Miro la pieza de metal sin entender por que esta tan interesada en ella.
Así que te has unido a la Horda... no son muchos los elfos que lo hacen. ¿Estos? eran oponentes de segunda. Acaricio el cuello de mi lobo. ¿Que clases de aventuras? creo que no me cuentas algo de todo esto... Por cierto mi nombre es Largûrz, Largûrz Rebanacabezas.
- Acción, tesoros, riquezas, peligros, hay muchas cosas que dan las aventuras.
La elfa se montó en el corcél blanco.
- ¿Le gustan las arenas de Gladiadores, Lagûrz? Quizás podríamos ver las arenas de esta noche en Ratchet, si le interesa.
Monto en mi lobo terrible, algo me decía que esa elfa me estaba ocultando algo, la única forma de comprobarlo sería acompañarla, por lo menos un rato.
Por que no, iré contigo, no es que tenga algo más urgente de lo que ocuparme... Había cierta suspicacía en mis palabras, me pregunto por que precisamente querrá ir a las arenas de gladiadores.
Ambos se dirigieron al norte hacia Ratchet después de varias horas de camino comenzaba a anochecer y las luces de la ciudad podían verse más allá a un par de kilometros.
- Ya estamos llegando.
Tras la larga cabalgada mi curiosidad solo habia echo crecer. Ya vemos la ciudad a lo lejos y esta anocheciendo.
¿Tienes que ir a algún lugar particular?
La elfa miró al orco, muy curioso y muchas preguntas le estaba haciendo.
- Tengo que entregar todos estos trastos a un goblin que me hizo un favor, además me gustaría ver la arena. Es algo que siempre me ha llamado la atención.
El corcél de la elfa salió disparado, cabalgando.
Menudo elfa mas misteriosa, azuzo a mi lobo para no perder de vista a su caballo.