El cielo estaba encapotado. Milo odiaba los días en los que el cielo estaba así. Y no tenía pinta de mejorar: El hombre del tiempo había predicho que durante los siguientes días habría lluvia fina pero constante, de ese tipo tan odioso que te daba la sensación de no estar mojándote, pero tras varios minutos acababas calado. Apagó su cigarrillo, y llamó al timbre
No fue hasta el tercer intento que se dio por vencido. No, ella no estaba en casa. Eso era extraño, tan extraño que casi se olvidó del pésimo estado meteorológico. Comprobó la dirección de nuevo: Calle Do Baho, portal 7, 3º C. Sí, no había ninguna duda. Pero ella no estaba. Debería estar, porque sabía que hoy Milo iba a visitarla. Pero no estaba
Sacó las llaves. Normalmente llamaba al timbre por educación. No quería sorprenderla en alguna situación comprometida, y respetaba que, con su edad, pudiera tener cierto pudor y recato a la hora de tener su propio espacio personal. Como no quería sorpresas, siempre avisaba. Pero aquella vez era diferente. Quizás la había sucedido algo. Algo más nervioso, subió los escalones de tres en tres, hasta que llegó a la puerta del pequeño piso en el que vivía ella
Lo primero que le asaltó nada más entrar fue la sensación de soledad que parecía inundar todo el lugar, como si el propio aire se hubiera vuelto más denso y melancólico. Las persianas, bajadas, la cama, hecha, las puertas, cerradas. Tuvo que abrir una ventana para que entrara algo de luz, pero aún después de hacerlo tuvo la sensación de que en el lugar parecía asentarse cierta oscuridad ambiental, que ninguna luz podría llegar a borrar. Fue más una sensación, pero, de alguna manera, y mientras observaba la pequeña y modesta habitación, se dio cuenta de que ella no iba a volver
Sobre la cama no había nada, excepto una fina y solitaria pluma
¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros. - Epicuro de Samos
Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano. - Johann Wolfgang Goethe
Tres horas. Eso había dicho él. Viendo su estúpida sonrisa y el brillo de sus ojos, casi le había creído. Siempre ejercía en ella ese mismo efecto, el de saber que, aunque todo fuera mal, inevitablemente la situación acabaría por encauzarse. Recordaba haber contenido el aliento cuando le vio internarse en la oscuridad. Tres horas, había dicho
Habían pasado tres días
La pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza. No era lo único que oía: Los atronadores disparos que sobrevolaban su cabeza, los gritos de sus compañeros mutilados, el humo y las explosiones... Todo se mezclaba de forma confusa y caótica, pero la pregunta sobresalía por encima como un oscuro susurro de la Parca
"¿Cómo hemos podido llegar a esto?"
Ha empezado. Los espectadores se pegan a sus pantallas a lo largo y ancho de todo Panem. Unos miran a los niños que lentamente surgen del suelo con mal disimulada indignación, otros con los ojos como platos y sonrisas de emoción en sus caras. Los niños miran a su alrededor desorientados, pero pronto centran su vista en lo más importante: La cornucopia. Pues saben que el ganador obtendrá gloria y riquezas durante el resto de su vida. Dios les libre de ser los perdedores...
¡Que comiencen los Septuagésimo segundos Juegos Del Hambre!
¿Dónde está el límite de nuestras convicciones? ¿Qué nos lleva a dejar a un lado nuestra humanidad, qué es necesario para que el instinto se imponga a la razón y la bestia salga a flote? Sultünge, apenas un puñado de casas olvidadas en uno de los muchos páramos helados de los Yermos Gélidos. Allí es donde empieza la historia que llevara a un grupo variopinto de distintos personajes a hacerse estas preguntas... Y a desenterrar un secreto que siempre debió permanecer oculto.
A las 3 de la mañana, la vía 5 que une las ciudades de Ravenville y Portley Mountain está vacía. Excepto por un tren, que, solitario y taciturno, casi vacío, recorre la praderas y bosques, iluminado sólo por la luz de la luna
Hoy es sólo otra noche más. Hay luna nueva
Y el hombre olvidó.
Nadie es capaz de decir por qué ocurrió ni cómo. Puede que se desencadenara algún fenómeno natural que borró nuestros recuerdos, puede que trasgrediéramos una regla de algún poder desconocido y fuéramos castigados por ello. Puede que, símplemente, el hombre se lo hiciese a sí mismo.
Como niños pequeños, reducidos a poco más que animales, vagamos durante siglos mientras nuestra fatua civilización se derrumbaba alrededor de nosotros. Todo se convirtió en ruinas. Las ruinas se hicieron polvo. Y el polvo se dispersó en los vientos.
En aquélla época el mundo tenía otro nombre.
Pero nadie queda para recordarlo.
En la oscuridad de la noche, cinco jinetes cabalgan hacia el amanecer en busca de su destino. Sus corceles parecen cansados, sin embargo, siguen recorriendo el camino a toda velocidad como intentando alcanzar algo que, lentamente, se va alejando de ellos hacia el horizonte lejano. El Destino es incierto, el camino, peligroso, pero ellos han llegado hasta aquí para convertirse en leyenda. Para que sus nombres sean recordados durante Eones, y para que sus actos queden grabados en la memoría de todo habitante de Gaïa.
Ganar significa fama y riqueza. Perder significa la muerte segura. ¡QUE EMPIEZEN LOS SEPTUAGÉSIMO QUINTOS JUEGOS DEL HAMBRE!
Partida basada en la historia y mundo del manual basico de Anima. Donde las acciones de los personajes pueden desenlazar todo tipo de acontesimientos distintos en el mundo
Santiago de Compostela. Pedro Crespo, un conocido periodista local, es asesinado brutalmente en su casa. Dos detectives investigan la muerte del periodista que, al parecer, trabajaba en un artículo desmontando conspiraciones famosas.
Tres años más tarde, los lazos parecen romperse, parece que Seline había mentido y nunca más se volverían a ver... Que los caminos se habían separado y ya no tendrían intersección. Aquel gran futuro que les auguraba estaba ya muy enterrado en su memoria. Perdido, pero no olvidado. Nunca olvidarían lo que sucedió aquellos días. Pero eso, era cosa del pasado...
O eso es lo que parece.
Y las apariencias engañan... ¿no es cierto?
Puede que vengas del Distrito 1 y tu familia sea rica, comas tres veces al día y tengas una casa grande y bonita. O puede que seas del Distrito 12 y rebusques entre la basura para llevarte algo a la boca y te veas obligado a trabajar en la mina para ganar una miseria. Puede que hayas tenido mala suerte, te hayas presentado voluntario o que las probabilidades se hayan cumplido porque has pedido tantas teselas que tu nombre era el más repetido en el bombo del sorteo: has sido seleccionado como tributo para los quincuagésimo terceros Juegos del Hambre.
¿El objetivo? Sobrevivir a los otros veintitrés tributos. Qué lástima que ellos pretendan hacer eso mismo.
Cuando crees que el problema más importante de España son los políticos, la crisis y la corrupción, la realidad te golpea en la cara. ¿Quien podría haberse imaginado que el país sería invadido y que todo se va a ir realmente a la mierda?
En el año 2085, el NGT se enfrenta en una triple guerra contra los migo, los siervos de Tormenta Devastadora y la Orden de Dagon, una guerra que está perdiendo. Solo el sacrificio de sus soldados en la línea del frente, día a día, contiene la amenaza y devuelve la esperanza a humanos y nazzadi. Una esperanza cimentada sobre la sangre y el sudor de sus mejores guerreros: los pilotos de Engel.
Partida de Aquelarre que transcurrirá en una posada del Reino de Navarra. Plazas completas.
Cornes es una pequeña aldea que forma parte de Siebervolken, donde los aldeanos se preparan para la fiesta del 21 de Marzo, dando así la bienvenida al Equinocio. Las calles brillan, llenas de luces, y sus gentes parecen ansiosas por recibir la tan esperada festividad, pero quizá no sea todo tan bonito como parece...
Residencia de Superheroes de la tercera edad, al parecer un la Residencia X se ha infiltrado un Supervillano haciendose pasar por un Superheroe, sediento de venganza desde hace 50 años, ha decidido acabar con sus viejos enemigos viejos
Aventura del suplemento "Cálculos Mortales" para la Llamada de Cthulhu. Personajes pregenerados, aunque podría admitirse algún personaje creado por el jugador si se le ocurre una historia para introducirlo en el grupo.