Te miró extrañado. Parecía pillarle por sorpresa tu solicitud de ayuda.
- Por mi parte, podemos hacer que hagan ejercicios en la cubierta, o donde los marineros nos dejen....pero, si necesitas algo que esté en mi mano, dime. Parecía que los demás suboficiales, entretenidos en sus quehaceres, interrumpieros sus labores para prestaros atención. Es como si una llama se hubiera encendido y muchas polillas fueran hacia la luz.
-Vera, mi sargento. Los hombres que tenemos son sin duda valientes y casi todos con bastante experiencia en combate lo que es magnifico, pero por si solo no basta. La mayoría llevan bajo la tricolor poco tiempo, su francés hace que el mío parezca bueno, no están integrados con sus compañeros y mucho menos con los de las otras secciones las órdenes básicas apenas las entienden y aunque de donde vinieran sabían muy bien lo que debían hacer, no tienen muy claro el proceder del ejercito francés. Por lo que ha contado el capitán entraremos en acción sin tiempo para cohesionarlos y el teniente, me da, que cree tener una unidad como en los libros, eso rara vez ocurre y en este caso menos. Me gustaría que los hombres trabajaran su forma física, que compitieran con el resto de secciones en una suerte de juegos para que se conocieran, que los que estén mas dotados para los idiomas les den unas nociones básicas de francés, que junto al trato con otras unidades ayudara a que se entiendan, yo aprendí mas alemán en un mes rodeado solo de alemanes que cuando éramos una unidad española con muchos alemanes alrededor, y si no ya se iran inventando su jerga para entenderse, que les expliquen el funcionar de las secciones en el ejercito francés y que al conocerse puedan confiar en sus otros compañeros. No dudo que estar en un barco va a hacer las cosas mucho mas complicadas pero si conseguimos llenar el tiempo de los soldados con quehaceres e instrucción evitaremos que caigan en la desgana y el desanimo, evitaremos también comportamientos nocivos porque simplemente esten agotados al terminar la jornada y, con suerte, tengamos una unidad digna de tal nombre cuando desembarquemos, o al menos un proyecto de ella con buenos fundamentos. Su ayuda es imprescindible para allanar los problemas con los del barco y la oficialidad y su experiencia dentro del ejercito francés vital para que se integren. Además mientras lo hacemos podremos evaluar a los hombres para rellenar los puestos de responsabilidad que faltan por rellenar
Confiaba en no dejarse nada en el tintero, haberse explicado bien y sobre todo no haber dicho ninguna tonterií. Era bastante nuevo en estas responsabilidades y no sabia si esto se podía lograr. Una cosa tenia claro, querií que sus hombres funcionaran como un equipo, no como un puñado de héroes, esos, quedaron blanqueando sus huesos de Leningrado a Berlin, ya había visto demasiados.
Se mesaba el mentón con aire paciente. Todos los demás suboficiales también estaban atentos a tus palabras.
- Vale,... añadió a tus palabras, como si fuera una sentencia. - ... voy a hacer de mediador. Miró al que debería ser el más veterano de ellos, o puede que el de mayor rango, porque sus galones eran diferentes, y este asintió, pero, diciendo: - Pero seré yo el que de las novedades a los mandos. Tú te encargas de organizarlo. Parecía que se entendían bastante bien. Había cierta complicidad entre ellos. El "¿brigada? (o lo que fuese)" se cruzó de brazos, como dispuesto a ver el espectáculo.
Andrea se giró y señaló a uno de los suboficiales de otra compañía: - ¡Tú! ... El pobre se sobresaltó. - ... eres el que más idiomas sabes de todos, así que te encargarás de juntar a toda la tropa y darles clases de idiomas de todas las que vamos a enfrentar... Hizo un gesto, para indicar que era idea tuya. - ... me gusta eso de que luego que hable su propio idioma "nuestro", así que enseñales de todo, incluso algo de chino de ese de los de allí. Señaló a otro suboficial de otra compañía y a ti. Como un martillo de juez, sentenció: - Vosotros les ayudaréis.
Lo mismo hizo con otros dos de otras compañías y una de la tuya. - Vosotros os encargaréis del deporte. Es un barco, así que hay cubiertas, hay escalas que subir y bajar, pasillos por lo que ir y otros por los que no. Encargaros de haced rutas y de organizar turnos en cubierta de calestesia.
Luego, con el brigada, él mismo y otro más de la "segunda" se reuniero. - Nosotros hablaremos con nuestros mandos, que imagino que serán ellos los que se encarguen de pedir permiso al comandante de esta alpargata flotante y de vigilar la disciplina en el deporte y en lo demás. Tras eso se giró hacia ti, se cruzó de brazos. Todos siguieron su ejemplo y te miraban. Estaban esperando algo de ti. Sus ojos preguntaban, los de "Andrea": - ¿Es esto lo que querías? Pero el resto eran una mezcla de todo; desde los que parecían acusarte: - Cabrón, vamos a tener que currar, .... correr .... o lo que sea ... por tu culpa. Hasta los que parecían agradecer algo interesane en lo que invertir el tiempo.
-Gracias mi sargento-digo mientras me cuadro y saludo-Espero que todo esto sirva para que suden mucho y sangren poco, como dijo un comandante de mi antiguo destino. Si no tiene nada mas me gustaría familiarizarme con mi sección, señor.
25 de septiembre de 1945. 07:07 Encapotado. 27ºC. Frente a Suez - Mar Rojo. (A bordo de un Case Liberty de EEUU cedido a la Francia). Humedad pegajosa.
El paso del canal había sido lento y tenso, pero realmente había transcurrido como un momento tenso para los marinos, no para vosotros. Pero lo que no entendías porque el barco había estado allí, parado, con el ancla echada (fondeado) ante Suez varios días. Te despertó un sonido metálico. Debía de ser la cadena del ancla, mientras era izada, pero, te comía la curiosidad. El resto de hombres estaban dormidos. Alguno se removió, y pudiste escuchar algo así como "Puto ruido de mierda" en vete a saber que idioma. Te calzaste las botas y saliste a cubierta, para poder ver la maniobra. LLegaste al alero del puente, y el Castillo de Proa estba cubierto de humo. Un olor a metálico lo inundaba todo y un largo chirrido, que había durado como 10 segundos te había acompañado en tus últimos pasos.
Un oficial del barco entró al puente, pasando por delante de ti como una exhalación y anunció en un perfecto y asustrado francés: - Capitán, hemos perdido el ancla de estibor. Sólo se escuchó un golpe seco. Un puñetazo sobre algo que amortiguó el golpe. Diste dos pasos más y la cubierta estaba humeando, un torno estaba al rojo vivo, un hombre agachado, miraba una caja que no sabías que era, mientras un suboficial de a bordo, apoyado sobre su hombro, negaba con la cabeza, mientras con la otra mano intentaba espantar el denso y mal oliente humo.
Me acerque a la escena.
Me cuadre y dije.
-Buenos dias, sargento Abadia, entiendo que ha habido un problema y parece que no menor. ¿Podemos ser de alguna utilidad mis hombres y yo?, quisiéramos ayudar si es posible.
El tipo, sin más que decir, te espanda con "Cajas destempladas": - Salga del puente.
Fue tan brusco y poco amable, que sin fijarte demasiado, te marchaste, pensando que es un un idiota: - Si pudieras ayudarle, ahora le pueden dar mucho por culo.
Baje del puente con e animo de no molestar, aunque con dos sentimientos que me correteaban. El primero que me molestaba bastante el tono, aunque entendía que si la situación era grave mo era el momento para chiquilladas. La otra era la intranquilidad que suponía que no saber el alcance del problema.
Aproveche la coyuntura para hacer un ejercicio, que sabia que no iba aumentar mi popularidad, pero vamos, era una competicion en la que iba muy rezagado.
Me fui hasta el lugar en donde dormía la sección. Encendí las luces las luces y desperté a todo cristo, de mi sección.
-Señores, nos encontramos en un barco, estos artilugios tiene la la mala costumbre que sufrir de vez en cuando accidentes, obviamente no avisan, e incluso hundirse y a esta sección, si tal cosa ocurriera, no le va a pillar por sorpresa, seremos de los que recojan cadáveres, Dios no lo quiera, no de los que son recogidos. Tiene exactamente 5 minutos para preparase para evacuar el barco. sin salir de la sala. Equipo inprescindible y dispuestos, si no hay otra opción se soltara lastre. Eso si, cada equipo de la Republica que falte me la van a tener que justificar y el que no lo logre va a preferir hundirse.
-El tiempo comenzó a correr cuando empecé a hablar.
LLegasta el sollado y no había nadie.
EStabas tan sorprendido que incluso te quedaste helado.