Partida Rol por web

Caminaban los dos Fernanda y Dean por un paraje cercano a Quilmes en la provincia de Buenos Aires. Sabían que sus compañeros estaban en una reunión importante con  Ambrosio un nosferatu desagradable del lugar, y que ustedes iban en búsqueda de Rosa Martelo.

Rosa Martelo era una especie de sobreviviente del Sabbat de muchos ataques de la camarilla.

La información que tienen los dos es qué Rosa les  va a dar  datos importantes y advertencias que deben compartir con sus compañeros, sin embargo esa simple misión de ir a un sitio sería para Fernanda un evento que nunca olvidaría en su no vida.

Camino prevenido pues tengo una sensación extraña, no puedo dejar de pensar en  las palabras de mi sire cuando hablamos  antes de que me enviara con  Fernanda a este lugar.

Debemos estar cerca. Digo dado que nunca me había venido a ese sector, por algo no soy de acá. Un momento... ¿sientes ese olor?

Evidentemente había un olor extraño en el lugar. Dean te hace una seña para que esperes ahí, y tu obedeces  dado que te das cuenta que el se adentra a un lugar  con pastos elevados y donde no será facil acceder. Es más te preguntas ¿qué esta sintiendo?, ¿qué esta persiguiendo?

Pero la respuesta se daría más rápida de lo que esperas. Todo ocurre tan rápido que no tienes tiempo de pensar.

Escuchas un sonido sordo, y ves como si una piedra golpeara a Dean en la noche, lo raro es que esa "piedra" explota e incendia a Dean de manera completa, rápidamente.

El terror te invade. Dean esta confundido, pero como sabes el fuego consume a un vampiro rápidamente  así que trata de moverse, de apagar su cuerpo y cuando esta en el suelo, aparece un hombre desde una esquina.

El hombre saca una escopeta y le vuela la cabeza. Tu solo puedes pensar en huir.

Fernanda compartió la precaución de Dean e intentó percibir posibles amenazas por medio de sus sentidos aumentados. Sus nuevos poderes eran increíbles, pero lo que más le gustaba era ser capaz de ver, escuchar y saborear a un nivel que un humano no podría ni soñar. Después de ser capaz de adivinar las últimas cinco horas de una persona simplemente por olerle los zapatos, a Fernanda no le cupo la menor duda de que, realmente, había trascendido a algo superior. Trascendencia, una nueva palabra añadida a su vocabulario a fuerza de leer y leer. Su cuerpo no era lo único que cambiaba. Fernanda intentaba volverse una mujer inteligente, esa que Agustín había dicho que era. Había aprendido cosas que jamás le hubiesen interesado de no ser por el vampirismo. Tenía que hacer que su sire se sintiera orgulloso de ella.

No pudo adelantarse al proyectil. El cuerpo de Dean empezó a arder y la Bestia en su interior gruñó y la forzó a apartarse. Su mente consciente la empujó a intentar salvarlo. ¡Tenía que apagarlo antes de que se consumiera! Pero antes de que pudiese quitarse la chaqueta para cubrirlo con ella y echarlo al suelo, la cabeza de su compañero de manada reventó en un millar de esquirlas de hueso y sesos.

Fernanda se quedó lívida y soltó un aullido de terror. Dean, o más bien, el cadáver de Dean, cayó al suelo. Fernanda se volvió en busca de su atacante. Luchar o huir, huir o luchar. Su sangre se disparó llenando los músculos y fortaleciéndolos.  La vampiro sacó los colmillos y forzó aún más su sangre para convertir sus piernas en las de un corredor olímpico. Y, sin mirar atrás, salió corriendo en dirección opuesta.

Cuando corres sientes un dolor en el alma, !han matado a uno de los tuyos!, sientes que te va alcanzar, sientes que estas perdida pero de repente escuchas disparos en otro sitio, hueles vitae de vampiro no es la tuya, pero a la medida que corres sientes más. Ha existido una emboscada y estan muriendo varios de los tuyos.

Corres hasta que de repente  paras en seco al ver una figura conocida. Era Rosa Martelo en el suelo, casi moribunda. Le faltaban ambas piernas y un brazo. Habia sido atacada de manera brutal como si esto fuera una guerra.

Te acercas a ella. La cual se le iluminan los ojos cuando te ve.

Acercate Fernanda, ya me conoces. Dice la mujer muy mal.  Hemos sido atacados por un humano, al parecer un cazador, combatí con él pero sus armas me han desmembrado.

No puedo vivir sin mis miembros, no vivire siendo discapacitada. Te da a entender que se suicidará. Pero antes de mi muerte, debes saber algo, la razón por la que te mandaron a buscarme... aunque lo que te iba a decir, el desgraciado ese se lo ha robado.

Tu manada irá a Santiago de Chile para una misión importante, yo tenía el mapa de una de las instalaciones que les podía servir para sus fines, ya la localización del lugar no importa, aunque he de decirte que era la del palacio de armas de santiago de chile, que queda cercano al Eliseo camarilla, sin embargo ese mapa me lo ha robado ese cazador, no se como se llama ese humano, quiere decir que ese humano sabe... conoce a donde  estareis

 He sabido de muchos humanos con habilidades especiales que pueden matar vampiros y otros seres. Este es especial, y es poderoso, tengan cuidado.

Pero eso que ha pasado os deja un mensaje a los tuyos, no se acerquen al palacio de armas, y... ese sujeto ya sabe a donde irán..

Matará sabbats o camarilla, ellos no saben de nuestras divisiones, sólo tenlo presente.

Te mira a los ojos mientras sangra.

Hermana, ve a casa de Ambrosio Rosas, corre, esta batalla ha sido perdida, pero en ustedes queda la dulce venganza, un grupo élite de los nuestros ya fue llamado para combatirle, pero... el ya sabe que estareis en Santiago...

Que el saber esto os ayude, y puedan vengar nuestra sangre.

Al decir eso, y al enviarte a donde estan reunidos tus otros compañeros la mujer toma un arma, la apunta hacia su cabeza, y se suicida. Si de ese cuerpo quedase algo de vida, el sol borraria sus huellas.

Fernanda se horrorizó al ver el estado de Rosa. El sonido de los disparos y la sangre la habían puesto muy nerviosa, sin olvidar la muerte de Dean. La única persona que podía ayudarla era aquella mujer hecha trozos. Sin poder evitarlo, Fernanda soltó un gemido lastimero. ¿Dónde estaba Agustín? Se suponía que él podía protegerla...

-Pero eso no puede ser. Los humanos son inferiores a nosotros -dijo Fernanda-. ¡No pueden hacernos esto!

Sus quejas caerían en saco roto. Prestó atención a lo que Rosa le dijo, tanta que no le dio tiempo a ofrecerle una reconstrucción de sus miembros por medio de su Vicisitud. Fernanda dominaba los huesos, pero no tardaría en conocer el dominio de la carne... Mas antes de nada, Rosa se voló la cabeza. Fernanda se mordió el labio inferior y soltó un gruñido desesperado.

Sin perder un instante, Fernanda corrió hacia la casa de Ambrosio Rosas.

Corres entonces a la busqueda del domicilio del nosferatu.