Partida Rol por web

Y no podemos olvidarnos del alojamiento. Porque Stars Hollow no se conoce en un día y para un completo disfrute de su gastronomía, sus vistas, tiendas y sobre todo, su gente, qué mejor opción que alojarse en su fantástico hotel.

Water Stars

Este pequeño y apacible hotel lleno de encanto hará de su estancia en Stars Hollow una experiencia inolvidable.

Podremos disfrutar de todo tipo de actividades tanto de interior como al aire libre, empaparnos de la magia de Stars Hollow o disfrutar de la comida más exquisita de nuestra vida.

Aunque se encuentra situado a cierta distancia del centro del pueblo, nos permite disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad, posee unas piscinas termales y una zona estilo spaa.

La escena es toda vuestra.

Hago un pequeño paquete con el bañador y la sorpresa que tengo preparada antes de montar en mi moto y colocar un casco para Sam.

Espero que esta noche este llena de sorpresas y placeres para Sam. Me gustaría mucho que al menos uno de estos días en el pueblo le traigan hermosos recuerdos en el futuro.

Llevo una ropa ropa informal aunque nueva...o al menos poco usada. También me peino y pese a que podría afeitarme prefiero dejar la corta barba que me esta saliendo.

Llego a la puerta de la casa a las 8 menos 5. Bastante puntual.

A las ocho salgo a la puerta. No quiero que el mayordomo abra... no sea que haya problemas. Llevo un vestido negro atado al cuello con el escote bordado y por la rodilla. Además, sandalias. Bastante poco informal. Llevo el biquini en una bolsa. Las toalla también correrán a cuenta de mi padre y como me toque la moral... una suite.

Pensativa... si, eso debo hacer. Sólo para cabrearlo, por supuesto.

Salgo y le veo

- Hola - digo tímida mientras pongo un mechón tras la oreja.

Me pongo erguido de golpe cuando sale porque estaba esperando apoyado sobre el sillín de la moto. Cuando aparece me quedo mudo al ver lo guapa que esta.

Hola Sam...estas...te ves...eres preciosa...quiero decir que estas preciosa... Respiro profundamente antes de tenderle la mano. Espero que no te importe pero solo tengo la moto. Conmigo estas totalmente segura, te lo aseguro.

Si se anima subo primero y le ayudo a subir ella también.

Se lo que piensa Ryan de las motos. Creo que debo darle un punto al chaval pero... miro mi vestido. ¿Como me subiré ahi?

Encima, me está diciendo cosas... que verguenza.

- Gr..gracias - sonrio y me quedo cortada cerca sin saber que hacer.

Me bajo de la moto y le sonrío.

Mira, súbete como las señoritas inglesas cuando montan. De lado con las piernas hacia afuera. Yo iré muy lento y solo son 5 kilómetros. Llegaremos en un santiamén . Le sonrío pidiéndole disculpas. Debí pensar que la moto podría ser un problema...lo siento.

Le tiendo la mano de nuevo y espero así, a que confíe en mi lo suficiente como para hacerme caso.

Si te sientes insegura, puedo llamar un taxi. Trato de que no se me note la preocupación por tener que pagar el taxi ademas de la cena.

- No importa - termino diciendo, y le tiendo mi mano para que me ayude a subir. Una vez sentada, de lado le pido el casco -Si las antiguas damas podían, ¿por qué no yo?

Cuando me lo coloco le miro.

- Pero ve con cuidado. Me fío de ti, pero Ryan sabe que salgo contigo, asi que me gustaría que mañana llegues entero a trabajar.

Silencio

- No es que me importe, pero tienes que darme las noticias sobre el cadillac de mi madre - suena bastante a tono de broma intentando hacer pasar desapercibido que si le importas aunque sea un poco

La miro algo extrañado cuando menciona a su padre y el que yo llegue mas o menos entero a trabajar. Luego decido dejarlo a un lado y monto después de ayudarla.

Te importa si lo hablamos mientras cenamos?. Tengo algunas cosas que decirte y me gustaría poder verte mientras las digo.

Luego arranco la moto y con cuidado y sin prisas recorro los kilómetros hasta el hotel, siempre consciente de los brazos de Sam rodeando mi cuerpo.

En San Francisco no solía montar mucho en moto. Uno de los vecinos gays que vivian debajo, a veces me daban un paseo hasta el conservatorio. Pero nada comparado con esto. Es algo diametralmente diferente. Me agarro a su cintura apoyando el mentón en su hombro. Algo del pelo que queda por debajo del casco se agita por el viento.

Me gusta más de lo que pensaba. El próximo día, me pondré pantalones. El aire azota mi cara y me despeja. Cierro los ojos en el camino, y curiosamente, en esta postura, percibo mejor su olor.

Cuando llegamos, espero que apague la moto. No he dicho nada en todo el viaje, pero a veces sobran las palabras.

Me giro antes de desmontar sonriendo de oreja a oreja. Me encanta mi moto y quiero ver que le parece a ella. Aunque sea imposible sonrío aun mas al ver que parece complacida.

Bajo y cargo con su bolsa y la mía mientras le ayudo a bajar.

He reservado para las 8:20 y luego una hora de Spa. Espero que no te parezca un mal plan.

Para mi es la primera vez que salgo con una chica y no es para ir al cine o alguna tontería de críos. También es la primera vez que salgo desde que murió mama.

Mientras entramos a nuestra mesa, sin que aun le haya soltado la mano le pregunto con cierta timidez.

Dijiste que el coche era un regalo. Es...es tu cumpleaños?.

- ¿Has reservado? - le digo extrañada. Quizás no sabe que el hotel es de mi padre y que para la hija del dueño no hace falta reservar, pero me gusta que se haya tomado la molestia - No tenias que haberte molestado - digo dulce - De todas maneras, les pediré que nos pongan en un lugar tranquilito.

Bajo de la moto, ayudada por él.

- En realidad es el regalo atrasado de mi cumpleaños. Cuatro meses con retraso. Si estamos contando el de 15 años. Año y cuatro meses si hablamos de cuando cumpli 14 y así sucesivamente hasta llegar al primer cumpleaños.

Digo con un tono de sorna

- Cumplí los 15 poco después de llegar de San Francisco y ... no era el momento para regalos. Le habría pateado la espinilla si se le hubiera ocurrido. Ahora ha decidido sobornarme para que sea buena chica y no me meta en problemas, recordando que tenía que hacerme un regalo de cumpleaños atrasado y que eligiese coche.

Trato de sonreír mas discretamente mientras pide una mesa tranquila y me explica lo de su cumpleaños. Es mas joven de lo que creía. 15 años. Pensé que tendría mi edad.

Así que un soborno eh?...eso dice mucho de tu padre. Yo al mio jamas le he conocido, pero manda todos los meses como un reloj mil dolares. Lo guardamos para que Megan pueda ir a la universidad sin tener que trabajar mientras lo hace.

Ahora sonrío con ternura, como siempre que pienso en mi hermana melliza. Ella es la lista y la guapa, así que quiero que llegue lejos.

Cuando estamos sentados dejo mi paquete sobre la mesa y trato de contener mi nerviosismo.

Tengo una noticia mala y una buena...cual quieres primero?. Se que no debería decir esto, así que rectifico. Perdona...en realidad son dos buenas noticias pero a veces tengo un sentido del humor estúpido.

- Lo que dice de mi padre, es que podía haberme dado la independencia y dejarme viviendo en el apartamento de San Francisco, pero no... le entró un ataque de conciencia por los anteriores 14 años. Así que...bueno, ya sabes. Y esto es para que no vaya peor en el insti. Antes tenía sobresalientes, pero eso era cuando vivía mi madre.

Me siento con él y le observo. Quizás sea demasiado joven. Trabaja para que su hermana vaya a la Universidad.

- No te vi por el insti... ¿no vas? - pregunto. Tal vez haya sido demasiado indiscreta

Me callo unos instantes.

- ¿Noticia buena y mala? - extrañada - Como tu veas. Dame la que prefieras.

Trabajo en el taller durante el día y por la noche voy a los cursos nocturnos para adultos para sacarme el bachiller. Espero terminar en un par de años si todo va bien.

Cierro los ojos un instante al ver que tal y como temía la he liado al tratar de hacer una broma.

No, no...las dos son buenas noticias.

Tomo el paquete y lo dejo delante suyo sin abrir.

Consideralo un regalo sin animo de sobornar.

Abro el anuario quizás tengo que buscar algo.

- ¿Sin ánimo de sobornarme? - le miro como si no comprendiera porqué dice eso.

Las tapas están avenjentadas y casi rotas. Las fotos son antiguas y se ve Anuario 1990-91 . Paso las fotos

- ¿Y esto? - pienso que es un poco raro el muchacho

Paso algunas paginas hasta la primera que tengo señalada, donde se ve a una joven madre de Sam, sonriendo junto a otra chica de su misma edad.

Es el anuario del curso de tu madre...ves esa chica que esta con ella?. Es mi madre. Eran amigas.

Totalmente atontada, me quedo con un gesto embobado, tocando la foto con cariño y ternura

- ¿Mi madre estudió aqui? - digo con palabras entrecortadas - Nunca me habló...

Me salen un par de lágrimas que corro a limpiar avergonzada.

Aparto la vista un segundo sorprendido por la reacción. Esperaba que se emocionaría, pero no tanto.

Pensé que lo sabias...por eso me pareció buena idea traer el anuario para que lo vieras. Este es de mi jefe, pero creo que mi madre guarda el suyo en casa. Luego carraspeo ligeramente antes de atreverme a decir. Hay...hay mas fotos de ella, si quieres verlas...

Asiento.

- Si.. claro que quiero verlas. Pero... - estoy confusa, mamá nunca me habló de este lugar y sin embargo parece que al menos ha pasado aquí la adolescencia. De hecho, no sabría de él, si no fuera porque Ryan decidió mudarse aquí y abrir sus hoteles. O abrir una de las sucursales de los que tenía en San Diego, Nueva York y Boston.