demasiado tiempo incluir algo de tutoría para su joven hijo, mi interés en la educación del jovencito se vio premiada por parte de su madre con algunas pocas monedas extras, algo que agradecí profusamente.
Había escuchado a Elías, cuando del otro lado de la mesa ponía algo de distancia del oscuro caballero, algo irremediablemente inútil pues finalmente este me dirigió tres o cuatro frases sueltas para terminar convidándome a compartir el desayuno con él. Durante la transacción con la gruesa dama, a ratos, miradas de soslayo me verificaban su posición y para cuando terminé, aunque un poco dubitativa, fui adonde él.
Con un gesto de” nos vemos luego” concluí mi intercambio con la dama acordando la hora de la partida y fui a tomar asiento a la mesa donde era convidada. Era imposible comer más de tres o cuatro bocados con el nudo en el estómago, aun así trate por todos los medios de mantener la compostura y la educación. Mostrándole esquiva a compartir más información que las preguntas directas, mi tímida disposición tampoco me permitía ser más grosera de lo que había sido antes cuando conteste directamente a su “consejo”. Una tensión invisible me obligaba a permanecer quieta, sintiendo esa fría sensación en mi nuca cada que cruzaba mirada con el oscuro caballero, aunque me había prometido siempre el nunca juzgar a las personas y ofrecer a todos una oportunidad.
La velada se extendió mientras yo desdeñaba su elogio a mi conocimiento, pues no me consideraba culta ni sabía, al contrario mis carencias eran muchas y pretendía llenarlas en mi viaje. Arropada en un butacón cerca de la chimenea, subiendo los pies en el asiento y acomodando el cuerpo de medio lado, finalmente entre conversaciones sueltas y sintiendo la cálida caricia del fuego suspire.
-Podrías venir a Pradera Verde también si quieres con nosotros, aunque seas extraño y me dio miedo lo que hiciste, es interesante conversar contigo. Sugerí adormilada, con los ojos entrecerrados sintiendo la pesada carga de mis parpados dejándome llevar al mundo onírico.