A lo largo de la orilla rompen olas turbulentas,
los soles gemelos se hunden tras el lago,
las sombra se alargan
en Carcosa.
Extraña es la noche donde brotan negras estrellas,
y extrañas lunas que orbitan a través de los cielos,
pero aún más extraña es
la perdida Carcosa.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la penumbrosa Carcosa.
Canción de mi alma, mi voz está muerta,
muere tú, sin ser cantada, como lágrimas derramadas
se secará y perecerá en
la perdida Carcosa.
La canción de Cassilda en EL Rey de Amarillo.
Acto 1, Escena 2.
Imaginad que la partida (o prototipo de campaña), que se desarrolla a través del tiempo y de realidades alternativas en cuatro escenarios interconectados: Paris (1895), Las Guerras (1947), Secuelas (1984) y Nueva Normalidad (2020), es una serie de televisión, y cada escenario una temporada.
Apostando por un ancho margen para la imaginación en favor de la libertad narrativa (postura que quizá me envenene -a mi, a la campaña y pudiera ser que también a vosotras y vosotros-), me he propuesto no firmar una conclusión para cada uno de los escenarios (siquiera para los episodios), a fin de que construyamos entre todos y todas una colección de relatos.
En base a esa premisa, me es imposible determinar la intensidad, carácter y duración de un episodio y, por ende, de cada temporada. En gran medida dependerá de vuestro interés, entusiasmo y capacidad de supervivencia. Tanto igual, de mis habilidades para despertar vuestro interés, avivar el entusiasmo y conduciros hacia los límites de la narrativa.
Empero, la partida se enmarca en una ambientación que parte del horror ultra-dimensional insinuado por Robert Williams Chambers (en palabras de Lovecraft: «un titán caído») para expandirse hacia una versión moderna (discordante, distópica, distorsionada…) del mismo, con mayor hincapié en la fragmentación de la psique y quebrantamiento del espíritu humano.
No me he marcado como objetivo agrupar a tipo de jugadora o jugador en concreto. Quisiera ser minucioso en la selección, exigir detalle en la ortografía, cariño en la gramática, pasión por la imaginación... pero soy de los primeros que se pierde al escribir (sufro una severa dislexia emocional que me impide, en ocasiones, a la tuntún, ser coherente).
En todo caso, la única condición que me atrevo a pedir es compromiso.
Si sigues interesado/interesada en inscribirte después de haber leído los (exageradamente extenuantes) detalles de la partida, tienes todos mis respetos.
Escríbeme un Mensaje Privado y en cuánto pueda te confirmaré si hay una plaza libre.
Por supuesto, escríbeme también si tienes alguna duda que creas pueda responderte, o si quisieras que te aclarará algún punto (del innecesario desfile de palabras) referente a los detalles de la partida.