Y el hombre olvidó.
Nadie es capaz de decir por qué ocurrió ni cómo. Puede que se desencadenara algún fenómeno natural que borró nuestros recuerdos, puede que trasgrediéramos una regla de algún poder desconocido y fuéramos castigados por ello. Puede que, símplemente, el hombre se lo hiciese a sí mismo.
Como niños pequeños, reducidos a poco más que animales, vagamos durante siglos mientras nuestra fatua civilización se derrumbaba alrededor de nosotros. Todo se convirtió en ruinas. Las ruinas se hicieron polvo. Y el polvo se dispersó en los vientos.
En aquélla época el mundo tenía otro nombre.
Pero nadie queda para recordarlo.
Y ahora...
...ahora estamos en el año 989. La magia está retornando con fuerza a Gaia, y la linea que separa el mundo de la Vigilia con el nuestro es cada vez más frágil. El Imperio se ha resquebrajado, y va a dar comienzo una lucha entre la Emperatriz, los Señores de la Guerra, y la Iglesia por acaparar el control. Las almas de los seres sobrenaturales que murieron a lo largo de estos ultimos siglos se encarnan en niños humanos, dando lugar al nacimiento de los Nephilim. Y entidades que han sobrevivido ocultas al hombre durante eras se dan cuenta de que ha llegado el momento de volver a manifestarse en el mundo...
Todos pueden sentirlo. Ha empezado.
Y las cosas que he relatado... Yo las vi. Porque nunca olvidé...
Esa fue mi condena.
- En principio sólo es el módulo de ánima Una Sombra en los sueños. Pero si una vez terminado (si podéis muhahahah) se quiere continuar podría continuar hasta que os canséis de mí.
- Si alguien ha jugado ya el módulo. Y aún así quiere unirse... tiene plena libertad. El metarroleo sería caer muy bajo... confío en vuestro espíritu rolero. De todas maneras, pueden cambiar algunas cosillas. (¿Me seguís? [creo que la broma sólo la he entendido yo])
- Sería recomendable un poco de experiencia en el sistema (al menos, saber hacer las fichas...). Aunque por un hilo puedo intentar ayudar en lo posible al que pregunte.
- Se aceptan todo tipo de personajes, y para la gente que no sepa (o no quiera) hacerse la ficha, se ofrecen personajes pregenerados.
-Nivel Sobrenatural -> Medio
-6 jugadores, de nivel 1. (Pueden ser menos si nadie quiere entrar XD)
- Se utilizarán casi todos los libros disponibles en el mercado (Core Exxet, Arcana Exxet, Dóminus Exxet, Pantalla del director, principalmente, Al Más allá de los sueños no tengo todo el acceso que me gustaría, y lo mismo con Los que caminaron con nosotros, pero si me comentáis lo que queráis usar de esos libros no tengo problema en aceptarlo)
- Sería aconsejable que el Pj no fuera símplemente una ficha de personaje. Que tenga una historia. Que no haya sido parido en el momento del primer post XD. (Cuando digo aconsejable, quiero decir necesario)
-Saber reconocer quién es el Pj y quién el jugador. ¿Entendido? Vale, nunca está de más esta aclaración.
- Las mínimas patadas al diccionario posibles.
Todo lo que no querais decir en la partida real. Por tonto, escueto, descabellado o inteligente que sea.
Cualquier duda, preguntad sin temor.
Sabeis que necesitais saberlo.
Eran las 10:00 del 15 de Agosto del año 989 después de Cristo, y estaba a punto de suceder un hecho extraordinario. Por orden del Príncipe de Gabriel, Lucrecio ha estado confeccionando un enorme artefacto. Un artefacto que demostrara a todos el grandioso poder de la nación más poderosa de la costa de Comercio. Y no era para menos. Una miriada de observadores, gentes de todas las clases y lugares, han venido hasta Chaville para contemplarlo. Además el gobernador de la cuidad no ha reparado en gastos. Suenan las trompetas, los bombos y los tambores demuestran que no es algo usual.
Pero ¿Cuál es el motivo de la expectación? Una grandiosa Nave se alza en el puerto. Zéppelin lo llaman. Que puede volar, dicen. Sea como sea allí estaba. Una visión imponente sin duda. "La Dama", como han bautizado al gigantesto transporte, es una visión realmente impresionante. Se trata de un Zeppelin de tres cuerpos unidos entre sí por cuatro largas pasarelas de metal. Toda la estructura está bellamente tallada de un modo tan aerodinámico como ostentoso, que trata de imitar el estilo de los regios navíos del principado. Las dos barcazas laterales están destinadas a los viajeros y camarotes, mientras que en el cuerpo principal se encuentra la bodega de carga y el puente de mando.
A traves del griterío de las centenares de personas reunidas en torno a "La Dama" se abren paso, por el pasillo formado por miembros de la guardia de la ciudad, las afortunadas personas que van a tener el privilegio de ser los pasajeros en el principal viaje de este nuevo medio de transporte. Nadie, entre la multitud, sabe el precio de las entradas, pero lo que está claro es que la mayoría de personas que están observando el suceso, no podrían pagarlo ni con el sueldo de un año. Y entre todo el griterío, entre aquellos afortunados, en la fila que en unos minutos entrará dentro del Zeppelin.
No está muy claro como aquel grupo de personas puede estar incluido dentro de la fila de afortunados. Un chico vestido casi totalmente de negro, con un pelo platino, y una extraña con el conjunto, bufanda roja está parado, comprobando su repleta mochila. Mientras, cerca sullo, encontramos a una mujer bajita, oculta tras una máscara. No parece un comportamiento común en un noble. Entre ellos está un chico vestido también de negro, con el pelo alborotado y un pequeño pañuelo blanco en el brazo. Pero quien más luce dentro de este extraño grupo es una mujer. Una muy bella mujer, con el pelo recogido con un moño fínamente peinado, y un traje amplio, digno del acto al que están acudiendo. A la sombra de esta mujer se observa a un chiquillo pensativo, oculto tras una túnica verde. Parece que no sabe muy bien donde se encuentra. Tanto griterío debe asustarle.
Los chillidos de la multitud hacen casi imposible el escuchar como, al final de la fila, el revisor va comprobando cada uno de los tickets para poder entrar en el navío.
Todo es muy tranquilo. Curiosamente tranquilo. Se escuchan varias gaviotas picoteando peces cerca: Sin duda, si esto es la muerte, alguien ha trabajado en un bonito paraíso. Una playa, blanca se extiende cubriendo toda la costa, o al menos la que se vislumbra desde aquí. Ningún barco llegaba a esa costa. Ningún rastro de actividad humana en esa playa. Era prácticamente un paraíso. Lo único que fallaba era el cielo. Demasiado oscuro, parece que predecía una tormenta. Pero a parte de eso el lugar era paradisíaco, digno de unas vacaciones para olvidar las tensiones del día a día en las grandes ciudades.
Y allí se encontraban. Aquellas seis personas que subieron en su momento al dirigible, desentonando con todas las demás. ¿El destino? Lo llaman algunos ¿La suerte? Lo llaman otros. Pero la verdad es que, allí estaban. Aquel muchacho rubio, insolente y prepotente era traído por las olas, como una madera vieja de un barco hundido. Ese hombre de la capa verde, que en el dirigible había demostrado que era un ser mortal en el combate, también era traído por el oleaje. Un joven moreno, con el pelo empapado cubriéndole el rostro es zarandeado por la marea. Una mujer preciosa, que desgraciadamente ha perdido a su padrino, llega flotando cual cuerpo muerto. Un hombre misterioso, con un apéndice más del que espera, llega también traído por el suave movimiento de las olas. y por último una mujer bajita, de la cual no se sabe nada, que en el accidente, ha perdido la máscara, desvelando un rostro horrendo: lleno de pústulas, un ojo notablemente más grande que el otro, y un labio leporino, que deja al descubierto muy pocos dientes.
La marea los lleva suavemente en la orilla, depositándolos como si fuera su madre. Cuidando de que no se hagan daño. Y ese cuidado ha debido de ser perfecto, porque los cuerpos que han llegado, a pesar de tener las ropas totalmente ajadas, y rotas por innumerables lugares, no tienen ninguna herida visible. Es más, uno de los hombres, que antes de llegar había dividido su cuerpo en dos partes, el brazo y el resto; parece ser uno de nuevo y no quedar ninguna marca de lo sucedido. Ni siquiera una fea cicatriz. Es algo parecido a un sueño. ¿Será un sueño?
El agua lame vuestros rostros y algunas gaviotas se han aventurado a posarse sobre vuestros cuerpos, picando algunos pececillos que han quedado atrapados entre vuestras ropas. La más rodeada por estos animales es Xerine, pues entre los numerosos recovecos de su vestido, ahora hecho unos zorros, han debido de quedar bancos enteros. La brisa del mar, junto al sonido de estos animales os hacen despertar paulatinamente.
Una playa se presenta ante los recién despiertos, que se alarga por la costa. Observando hacia el interior de la isla, se ve que a pocos metros de la playa el verde es el color predominante, y pequeñas lomas y colinas empiezan a ocupar el terreno.
Vuestro equipo se acerca lentamente arrastrado también por el agua.
Por ahora, parece que están vivos, y con más energías incluso que durante la travesía por el aire.
A lo lejos, el sonido característico de una carroza invadía el ambiente, apoderándose de la suave melodía entonada por los pájaros, y venciendo a los suaves acordes que el viento trataba de simular. Desde ella empezaba a vislumbrarse la mansión del marqués, gracias a curvas pequeñas en el trazado del camino. La vista era espectacular, teniendo en cuenta el estilo al que se habían acostumbrado en la aldea. La verdad es que desentonaba claramente con el pequeño pueblo.
Allí, al filo del acantilado, se erigían dos plantas de preciosa piedra negra, y un tejado construido con tejas rojas. Las ventanas que daban a vuestra posición, don en cada altura, a cada lado de la puerta, eran de madera. Una verja cubría la parte exterior del caserón. Seguramente, más por ostentar que para limitar los terrenos, al fin y al cabo parecía que nadie vivía cerca de él. El terreno entre la verja y la propia casa eran amplios jardines florales. Más de una fuente dejaba caer su hilo de agua en estanques, donde algunos pececillos nadaban inocentes. Parece que el marqués tenía buen gusto.
Entre los jardines, se podían vislumbrar, de vez en cuando, ocultas tras multitud de enredaderas, gotas de agua y flores de vivos colores tres siluetas. Una vestida con un traje blanco, otra más ancha y masculina vestida con un frack negro, y con un chaleco gris. Y junto a ellos, una chica más bajita, con una máscara encantadora, y un bonito vestido con un lazo en la espalda.
Este grupo al oír el sonido de los cascos de los caballos, y de las ruedas al rebotar contra las piedras y elevaciones del camino se había empezado a poner en marcha hacia la entrada. Se veía claramente, como de una manera sutil, tanto como un elefante, estaba cortejando a la chica del vestido blanco. La otra dama los ignoraba, a sabiendas de que el juego no iba con ella. Cuando pasaron por la espalda de una preciosa fuente, con forma de sirena... se perdieron de vista.
En el carro el panorama era diferente, se encontraban cuatro apuestos hombres, manteniendo una conversación totalmente banal. En ocasiones del tiempo, y en otras sobre el estado de la comida, nada importante se podía extraer de allí. Había un chico con el pelo alborotado, llevando un traje de cuero marrón ajustado a su cuerpo por una miriada de cinturones. Otros dos hombres, vestidos con chaleco, levita y corbata bastante parecidos, aunque a uno de ellos se le veía mucho más cómodo, y acostumbrado al uso de ese tipo de prendas. El último de ellos desentonaba con los demás, su ropa, una camisa y unos pantalones de lino, blanca y negros, respectivamente, hacía de él una imagen peculiar entre sus compañeros.
Cuando el carruaje se acercó a las verjas, los serviciales guardias del marqués abrieron las puertas. Con un sonoro chirrido, el camino estaba abierto. En unos instantes el carruaje estaba allí, en la puerta de la Mansión del marqués. El cochero ayudó a bajar a los que lo necesitaran, para no parecer descortés, y justo en ese momento, aparecieron por el camino empedrado que llevaba a los jardines Émil, Xerine y Liana. Preparadas para entrar en la mansión.
-Por aquí.
Dijo Émil, abriendo la puerta.
Los ojos de los invitados pueden ver como tras la puerta aparece un amplio salón recibidor con una alfombra roja en el suelo, una lámpara de araña colgando del techo, y cuadros de parajes lejanos y alguno de un supuesto familiar. Las ventanas están decoradas con cortinajes también del color de la sangre. La habitación tiene cuatro puertas colocadas de forma bastante simétrica, la entrada, una hacia el interior de la mansión justo en la parte opuesta y otras dos a ambos lados de la habitación. Pegadas a las paredes hay varias sillas bastante cómodas en las que cualquier persona que viniera podría esperar sin que se le hiciese pesado. Émil se adelanta, y alza la voz.
-Pueden esperar un momento aquí, voy a pedir a Albert, que venga a atenderos.
Y tras estas palabras se perdió por la puerta que estaba más al fondo.
El sol vuelve a elevarse de nuevo por el horizonte. Y la noche no ha sido todo lo rejuvenecedora como esperaban los extraños visitantes de la isla. Cada uno en su lugar, separados, fragmentados. Podían haber cooperado, haber hecho una piña y haberse defendido solos de los peligros que les esperaban, haber luchado por sobrevivir.
Pero no, se enemistaron, lucharon entre ellos y contra las autoridades del pueblo y llamaron a fuerzas mucho más poderosas de lo que esperaban. Todo salió mucho peor de lo que habían imaginado, y ahora la supervivencia no era un hecho... sino un objetivo.
Y encima... está esta noche. Esta extraña noche. Los sueños... las pesadillas no han sido pocas. Miedos internos, problemas, recuerdos de todo el día. Nadie ha podido descansar. Ha sido un mal día... y una mala noche.