Como si del inicio de las rebajas se tratase, un grupo de humanos salió corriendo hacia la puerta metálica que delimitaba el recinto. Junto a la puerta, una muchedumbre de putrefactos zombies babeaban e introducían sus manos entre los barrotes como si hubiera algo a su alcance al otro lado.
De pronto, uno de ellos observó cómo los energúmenos que se acercaban a ellos con los ojos inyectados en sangre parecían no tener muy buenas intenciones. Después de poner a prueba la funcionalidad de su esfínter (con resultado negativo) el zombi comenzó a huir. Todos los demás se detuvieron al detectar su comportamiento y viendo la que se les venía encima, comenzaron a huir tras él. Desgraciadamente para ellos, los atrofiados músculos de sus piernas no les permitían ir lo suficientemente rápido...
Esta es la última escena de la partida. Podéis atacar a discreción a cuanto zombi queráis. Cuando hayáis infectado cada uno a unos cuatro zombis, habréis iniciado el final de todos ellos. Recordad que estáis drogados y debéis ser extremadamente agresivos con ellos :)
-Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhggggggggggggg!!!!!!!- el grito de Grant fue inhumano, terrorifico, largo e incontenible, por suerte sus compañeros no estaban tan cerca de él pues sino habrian quedado sordos. No es que fuera un grito terriblemente varonil, pero sin duda lograba su objetivo de descargar algo de tension. Ya saben, Grant era un reprimido y eso fue como un orgasmo psiquico. En fin, la cosa es que corrió hacia los zombis que se apretujaban contra las rejas, chocó contra ellas revotando violentamente (es lo malo de las drogas, nunca te abren las puertas de nada). Una vez recuperado y con sangre en su frente, Grant salto la reja a lo Jackie Chan.
Los zombis huian a toda velocidad.... Bueno, no era como si tuvieran un cohete en... Iban lo mas rapido que podian. Asi que Grant dio dos pasos y luego salto cuan tigre siberiano al que le faltaba alimento desde hace meses, cayendo sobre un zombi con grandes rastas y olor a marihuana. Le mordió justo la oreja, con fuerzas, imitando a Tyson.
Ahora que lo pensaba, estaba imitando a mucha gente... Bueno, no se detuvo a pensar en eso, su mente era volatil. Salto sobre otro sujeto que estaba casi al lado de su compañero muerto viviente (las drogas parecian haberle dado las habilidades del saltamontes O.o). Esta vez, mordio en el cuello... pero rapidamente cambio su objetivo al ver una enorme y velluda verruga. Uno tiene sus limites, tampoco para andar mordiendo cualquier zona al azar.
-El zombi sabe a pollo- descubrio asombrado y saboreando la insalubre consistencia en su boca. No deberia tragar... ¿O si? Bueno, ya era tarde-. Ahhhhggggggggggg!!!! -eso de gritar ya tenia su encanto, asi que corrio hacia los demas zombis que seguian intentando huir de los humanos infectados, drogados, enloquecidos y olvidadizos. Una chica que en sus mejores momentos debia tener una buena figura fue su siguiente victima, esta vez mordio su pierna, una de ellas pues la otra ya tenia una mordida y no era bueno dejar despareja la otra. La simetria era importante-. Deberias afeitarte piff- dijo escupiendo un poco-. ¿El master dijo tres o cuatro? mmm ¿quien es el master?- a veces se le mezclaban las cosas y decia cosas sin sentido. ¿Quien seria capaz de crear un mundo tan loco como ese?... ¿No?
No llevaba las cuentas asi que agarro a una chica del pelo y la atrajo hacia el (en un estilo que era casi como el tango), la hizo girar y le mordio el brazo justo a la altura del humero. Sé que este dato es innecesario pero queria dejar constancia de mis conocimientos. La zombi murmuró algo, quizas dijo "soy casada" o "no en la primera cita", Grant no lo supo, pero por las dudas la soltó dejandola caer en el duro pavimento. Y continuó cazando, como una fiera buscando su presa, un ser terrible y sediento de sangre putrefacta, un... un... eeeh... Un Grant enojado.
Fernanda parecía ida, casi como si necesitara entrar urgentemente en un manicomio. Su mirada era penetrante y enloquecida, con los ojos inyectados en sangre y esa furia insaciable que tan solo se veía en las películas. Sus labios, con una sonrisa muy grande dibujada, asustaba a cualquiera. No cesaba de reírse abiertamente, ante todo. ¿Que los zombies huían de ellos a toda la velocidad que podían permitirse? ella carcajeaba, ¿que Grant buscaba a unas y otras zombies y les mordía entre bruscos movimientos de ellas por soltarse? ella carcajeaba, ¿que mientras corría buscando a su presa se tropezaba? ella carcajeaba. Todo en aquel lugar le provocaba una risa terrorífica que no dejaba a nadie indiferente.
Comenzó a dar piruetas, girando sobre si misma hasta llegar frente a un zombie que no contaría con más de 20 años en su época de humano.
-¿A donde vas tan deprisa?, ¿no quieres jugar? - y la carcajada maléfica de Fernanda volvió a resonar.
Primero arañó parte de su pecho, y por debajo de sus uñas descuidadas se acumuló la carne putrefacta del zombie. Después, escupió en su cara y seguidamente comenzó a arañarle una y otra vez, chillando y riendo a la vez presa de algún demonio psicópata de poca inteligencia.
Tras unos minutos destrozando el cuerpo de aquel ser y dejando el suelo lleno de trozos de carne y piel, salió corriendo hasta una abuelita zombie.
-¿Sabez por qué tengo la boca tan grande abuelita? - dijo con ese gesto de loco psicópata en su cara, sonriendo y abriendo los ojos tanto como podía. Giró su cabeza de golpe hacia un lado sin dejar de mirarla - ¡Para comerte mejor!.
Tras una carcajada, Fernanda se lanzó hasta la abuelizombie y le mordió en el hombro, escupiendo el trozo unos metros más lejos de donde se encontraban.
La circense comenzó a correr dando vueltas en torno al grupo de zombies que ansiaba salir de allí. Cada vez su velocidad era más alta, y su risa terrorífica sonaba sonaba por más lugares. Era casi como una danza infernal.
-Oz voy a comer con papas fritaz, de esas McCain que el hombre de la tele dicen que son las mejorez, muajajajajaja - y su carcajada volvió a sonar.
Agarró a un zombie su la mano y continuó corriendo. Obviamente, el zombie estaba tan podrido que el brazo se le separó del cuerpo. Fernanda continuó su carrera riendo con el brazo del zombié entre sus manos.
-¿Quierez el brazo perrito?, ¡pues ve a buscarlo! - y lanzó el brazo muy lejos de allí.
Cuando se cansó de correr, se detuvo de golpe moviendo la cabeza de un lado a otro bruscamente sin borrar ese gesto de su cara, con la mirada clavada en los zombies sin infectar que quedaban.
-Uno dos, Fernanda ya está aquí... tres y cuatro, mejor que corráis como un gato... - comenzó a caminar hacia ellos, lentamente, aunque más rápido de lo que ellos podía correr - cinco y seis, si que me veis... siete y ocho os voy a comer como a un bizcocho... - continuó su camino - nueve y diez, ahora os comeré.
Y comenzó a correr en dirección a un zombi-bombero que aún llevaba la bombona de oxígeno a la espalda. Fernanda agarró la bombona y tiró fuertemente hacia atrás, riéndose al ver caer de manera estrepitosa al susodicho. Se inclinó hacia delante y colocó su cara muy cerca de la de él. Sorbió los mocos y los llevó hasta la boca, dejando caer el hilito muy lentamente de sus labios aún sonrientes hasta la cara del zombie bombero. Después, le comenzó a pegarle patadas sin parar de reír.
Cuando se cansó, continuó buscando nuevas presas para saciar sus ansias internas.
Cuando Ángela salió por la puerta del edificio, el compuesto introducido en sus venas había alcanzado ya su cerebro y recorrido cada centímetro de su cuerpo varias veces. La taquicardia, los sudores fríos y el temblor fruto de la crisis de ansiedad habían cesado. En su lugar, un irrefrenable hambre de muertos vivientes y sed de sangre se había apoderado de todo su ser. Hambre y sed, literalmente.
Y, mientras se acercaba hacía la horda de zombis que comenzaba a huir despavorida, Ángela experimentó, por primera vez en su vida, lo que denominó libertad. La libertad que sólo se puede sentir cuando eres despojado de todo temor. Porque en su consciencia ya no quedaba ni un resquicio de miedo a contraer enfermedades, ni pudor, ni ansiedad. Su desequilibrada mente (o más bien la droga) le estaba brindando la posibilidad de hacer todo aquello que no le había permitido en sus 28 años de vida. Era libre de su condena y tenía un montón de cadáveres andantes y putrefactos delante de ella. Y, por supuesto, pensaba aprovechar aquel momento como si fuera el último de su vida.
Como si de una escena de “Los Vigilantes de la Playa” se tratase, banda sonora incluida, Ángela comenzó a correr a cámara lenta unos metros antes de llegar a la reja de la salida. Quitándose los guantes con elegancia, los lanzó al aire y, acto seguido, su mano derecha se dirigió a su rostro. Con un movimiento ágil se deshizo de la mascarilla y un semblante sonriente y pletórico se descubrió detrás de ella. La arrojó al suelo mientras profería un grito de liberación y felicidad supremas, culminando así su escena particular. La música cesó, su carrera volvió a la normalidad y, antes de atravesar la reja, se quitó la chaqueta dejando sus brazos al aire.
Sentía como si hubiera vuelto a nacer. Ahora que se había acercado a la masa de zombis que intentaban escapar, los olores de carne podrida y sangre coagulada y fétida inundaron sus sentidos y su cerebro. Casi podía saborearlo y sus papilas gustativas empezaron a salivar. Se mantuvo inmóvil durante varios minutos, deleitándose y experimentando todas esas nuevas sensaciones.
Su mirada se centró en los muertos vivientes, eligiendo con cuidado cuál sería su primera presa. Entre la multitud, detecto a una maru-zombi que le recordaba mucho a Ruperta. Se acercó a ella con el nerviosismo propio que se experimenta al hacer algo por primera vez que llevas mucho tiempo esperando. Sí, podría decirse que Ángela estaba a punto de perder la virginidad con un zombi.
La nueva Ruperta intentaba escapar de la horda de humanos como todos los demás, pero su sobrepeso dificultaba su huída. Sus lorzas sanguinolentas rebotaban unas con otras y sus brazos fláccidos y fofos se movían con torpeza. En la mano derecha llevaba un plumero y su rodilla izquierda tenía un gran boquete por el que se apreciaban los huesos de la pierna.
- Tus lorzas serán mi comida hoy, vieja bruja!!!
El grito de Ángela se escuchó entre la multitud mientras se abalanzaba hacia ella por la espalda, de manera que cayeron al suelo, quedando la zombi debajo, a modo de colchón humano. Ángela agarró el brazo con el que sujetaba el plumero, tocó suavemente la chicha, acercó su cara, olió la piel y, tras unos segundos, mordió con todas sus fuerzas la grasa de aquella mujer. Tirando con fuerza con sus dientes, arrancó un buen pedazo de brazo, que escupió al suelo. Volvió a morder y morder y morder por todas partes, durante un buen rato, como si se tratara de una mazorca de maíz. Cuando ya le dolían las mandíbulas, lo soltó.
- Estás salvada, vieja fofa! Espero que me lo agradezcas más tarde.
De un salto se incorporó, dejando a la zombi en el suelo, gritando e intentando incorporarse de una manera increíblemente grotesca.
Después de haber saciado su hambre, necesitaba saciar su sed. Esta vez eligió a un hombre corpulento. Era calvo y le faltaba medio brazo, pero parecía tener piernas fuertes, al menos lo suficiente como para aguantar el equilibrio. Corrió y saltó encaramándose a él, rodeándole con las piernas de forma que parecía llevarla a caballito. Hundió su cara en el cuello de aquel zombi. La sangre manó y Ángela la saboreó como el néctar más exquisito. ¿Por qué aquel zombi sangraba si los cadáveres no podían sangrar? Por primera vez, le dio exactamente igual. El zombi se quejaba, dando vueltas sobre sí mismo intentando quitarse a la chica de encima. Cuando la sangre dejó de brotar, Ángela se soltó.
Miró sus manos, sus brazos y se tocó la boca. Estaba completamente empapada de sangre. Comenzó a reírse, buscando a sus compañeros con la mirada
- ¿Habéis visto, chicos? Estoy empapada de sangre… de sangre de zombi!! Y lo mejor de todo es que me gusta!!!
Ahora que ya no tenía hambre ni sed, quería experimentar con los restantes sentidos. Se dirigió hacia un hombre que tenía un boquete en la parte inferior de su pecho. Se le veían las costillas y tenía la pierna y el brazo izquierdo medio colgando. A Ángela le apetecía comprobar qué sonido producía arrancar diferentes miembros y huesos de un cuerpo (estuvo apunto de avisar a Richard María, pero supuso que estaría haciendo sus propios experimentos musicales). Le hizo la zancadilla para tirarle al suelo y así tener mayor libertad de movimiento. Fue arrancándole las costillas una a una, mientras escupía en la herida una mezcla de saliva y sangre bastante desagradable. Después, hizo lo propio con su brazo y con su pierna, descubriendo que los tendones y los músculos eran mucho más complicados de arrancar y originaban un sonido mucho menos limpio y más grimoso.
Alzó su mirada y en su campo de visión encontró a un zombi en silla de ruedas. Curiosamente, era uno de los que iban a la cabeza de la huida. Giraba las ruedas con muñones en vez de manos, pero se le daba realmente bien. Le faltaba media cara y se le veían claramente los sesos. Una fuerza irrefrenable obligó a Ángela a acercarse a él con rapidez. Necesitaba morder ese cerebro por encima de todas las cosas. Alcanzó la silla de ruedas, la paró y le puso el freno. El pobre zombi continuó con su movimiento compulsivo intentando avanzar, mientras Ángela agarraba su cabeza y lamía la masa viscosa y sanguinolenta. Se encontraba sumida en tal éxtasis que le araño con fiereza el cuello y lo poco que le quedaba de cara. Cuando fue capaz de separarse de él, desactivo el freno y permitió que aquel ser continuara su camino.
Buscó con su mirada a Deivid entre la multitud. Cuando lo encontró, le sonrió tiernamente y le dijo agradecida,
- Pequeño… espero que te quede más de esto para después. Es la mejor droga que he probado jamás.
Y, dándose la vuelta, se perdió entre la multitud de nuevo.
La Jessy salió de las primeras, pero se quedó observando como los demás se dedicaban a destrozar, partir, quebrar, despedazar, fracturar, cascar, destrozar, rajar, rasgar, descomponer, cascar, fraccionar, tronchar, desbaratar, dividir, hender, triturar ...un momento, ella no sabía tantos sinónimos. Bueno, es que ahora que podía pensar en otra cosa que no fuese su Richy..José..¿Antonio? Bah en tios el cerebro había pasado a tener el 60% de su capacidad libre y todo salió a la luz, incluyendo la violencia gratuita que tanto se había tragado en la televisión y que era el día a día en el barrio donde se crió.
...... Miraba, y cuando digo mirar es que buscaba, buscaba cualquier presa que le resultase llamativa, quizás una modelo a la que pudiese arrancarle la cabellera, un profesor con bata al que poder estrujarle el cuello con la misma hasta ¿remorir?, una Fernanda a la que ahogar con golosinas en el gaznate...ah no no, a ella no, ella era de los suyos. La cuestión es que buscaba y encontró finalmente lo que buscaba, un actor, un actor famosos de estos que las nenas se volvían locos por ellos.
Tu..Murmuró por lo bajo antes de empezar a correr hacía él con el rostro deformado en una extraña mueca de placer y fanatismo absoluto, placando todo zombie que se le pusiera por delante al grito de
!BRAAAAAAAAAAADDDDDDDDDDD!
Cualquiera que la viese no vería a mas que una fan histérica acercándose a un Brad totalmente desprotegido y con claras señas en su rostro semi perfecto (solo le quedaba la mitad, eso quitaba caché sin duda) de pánico absoluto, y querer huir antes de que se le echase encima una bestia indómita.
Pero nada pudo hacer, La Jessy cayó sobre él aberronchándose contra el Pitt vivo (en la otra vida me refiere) haciendo que este perdiese el equilibrio y cayese de espaldas.
Tu eres el amor de mi vidaaaaaaa, dame un...Se descalzó de sus tacones y los cogió con sendas manos dame un hijo!!!! Clavó la punta de estos en el pecho del confuso y gritón zombie Calla, no hables, nosotros nos entenderemos, estaremos juntos para siempre, siempre jamás!!
Ella nunca lo había admitido, pero el de Troya le había comido los huesos en su adolescencia, y es que la volvía loca, literalmente. Ahora que estaba en una especie de frenesí solo una idea le vi no en mente, el sería de ella eternamente. De eso se iba a encargar. Juntos...para SIEMPRE!! como si de una tatuadora se tratase empezó a grabar sus iniciales con el tacón en el pecho de el, causando que un pulmón fuese atravesado, que un par de costillas mas se rompiesen y que finalmente su torax se hundiese y quedase totalmente aplastado.
¿Lo ves? Esto es amor Con la mirada de una enamorada le dio un abrazo a lo que quedaba, haciendo que la cabeza del maromo cayese al suelo y rodase hasta los pies de una chica zombie que encima era modelo o al menos tenía cuerpo, porque cara como tal no tenía.
......ZORRA!!!! La Jessy se levantó de nuevo, manchada con los restos de su amado y se lió a golpe de tacón con esa pilingui antes de que tocara a su novio.
El viejo y musical corazón del compositor jamás se había enfrentado a una jauría de fans enloquecidas. Pero cuando salió de aquel edificio fue, nota arriba, nota abajo, lo que sintió, al ver a aquel montón de zombies amontonados ante las puertas. Una voz en su interior parecía decirle: ¡Elvis ha abandonado el edificio!
Sentía el influjo de las drogas corriendo por sus venas, afilando sus sentidos. El ritmo de su corazón había pasado a ser un jazz rápido, agresivo y directo. El compositor lo tuvo claro: se subió encima de un contenedor de basura mientras observaba a las masas que lo aclamaban como si fuera Michael Jackson en Thriller, y después se tiró en plancha, con la boca abierta y los dientes por delante.
Los clavó en el brazo de una zombie rockera que quería caña. Casi se clava los pinchos de la muñequera, pero había valido la pena, carne de zombie en su punto. Después se volvió y mordió en la oreja a un zombiehip-hopero que arrastraba los pantalones por el suelo.
Se reunió con el resto de sus compañeros que estaban repartiendo mordiscos a diestro y siniestro a ritmo de rock'and'roll. Especialmente Ángela, que parecía fuera de sí.
Aquel día la palabra grotesco alcanzó un nuevo significado... porque allá donde se reunían los académicos zombi de la lengua lo habían decidido así. En cualquier caso, ante aquellos laboratorios se produjo una auténtica carnicería. Algunos de los zombis afectados se curarían a los pocos días, ya que de eso se trataba. Otros no, ya fuera porque sus atacantes se habían excedido y habían desmembrado a las víctimas o porque la enfermedad tenía varias formas de transmitirse pero las heridas provocadas por los tacones de aguja no eran una de ellas.
El caso es que la sangre y los miembros desmembrados se repartían por toda la calle, y aunque pudiera resultar curioso, aquel era el comienzo de una nueva era civilizada para la humanidad.
Por cierto, a las farolas se les empezó a llamar también "grotescos".
Señores, tengo que felicitaros. Estos han sido los mejores posts que he leído nunca en Umbría. IMPRESIONANTE xD
Bueno, esto llega a su fin. Haremos un último post cada uno a forma de epílogo. Empezaré yo con un pequeño resumen de lo que ocurrió a continuación. Lo que debéis hacer es indicar cómo le fue la vida a vuestro personaje después de lo sucedido tal y como yo haré con los PNJs.
Los efectos de la droga fueron pasando poco a poco y con él sus ansias por atacar a los zombis. Por suerte, cuando esto ocurrió, ya habían infectado a todos los zombis que hacía falta. Aún así siguieron con su plan y fueron hasta California para añadir el compuesto a la Cocacola. Tras un curioso encuentro con el departamento zombi de marketing de Cocacola, la nueva fórmula fue comercializada como: COCALOCA.
La cocaloca fue distribuida por todo el mundo con un éxito atroz y el virus curativo llegó a todos los puntos del planeta. Pronto, la humanidad comenzó a recobrar la normalidad. Salvo por las empresas de prótesis que reactivaron su economía con unos ingresos del cien millones por cien. Aquello desembocó en un crecimiento económico de sus dueños que a la larga hizo que el mundo fuera dominado por una sociedad de cojos y mancos conocidos como "los mordidos". Pero eso ya es otra partida.
La historia de los héroes del compuesto H2B45 fue publicada en un libro por el doctor Barrister, un PNJ que salió al principio y no volvió a aparecer. Pronto se hicieron famosos y una legión de fans comenzó a perseguirlos. Eran mundialmente famosos. Además, cocacola les tuvo que indemnizar por comercializar su producto, la cocaloca, que al final resultó ser adictiva y sufrió un montón de denuncias. Pero eso también sería otra partida distinta.
Al final, el mundo se recuperó. El único cambio trascendente fue que Belén Esteban había sufrido mucho en su etapa como zombi y en varias ocasiones había sufrido desperfectos que le deformaron la cara. Bueno, en realidad, tampoco cambió tanto.
El doctor Barrister escribió una novela inspirada en una historia real sobre los héroes del compuesto H2B45. Pero resultó ser en gran parte inventada, pues él apenas había estado presente y de alguna forma había introducido a Mickey Mouse y Pluto en la historia, donde una familia adinerada luchaba venida a menos luchaba por sobrevivir a una importante crisis económica.
Pero de algún modo, aquel libro, que vendió cien mil trillones de copias pero que nadie pudo terminarse, convirtió a nuestros protagonistas en héroes mundiales. No se sabe muy bien cómo, pero todo el mundo acabó conociendo la historia verdadera de lo ocurrido.
El doctor Barrister terminó en un manicomio afectado por una durísima crítica sobre su libro que él mismo había publicado en un periódico local. En ella declaraba que era tan aburrido que ni él mismo había sido capaz de terminar de escribirlo. Tras una tesis doctoral años después se descubrió que las últimas 50 páginas estaban en blanco. Nadie había llegado a ellas.
Ahora es muy tarde, mañana seguiré con los epílogos de los PNJs pero este es un ejemplo de lo que tenéis que hacer con vuestros personajes.
Nuestra adorada poligonera quizás no se quedó con el amor de su adolescencia, el Pitt y quizás luego fuese demandada por la "Jolia" como ella la llamaba, pero eso, amigos mios no fue nada. Porque llegó a cumplir su sueño, ser presentadora de televisión en varias cadenas de la reputación de telecinco, ni mas, ni menos.
En sus años dorados en los que aparte de ser presentadora fue co-productora de su propia serie contando la historia tal y como fue, en su mente claro. Donde se sentía encerrada en un cuerpo sin vestidos ceñidos, con el pintalabios corrido y con los tacones rotos...toda una heroína para las chicas de los barrios bajos vamos, a ver quien sobrevivía a eso sin partirse ni una uña. También hizo sus pinitos en el cine, sobretodo como chica Tarantino, y es que, lo llevaba en la sangre, esa mala leche le supuraba hasta por las higadillas cuando se trataban de cosas incoherentes para el resto de la humanidad. Actuó en 3 películas: "Zombies del mañana", "La mujer de las uñas de hierro" ambas de Tarantino, y la última y mas importante "No sin Mi Pitt" donde compartía cartel con las actrices que no habían sido masacradas o mutiladas mas importantes, dirigida por el actor de Borat.
Intentó cantar pero se le daba muy mal, lo cual lo achacó a las heridas de los zombies...También estuvo en 3 Gran hermanos y en Zombie Shore, que diga, India Shore, Canadá shore y Tokio shore. En este último se enamoró de un chico asiatico que parecía haberse tomado una fabrica de anabolizantes de una sentada, ni Conan. Pero su amor duró poco...la Jessy era demasiado posesiva con lo que era suyo y acabó en la carcel por intento de asesinato a "mano armada" (esas uñas se consideraron armas) a una chica que le echaba miraditas detrás de unas enormes gafas de sol de cristal opaco...no, tampoco vio al perro lazarillo que iba al lado.
Pasó un par de años en chirona, en los cuales se puso en contacto o al menos lo intentó con los supervivientes de su grupo, que fueron todos. Se sacó el título de peluquería en las celdas de la biblioteca, donde por un modico precio en forma de maquillajes, chicles y revistas del corazón dejaba a las presas y los guardias con un peinado de impresión.
Al salir, con la fama por las nubes se dedicó a vivir la vida, vamos, lo que ya hacía pero peor. Acabando muerta a los 30 años el fatídico día donde eligió aceptar la apuesta de quien era capaz de meterse una bolita del bingo en la nariz, ella se metió 5, no 1, ni 2, ni 3, ni 4, ni 6, no, 5 bolones de bingo de las Vegas tamaño cabeza de barbie.
Si le preguntan a Grant que fué de si vida, este solo se encogería de hombros y haria cara de no saberlo a ciencia cierta. Habia cosas que olvidaba y entre ellas era como continuó su vida luego del "Apocalipsis humano". De hecho su vida fue muy parecida a la de Forrest Gump, solo que sin ser tan buen actor y aun mas perdido. Inventaba cosas increibles para luego olvidar donde las habia dejado, contaba chistes sin llegar jamas al final, dejaba el grifo abierto, aconsejaba a los presidentes, era presidente (de hecho fue el mejor en la historia), hizo un cameo en una de las peliculas de la Jessy (andaba por ahi y sin querer se coló en el rodaje), estuvo en un concierto de Richard (ahora ven lo bueno que es el no recordar algunas cosas), fue hombre bala en el circo de Fernanda (hasta que un dia lo arrojaron demasiado lejos y jamas volvió), inventó un rap llamado "¿Por que estoy aquí? el cual fue un exito ente drogadictos, y muchas cosas mas que él joven jamas supo que hizo pero que marcaron un antes y un despues.
Lo unico bueno que le pasó, fue reecontrarse con su esposa, la cual habia ganado varios kilos comiendose gente en su etapa zombi, pareciendose de forma alarmante a su suegra. Esta habia muerto a causas naturales luego de un reencuentro (murio de un hachazo en la frente.... y naturalmente murió). Por suerte compro varios kilos de reducejatfast (o algo asi) y su esposa volvio a tener la figura de siempre. Grant vivió el resto de su vida con ella, con su amor constantemente reiniciandose por su problema de ex-zombi, tuvieron 5 hijos a los que llamaron, Angela, Fernanda, Jessy, Richard y Palmer (el ultimo vino de sorpresa pero era eso o ponerle el nombre de su suegra)
Flashes y más flashes. La vida del grupo de héroes había cambiado radicalmente. Cada vez que iban a comprar el pan, un paparazzi les seguía los pasos, incluso habían pillado a más de uno en momentos íntimos... como sacándose un moco mientras conducían. Todas las revistas estaban ansiosas por sacar a uno de ellos en portada haciendo algo diferente cada día.
Fernanda no se enteraba muy bien de por qué ahora la seguían más, ella simplemente se divertía haciendo sus números en plena calle mientras los fotógrafos retrataban sus caras de esfuerzo dando el máximo número de palmas por minuto. Era algo realmente agradable para ella.
Gracias al dinero que había ganado por la indemnización, Fernanda compró el circo a Di Afragmini, el que hasta ese momento era su jefe. El nombre del circo pasó a ser "Fernandita y sus amigos", las instalaciones mejoraron y se prohibió por orden expresa de la circense, cualquier espectáculo con animales. Las personas se arremolinaban a la entrada del circo, incluso se había dado el caso de groupies que habían acampado durante días antes de la función, tarareando la famosa canción circense de: "tito tinoninoninonino tito tinoninoninonino tititi tino tititi tino...", mientras lloraban entusiasmadas.
Otro de los héroes, Grant, estuvo visitando el circo de Fernanda. La circense le invitó a probar el cañón humano que con tanta curiosidad miraba su amigo. Lamentablemente, la potencia con la que habían cargado el artefacto era muy grande y Grant había salido disparado a kilómetros de distancia del lugar. Fernanda se había quedado algo preocupada, pero en cuanto la cocinera del circo la avisó de que la comida estaba preparada, salió disparada al comedor para llenar su estómago. Seguro que su amigo estaba en perfectas condiciones.
A los 30 años, Fernanda se sometió a un tratamiento experimental de aumento de capacidad cerebral. Tras dos meses de recuperación, Fernanda se había transformado en una mujer nueva. Su manera de vestir cambió, así como su peinado e inteligencia. Ahora era una mujer nueva.
El circo que tantos buenos momentos le había dado a lo largo de su vida continuó en sus manos, y montones de nuevos y peculiares artistas se golpeaban por participar en el. Fernanda llevó a lo más alto las funciones circenses, y muchos otros circos que practicaban sus actos con animales, siguieron el ejemplo de "Fernandita y sus amigos".
La circense escribió dos libros: "¿Cómo aprendí a dar 550 palmas en menos de un minuto?" y "50 Maneras de cardar el pelo". En el segundo libro contó con la colaboración de la Jessy mientras esta se encontraba en chirona. Fue un éxito mundial y pronto la gente comenzó a peinarse como en los años 80.
Cuando las canas comenzaron a teñir su cabello, algo en el tratamiento al que se había sometido cambió. Fernanda comenzó a retornar a su antigua "ella", transformación que fue muy seguida por cada una de las revistas del corazón y de ciencia que había en el mundo. Cuando los cocos cardados volvieron a su cabellera, Fernanda era la mujer con mentalidad de niña más feliz del mundo, pues había comprobado como veían la vida los demás, y sin duda se quedaba con su bonito e infantil modo de ver las cosas. ¿Quién quiere crecer y dejar de hacer esas cosas tontas que hacíamos de pequeños?, ¿quién quiere tener responsabilidades más allá de con quién jugar al pilla-pilla o de qué sabor comprar el helado?.
Fernanda murió feliz. Arropada por sus amigos del circo y rodeada de gatos y perros a los que alimentaba y con los que jugaba como si fueran sus pequeños hijos.
Richard María vivió a partir de aquel momento el lado más agridulce de su vida. Por un lado la gran mayoría de compositores y músicos que sobrevivieron al holocausto zombie, eran ahora tullidos y atontaos, por lo que por mal que lo hiciera él (y lo hacía muy mal), seguía siendo el mejor músico del mundo. Se retiró a su vieja mansión de los Von Souflé, ahora más grande, más vacía y más sucia. El compositor se encontró de pronto esperando a que alguien le sirviera los canapés, le colorara la servilleta sobre las rodillas, le tendiera la toalla cuando saliera de la ducha o le abriera la puerta para entrar en el coche.
Pero su mayordomo no estaba, hecho que le hacía pasar hambre, ensuciarse los pantalones las pocas veces que comía algo, morirse de frío mientras buscaba una toalla y golpearse con la puerta del coche cada vez que intentaba entrar o salir. Se prometió entonces que dedicaría todos sus esfuerzos a buscar a su viejo compañero, el Mayordomo.
Con su popularidad subiendo como la espuma, el famoso músico tuvo la oportunidad de componer bandas sonoras para varias películas de éxito. Aquello hizo e llamaran para ir a Holliwood a componer para la última de Tarantino, "Zombies del mañana". Esto le hizo encontrarse con la Jessy, con quien mantuvo una cálida, tensa y breve conversación. Le pidió fuego.
Esto hizo que muchas revistas publicaran al día siguiente bulos sobre la supuesta relación entre la actriz poligonera más de moda y el músico. Richard lo desmintió todo, y aprovechó para publicar un anuncio para buscar a su Mayordomo. Por desgracia, pasaron los meses y Richard María no recibía ningún tipo de respuesta.
Para colmo le pillaron sacándose un moco mientras conducía el coche, hecho que le hizo volver a tener que hacer desmentidos y declaraciones.
Fundó la Orquesta de San Leproso, y comenzó una gira de conciertos donde se tocaban las más variadas piezas, ya que a los músicos se les caían constantemente todo tipo de prótesis. Grant estuvo en concierto de Richard María, y al terminar, aunque él no lo recuerde, estuvo hablando durante un buen rato con el compositor. Al parecer el ruido de los golpes durante el concierto le había dado a Grant la idea para componer un tema de rap. Richard María estuvo tentado de demandarle por plagio, pero se imaginó que si aquello salía a luz los músicos también querrían su parte, así que decidió no hacer nada, y esperar a que Grant se olvidara de ello, como siempre.
Richard Maria fue tambien al Circo de Fernanda, donde dispararon a Grant como si fuera una bala de cañón. Estando allí además le pidió a Fernanda que le firmara uno de sus libros: "50 Maneras de cardar el pelo". La razón de que Richard comprara tal libro es que se había hecho con un rebaño de ovejas.
Al final Richard María aprendió a hacer las cosas por sí mismo y se olvidó de tener Mayordomo. Le puso cristales tintados al coche, para poder sacarse todos los mocos que quiera sin que nadie le miré y acude de cuando en cuando a casa de Grant a ver a los que considera sus cinco y diabólicos sobrinos.
Un año después de los hechos que ensalzaron a aquel peculiar grupo, la doctora Güeiss sacó un tratado por el que fue galardonada con el premio Nobel de Medicina. El tratado en cuestión titulado "Creo que hay una infección zombi" determinaba detalladamente los comportamientos de los zombis. Básicamente narraba cómo se comían entre ellos y cómo balbuceaban incomprensiblemente. Creó además un traductor español-zombi pero el maldito programa solo funcionaba con palabras cortas y además el servidor se fue al carajo y lo fastidió todo.
Posteriormente inspirado por la desgraciada situación de Grant y su memoria se puso a trabajar en un suero de la memoria para ayudar a aquellas personas que sufrían su misma patología. Probó el suero con el propio Grant y fue un absoluto desastre. Su nueva candidatura al Nobel sufrió un fuerte fracaso, pero se le abrió una nueva oportunidad de negocio al venderle cada semana un bote del suero al pobre Grant, que cada semana, olvidando que ya había comprado esa farsa la semana anterior, lo compraba con toda la ilusión del mundo.
Así se ganó la vida a partir de entonces.
Maic ayudó en la restauración de la normalidad en el mundo pero sufrió complicadas consecuencias al sufrir una perpetua lumbalgia que le retiró para siempre como estrado humano. Fue entrevistado en un famoso programa de EEUU en lo que fue conocida como la entrevista más elocuente jamás emitida en televisión.
- Maic, ¿cómo se encuentra?
- Jooooderrrr...
Su patología se complicó hasta el punto de que no era capaz de ponerse recto y debía caminar encorvado en todo momento. Por suerte, este hecho hizo que descubriera su desconocida afición: encontrar monedas en el suelo. Empezó paseando por las calles de Los Ángeles recogiendo monedas del suelo, pero enseguida se enfrascó en un viaje encorvado por todo EEUU recogiendo monedas en las ciudades más importantes del país. La cadena FOX produjo un reality en el que se dedicaba a seguir a Maic por todo el mundo contando sus peripecias. Tras casi una década recogiendo monedas del suelo, el gobierno de EEUU decidió cambiar de moneda e invalidar todas las monedas viejas que Maic había recogido. Había llegado a juntar diez millones de dólares.
Desgraciadamente para Ángela, el efecto de la droga desapareció de su cuerpo. Los meses posteriores a la recuperación de gran parte de la población los pasó encerrada en un manicomio bajo tratamiento psiquiátrico debido a los episodios catatónicos que sufría al recordar lo que había hecho con aquellos seres.
Cuando estuvo lo suficientemente recuperada como para poder salir de allí, se enteró de que era famosa y de que era multimillonaria, cosa que le produjo una gran satisfacción.
Decidió establecerse en una mansión de Los Ángeles y convertir su casa en una “casa burbuja”, con todas las comodidades y las medidas de salubridad y desinfección que consideraba necesarias. O sea, muchas. Le encantaba recibir visitas de sus amigos, aunque no eran muy frecuentes debido a las estrictas fases de esterilización a las que les sometía antes de entrar.
Por supuesto, eligió esa ubicación para poder permanecer cerca de Deivid y del Dr. Fhiser. Le había cogido demasiado cariño al chaval como para separarse de él y había llegado a un acuerdo con su padre para subvencionar una investigación y conseguir una vacuna que inhibiera su miedo al contagio de enfermedades. Algo parecido a la cura zombi, pero sin el efecto secundario del canibalismo y la ultra violencia.
Tras muchos meses de experimentación (en los que ella era el único sujeto con el que experimentar) consiguieron dar con una fórmula que más o menos funcionaba. Eso sí, tenía que tener cuidado al pasar por la casquería de un supermercado o corría el riesgo de abalanzarse contra el mostrador y babear mientras intentaba alcanzar unos sesos de vaca.
Así, pudo salir por fin del que ahora era su hogar y visitar a todos sus compañeros de aventuras.
Pasó por el nuevo circo de Fernanda, a la que felicitó sinceramente por los dos libros que había escrito y que Ángela había leído con avidez. En la “casa burbuja” tenía mucho tiempo libre para leer.
Después pasó a ver a La Jessy, a la que había seguido en toda su andadura por la televisión y con la que pudo charlar durante horas sobre los ex-concursantes de Gran Hermano. En la “casa burbuja” tenía mucho tiempo para ver la televisión.
Más tarde le hizo una visita Richard María, con el que comentó la graciosa foto en la que se sacaba un moco y que había sido publicada en todas las revistas del corazón. En la “casa burbuja” tenía tiempo para hojear revistas de marujeo.
Y, por último, pasó un interesante día con Grant y su gran familia y pudo conocer por fin a sus sobrinos. Le prometió volver a visitarle con frecuencia, porque en su “casa burbuja” a veces se sentía muy sola. Y además, era un gustazo prometerle cosas a Grant, porque se le olvidaban tan rápido que, si no las cumplía, no tenía que perder el tiempo sintiéndose culpable.
Y así, entre su “casa burbuja”, sus experimentaciones científicas y las visitas a sus amigos, Ángela enfrentaba con ilusión una nueva vida.
La increíble historia de Deivid continuando la investigación de su padre dio la vuelta al mundo y le sirvió al muchacho para lograr un enorme éxito: sacó un siete en Conocimiento del Medio. Además, el profesor de informática le puso un positivo por haber sabido manejar la base de datos del laboratorio.
Con su padre parcialmente recuperado (las mordeduras por todo su cuerpo fueron permanentes) Deivid volvió a su vida normal. Iba a clase por las mañanas, comía en casa, resolvía ecuaciones de tercer grado irresolubles después de comer, jugaba un rato en los columpios, experimentaba con bacterias modificadas genéticamente antes de la cena. Cosas normales.
Varios años después, Deivid hizo uno de los mayores descubrimientos de la historia de la medicina. Descubrió la cura definitiva contra el cáncer. Un vecino suyo aficionado a la ciencia (se compraba la "Muy Interesante" todos los meses) le robó el compuesto y lo publicó como propio para los premios Nobel, sin embargo, aquel era un proyecto señuelo. El verdadero descubrimiento de Deivid fue la cura contra el hipo con lo cual desbarató los intentos del ladrón y se llevó el Nobel con una abrumadora superioridad.
Siguió viendo a Ángela. Se dejaba cuidar por ella, pero al mismo tiempo, velaba por su seguridad, como había hecho todo el tiempo. Trabajó junto a su padre en el "Desinhibidor de la Pulcritud" para ella hasta que al final consiguieron un compuesto que funcionaba. Su siguiente objetivo fue encontrar una cura para el problema de Grant con la memoria, pero cuando se enteró de que la doctora Güeiss le había vendido uno, dejó de preocuparse por ello.
Fin de la partida :)