Suspiros apagados, de un ser a punto de morir. Sus ojos llenos de sangre imploran piedad, pero ese sentimiento poco se conoce en este rincón oscuro.
Las garras de aquel que se relame mientras lo mira le perforan el pecho, y con una sonrisa de placer, rompe las costillas y saca de un tirón el corazón.
Toma el musculo cardiaco y se lo lleva a la boca, lo exprime como esponja y un chorro de vitae cae dentro de su tráquea desbordándose por las orillas de sus grises labios.
Nuevamente se relame y sonríe, lanzando el corazón destrozado a una esquina mientras se ajusta la corbata, y camina en dirección contraria como sí nada hubiera ocurrido.
PARTIDA FINALIZADA CON TOTAL ÉXITO.