Nada más entrar a la posada, Julián trata de catalogarla utilizando para ello su olfato bien entrenado en la tarea y sus múltiples experiencias en tugurios, antros y demás locales de todo tipo, aunque en su mayor parte de baja estofa. Se fija en los detalles típicos que permiten saber si la comida y la bebida en un lugar merecen la pena: el aspecto de la cerveza, la expresión de los clientes mientras la prueban, cuánta suciedad hay y en qué lugares de la posada...
Nuevo viaje, nueva posada. A veces creo que me hago viejo para estas cosas... Bueno, pidamos algo de comer para nosotros y nuestro devoto amigo, aún nos queda un largo camino por delante.
Dice Enrique al aire sin esperar respuesta alguna de sus compañeros. Al girar hacia la barra de la posada encuentra la expresión absorta de Julián.
¿Ocurre algo?
- ¿Qué? Ah, no, no pasa nada, Enrique. Pero casa posada es un mundo, y trataba de saber de antemano qué tal nos irá en ésta.
Termina guiñando un ojo a su compañero
- No creo que vayas a encontrar similitudes con la vida en Palacio Julian. Pero no seré yo quien te desanime en tus pesquisas olfativas. Sin embargo, si me lo permitís me encargaré de evaluar el estofado personalmente -
A pesar de mis comentarios, trato de que no escape ningún detalle a mis sentidos. En verdad nunca se debe bajar la guardia en estos lugares, pues suelen ser refugio de muchos indeseables.
Una vez que la montura está descansando tranquilamente en las cuadras, Julián se dirige a la posada tras darle unas palmadas de agradecimiento en el lomo del animal. Coloca a Mirto en el zurrón de forma que esté cómodo y nadie pueda verlo, y entra en el local.
-Posadero, por favor, tome nota. - Dice Julián, agitando el brazo derecho para llamar la atención. Una vez atendidos, pide para sí un plato de sopa caliente con un muslo de pollo dentro, también media hogaza de pan y una rebanada grande de queso. Para beber, un vaso de vino suave.
- ¡Ja!
Julián suelta una sonora risotada ante el comentario de su amigo.
- ¡Palacio, dice! Yo el único palacio que conozco es la residencia de cierto noble para el que trabajé durante un periodo de mi vida. Y tienes razón, esto no se parece en nada.
Sonrío ante el comentario de Julián. - Lo sé compañero, lo sé. Era sólo una broma. De buena tinta sé que has deambulado gran parte de tu existencia entre estos lugares. Venga, calentemos el estómago y planifiquemos el resto del viaje - Respondo mientras le doy una grácil palmada en su espalda.
Observo que Aldaña ya ha llamado la atención de los regentes del austero local, me acerco a él para pedir mi ración de cualquier cosa que aporte buenas calorías. Seguro que la tarde se torna fría en nuestro viaje.
- Posadero, puede buscarnos un lugar para sentarnos? Somos 6 almas hambrientas -
-Buenas; buenos señores tomen asiento en la mesa que deseen.
Mientras en la posada hay dos borrachos, unas beatas y un caballero venido a menos.
El hombre se pare mucho al tabernero que dejasteis atrás pero solo es una coincidencia conmo las enfermeras yoi y las agentes de pokemon
- Venga, compañeros, vamos a sentarnos de una vez. ¡Tengo hambre!
xDDDDDDDD. Qué bueno, máster :P
Lo cierto es que la gusa comienza a reivindicar con fuerza. Posadero, ¿cuál es el plato del día?
Vamos amigo Julián, parece mentira que que seais vos quien dice esa frase, creo que se la merecía nuestro amigo Alonso.
Leyna es la última en entrar y cuando lo hace oye la frase de Julián. A modo de chanza hace el comentario y busca la mesa menos sucia para sentarse.
Escogéis la mesa del fondo, que de las 4 que hay es la menos sucia.
Mientras el posadero trae el pedido de Julian.
-Bien que va a ser, hoy tenemos Col verde con salchichas y filetes de Sajonia acompañado de beicon. El pan clásico Körnerbrötchen (Pan con semillas de calabaza). Pero también tenemos mas platos jabalí, conejo, corzo... Ustedes dirán.
- Vive Dios que me comeré a dos carrillos un generoso plato de estofado de cerdo si tiene en su haber. En caso de no disponer de tal suculento animal en su despensa, el corzo también puede deleitarme. Qué tal es el vino de esta localidad? -
Me siento entre mis compañeros retirándome el sombrero y aflojando la capa. Pensar en comer me alegra el ánimo y veo con más optimismo el tener que continuar el viaje. Una vez hemos pedido y el posadero se retire a las cocinas, consulto al grupo.
- Y bien, cuál será nuestro siguiente alto? Si es por mar no debemos preocuparnos de encontrar lecho -
Mientras observa el aspecto de los platos que el posadero ha ido poniendo en otras mesas, Julián comenta:
- A alguien que, como yo, no tiene claro si ir por mar o por tierra, resumidme alguno que lo tengáis claro cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada cosa, por favor.
A mi traigame el plato del día, ese filete de Sajonia suena bien apetitoso.
Cuando el posadero se aleja, Enrique responde a petición de Julián.
Yo ya he expuesto mi opinion, las ventajas de ir por mar son viajar más cómodos y tardar menos, de no surgir ningún imprevisto. Además, creo que en estas aguas, y navegando por la costa, no tendremos problemas de piratas. Además, si viajamos por mar, no tendremos que preocuparnos de conseguir aprovisionamiento para una semana.
Las desventajas, a mi modo de ver, son el coste del pasaje, localizar un barco que vaya en nuestra dirección, aunque esto no será demasiado problemático, ya que Estivo della Verde es el puerto más importante de Vodacce y las telas de Sant Andrea son famosas y se venden en cualquier punto de Théah, incluido el resto de principados vodaccios. No nos costará encontrar navíos mercantes que hagan esa ruta. La última desventaja que le encuentro es que nosotros no llevaremos las riendas del navío que nos transporte.
Adicionalmente, yo tengo especial interés por la ciudad de Sant Andrea. Esta pequeña ciudad en realidad tiene una historia tan antigua como la misma Numa. Antes se llamaba Speturas, y allí se asentaba una civilización de amplia cultura militar que al final acabo cayendo bajo el yugo numano, pero dejaron al norte de la ciudad unas ruinas cuya fama ha dado la vuelta a Théah. El problema es la prohibición que ha levantado Lucani sobre aquellos que quieren explorarlas y que están vigiladas. Pero si consiguieramos de alguna forma el favor del príncipe... - La mente de Enrique parece volar durante un instante. - En cualquier caso, corren rumores de que es un sitio peligroso plagado de trampas y seres monstruosos que han permanecido olvidados largo tiempo.
Traigame a mi tambien el plato del día.
Leyna lentamente se retira el guantelete y el Panzerhand dejandolos colgando encima de sus piernas. Comienza a escuchar las recomendaciones de Enrique y después se embelesa con sus divagaciones e historias sobre monstruos extraños y ruinas prohibidas.
Él trata de reconstruir el pasado y yo necesito construir un futuro. Espero que no nos separemos pronto pues se aprende mucho de un historiador.
Una vez se da cuenta de que está escuchando a Enrique como una colegiala Leyna parapadea y mira hacia sus compañeros esperando que ellos no se hayan percatado. Acto seguido se echa hacia atrás, carraspea un poco y dirige su mirada hacia el posadero en espera de la comida. Todo ésto tratando de disimular un pequeño tono rojizo en sus mejillas.
Al escuchar de nuevo a Enrique hablar sobre su trabajo de manera tan ilusionada, tan concentrada, Julián siente envidia de sus conocimientos, o más bien de quien ha tenido la posibilidad de adquirir conocimientos porque la vida le ha dado la oportunidad... y él la ha aprovechado, claro. Además, las cavernas de las que habla tienen fama por los artefactos syrmeth que guardan, y los datos de esa antigua y fascinante civilización.
- Bueno, Enrique, la verdad, a mí también me gustaría que tuviéramos el tiempo y la posibilidad de explorar esas cavernas. La antigua raza de la que se dice que las habitó siempre me ha interesado y fascinado, a pesar de lo poco que sé sobre ella. Ojañá encontremos la manera de poder explorarlas.
Ya veremos que nos depara el futuro, pero ahora no debemos desviarnos de lo que estábamos decidiendo. La eterna pregunta: ¿mar o montaña?
Ya impaciente porque aún no ha llegado la comida ni la bebida, Julián por fin se ha formado una opinión, quizá porque la falta de paciencia se ha traducido en que le molesta que la decisión se dilate más en el tiempo.
- La verdad, a mí me habéis convencido los que defendéis el ir por mar. Leo más ventajas y menos inconvenientes que a la otra opción.