Partida Rol por web

–Pero si lo llevamos con nosotros podemos hacernos pasar por criadores de ganado y llamar menos la atención... Además, creo que Braulio (Sí, me dijo que se llamaba así) merece ver como en el futuro, su descendencia no será maltratada de esa forma.

Tom acariciaba la cabeza de Braulio, como si en lugar de ser un toro bravo que había tratado de empitonarle de múltiples formas fuese un lindo cachorrillo. El verano del amor y las gominolas habían convencido al doctor de que tener a un toro como companion era una gran idea.

–¡Oh venga! De K9 no dijisteis nada. Os caía bien... Sé que le echáis de menos.

Al final, aunque nadie hubiese dado un penique por ello… bueno, nadie que no conociese al Doctor, claro está… el undécimo logró convencer al miura de que había cosas mejores que lamer a sus regeneraciones pasadas, por lo que consiguieron salir de aquella plaza hacia la calle en medio de una siempre merecida ocasión. Y en la calle, o más bien la plaza en la que acabaron, había dos posibles caminos que seguir.

Un paseo hacia las afueras, lleno de palmeras, lugares amplios, decoraciones hasta en los asientos e infinidad de formas de aburrirse, y un camino directo hacia el centro de la ciudad, con su gente, sus puestos y sus miles de posibilidades.

Tenemos que ir hacia la derecha- dijo el undécimo, discrepando con el tercero -La Tardis debe haberse dirigido hacia allí, los pastos son demasiado aburridos para ella- les dijo.

Y Braulio… es verdad, merece algo mejor- dijo -Y conozco un planeta perfecto para él, con pastos por todas partes y un continente entero solo para toros y vacas- les dijo -Hay otros dos, pero en uno hay ovejas y en otro cabras… pero no paran de discutir por qué leche es mejor para el queso, así que mejor no equivocarnos de continente- añadió.

Mientras esperabas que tus dos antecesores entrarán en razón, pues parecía que querían acompañar al toro y de paso echar un día de campo... Recordaste que tenías en tus bolsillos dos objetos la mar de interesantes y... Como premio te vino a la cabeza que la brújula te llevaba no sólo hacia el lugar que querías ir sino también te indicaba el camino de la persona, animal o cosa que querías encontrar... Algo realmente útil dadas las circunstancias, quizás lo que habría que ver es el radio de acción y eficacia, pero valía la pena intentarlo o más bien que el gruñón del último doctor se pusiera a ello, por su lado la caja de herramientas que estaba destinada para el tercer doctor contenía cualquier tipo de instrumento que fuese necesario tener y con ello arreglar o fabricar lo que hiciese falta... Así a lo McGiver. Quizás entregando ambos objetos terminabas por convencerlos de que lo apropiado sería dejar al toro que se buscara la vida y luego si acaso adoptarlo o buscarle un planeta de asilo...

-Vaya... Vaya... Vaya- La desagradable voz de Missy se hizo notar entre los presentes, mientras el décimo iba a su bola y se encaminaba ya a tomar la Corredera de San Marcos y meterse en plena centro de la ciudad- No sabía que el destino de Gallyfrey fuera menos relevante que el de un toro... ¿De verdad os acordáis de a lo que habéis venido? Ahora entiendo por qué decidisteis cambiar de cabezas... Porque la de rizos definitivamente no va bien...La TARDÍS no está en el campo... Y creo que... Braulo desea irse con su vaca ¿verdad querido? - le dijo al Miura que de repente parecía estar entendiendo a la siniestra Mary Poppins

- Mi vaca Paca, está en una finca de aquí al lado- asintió el Miura delante de todos... Algo que sólo podía significar una cosa... Que la TARDÍS estaba cerca...

—Hasta la más humilde de las criaturas merece respeto, ¿de qué serviría todo si dejemos que torturen a un pobre ser sin hacer nada? Además, podemos llevarnos a Paca, la vaca con él. Seguro que también está contenta con el cambio.— con todo, parecía que ninguno de los otros doctores estaba por la labor de caminar por toda la ciudad con un toro y una vaca siguiéndolos, por mucho que insistiese en que aquello era, además de elegante que te pasas, la mejor opción para pasar desapercibidos.— Venga, que no se diga que no estoy abierto a negociar. Contraoferta. Braulio y Paca no nos acompñanan en nuestra aventura, pero volvemos a por ellos cuando la acabemos.

Yo en cambio pensaba que a estas alturas ya me conocerías… soy incapaz de no sorprender al personal- le dijo el undécimo a Missy -Tal vez el destino de Gallyfrey no sea menos relevante que el de un toro…- dijo -Pero, como bien te he dicho, tampoco lo es más, ambos son importantes- le dijo -Sin embargo…es más que posible que pongamos a ambos en peligro si los llevamos ahora con nosotros- añadió, tras lo cual se giró hacia el toro.

Braulio, amigo mío, ve con Paca y espéranos con ella, volveremos a por vosotros para llevaros a un sitio que os encantará- le dijo al miura, tras lo cual volvió a centrar su atención en Missy -Supongo que tu comentario quiere decir que sabes dónde está mi TARDIS, ¿verdad?- le dije… y de repente, como si me hubiese venido en ese momento a la cabeza, me giré hacia mis regeneraciones.

Pero no me fío d ella, así que mejor guíanos tú- le dijo el undécimo a la regeneración en la que se acabaría convirtiendo al tiempo que le entregaba una brújula tan excéntrica como extraña que parecía destinada para las manos del doceavo Doctor -Y creo que esto es para ti- le dijo al tercero, sacando una peculiar caja de herramientas de su otro bolsillo y lanzándosela para que la atrapase al vuelo.

Aquello era una locura. - ¿Y cuando no? - Y demasiado peligroso. Tanto que mis otros yos no eran conscientes de aquello ni de lo que suponía que uno de ellos muriese antes de tiempo. Andar jugando con lo que no debíamos no era bueno. Además... - Missy tiene razón. - Dije serio colocándome a su lado y mirando de manera inquisitiva a todos. Alguien debía poner orden en todo aquel caos y a pesar de ser el más joven, realmente era el más mayor de todos. Por lo tanto me tocaba ser el responsable de mis yos, quienes aún tenían que recorrer un largo y tortuoso camino hasta llegar a la altura de mis conocimientos y sabiduría.

Sin duda, que me postularse del lado de Missy, llamaría  la atención de todos. - Hemos venido para salvar nuestro mundo. No podemos hacernos cargo ahora de todos los cachorritos descarriados que nos encontremos. Además, no sabemos el impacto que tendrá en el futuro la vaca Paca y el bravo miura. Suponer que un descendiente suyo salva alguien importante en este mundo y al llevarnoslos no ocurre y cuando regresemos a nuestro tiempo, el futuro haya cambiado y no sea el que conocemos.

¿De dónde me salía tanta sensatez? ¿Acaso ver a mis otros yos, verme a mí mismo como era me estaba haciendo cambiar? ¿O realmente era tan gruñón y cascarrabias como decían? Entonces observé la brújula que me había entregado 11 antes de mi charla. - Espero que marque algo más que el norte. De lo contrario estamos perdidos...

Después de pasar a toda velocidad por al lado de Peter, recorrí unos cuantos metros, antes de girarme y darme cuenta de que el toro se había decidido por el otro camino, que llevaba hacia los verdes pastos. Eso me permitió detenerme para evaluar la situación.

Toro fuera.

Doctores fuera.

¿Y la Tardis?

Decidí regresar a toda velocidad, a tiempo para escuchar a Missy hablando precisamente de ella y a Peter actuando como el héroe que se pensaba que era.

Hemos venido para salvar nuestro mundo. No podemos hacernos cargo ahora de todos los cachorritos descarriados que nos encontremos. Además, no sabemos el impacto que tendrá en el futuro la vaca Paca y el bravo miura. Suponer que un descendiente suyo salva alguien importante en este mundo y al llevarnoslos no ocurre y cuando regresemos a nuestro tiempo, el futuro haya cambiado y no sea el que conocemos.

¿En serio? ¿De verdad estaba diciendo que los descendientes del miura y la vaca Paca, serían importantes para el mundo? Tuve que hacer un enoooorme esfuerzo para no estallar en una nueva carcajada.

-"Hemos venido para salvar nuestro mundo" -lo imité -. Sí, sí, sí, sí, de eso no hay duda, campeón. ¡Qué haríamos si todos tus conocimientos no te hubieran llevado a esa deducción! ¡Pobres de nosotros! De lo que no estoy tan seguro es de que vayamos a conseguirlo si nos entretenemos por el camino, aunque no creo que sea por las consecuencias temporales del ganado. Ahora mismo, desde nuestra llegada, estaremos en una línea temporal paralela. No hay nada que interrumpir.

Cansado, pero irritado con "Peterrogante", me giré hacia el resto.

-¿Alguna idea "más"?

Sonreí a mi compañero doctor tras lanzarme la caja de herramientras y la examiné con la misma sonrisa que un niño mostraría ante su regalo de navidad.

- La mejor idea es que no perdamos más tiempo y nos movamos ya - dije sin quitar la vista de la caja.

- Pero que quede dicho que mi voto siempre será que volvamos por Braulio al salvar Gallifrey - dicho aquello se acercó al número 11, quien por su apariencia canosa siempre hacía pensar que era más de "su quinta".

- Dale "cuerda" a esa brújula amigo mío, tenemos un mundo que salvar - le di una palmadita en la espalda y quedé expectante.

Missy observó tras el varonil pero esquelético hombro del doceavo doctor como al final imperaba el poco sentido común que el doctor tenía en todas sus formas y acordaban de manera unánime dejar a Braulio con su Paca e ir a lo que habían ido, para ello debían empezar por localizar la TARDIS y dar con la pista que debía llevarle a las coordenadas que conducían a su planeta natal.

- Vaya, pero si después de todo va a ser verdad que sois capaces de pensar- rió abiertamente mientras posaba una mano en el hombro de su doctor para después apoyar su mentón- me gustan vuestros juguetes ¿ Para mi no hay?- hizo un puchero- venga dale a la brújula querido... mmmmm... parece que se trata de Deseo y Debo te va a indicar dos caminos, el camino que deseas ir y el que debes... el problema de la brújula es que a veces no se sabe diferenciar que camino has de escoger, los deseos se confunden muy a menudo con el deber... 

El doctor ya había accionado la brújula mientras escuchaba las palabras de Missy, mientras aquel trasto giraba Peter se percató de que efectivamente había dos flechas con dos rumbos distintos que giraban en direcciones opuestas y otras volvían a converger, una de las flechas era roja, la otra azul... ¿Cómo demonios sabría cual le indicaba el deseo y cual el lugar donde debía ir?

- Supongo que te preguntarás que flecha sirve para una cosa y que para otra- intervino Missy como si le leyera el pensamiento- la verdad es que no me acuerdo, pero de todas formas las flechas cambian de color cuando les da por ahí, es una brújula defectuosa, no porque te indique mal los caminos sino por eso de las flechas... deberás elegir tú que color seguir y dejarte guiar por la intuición... no me mires así, al fin y al cabo no fui yo quien robó una TARDIS para ver mundos, viejo loco.

Mientras Peter decidía que flecha seguir y Braulio se iba con su amada Paca, los doctores comenzaron a caminar calle abajo, aquella calle en cuestión se conocía como Corredera de San Marcos y estaba plagada de tiendas, algún casino y sucursales bancarias.

Entre tanto gentío era relativamente sencillo perderse, además a parte de español, todos los doctores reconocieron acentos extranjeros, entre ellos ingleses, franceses y hasta alemanes, sólo que estos sujetos frecuentaban más la zona de los bancos y tenían pinta de estar adinerados, algunos de ellos portaban carpetas con legajos, probablemente escrituras de propiedades, en aquel caso, de minas. 

- ¿Qué tal si en vez de iros llamando doctor os ponéis un nombre en clave para llamaros entre vosotros? os daría un toque de distinción y sería conveniente... sobretodo porque os va a tocar investigar... a todo esto- comentó Missy al llegar a una intersección donde se cruzaba otra calle, ese sitio en concreto se llamaba Las 8 puertas, y era precisamente la continuación de la Corredera a su cruce con la calle Isaac Peral- cuando en Linares se quieren enterar de algo, suelen venir aquí a "Las 8 Puertas" ponen oído y se enteran de cosas- sugirió como quien escucha llover

La maldita brújula parecía que servía al final... o no. Dos flechas, dos colores... y encima, según esa Missy, cambiaba de color. ¡Estupendo instrumento!

Pues es un invento genial. Recuérdame que te encargue tres o cuatro más para repartir entre la gente que odio -le dije malhumorado, pero fascinado a la vez por el artilugio, porque al fin y al cabo, era el que nos iba a llevar a alguna parte, aunque fuese la equivocada.

Mientras tanto, nos perdíamos entre la gente, rodeados de palabras que no entendíamos y miradas extrañas. Además, las mujeres iban demasiado vestidas para mi gusto, al que le quitaba al lugar buena parte del interés que tenía el viajar. Y por si fuera poco, Missy iba haciendo sugerencias extravagantes.

- ¿Qué tal si en vez de iros llamando doctor os ponéis un nombre en clave para llamaros entre vosotros? os daría un toque de distinción y sería conveniente... sobretodo porque os va a tocar investigar...

-Claro, me parece buena idea. A mí llámame doctor. A los demás, ponle el mote que quieras. Por ejemplo, a este (dije señalando a doceavo doctor) puedes decirle "Insu", porque a mí me parece de lo más insufrible.

Y encima, nos decía que fuésemos a hablar con la gente. ¡Esa sí que era buena!

Claro, y seguro que hay alguien a quien le podemos preguntar.... "disculpe, ¿sabe si debo o deseo? Seguro que sacamos en claro algo.

Miré la brújula mientras que Missy hablaba a mi lado. Era curioso como me hacía sentir tenerla tan cerca, con su mano sobre mi hombro. De alguna manera no me incomodaba, quería más... por otra la repudiaba por quien era realmente que me había hecho, no solo a mí, sino a todas mis encarnaciones presentes. Más no dije nada, puesto que sus palabras eran de sumo interés para mí y para los demás, puesto que nos explicaba el funcionamiento de aquella brújula.

- Dos agujas, dos caminos y encima cambian de color según les parece... genial... - Gruní tras su explicación. - ¿Y si cambio de "deseo"? Porque no solo debemos encontrar lo que hemos venido a buscar, sino que además necesitamos a la TARDIS y a las chicas. - Sobre todo a mi querida y estimada Clara. Nuestra relación era tensa y extraña, como yo... pero desde el incidente en aquella plaza y ver que no estaba cerca, no saber de ella, me preocupaba y eso era que sentía algo por ella. ¿Verdad?

- Peter. - Dije sin pensármelo dos veces, ignorando el comentario de "don Perfecto". - Mi aspecto me da la misma imagen que Peter Pan, alto, delgado... solo que yo soy su versión adulta. - Miré al resto de doctores. - Leí el libro hace poco... no recuerdo haberlo leído con ninguna otra... encarnación y me gustó el personaje. - Luego miré a mi anterior reencarnación, once. - Tú podrías ser Garfio. Aunque tendríamos que cortate una mano... y Cuatro podría ser el señor Smith... y tú, "doctor" podrías ser Campanilla. - Le dije al décimo con cierto tono irónico en mi voz.

Sin darme cuenta comenzamos a caminar por la calle concurrida de gente, siguiendo a Missy o al gentío en lugar de a la brújula, la cual no estaba aún muy seguro de su utilidad. Miré a la mujer que siempre había conocido como hombre, cuando nos instruyó sobre el edificio que teníamos delante. - Así que... vienen aquí y ponen el oído...

Y eso hice, me acerqué a la puerta de "Las 8 Puertas" y acerqué mi oreja al portón, para ver si escuchaba algo de utilidad, mientras que esperaba que los demás doctores hicieran lo mismo.

- Chsssttt... Campanilla. No me dejas escuchar... - Reñí al décimo doctor, cuando este se puso a hablar de aquella manera tan cerca del portón.

Observé la brújula tras las explicaciones de Missy, realmente era un artilugio que nos traería muchas respuestas si demostrábamos la suficiente paciencia como para no dejarnos derrotar por su "ligera" falta de concreción a la hora de indicar el "deseo" y el "deber".

Miré a mis compañeros y seguía andando calle abajo mientras respiraba profundamente el aire. Lo que más me gustaba de las ciudades que no eran capitales es que a pesar del avance tecnológico aún seguían siendo pequeños pueblos avanzados, con su pureza y afán de superación.

Sonreí ante el nombre de las 8 puertas y no dudé en tomar la palabra.

- Por mi parte me quedaré el apodo de Roger, no por nada, pero siento que ese nombre va ligado a mi. Ya que nuestro querido amigo "Peter" no ha querido contar conmigo en su afán por designar pseudónimos - reí discretamente en tono burlón.

- Vamos, intentemos empaparnos con el saber popular de estas buenas gentes, teniendo en cuenta los que somos hay puertas para todos - era un chiste malo, muy malo, pero sabía que los otros doctores me lo perdonarían.

—Lo de la brújula tiene fácil solución —dijo Cuatro— Dejádmela a mí un momento. Sigo queriendo ir a liberar a Braulio, así que tendremos que seguir la flecha que vaya en la dirección que no sea la de nuestro amigo cornudo. Nuestro amigo bóvido.

Cuando comenzó la discusión por los nombres, el doctor con el peinado más molón del universo movió la cabeza mientras se comía una gominola. 

—Llamadme Winnfield. Hay algo que me dice que ese es mi nombre. También creo que debería tomar algo más el sol y ponerme moreno, no sé por qué. Pero desde luego, estamos en el país adecuado. 

Ya sabía yo que algo que parecía pensado para ti no podía ser bueno…- le dijo el undécimo a su próxima regeneración tras escuchar la explicación de Missy -¿Una bruja que te dice a dónde quieres ir y a dónde necesitas ir? ¡Eso le quita toda la diversión al asunto de explorar!- exclamó, decepcionado con su estirada regeneración… ¿Qué le había pasado para volverse TAN aburrido?

¿Un nombre en clave?- repitió cuando se mencionó aquello, puesto que después de todo, los nombres en clave siempre eran divertidos -Palito de pescado con natilla… muy largo… Cielito… no, ese está reservado para River… Smith… aburrido… Benemérito… mmmm no, mejor no… ya sé, le cogeré prestado el nombre al bueno del capitán…- dijo al fin -Llamadme Boe- les dijo -Al fin y al cabo, tengo la mejor de todas las caras- añadió.

Y por cierto… Peter Pan de adulto es solo un adulto aburrido- le dijo al duodécimo doctor -¿Seguro que no prefieres ser Insu?- le pregunté, haciendo referencia a lo dicho por el décimo al tiempo que me acercaba a donde estaba -Insu, si te quedas ahí plantado no puedo pasar- le "recriminó" para poder entrar en aquel sitio.

Missy fue escuchando a unos y otros doctores con cara de asombro unas veces y otras divertida, si el doctor en sí mismo era entretenido, cinco de ellos juntos y a la vez era un auténtico esperpento, dando un suspiro se posicionó frente a ellos para ir arrojándoles la luz que parecía faltarles por no llevar gafas o por no querer llevarlas, que la fin y cabo era lo mismo, lástima que en aquella misión no había ido ella a destruirlos sino a ayudarlos por la cuenta que les traía a todos, lo tendría taaan fácil. 

Claro, y seguro que hay alguien a quien le podemos preguntar.... "disculpe, ¿sabe si debo o deseo? Seguro que sacamos en claro algo.

- Bueno... normalmente en todos los juegos de rol, películas, novelas y hasta la vida real... cuando te quieres enterar de algún cotilleo sueles frecuentar los lugares donde se reune la gente y... teniendo en cuenta que estamos en el sur de la Península Ibérica ¿Qué lugar de una ciudad o cualquier población, por asombrosa mayoría está siempre lleno de gente incluso en tiempos de crisis? Vamos... esta pregunta es sencilla. Unas mentes tan prodigiosas como las vuestras o... la vuestra, debería ser capaz de responderla.

- Vamos, intentemos empaparnos con el saber popular de estas buenas gentes, teniendo en cuenta los que somos hay puertas para todos - era un chiste malo, muy malo, pero sabía que los otros doctores me lo perdonarían.

- Pues en realidad... mi querido... ¿Roger? yo siempre he pensado que te pegaba más Jon- se encogió de hombros mientras se acercaba al dandy y posándole las manos sobre los aterciopelados hombros del tercer doctor hizo que se girase con suavidad hacia uno de los edificios que se encontraban a espaldas de los doctores- la calle ha tomado el nombre de esta cantina... bar o como quiera que se llame, Las 8 puertas... es tan famoso en Linares que el nombre del bar se perpetuará en el tiempo y la gente seguirá llamado a esta confluencia de calles las 8 puertas incluso mucho tiempo después de su desaparición.

—Lo de la brújula tiene fácil solución —dijo Cuatro— Dejádmela a mí un momento. Sigo queriendo ir a liberar a Braulio, así que tendremos que seguir la flecha que vaya en la dirección que no sea la de nuestro amigo cornudo. Nuestro amigo bóvido.

- ¡OH!- dijo con voz teatrera girándose hacia el rizos- señor Winnfield ha tenido usted un razonamiento estupendo... y yo que pensaba que no pensaba, vas bien... muy bien querido- le guiño un ojo y jugetona se acercó a él para juguetar con uno de sus rizos en un gesto que pretendía ser sexy- ahora pareces hasta atractivo- rápidamente se giró hacia Peter- pero no te pongas celoso querido, mi preferido sigues siendo tu.

- Dos agujas, dos caminos y encima cambian de color según les parece... genial... - Gruní tras su explicación. - ¿Y si cambio de "deseo"? Porque no solo debemos encontrar lo que hemos venido a buscar, sino que además necesitamos a la TARDIS y a las chicas. - Sobre todo a mi querida y estimada Clara. Nuestra relación era tensa y extraña, como yo... pero desde el incidente en aquella plaza y ver que no estaba cerca, no saber de ella, me preocupaba y eso era que sentía algo por ella. ¿Verdad?

 - Bueno...- añadió dando un suspiro para dar un grácil giro y situarse nuevamente al lado de su doctor- ¿y por qué no probáis a girar de una vez a ver que sale? No sabréis si es deseo o deber hasta que no lo probéis...- comentó mientras le cogía la mano a ambos doctores, a Tom y Peter, y se las colocaba sobre la brújula hasta hacerla girar a través de ambos, la brújula en sí comenzó a hacer girar ambas agujas que lo hicieron con rapidez como si se tratase de una peonza y no quisieran parar.

-¿Una bruja que te dice a dónde quieres ir y a dónde necesitas ir? ¡Eso le quita toda la diversión al asunto de explorar!- exclamó, decepcionado con su estirada regeneración… ¿Qué le había pasado para volverse TAN aburrido?

- Explorar... ¿de verdad piensas que no vas a tener oportunidad de hacerlo, o va a ser todo tan sencillo? recuerda que es precisamente una bruja quien os está guiando... querido- comentó Missy con una inquietante sonrisa

Tras la última intervención de Missy la brújula pareció ponerse deacuerdo e indicó dos caminos, uno donde se encontraba Braulio y otro el interior de las 8 Puertas.

- Me quedo con Peter, es más... como yo: adulto, serio y aburrido. - Le respondí a mi anterior reencarnación enseguida. - Pero no te preocupes Angus, a ti te llamaremos de cualquier manera, siempre que te necesitemos, claro. - Le indiqué poniéndole un nuevo nombre... Angustias le quedaba genial y quizás se quedase con él para siempre.

Entonces Missy irrumpió, quizás tratando de poner algo más de orden entre nosotros o quizás se había vuelto tan vanidosa, que disfrutaba escuchando el timbre de su propia voz. El caso es que, por no perder la costumbre, tuvo respuestas para todos. No pude evitar arquear una ceja al ver el comportamiento que tuvo con el cuarto doctor y su idea sobre la brújula. - ¿Qué ocurre? ¿Las gominolas te saben a poco y quieres acaparar lo de los demás? - Le pregunté con cierta soberbia en mi voz.

Y Missy nos hizo activar a ambos la brújula, la cual se volvió loca de golpe. Mis ojos la seguían, aunque parecía que no quería detenerse o más bien no sabía donde parar. - Por cierto Roger... solo me quedaba por usar Wendy y no creo que te pegue ese nombre... aunque quizás quieras cambiarlo... - Le dije a mi anterior reencarnación. Y es que no recordaba más nombres en aquel momento de aquel preciado libro. Y la brújula se detuvo marcando la puerta del local que teníamos delante.

Escuché a Missy hablarle a Angus y me giré a ella, colocándome mis gafas sobre el rostro.

- Brújula o no, es mi fiesta y están todos invitados. - La dije a la mujer para guiñarla un ojo luego, pero como ya tenía las gafas puestas, dudaba de que me hubiese visto hacerlo. Me giré y abrí la puerta de "las 8 puertas" - Vamos! No tenemos todo el día. - Apresuré a todos para que entrasen, mientras sostenía la puerta que crugió a ser abierta y que pesaba más de lo que parecía.

Por fin la brújula cumplió su función, nos indicó dos destinos la mar de opuestos. Mi lógica me indicaba que el deseo iba con Braulio, puesto que todos de una forma u otra habíamos cogido cariño al cuernudo animal.

Sonreí a Peter ante el comentario de Wendy.

- Yo siempre fui más de los niños perdidos - comenté respondiendo.

- Pero si Missy considera que me pega más Jon... ¡que me lleve el diablo! así me debéis de llamar - reí fugazmente y di paso a la taberna.

Si había algo que me encantaba era el ambiente de estos locales andaluces. Aunque mi especial devoción surgió en los tabancos, estas tabernas también cumplían a la perfección su objetivo: beber, reír y conseguir información.

- Yo creo que los más "jóvenes" deberían preguntar, yo con vuestro permiso voy a sustituir mi té por un Xerez, si alguien más quiere, está invitado - 

Las ocho puertas era un nombre tonto para un bar, pero no quedaba otra. Además, el sabelotodo arrogante de Peter no nos dejó demasiadas opciones. Era entrar... o entrar.

-Aquí seguro que nos empaparemos, pero dudo que sea del saber popular -comenté, cruzando el umbral.

Una vez en el interior, aquello era poco más o menos como un pub, pero oliendo a vino en lugar de a cerveza.

-El vino no es lo mío -dije en voz baja, apartándome de la puerta para que entrara el resto. El lugar estaba bastante lleno y la gente se fijó en nosotros... pero sin interrumpir sus actividades. Vi entonces una mesa libre y me dirigí hacia ella sin dudarlo.

Las mesas estaban llenas de copas de vino y algún plato pequeño del último cliente y las sillas eran ciertamente incómodas. Pero eh, no iba a ser yo quien se quejase por ello. Qué lo sufriesen también los demás.

Winnfield, que no olvidaba el aspecto con el que había conocido a Missy, sintió unas intensas arcadas cuando aquella Mary Poppins envejecida le tocó el pelo. Rápidamente se alejó y pareció tragar saliva con un gesto de asco infinito.

—Perdón... Minivómito. Necesito unas gominolas o... jamás pensé que diría esto, un trago de algo fuerte para olvidar

Dicho esto, el cuarto doctor se fue corriendo a la cantina, sin importarle que su aspecto fuese llamativo para la época en la que se encontraba. Lo fundamental era poner espacio entre Missy y él. Cuando finalmente entró, el olor a pestazo de sudor mezclado con el alcohol le invadió, pero seguía siendo mejor que lo que había pasado momentos antes. Sin dudarlo, se acercó a la barra.

—Póngame lo más fuerte que tenga... Un... ¡Un vaso de vinagre!

Lo que Winnfield aún no sabía era que a sus espaldas, en la pared, había colgada una enorme cabeza de toro, muy parecido a Braulio. Quizás fuese hasta familiar...