Partida Rol por web

Cuando Richard estaba a punto de marcharse, Cliff le agarró de la pechera para volver a meterle dentro de la clase, donde también apareció Ed…el cual…estaba ahí, pero Richard no comprendía porque. El chaval se quedaba callado, en silencio…abrazado a su mochila como si fuera a pasar algo malo si la soltaba…

-M…Mira…a…a mi no me importa…na…na…nada…si…si habéis matado a a…alguien vosotros…es…vu…vuestro problema, y…yo no quiero tener nada qu…que ver con esto ni…n…nada…-Continuó mientras lentamente iba dando pasito a pasito para marcharse de ahí…¿estaba esa gente loca, ¿de que narices hablaban de Freddy y que mataba a gente?...eso solo era un sueño, ¡un sueño!. No podía ser real…

-Me…me alegro por…por vosotros y vu…vu…vuestras his…historias de verdad, p…pero tengo cosas más impo…importantes que hacer que es…estar escuchándoos…s…s…s…si me disculpáis…-Susurró mientras sacaba un cigarrillo del bolsillo y se lo metía en los labios antes de intentar volver a salir aprisa de ahí, esperando que esta vez el de las rastas no volviera a agarrarle para meterle dentro.

No conocía de nada a esa gente, ¿Por qué le estaban metiendo en el ajo?

Mientras Ed explicaba al profesor Rickman lo que había pasado, Richard abrió la puerta de la clase nuevamente con la firme intención de marcharse de una puta vez.

Había tenido ese sueño con Freddy. Había visto muchas cosas, pero su instinto le obligaba a no meterse en esos asuntos. Quizá, cuanto mas lejos estuviera de todos ellos, menos problemas tendría. Negación, lo llamaría Rickman psicológicamente hablando.

Al abrir la puerta, apareció bajo el marco de la puerta la agente Mills. Richard se echó a un lado mientras ella entraba y se sorprendía al ver a todos allí.*

-Será posible!! Te he estado buscando por todos lados, Ed! ¿Que haces fuera del hospital? Y tu, niño rastas!! El sheriff te está buscando por todos lados.- Mills se puso gruñona sacando las esposas con la firme intención de apresar a Cliff.

Richie por poco se choca con una agente de policía…por suerte sus reflejos le permitieron escaparse de semejante golpe…aunque no pudo evitar mirar de reojo la situación…si la policía les estaba buscando era por algo, eso estaba claro…simplemente no podía quedarse ahí, no podía.

Era…era…eso no iba con el, solo fue un sueño y nada más, nada de eso era real, producto de su imaginación, tal vez el tabaco le estaba jugando malas pasadas, ¿o era el agua de la ciudad?...tal vez estaba envenenada o había alguna fuga de gas en la escuela…si tenía que ser eso…Rápidamente tragó saliva una ultima vez y se marchó de la clase.   

- Vaya... en el hospital me pareciste más... valiente y decido. - Dije al chaval que no paraba de tartamudear y que decidió salir de allí por patas. Cuando este abrió la puerta de la clase, se me cambió el rostro por completo con el rostro que ví. 

- Yo... agente Mills... perdóneme, la entendí mal. - La dije rascándome la cabeza. Era la verdad, aún andaba algo confuso con aquello, pero después de ver y sentir a Freddy de aquella manera... - Creí que había sido el padre de Erza quien había rajado a... Cliff y huído. Al irse usted así del hospital y dejarme solo, me entró el pánico y pensé que el loco aquel vendría a rematarme al hospital, así que... me escapé...

Observé como Mills sacaba las esposas y permanecí quieto sobre aquella mesa. No iba a interferir en aquello, no me apetecía nada recibir un golpe en la herida de mi abdomen. Miré al profesor Rickman, quien parecía haberse quedado helado con mi historia y todo lo que estaba pasando. - Pero sabiendo que el padre de Erza no... bueno, ya sabe... regresaré al hospital sin problema alguno. - Añadí a mis palabras. - Ni resistencia.

Cliff se puso como loco cuando vió las esposas de MIlls.

Se vio realmente acorralado y os miro a ti y al profesor. La puerta entreabierta que había dejado Richard era una buena vía de escape, pero Mills estaba justo delante.

- Yo no he hecho nada, colega!- Gritó con las manos en alto- Esta sangre no la he derramado yo. Tio!! Dijo pidiendo con la mirada ayuda a Rickman que poco a poco, con las palmas de las manos pidiendo calma, se acercaba a él diciendo que todo iba a salir bien.

-Tranquilo, Chico.- Dijo Mills acercándose hacia él mientras Cliff reculaba.- Solo ven y lo aclararemos todo en comisaría.

Pero la radio de MIlls crepitó en ese instante, por el que sonaba el mensaje de Bennar, sobre el toque de queda, haciendo distraerse a todos momentánemente. Instante en el que Cliff aprovechó para mirar a un lado y ver que la única salida que tenía era la ventana.

Cliff miró primero a la ventana y después a ti antes de correr hasta la ventana y encaramarse a su alfeizar.

- No te duermas, Revok. No te duermas o estas muerto, colega!- Dijo justo antes de saltar por la ventana pese los gritos de la ayudante del Sheriff y el profesor,

Afortunadamente solo había un piso, por lo que la caída contra el cuelo no fue muy dura. Cliff cayó haciendo uso de sus habilidades de Parkour y, después de incorporarse, salió corriendo por la calle en cualquier dirección, escapando así de Mills.

¡Mierda! Exclamé para mis adentros cuando vi como se torcía todo de aquella manera. Rickman trataba de calmar al Rastas mientras que Susan pretendía detenerle. Vi como se movía como una rata asustada, dispuesta a cualquier cosa con tal de huir. Pero no esperaba que saltase por la ventana. No estábamos muy alto, pero... lo suficiente como para romperte una pierna o caer mal y matarte...

Corrí como pude hasta las ventanas para verle rodar por el suelo y salir corriendo a Dios sabe donde, dejándome en la peor de las posturas. Mills no tenía su premio gordo, pero me tenía a mí... y debería explicar muchas cosas... entre ellas la muerte de Erza y mi huída del hospital. - Joder... ¿no pudo caer de tal manera que se rompiese algo? Así le sedarían y acabaría en manos de Fred... o las mías.

Me apoyé contra la pared, dejando de mirar el exterior. Ahora mismo era realmente ridículo tratar de huir. Primero porque complicaría más las cosas, segundo porque no sabía cuanto más podrían aguantar los puntos sin soltarse. Además, la herida comenzaba a molestar demasiado. Eso significaba que me debería medicar en breve. Miré a Susan con resignación mientras ponía una de mis manos sobre la herida y extendía el puño de la otra hacia adelante.

- Supongo que tendrá que esposarme. - Dije un tanto mustio y sumiso, aceptando de alguna manera lo que estaba por venir. - Solo una cosa, que me den mi medicación... esto empieza a dolerme y no creo que vaya a menos así sin más...