Partida Rol por web

Una sombra en Xandralis [Star Wars D20]

Epílogo

Cargando editor
13/12/2008, 20:51
Director

Todo principio, tiene un final.

La rampa comienza a subir mientras los propulsores se encienden y la jedi observa como el sith corre a por ella encolerizado. Éste, viéndose incapaz de llegar a la nave antes de que salga disparada hasta los cielos de Xandralis, lanza su sable láser activado hacia la compuerta. Ésta consigue clavarse en ella atravesándola hasta la empuñadura. El rostro de Ameé Ramis se convierte en una película de terror cuando ve la punta de la luz frente a ella, no la ha alcanzado por escasos centímetros. De repente el sable comienza a balancearse y sale de la puerta, volviendo a su amo. Ameé cae de rodillas al suelo abatida mientras su nave se pierde en el espacio.

El sable vuelve en un golpe seco a la mano del lord oscuro que contempla en silencio como la nave de la jedi desaparece en los cielos de Xandralis.

Volveremos a vernos...

Desactiva su espada de luz y la enfunda en su cinto. Vuelve sobre sí avispadamente y comienza a buscar por el musgoso suelo hasta que da con el artefacto perdido. El objeto resulta ser un antiguo talismán sith, al parecer de una antigua civilización que habitaba el planeta en los tiempos de la grandeza del Imperio Sith de Marka Ragnos. Larius percibía un gran poder en el objeto, un poder tan mlévolo como antiguo, usado probablemente por sus ancestros sith. Habría que consultar al holocrón de su maestro para obtener información detallada del increíble artefacto, antes de presentar un informe al señor oscuro de los sith, Darth Vader.

Tras apañarselas para conseguir una nave en la ciudad del lago de Xandralis, Larius sale del planeta y se dirige al suyo natal, Arkania, para averiguar todo lo posible sobre el artefacto. Tal vez si fuera muy poderoso no presentara finalmente ese informe al lord del sith, al fin y al cabo, él lo habría tricionado antes o después. Tal vez incluso con ese poder que percibe del amuleto, pueda derrotar al mismisimo emperador, pero esta es otra historia...