El hombre vuelve a la casa agotado.
Señora... acabo de estar en la Casa Común.... y allí no hay nadie.... ¿desea usted algo más?
Bien, ya lo has escuchado, ¿a dónde crees que deberíamos encaminar nuestros pasos? No me he preocupado mucho por el tema de la muchacha, no he pensando en nuestras posibilidades, de momento me encuentro un poco perdida en todo este asunto.
Lucca había permanecido en silencio desde que escuchó las palabras de Michelle. Sus ojos la observaban detenidamente mas no era a ella a quién miraban y en su mente se fraguaba una respuesta a las inquietudes de la joven. Había verdad en sus palabras, tenían el peso de la certeza sus afirmaciones y no era ocasión de mostrarle a un alma joven, la angustia de las noches sin final.
La llegada del sirviente interrumpió las cabilaciones de Lucca y de nuevo la impaciencia de la juventud alegraba la cadencia del tiempo en una noche como tantas. "Al parecer, olvidamos con inpertubable apatía las obligaciones entre nosotros mismos."dice con voz queda y sin aparentar enfado alguno, luego sonríe a Michelle. "La noche esta naciendo todavía. Es probable que aún tengamos abierta la taberna y con ello alguna noticia. Aunque tambien podemos tentar la suerte de buscar que saben nuestros congéneres."
Ofreciendo su brazo a Michelle "Espero que mi compañia no enturbie vuestra belleza, ni os cause molestia alguna. Aunque si bien tuvierais asuntos propios que atender, lo comprendería plenamente."
Pues en mi opinión a la taberna por si el contacto sabe algo tanto de la chica como de ventrue, aunque me temo que para lo segundo es demasiado pronto.
Le hago caso a este hombre.