Una vampira terriblemente poderosa estaba controlada en una base militar de Nueva Jersey. Ha escapado y se va a vengar de toda la raza humana.
La guerra ha convertido a la ciudad de Praven en un desierto de ruinas y desesperación. Los edificios, otrora símbolos de vida y progreso, ahora yacen derrumbados, recordatorios silenciosos de un pasado que ya no existe. En medio de este caos, un pequeño grupo de civiles lucha por sobrevivir día a día, enfrentando la escasez de recursos, el peligro constante y las decisiones morales que pueden cambiar el destino de todos.
Los Supervivientes han hallado refugio en el monte da Sidarella gracias a que ayudaron a varios de los que allí residen, que habían sido atacados(y heridos) por un nutrido grupo de vampiros en la población de San Vicente do Mar.
Columnas de humo se alzan a vuestras espaldas. Es todo lo que queda de lo fueron vuestros hogares, campos de cosechas, huertas, pastos, talleres,... Desde siempre habéis oído que los trasgos no son más que simples molestias, rateros que se deslizan en la oscuridad de la noche para robar comida. Hasta hoy. Los trasgos cayeron sobre vuestra aldea y golpearon con dureza. Mataron a muchos de vuestros vecinos, amigos y seres queridos. Incendiaron lo que no pudieron llevarse. Os lo arrebataron todo, hasta las mascotas, en su retirada a los subterráneos de los que emergieron.
Ahora, los supervivientes os agolpáis frente a la cueva. Vuestros rostros están manchados de mugre y hollín, con rastros dejados por el sudor y las lágrimas. Empuñáis con firmeza herramientas o útiles de labranza que habéis conseguido rescatar de las llamas. Os miráis entre vosotros y la oscura boca de la cueva. Si al menos podéis recuperar las cabezas de ganado robado, quizás tengáis alguna oportunidad para reconstruir vuestras vidas. De lo contrario, lo más probable es que terminéis por emigrar a un burgo, donde seréis poco menos que mendigos dependientes de la caridad de la gente y los templos.
Uno por uno, tomáis una decisión y os internáis con paso tembloroso en la cueva. Correrá la sangre. La vuestra o la de los trasgos. No importa.
Campaña de ambientación vikinga. Los jugadores serán jóvenes norteños que irían descubriendo primero los alrededores de su aldea en un fiordo y poco a poco el mundo más allá de sus costas.
Recopilación de lo módilos ICE/JOC del MERP/SDA/ROLEMASTER.
Consecución adecuada para los niveles de los personajes en cada momento.
Bienvenidos al Norte Mítico: la Europa del norte del siglo XIX, pero no como la conocemos hoy en día. Un lugar en el que los mitos son reales. Una tierra fría cubierta por inmensos bosques en la que sus escasas ciudades hacen de solitarios faros de industria e ilustración: una civilización en ciernes. Pero, en las zonas rurales, las viejas costumbres prevalecen. Allí, la gente sabe lo que acecha en la oscuridad. Saben que deben temerlo.
Bienvenidos a Vald, viajeros de alma errante y corazones sedientos de misterio. Esta tierra vasta, sombría y densa es un lugar de reinos olvidados y paisajes secretos, un mosaico de pueblos pequeños, aldeas apartadas, y bosques donde ni el sol osa adentrarse demasiado. Aquí, no importa quién gobierna en las altas ciudades - Esas sobras distantes, en el horizonte.-, pues vuestras hazañas os aguardan en los márgenes del mundo conocido, en las aldeas y en las fronteras donde la naturaleza y la magia manda.
La calidez del verano comenzó a apagarse, y las primeras hojas se resistían a teñirse de marrón. Los días pasaron y aquellos que fueron en busca de riquezas para el invierno no vuelven. El viejo Jölrson, apodado el tullido, comienza a impacientarse, pues es posible que todos hayan muerto. Aunque hay mujeres que no pierden la esperanza.
Sea cual fuere el destino que Odín les haya reservado, hay que comenzar a cazar para abastecer a vuestra pequeña comunidad, vuestra familia, para pasar este invierno o no sobreviviréis. Ahora sois los mayores y más aptos para mantener la aldea. Sus vidas dependen de vosotros.
-DESPUES-
En todas las casas, gasolineras y tiendas que encontrábamos, era Navidad. Una Navidad llena de polvo, decadente, con tiras de alegres colores que el tiempo había vuelto desvaídas y deprimentes. Una Navidad opaca, apagada, nostálgica, que recordaba a los días felices de compras y comilonas, de abrigos elegantes y besos y abrazos por la calle. el mundo había empezado a morir un nueve de diciembre, y para el dieciséis había muerto del todo, así que era, en todas partes y para siempre, Navidad.
Mirando aquel árbol de casi tres metros de alto con las ramas peladas y los ornamentos colgando como desquiciantes reactivos vudú de alguna mente enferma, decidí que estaba hastiado de la Navidad. No sé cómo dejamos que ocurriera, era una festividad de mierda. En el escaparate había un Papá Noel con la barba caída sobre la barriga falsa y amorfa. Aún podía oír el susurro de su mirada brillante que, en otros tiempos, había encerrado un mensaje: <>. Ahora parecía mirarme y sonreír con la certeza de que los vampiros celebrarían su Nochebuena conmigo, y su mensaje..., bueno, su mensaje era más o menos el mismo: <>
... Una periodista entrometida en apuros...
... una información clasificada aparece en vuestro email...
... un vampiro mueve los hijos de su conspiración...
... unos sicarios llegan a Marruecos tras la periodista...
... ¿Llegaréis a tiempo de salvarla?...
"Hay un tipo de miedo que se ve venir desde lejos. Llega, como una ola en una playa apacible, y estalla en un torrente de espuma blanca, como la sensación que se tiene cuando el carrito de la montaña rusa alcanza el cénit, antes de empezar a caer."