Partida Rol por web

La situación os superaba, habíais perdido vuestro medio de transporte y la explosión no ayudó mucho a subir vuestro ánimo. Al menos no se veían zombies cerca, pero no podíais arriesgaros, teníais que salir de ahí cuanto antes.

El Sargento mantenía el tipo, como siempre, pero Pete se veía bastante desmejorado (mas que de costumbre) y era, en general, un manojo de nervios. No había ni rastro de la doctora, pero su destino estaba claro, no podía haber sobrevivido a aquello. Ni el doctor Marco. ¿Y Carol? ¿Que había sido de la muchacha que os acompañaba?

Pero no era momento de pensar en los demás. Teníais que salir de allí ya.

Podíais seguir por la carretera o ignorarla y adentraros en el bosque que la rodeaba. También podíais volver sobre vuestros pasos y entrar de nuevo en el pueblo para buscar otro camino...

- Bueno, menos mal que te había avisado, soldado. - Dijo el Sargento. - Cuando un superior de advierte que te cubras, tu mejor opción es cubrirte. Venga, no parece nada lo que tienes, vamos a seguir avanzando. Tal vez encontremos a los demás pronto. -

Pero... pero... en realidad Pete no sabía qué decir. Por primera vez en su vida, no le salían las palabras. Deseaba con toda su alma meterse un pico, pero aunque era un yonki, noe ra estúpido. Si hacía eso delante del sargento, probablemente lo abandonaría a su suerte. Y él no podía permitir eso. Había tantas canciones que el sargento tenía que escuchar. No Pete no podía hacerle eso a su nuevo amigo. A su único amigo.

De... de acuerdo, vamonos...  dijo, echando una última y culpable miraba al lugar en dónde aquellas chicas y el doctor debían haber sido mordidas por esas cosas, que aún no lograba ubicar en su mente.

Ya de camino, siguiendo el rastro del otro coche, Pete rompió tímidamente el silencio.

Sarge... ¿qué era esa cosa enorme? ¿Qué son todas esas cosas?