El Cosmos designó a nueve Dioses para que se prepararan para el proyecto mas ambicioso de todos, la Creación.
En un Principio sólo existía el Cosmos, existente a través del Tiempo y el Espacio, a la vez Todo y Nada, Infinito y Superior...
En su infinito conocimiento, decidió crear seres independientes de Él, seres libres y pensantes. Así diseño su mayor proyecto, y designó a los nueve Dioses que lo llevarían a cabo.
El primero fue Arezos. Intentando crear un ser, el Cosmos fracturó una parte de sí mismo, y de allí nació su primer hijo, Caos puro y desatado, tiempo y espacio entremezclados.
Luego creó la Luz, y de la Luz nació Adelphos, encarnación de los ideales y los impulsos, envuelto en la pasión, su Luz cubrió el Infinito.
Del Infinito entonces comenzó a deslizarse aquello que no podía ser iluminado, y nació Nerfedos, que alzó la vista hacia su hermano y quedó cegado por su grandeza.
Del silencio del Infinito surgió Ereymos, helando cuanto encontraba a su paso, se situó entre los dos hermanos, y los contempló sin inmutarse.
El Cosmos entonces creó la Rueda, que cruzo el Infinito hasta estrellarse, y se quebró en dos mitades, Nerhu y Asura, totalmente opuestos y a la vez complementarios.
De los colores que surgieron cuando los Dioses se miraron entre sí nació Drenas, formandose un poco en cada punto del Infinito hasta reunirse en un sólo ser, parte de todos.
Por último el Cosmos creo el material mas duro de todos, y lo dejó caer entre los Dioses. Se fracturó en dos mitades, Durmeg y Melenunde, ambos igual de sólidos y resistentes.
Y contemplando cuanto había creado el Cosmos se dió por satisfecho, y en el Infinito creó un Templo, donde los Dioses se ubicaron, y donde su Destino pronto sería revelado.
Mandadle un MP al Director si os interesa una plaza.
Off-topic para que habléis de vuestras cosas y demás.
Aquí se escribirá todo cuanto ocurra, desde el Principio.
Flotando en el eterno Infinito se encuentra el hogar de los Dioses.
Infinitas galerías de negro diamante, moldeadas por el dios de la muerte, se extienden majestuosamente con la inquietante grandeza de una ciudad nunca habitada que sólo vuestros ojos de dioses pueden comprender en su extraña armonía, ignorando las barreras opacas que habrían limitado la visión de un ser menor. Sin embargo, hay algo subyaciente en todo aquel entramado de materia virgen que no lográis entender; un patrón voluptuoso en el que se hayan encriptados los más íntimos pensamientos de su creador.
Taller de creación de vuestro Dios.
A través de los pañuelos no se puede transmitir sonido ni imagen; sólo pensamiento. Los dioses portadores pueden expresar ideas y conocimientos, pero al no ser un espacio físico no pueden interactuar físicamente, ni verse, ni oíse.
Ah, y ésta escena no os excusa de postear en donde estéis realmente.