Partida Rol por web

Esquivo y ataco de nuevo, bastante dolorido.

Resumen turno 2

De nuevo, aquel ente de dimensiones exageradas cargó ahora sus puños contra el Miles, Teófanes. Sin embargo, éste, que sabía esquivar bien los golpes, logro zafarse de tan enormes zarpas.

Acto seguido, como respuesta Teófanes levantó de nuevo su espada, golpeando severamente a la criatura en el pecho

Daño: 9 (-2 por protección: pelo): 7 puntos de daño.

En esos momentos Olivares cargó su arco, y sin dilación alguna envió su flecha directamente al mismo lugar donde impactó su espada Teófanes, el pecho.

Daño: 10: (-2 por protección: pelo): 8 puntos de daño.

Justo tras clavarse el virote en el pecho, Ambrosio lanzó otro garrotazo, pero apenas pudo rozar al animal "saltarín".

Finalmente y con la misma vana suerte, Inocencio intentó atacarle con dos espadazos, que sin venir a cuentó de porqué, no pudo hacerle impactar.

Ahora aquella criatura estaba gravemente herida. Comenzó a tambalearse.

"Gorila": 15 puntos de vida quitados en segundo asalto
Vida del "Gorila": 7 de 32

El Gorila, en un desesperado intento por defenderse, no hace sino atacar y atacar.

Turno de Teófanes

Satisfecho con el resultado de su arte esgrimiendo la espada y la cooperación de sus compañeros para terminar con la vida de la criatura, Teofanes prosiguió con su táctica anterior. Esquivó los manotazos del simio gigante y lanzó un diestro espadazo contra la criatura...

La criatura lanzó sus puños contra Teófanes, pero la gracia del destino, mejor dicho, el Altísimo como pronunciándose severamente para ayudarle, hizo que esquivase el embiste. Por contra Teófanes le envió el golpe de gracia que acabaría con su vida... Un certero espadazo hizo clavar hasta el tercio fuerte, tan profundo que fue, en el pecho de aquella criatura... ¡y cómo gemía el enviado del Demonio!

Acto seguido, el "animal" cayó en redondo hacia atrás... Habíais acabado con él...

Bien, tan sólo faltaba encontrar aquello que buscaban... ¿Y qué era lo que buscaban? La figura que no era sino lo que salvaría al Páter Toleti.

Os recuerdo dónde estáis:

Es el sótano de la torre: La estancia donde estáis ahora es también redonda, y tiene pinta de cumplir las funciones de almacén de herramietnas y ropa, al mismo tiempo que de alacena de alimentos. Está también saqueada, como la estancia de más arriba. Todo está mezclado y las prendas de ropa, trozas de recipientes de barro, un saco reventado de legumbres y un hueso de jamón roído am edias forman un mismo montón.

Dolorido por el golpe de la criatura del Averno, me atengo a buscar entre los restos lo que puede que cure al Toleti. ¿Qué desagradable magia habrá convocado semejante cosa?

¿Cuantas sorpresas más habrá escondidas en este sitio? Quiero decir, estamos aquí por una buena razón pero este sitio me pone los pelos como escarpias... Démonos prisa en encontrar lo que buscamos. Cuanto antes purifiquemos este lugar y cerremos esta puerta al Averno mejor para todos.-dijo Olivares mientras empezaba a buscar frenéticamente aquello que estaban buscando-.

En silencio, Campillo limpió la sangre de su espada contra la piel velluda de la criatura que yacía inerte sobre el suelo. Oyó como Ambrosio y Juan se apresuraban a rebuscar en la estancia lo que supuestamente habían venido a buscar. 

Al confirmar que la hoja de su espada estaba limpia, la enfundo en su vaina.  Busco entre el tumulto de  ropajes que se vertían por el suelo alguna sabana de grandes proporciones. Mientra buscaba, habló sin dirigirse a nadie en especial:

-  Sería bueno que   demos un santo sepulcro a la criatura con la que hemos luchado. Aunque grotesca y despiadada, creo que merece  el perdón del santo padre.-

Teófanes no tardó mucho en encontrar una sábana*, pues aquel sótano albergaba tanto ropa, enseres del día a día y comida almacenada (todo ello, como ya habían comprobado, desperdigado y destrozado). Acto seguido se acercó al cuerpo del animal para taparle por encima. Sea lo que fuera, si no estaba corrompido por el Mal, su alma podría incluso ir al lado del Padre... Mientras tanto, al tiempo que el miedo se apoderaba de Olivares por momentos, el hermano Ambrosio comenzó a rebuscar entre todos los restos de aquel encuentro, entre aquella amalgaba de fragmentos...

Vio un pequeño cofre de madera roído, el cual estaba volcado y cuya tapa no estaba (se la habrían arrancado). Miró debajo y allí se encontraba una pequeña figurilla de barro. La figura era muy extraña: estaba como manchada de sangre reseca en cierta parte, y tenía algún tajado de cuchillo. También tenía incrustadas de algúna forma pelos y uñas... Era realmente asquerosa.

Hago una mueca de repugnancia al ver semejante cosa, elaborada sin duda por algún servidor del Diablo.

-Hermanos. Parece que hemos hallado lo que estábamos buscando.

Empiezo a pensar en cómo deshacer el hechizo. Quizá si llevamos la estatuilla hasta Toledo, el pater no viva tanto como para darnos las gracias. ¿Bastará con destruirla o empeorará las cosas?

Fráter Ambrosio, no lo toque... a saber qué de males, naturales y sobrenaturales, están atados a esta cosa. Podría acabar como el Páter Toleti, Dios no lo quiera... Coja una sábana o cubra esta abominación con algo -dijo Olivares aterrado ante tan repugnante obra-.

Recordaste que aquella estatuilla hay que destruirla con su hechizo contrario, el "Anulación de Maldición". Pero no dispones de tal hechizo, por lo que si la destruyes puede que no salves al Páter Toleti.

Inocencio anda recobrando el aleinto tras la pelea, y lamentandose por sus dos mandobles fallados, sus defectos fisicos le impiden buscar nada con criterio, asi que asiste en silencio a los actos de sus compañeros.

Frater Ambrosio, sea lo que sea estoy seguro que podemos hacerlo lejos de este lugar, verdad? Todo esto me horripila... Quién sabe cuantas cosas malignas más esperan ser despertadas entre estos muros.

Olivares sólo pensaba en el momento en que el fuego purificador borraría cualquier rastro de aquel maléfico lugar. Luego por unos momentos pensó en lo que habría sufrido el Pater Toleti y si lo que habían encontrado serviría para devolverle su salud. 

No sé si al Pater le queda ya aliento de vida, pero ahora todo está en manos del fráter Ambrosio, él es el único que ha estudiado como romper los maleficios de Satanás. Sólo espero que no sea demasiado tarde.

-El dueño de esta torre pagará su crimen ante Dios, pero el delegado del obispo deberá comparecer ante la justicia de los hombres por haber permitido semejante desvío.

Dicho lo cual, envuelvo la repugnante estatuilla con el fin de llevarla a Toledo. Quizá todavía estemos a tiempo.

-Hermano Olivares, el poder para deshacer el maleficio está por encima de mi humilde posición. Pero hay otros servidores de Dios que podrán salvar al Toleti. Él siempre provee.

Atendía despreocupado las afirmaciones de sus compañeros frateres, algo mas eruditos en el tema de la magia y brujería; sin pronunciar palabra. Echó un par de furtivas mirada al "improvisado " paquete que  Ambrosio había hecho con la desagradable estatuilla que habían venido a recoger. Aclarándose la garganta, preguntó:

- Por que no terminamos con tantas palabras y  partimos raudos? Aunque creo que esa maldita cosa  tendría que ser destruida lo antes posible...-

Inocecio calla, rumiando sus pensamientos.